Por el resto de las semanas por Sayyen6

-Te amo LuHan

"¿Qué?, acaba de decirme ‘te amo’, creo que voy a morir. Yo, yo..."

Hace unas semanas, hace unos días, hace unas horas, todo era diferente, o no del todo, tal vez necesitaba descubrirlo, que él me descubra.

Mi amistad con él era la mejor, será por eso que es -¿o era?- mi mejor amigo. 

Teníamos un examen muy importante, faltaban unos días pero nosotros decidimos prepararnos y estudiar desde temprano, no queríamos reprobar. Quedamos en que íbamos a estudiar en casa. 

Lunes, a la salida del colegio.

- Mis padres deben salir de la ciudad por negociosos, cuando les comenté que vendrías a estudiar me dijeron que estaba perfecto, además se alegraron de que no quedara solo cuidando la casa. 

Él solo asintió con una sonrisa, debo decirles que me gustaba mucho su sonrisa, ver a mi mejor amigo sonreír era una de las cosas más lindas ¿lindas? Esperen, es que ¿ya me gustaba?

Mis padres se fueron al día siguiente. 

Me alisté para ir al colegio y ordené un poco la casa, a la salida del horario escolar comenzábamos a estudiar. Me dio tiempo a comprar algunas galletas para merendar, en el pequeño almacén que hay frente a mi casa. Luego de dejar las galletas en la alacena tomé mi mochila y partí al colegio. Debía caminar una cuadra para tomar un autobús que me dejaba a otras dos cuadras del colegio. Y así fue, esperé el autobús apenas unos minutos, lo tomé, estuve 10 minutos arriba de él, bajé, caminé esas dos cuadras y llegué. 

Como era costumbre él me esperaba en la puerta, con su peculiar cara de dormido pero con esa linda sonrisa de siempre, su mochila al hombro y manos en los bolsillos. 

-Hyung, ¿Por más que haga frío vas a estar esperándome? No debiste ¿esperaste mucho?

Él negó ligeramente con su cabeza mientras comenzaba a caminar junto a mí, todavía con sus manos en los bolsillos. Podría decirse que no era una persona de muchas palabras, pero aun así me gustaba estar de su compañía. Me sentía protegido, querido y hasta mimado. ¿No era obvio LuHan? ¿De verdad no te diste cuenta? Pasamos las 5 horas de clases, riéndonos como siempre, los profesores nos tenían en la mira. Él desde su banco junto al mío hacía caras, gestos y hasta notas o dibujos, yo no dejaba de reír, es por eso que los profesores nos castigaban. Salimos de esa maldita cárcel de 5 horas y nos dirigimos a mi casa. 

-¿Avisaste a tus padres que vendrías no?

-Sí, lo hice

-Está bien -sonreí mientras lo miraba y él me miro, rápidamente miré al frente- 

-¿Acaso ahora eres mi padre? 

Rio. No dije nada, solo lo miraba desde el rabillo de mi ojo como reía y cuando cambió su mirada y vio al frente. Sentí su mano tomar la mía, por alguna extraña razón mi corazón se paralizó por una milésima de segundo y al instante comenzó a palpitar más rápido de lo normal. ¿Por qué? ¿Acaso no era obvio? 

-¿Qué haces? ¿Por qué me tomas de la mano?

-Eres mi padre y ahora ¿no puedo tomarle la mano a mi mejor amigo? 

Rio nuevamente y no me soltaba. Me sentía protegido. Es verdad, siempre tomaba mi mano pero, ¿por qué me sentía así? 

Llegamos a la parada del autobús, esperamos pocos minutos hasta que llegó. Me dejó subir primero, pagué mi boleto y me dirigí a los últimos dos asientos mientras él sacaba el suyo. No había mucha gente en el autobús. Llegó y se sentó junto a mí. 

-Tengo 10 minutos para recuperar algo de sueño, despiértame cuando estemos cerca. 

Ladeé mi cabeza cuando él ya había apoyado la suya en mi hombro. Movió su cabeza como si fuera un gatito acomodándose, como cuando les acaricias el cuello y lo devuelven con ronroneos y mimos. Me sentía mimado. 

Pasaron los 10 minutos de viaje y moví su hombro. 

-Ya estamos por llegar.

Él algo adormilado se apartó de mi hombro y se estiró aún con los ojos cerrados. Cuando los abrió vi cómo se levantaba rápidamente.

-Apúrate, nos vamos a pasar. 

Miré por la ventana, debíamos bajar en la próxima parada. Me levantó velozmente y bajamos del autobús. Caminamos esa cuadra de distancia desde la parada a mi casa. 

-Primero merendemos, estoy muerto de hambre. 

Escuché su pequeña risa mientras entrábamos a mi hogar.

-Está bien

Mientras preparaba la merienda, él fue a lavarse las manos. Una de sus obsesiones, si es que así podía llamarse, cada vez que llegaba de afuera debía lavarse las manos urgente. 

"Siento que tengo muchos bichitos, gérmenes en mis manos, por eso es que lo primero que hago cuando llego a casa es lavarme las manos" 

Recordaba cuando me lo había dicho, la primera vez que vino a mi casa. En ese momento mi padre estaba en el baño, así que se lavó las manos en la cocina. 

-¿Necesitas ayuda?

-No, ya terminé, vayamos al living mientras miramos la tv. Trae los libros así después estudiamos ahí. 

Mientras llevaba la bandeja con dos tazas y un gran plato de galletas él fue a mi habitación por los libros. Dejé todo en el suelo, bajé los almohadones del sofá y me lo puse de respaldo, saqué mis zapatillas y me acomodé mientras lo esperaba.

Cuando llegó también sacó sus zapatos, caminar sobre la alfombra era más cómodo. Dejó los libros a un lado y se sentó frente a mí. Comenzamos a merendar. En la bandeja había solo una cuchara, para él, hundía las galletas en la taza y siempre se les caían, por eso es que necesitaba de ella. 

Prendí la tv, observé la hora en mi móvil, las 18:00, puse rápidamente el dorama que comenzó hace unas pocas semanas, él sabía que lo veía así que no protesto. La merienda tardó tanto como el drama. ¿Lo habrá hecho a propósito? Mayormente él come bastante rápido. 

Cuando finalizo el drama y terminamos de merendar, apagamos la tv y dejamos la bandeja sin galletas ni nada dentro de las tazas a un lado. 

Tomó los libros, me entregó uno y él tomó otro. Comenzó a leerlo en silencio. Lo imité. Me había tocado leer un libro de literatura, a él de matemática. Nos dividíamos para hacerlo más rápido, luego uno le explicaba al otro, y así estudiábamos. 

Yo leía rápido, terminé el corto libro en menos de una hora. Él estaba muy concentrado en el suyo. Notó que lo observaba y levantó la cabeza para mirarme.

-¿Ya terminaste? 

-Así es, muy fácil y una historia muy linda. 

-Amm, entonces necesito ayuda con esto. Entiendo pero no logro cerrar las ideas y cuando intento hacer un cálculo no me da bien el resultado. 

Sabía que no era del todo bueno en matemática y él también lo sabía, entonces ¿por qué tomó el libro de matemática para estudiar?

Me acerqué a él poniéndome a su costado para observar el libro y la hoja llena de cálculos que había estado escribiendo. Observé la consigna y la explicación del problema, comencé a hacer cálculos mentalmente mientras observaba su hoja y corregía los pasos que él había hecho. 

Por algo extraño mi atención se desvió de la hoja y lo observé por el rabillo de mi ojo. Estaba mirándome. Gire mi cabeza hacia él, nuestras caras estaban muy cerca, nos miramos por escasos segundos mientras mis mejillas tomaban un ligero rubor por la aproximación.

En un abrir y cerrar de ojos sentí como sus labios apretaban los míos, algo suave y apenas húmedos. Abrí los ojos de par en par y vi su cara, sus ojos cerrados, su pelo sobre la frente, nunca lo había tenido tan cerca. Sentí que comenzó a mover sus labios. Todavía estaba algo perplejo. Me tomó con una sola mano de la quijada he hizo que abriera un poco los labios. Por alguna extraña razón comencé a mover los míos. ¿Por alguna extraña razón? ¡Vamos, ya es hora que lo digas, que lo admitas! Comencé a cerrar los ojos y dejarme llevar por cada movimiento que él hacía en mis labios, sentí como su lengua se entrometía en mi boca y comenzaba a hacer una delicada y a la vez feroz danza con la mía. ¿Deseos reprimidos? Esto me gusta. ¿Me gusta? Sí, me gusta. Solté un ligero gemido cuando sentí que con su otra mano arrojó el libro a quien sabe dónde y me tomó desde la cintura para girarme poniéndonos frente a frente. Quien sabe cómo comenzó a recostarme en el suelo, sin dejar de besarme. Terminó sobre mí. 

Mis labios y boca quedaron abiertos, algo perdidos cuando sus labios de apartaron. Abrí los ojos. Y lo escuché demasiado cerca, en mi oído. Su aliento, su voz, su tono, su todo recorrió cada parte de mi cuerpo, de mi ser.

-LuHan, me gustas, me gustas mucho desde hace mucho tiempo. ¿Por qué mierda eres mi mejor amigo? ¿Por qué nunca te has dado cuenta?

Mis ojos volvieron a abrirse de par en par, tanto que hasta podrían salirse de su cuenca. Me ruboricé al instante, si alguien hubiese visto mi rubor lo compararía con una manzana demasiado madura y preciosa. No hablé, solo volví a sentir sus labios, pero esta vez recorrer mis cuello. ¿Qué hace? ¿Por qué esto me está gustando? ¡Oh Dios! Ahí, oh, ahí. Sentí sus manos recorrer mis piernas. ¿Esto es una violación? No, no lo llamaría así, esto me gusta. Me... 

-AH~

Gemí cuando sentí sus manos reposarse sobre mi entrepierna. 

-Xiu-XiuMin, yo... Ah~

Comenzó a desabrocharme el pantalón del colegio, y ágilmente escabullo sus manos dentro. Un momento de éxtasis invadió mi cuerpo. No pensaba, comencé simplemente a actuar bajo instinto. Mis manos buscaron su cara para acercarla a la mía y comenzar a besarlo nuevamente, esta vez llevando yo el ritmo de los besos. Sé que al principio pareció algo, demasiado diría yo, sorprendido. Sí, también me gustas, y me gusta lo que estás haciendo así que continúa. Como si hubiese escuchado mis pensamientos siguió el beso como yo quería, eso me gustaba mucho más. Su mano ya había empezado a moverse en mi miembro. Por primera vez en la vida me alegré del uniforme del colegio, de las camisas precisamente. Llevé mis manos a los botones de su camisa para desabotonarla y recorrer con mis manos todo su torso, delgado y precioso. Recordé cuando era un pequeño rechonchito y sonreí entre el beso dejando escapar al mismo tiempo un gemido sonoro. XiuMin mordió mi labio inferior. Con su mano libre terminó de sacarse la camisa, intercambiando luego sus manos sobre mi miembro para sacarse la otra parte de la camisa. 

-Desabróchate la camisa

Me dijo mientras se apartaba de mis labios y volvía a mi cuello. Comencé a levantar la cabeza llevándola hacia atrás, comenzando a retorcerme del placer que se aproximaba. Empecé a hacer lo que me pidió, desabotoné mi camisa. Mientras lo iba haciendo él bajaba sus besos y mi respiración perdía control. Terminé de desabrocharme la camisa, me levante desde el torso apenas sacándola de mi cuerpo. Él estaba en la zona de mis abdominales. Volví a recostarme y desde ahí lo miré, él hizo lo mismo y con solo mirar sus ojos entendí lo que seguía. Asentí. Me devolvió media sonrisa y comenzó a quitarme los pantalones. Mi corazón quería salirse de lugar. No solo había descubierto placeres nuevos, también había aceptado que sentía cosas por mi mejor amigo. Sentí como mis pantalones se deslizaban, junto a la ropa interior, por mis piernas, hasta que hábilmente tomó mi miembro ya erecto y llevo a su boca. 

-Ah~ XiuMin-ssi 

Me retorcía mientras llevaba las manos al pelo de mi mejor amigo, no dejaba de jadear por el placer que recorría mi cuerpo. ¡La chupa mejor que una chica! Espera, XiuMin, ¿QUÉ?

-AAH

No sé si en ese momento grité, gemí ahogadamente o qué, sentía un dedo en mi entrada empapado de saliva. ¿En qué momento hizo eso? No me negué, al principió dolió, pero sentía como lo hacía delicadamente en sus movimientos, continuó con un segundo dedo, volvió a dolerme, sus movimientos circulares hicieron que poco a poco mi entrada de acostumbrara y así fue por el tercero. ¡AY DIOS! Mi entrada se había acostumbrado, ya no estaba tenso, estaba relajado, nunca antes había sentido esta sensación. Comencé a mover las caderas por acto reflejo mientras sentía los dedos de XiuMin todavía dentro mío. 

-Que apurado estas Lu, no pensé que... 

XiuMin calló cuando vio mi cara totalmente roja. Y rio. ¡Maldito! 

Ya había dejado mi miembro y sacado sus dedos de mi interior. Observé como rápidamente comenzó a sacarse el pantalón junto a su ropa interior, noté su miembro totalmente erecto y empapado. XiuMin, ¿siempre tuviste eso? Me miró y sonrió de lado notando hacia donde dirigía mi mirada.

-La próxima te toca a vos los trabajos manuales. 

¿Desde cuándo mi mejor amigo era así? Me da algo de miedo pero a la vez me gustan las palabras que usa y el tono sexy que acompaña. Solo asentí mordiéndome inconscientemente el labio. 

Cerré, apreté mis ojos, y grité algo bajo cuando sentí su miembro dentro de mí. No se movió, sentía como su extensión empezaba a latir dentro de mí, hasta que comenzó a moverse lentamente. Me cuidaba, no quería que me doliera, nuevamente me sentía protegido. Dio paso a unas pequeñas embestidas haciendo que nuevamente salieran de mi boca gemidos ahogados. Mi espalda comenzó a curvarse por reflejo y ambas manos y brazos hacia los costados de mi cuerpo arañaban la alfombra cuando sus embestidas comenzaron a acelerarse. Se abalanzó sobre mi sin dejar de moverse en mi interior y comenzó a besarme, correspondí al instante, nuestro beso era pasional, rápido, desesperado, dejando gemidos y jadeos sobre nuestros labios. Entrelacé mis dedos en su pelo, jalando de él. Estuvimos así por quien sabe cuántos minutos hasta que nuevamente sentí una de sus manos sobre mi miembro. Al instante me llené de placer y una corriente eléctrica me recorrió de pies a cabeza. ¿Quiere que me venga con él? EntonAH~ mierda, me vine antes de lo esperado.

XiuMin tenía su mano llena de mi líquido, al igual que mi pelvis y parte de la suya. Al instante sentí un líquido caliente dentro de mí. XiuMin cayó del cansancio sobre mí, quedando con su cabeza hundida cerca de mi oído.  Sentía su respiración agitada, sus latidos, y algún que otro pequeño gemido y jadeo hasta que su voz pasó por mis tímpanos. 

-Te amo LuHan, hace mucho tiempo que lo hago.

No sabía que decir, recordé todo, y una sonrisa se dibujó en mis labios. ¡También me gustas, también te amo! Me sentía querido.

-También te amo XiuMin.

Terminamos yéndonos a dormir, después de un rápido baño, abrazados, juntos. 

-También te amo XiuMin, y me gustas.

Le dije antes de dormirnos, él me beso tiernamente como nunca antes lo habían hecho y decidimos dormirnos.  

Entonces amaba, amo a mi mejor amigo y es lo que voy hacer por el resto de las horas, días y semanas.