Un chico rubio de unos 23 años de cabellos largos con un fleco que le tapaba parte de la cara con ojos azules como el mar se encontraba corriendo por las solitarias calles este chico estaba llorando pero no paraba de llorar ni de correr.
Era de noche y las nubes cubrían completamente el cielo mientras cae lluvia que poco a poco se está haciendo más fuerte.
Ya llevaba mucho tiempo corriendo y el cansancio le estaba pasando factura así que su velocidad empezaba a disminuir pero antes de parar resbalo y cayó en un charco y no parecía querer levantarse de ahí aunque tenía mucho frio y estaba agotado.
Con mucho esfuerzo se paró pero al levantarse del suelo y apoyar su mano en el suelo se encajó varios fragmentos de vidrio en la palma que alguien dejo ahí.
Se levantó empezó a caminar recargándose en la pared hasta llegar a un callejón oscuro donde se recargo en una pared y se deslizo hasta llegar al suelo donde empezó a llorar descontroladamente solo quería desahogarse de todo pero en eso se oyó unos pasos.
-Valla pero que tenemos aquí- dijo el hombre acercándose al rubio -Porque una belleza como tu esta solo- dijo y agarro fuerte al rubio y empezó a restregar su cuerpo contra el del rubio lo acariciaba de forma brusca y trataba de besarlo a la fuerza pero el rubio le dio un rodillazo al hombre y salió corriendo con las pocas fuerzas que tenía recorrió dos cuadras hasta que topo con alguien se separó un poco de la persona y esta pudo ver que el rubio estaba llorando.
-¿Te encuentras bien?- dijo la persona de manera preocupada -Estas muy mojado vamos te llevare a mi departamento para que te seques- dijo el chico el cual era pelirrojo con ojos color avellana.
-No quiero darte molestias- dijo el rubio con la voz quebrada sentía que pronto se iba a derrumbar hace que salió corriendo pero el pelirrojo lo atrapo antes que lo pasara y lo abrazo con fuerza.
-No tienes que mentir vamos yo te puedo ayudar si me lo permites ¿me darás la oportunidad?- le pregunto el pelirrojo de manera dulce y el rubio solo asintió y escondió su cabeza en el pecho del pelirrojo mientras se echaba a llorar estuvieron así un rato hasta que el pelirrojo lo retiro un poco pero el rubio se negaba a despegarse del pelirrojo aun si se retiró un poco -Por cierto mi nombre es Sasori ¿y el tuyo?- le dijo el pelirrojo.
-Me llamo Deidara- dijo el rubio mientras se le salía una lagrima.
-Vamos no llores más- le dijo Sasori mientras le secaba la lagrima y le acariciaba la mejilla -Ven vamos a mi departamento mientras pasa la lluvia- le dijo mientras empezaban a caminar y Deidara no se separaba de Sasori.
Caminaron un largo rato y Deidara había dejado de llorar se sentía muy bien en la compañía de Sasori y no se dio cuenta cuando llegaron a su destino.
Sasori se iba a separar del rubio para sacar la llave y abrir la puerta pero Deidara al sentir que se iba a separar afianzo aún más el agarre y se pegó más a Sasori y sus ojos comenzaron a humedecerse de nuevo y Sasori al notar esto trato de calmarlo.
-Tranquilo no llores- le dijo mientras acariciaba su mejilla -Solo sacare la llave para abrir la puerta- le dijo Sasori para calmarlo.
-¿No me dejaras aquí afuera?- le dijo Deidara sollozando.
-No claro que no ¿porque te dejaría fuera?- le dijo Sasori y Deidara lo soltó un poco y el pelirrojo abrió la puerta y ambos entraron a el departamento del pelirrojo.