Había pasado ya un buen tiempo desde que me lancé al mar completamente decidido, teniendo como único objetivo encontrar el One Piece y proclamarme así como el nuevo Rey de los Piratas, sería un camino difícil y yo realmente lo sabía, pero tampoco era débil, era un hombre decidido que estaba dispuesto a ser conocido y a hacer que mi nombre se llegase a oír en cada rincón del mundo y que todos temblasen al oír mi nombre, que el mismo mar me reconociese como su único dueño, el único capaz de amansarlo, lo sé, era una ambición muy grande.
Yo contaba con una buena tripulación, hombres únicos y que me respetaban, en especial mi gran amigo Killer, él realmente valía la pena, ¿Qué cómo es él?, pues es un tipo algo raro aunque en esta banda ¿Quién no lo es?, lleva un largo cabello color amarillo, como el mismo sol cuando alumbra con fuerza, además de llevar también una máscara que cubre su rostro por completo, es una persona fiel con el cual siempre puedo contar además es un tipo muy inteligente por lo cual es el segundo al mando, no pasó mucho desde que zarpamos al mar y comenzamos a crear nuestra propia historia, cada lugar que visitábamos siempre se quedaba con algún recuerdo nuestro, y es que en todos esos lugares nosotros les dejamos en claro que seriamos los primeros en hallar el One Piece, es cierto también que muchos se rieron en nuestras caras por seguir creyendo en lo que ellos llamaban “estúpidos sueños”, claro está también que poco después se arrepintieron ya que matamos a todo aquel que había osado burlarse de nosotros, no estábamos dispuestos a ser tratados como idiotas y salir cabizbajos, no, jamás haríamos eso, siempre saldríamos triunfantes, aun si eso implicaba matar a todo aquel que se nos interpusiese.
Tampoco paso mucho para que nuestro nombre se hiciese conocido por la zona en la que nos encontrábamos, en aquel lugar realmente nos respetaban y trataban como debían, con miedo, miedo a que los matemos si se atrevían a tratarnos mal, al poco rato nos hicimos más conocidos, un hombre que había conseguido llamar la atención de la marina, un hombre peligroso, Eustass Kid, ese es el nombre que debían respetar, en el Grand Line habíamos logrado sobresalir, llamar la atención, ser una banda conocida, debo admitir que muy pocos tipos llegan a tener la fama que nosotros teníamos, como había mencionado haríamos de todo para que nos temiesen.
Unas semanas después llegaron a mí las noticias de que Crocodile, un tipo protegido por el gobierno, un Shichibukai, había caído, simplemente decidieron encerrarlo dando las explicaciones de que habían encontrado crímenes en el que no podían pasar por alto, sonreí torcidamente, no estaría nada mal convertirme en Shichibukai pero Killer termino por bajarme de las nubes, me dejo en claro que no alcanzaríamos la fama que necesitábamos y ahora que lo pensaba yo no estaba dispuesto a ser un perro del gobierno, me burlé de aquel hombre por no haber sido capaz de mantener sus crímenes en secreto y peor aún por dejarse vencer por el gobierno.
--Realmente eres un completo idiota,- me dijo Killer de manera sarcástica por lo cual me moleste un poco.
--¿Y a qué viene eso?,- pregunte, sería tonto de mi parte armar una pelea con mi propia tripulación.
--Es obvio que ese tipo no pudo ser derrotado tan fácilmente, debió haber algo más y la marina solo trata de cubrir esto con noticias falsas,- Killer parecía tan decido al decir estas palabras.
--¿Insinúas que hay un tipo que se atreve a desafiarlos?,- por las palabras que Killer decía fue lo único que deduje.
--Es una posibilidad, pero no es nada seguro,- me respondió para finalmente irse, como que soltaba la bomba y luego no se hacía cargo, suspire cansado.
El tiempo pasaba muy rápido, o al menos yo lo sentía así, se me hacía aburrido y no tenía nada para divertirme, el licor se acababa y no había tan siquiera alguna mujer para ser feliz por al menos un momento, cada vez que desembarcábamos en alguna isla muchos de los habitantes terminaban por reconocernos, muchos de ellos huían aunque habían algunos idiotas que se creían superiores, solo a mover las manos, unos cuantos metales terminaron por atravesarlos y trabajo resuelto, a veces hasta había pensado en deshacerme de este sueño, a lo mejor y estos idiotas tenían razón, tal vez era un tonto sueño, ahora que lo pensaba nadie había demostrado siquiera alguna prueba de que el One Piece existiese, creo que me veía estúpido siendo el único que aun creía en aquello, los piratas de ahora ya no le daban importancia y solo se dedicaban a robar, ¿Por qué seguía?, no lo sé, pero tampoco les daría la razón a esos imbéciles, no había ningún pirata digno, todos eran perros del gobierno, todos temían a la marina y no eran capaces de alzárseles en contra, nosotros no seriamos así, definitivamente no.
Las semanas pasaban y nada bueno ocurría, Killer se informaba sobre otras tripulaciones, realmente era bueno para eso, yo estuve viendo algunos carteles, Buggy el payaso, este miserable valía tan poco, nadie se molestaría en atraparlo, continúe viendo más y más, Basil, Bonney, realmente no me interesaba, otro cartel, Portgas D. Ace, su recompensa era muy buena, Killer me dijo que era uno de los comandantes de Shirohige, ese viejo, es un yonkou y uno de los hombres más fuertes, continúe viendo los letreros, Monkey D. Luffy, este chico realmente salía como un estúpido en el cartel, con una gran sonrisa, como si no le importara el ser buscado, lastima, valía muy poco, apenas unos treinta millones, me le quede viendo por un momento hasta que me sacaron de mis pensamientos.
--Su tripulación se hace llamar “Mugiwaras”, está conformado por un espadachín, una navegante, una arqueóloga, un ciborg, un mapache que supongo es la mascota, un tirador que lleva el nombre de Sogeking y un cocinero aunque sale bien raro,- hablo Killer, al parecer sabía mucho sobre ellos.
--¿Te interesa esa banda?, digo el capitán apenas vale una miseria, ¿Cómo es que sabes tanto?,- pregunte.
--No te has enterado, ¿verdad?, estás viendo las recompensas antiguas, las actuales son estas,- Killer me dio unos papeles, los carteles en los cuales se anunciaba el precio por sus cabezas.
Comencé a abrirlos, el espadachín que llevaba por nombre Roronoa Zoro valía unos 120 millones, nada mal, el cocinero que se hacía llamar Kuroashi Sanji valía unos 77 millones, tampoco estaba mal pero lo que estaba mal era su cara, La gata ladrona Nami valía unos 16 millones, La arqueóloga Robin unos 80 millones, el ciborg Franky valía 44 millones, El tirador Sogeking valía unos 30 millones, la mascota unos miserables 50 berryes, mire el letrero del capitán, ahora valía unos 300 millones, me asombre por aquella cantidad, era casi igual a la mía ¿Cómo la había conseguido tan pronto?.
--Hace poco hicieron mucha noticia, sus nombres ahora deben estar en boca de todo el mundo, destruyeron Ennies Loby, aunque dudo que ese haya sido el problema principal, algo más ha debido de ocurrir,- contesto Killer de manera tranquila.
--¿Vuelves a insinuar que la marina esconde algo?, me sorprende esta banda, es un tanto peculiar,- a decir verdad eran la primera banda de piratas que se atrevía a retar directamente al gobierno, realmente tenía muchas ganas de conocerlo.
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¿Cuánto tiempo había pasado ya?, la verdad no lo recordaba, a cada momento llegaban a mi algunas noticias relacionadas con los mugiwara, también llegó a mí la noticia de que Portgas D. Ace fue atrapado por la marina.
Habíamos llegado a la isla de Sabaody, al parecer otros tipos más habían llegado a la misma vez que yo, nos dijeron por ahí que en estos mismos instantes se encontraban unos tipos con recompensas mayores a las de 100 millones, les habían puesto el nombre de supernovas, yo me encontraba allí, con unos 315 millones y seguido estaba ese mocoso de 300 millones, al parecer seria la oportunidad perfecta para conocerlo, sonreí una vez más, los rumores sobre el eran interesantes, un tipo que no seguía órdenes y le importaba en lo más mínimo con quien tuviese que enfrentarse. Nos dirigimos a la sala de subastas, no tenía interés en comprar algún humano o lo que se apareciese, pero quería comprobar con mis propios ojos que tan jodido estaba el mundo, cada quien compro lo que se le daba en gana y yo había hecho un descubrimiento interesante, Trafalgar Law, un pirata que no tenía muy buena fama se encontraba sentado en una de las bancas del lugar, junto a su tripulación, el muy maldito se atrevió a retarme con una sonrisa realmente confiada además de atreverse a hacerme una señal obscena con el dedo, solo le devolví la sonrisa pero me ignoro, al parecer este era otro tipo distinto, como Mugiwara y yo.
Estaba a punto de largarme al comprobar lo estúpido que se había vuelto el mundo y las personas, de haber dado un paso más algo enorme me habría terminado aplastando, no pude ver bien ya que había mucho polvo y piedras volando por el aire en ese momento, cuando todo se hizo más visible pude observar al motivo por el cual estaba aquí, Monkey D. Luffy había hecho su aparición, si bien es cierto que su banda se encontraba aquí desde hace un buen momento estaba perdiendo las esperanzas de que el llegase.
--Pasará algo bueno,- fue lo único que dije, el chiquillo comenzó a correr gritando el nombre de una mujer, al parecer la sirena que estaba en venta, no sabía que se conociesen, un gyojin los acompañaba y este término siendo disparado por un Teenryubito, odio a esas escorias, el imbécil ese con una bola en su cabeza comenzó a decir algunas cosas que al parecer desataron la furia del chiquillo que entro, este término golpeando al teenryubito.
--Es tal y como dicen los rumores,- volví a hablar, todos comenzaron a huir asustados para quedar al final solo la banda de Trafalgar, la banda de los Mugiwaras y mi banda, el chiquillo parecía muy ingenuo, le llamo la atención el oso que llevaba Trafalgar y la arqueóloga sabía mucho, nos reconoció tanto a mi como a Trafalgar en solo un instante, habían estado peleando y debo admitir que no eran nada malos en eso, de hecho el mocoso aquel tenía un algo que me llamaba la atención, cuando me miro me sentí algo incómodo pero no deje de sonreír, al parecer ni un poco de miedo le implante, como buena persona que soy les ofrecí mi ayuda aunque se lo tomaron a mal, al final terminamos los tres capitanes saliendo a luchar, ninguno de nosotros quería trabajar en equipo, pensé que el chiquillo sería distinto pero era un tipo ¿arrogante?, no era la palabra adecuada, más bien era alguien confiado, los marines comenzaron a atacar y cada quien utilizo su poder, les dije que se quedaran atrás y Trafalgar comenzó a discutir conmigo, cuando me di cuenta Luffy estaba corriendo a pelear solo, este niño realmente actúa por su cuenta, atrapo todas las balas de los cañones con sus ¿dedos?.
--¿Se estira?,- pregunto Trafalgar al parecer algo sorprendido como yo. Luffy regreso diciéndonos que teníamos habilidades raras.
--Mira quien lo dice, la tuya es más rara,- fue lo que contestamos.
--¿En serio?,- pregunto el chaval, parecía muy tonto o tal vez inocente, me estaba cayendo mejor de lo que esperaba. Tendríamos que separarnos, cada quien se iría por su lado.
--Encontrémonos de nuevo, en el nuevo mundo, te mostrare mi gratitud, ha sido un placer conocerte en persona mugiwara - fue lo que les dije a ambos los cuales solo me miraron.
--Está bien, pero de todas maneras yo seré el único que encuentre el One Piece,- contesto Mugiwara, debo admitir que me dejo sorprendido, lo decía completamente feliz, Killer me dijo que tuviera cuidado puesto que estuvieron a punto de atacarme solo respondí que hasta ahora todos se burlaron de nosotros por decir lo mismo, aunque los matamos, este chico tenia agallas, definitivamente nos encontraremos, luego de decir todo aquello nos dispersamos, poco después volví a encontrarme con Trafalgar y con ¿Kuma?, fue muy difícil vencerle, aunque resulto ser un robot.
El tiempo que luego transcurrió y los acontecimientos que se dieron fueron cosas que marcaron la historia, sorpresivamente los mugiwaras habían desaparecido de la isla, al menos eso fue lo que se me informó, ¿realmente se dejaron derrotar?, no quería creerlo, de verdad volvería a encontrarme con ese chiquillo, no podía haber muerto. La muerte que se le daría al pirata Portgas D. Ace estaba siendo transmitida muchos la estaban viendo, incluyéndome, al poco rato un barco cayó del cielo, que sorpresa, Monkey D. Luffy apareció allí, hace poco estaba en esta isla ¿Cómo demonios llego?, se revelo que Ace era hijo de Gol D. Roger y que Luffy era su hermano, eso fue algo que sorprendió a todos, aunque resultaron no ser hermanos de verdad, solo de cariño, el padre de Luffy era el criminal mas buscado, Monkey D. Dragon y también era nieto del héroe Monkey D. Garp, vaya familia, la señal termino cortándose y regreso cuando Portgas D. Ace fallecía en brazos de su hermano, Monkey D. Luffy, pensé que en ese momento el realmente debía estar sufriendo, quería ir allí pero ya era tarde, el chico perdió la conciencia haciendo que me preocupara más, cosa que nunca antes me había pasado, no quería aceptar que lo más probable era que el moriría en esa guerra, fue algo tonto de mi parte, Trafalgar Law, quien también estaba aquí hace un rato fue quien se lo llevo, pero que rayos, ¿acaso podían tele transportarse?, ese estúpido de Law, debí haber ido yo.
Salimos en dirección al nuevo mundo, no habían noticias de Luffy hasta que un día en el periódico, al parecer había regresado a la isla dando 16 campanadas, no era año nuevo así que al parecer anunciaba el cambio de una era en la que el gobernaría, eso definitivamente no lo iba a permitir.