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La oportunidad por AmanthaB

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Notas del fanfic:

Escrito para la Tabla Momentos de 30vicios.

Notas del capitulo:

Kamio siempre me ha parecido un pelín tonto para cosas de amor, lo siento xD pero me entretuve escribiendo esto, espero que se disfrute >:3
Disclaimer: Prince of Tennis no me pertenece, pertenece a su respectivo creador. Solo uso unos poquitos personajes para dejar volar la imaginación <3

— Yo ganaré.
— Sí, claro.
— ¡En verdad! ¡Yo ganaré!
— Claro que sí, Akira. Te tenemos toda la confianza.

Kamio Akira discutía con su equipo de tenis, acerca de quien ganaría la carrera de la competencia que estaban sosteniendo contra el Hyotei y la Seigaku. Los competidores eran Eiji Kikumaru (por el Seigaku), Atobe Keigo (a nombre del Hyotei) y él mismo por parte del Fudomine. Los competidores por sí mismo no presentaban mucha amenaza para Kamio, después de todo, él tenía el Ritmo, sin embargo había algo que le molestaba… Que Atobe participase específicamente en esa carrera. ¿Por qué tenía que participar en la carrera? Si siempre participaba en otras partes especialmente cuando Tezuka-san participaba; una pequeña mueca apareció en su rostro gracias al recuerdo de la súper fiesta que hizo Atobe en honor a Kabaji en el “cumpleaños” de éste y cómo se emocionó tanto por el hecho de que Tezuka participaría, y todo eso que ocurrió luego y el romanticismo y tal. Por favor, ni que Tezuka fuese tan asombroso, solo era un capitán de equipo más. Su Tachibana-san era muchísimo mejor que él, sin duda… Y claro, él no estaba pensando esas cosas únicamente porque Atobe siempre se había mostrado interesado en Tezuka, él no estaba celoso, no de ese maldito niño rico. 

— Akira…
— ¿Qué ocurre? 
— No te pongas celoso. 
— ¡Yo no estoy celoso, Shinji! 
— ¿Oh? ¿De verdad? ¿Entonces por qué volteaste a mirar a Tezuka-san y lo estabas matando con la mirada? 
— Oh, cállate. 

Ibu Shinji se quedó callado, solamente porque no quería que Kamio se la tomase luego en contra de él, aunque sin embargo no podía decir que no era divertido ver a Kamio hervir en su propia salsa. Él sabía las cosas que pensaba Kamio, y cuando en algún momento apareció una mueca molesta en su rostro mientras miraba de re ojo a Tezuka, supo lo que pensaba. Claro, Akira era muy poco dado a eso de demostrar sentimientos en forma general y él sabía que a pesar de que se pusiese posesivo con Ann de quien realmente estaba enamorado su mejor amigo era de Atobe. El chico rico prepotente había conquistado a su mejor amigo y ni siquiera él estaba seguro de cuando había ocurrido. 

— Bueno, Akira, ve a ganar. Por el Fudomine. Y por tus sentimientos. 
Ibu ocultó perfectamente una sonrisa al ver el rostro sonrojado de Kamio luego de sus palabras, para verle luego correr hasta donde estaba marcado el lugar del inicio de la carrera. Para Kamio, aquello era más que una carrera, era su oportunidad. Era “La Oportunidad”. La oportunidad de demostrarle a Atobe que él era mucho mejor en algo, porque las carreras eran su área y el niño rico presumido no iba a ganarle ahí. 

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Kamio sonreía, y sonreía porque la cara de Atobe en ese momento no tenía precio, sonreía porque le había demostrado que era muchísimo mejor que él y sonreía porque el rostro de Atobe se veía muy sensual cuando se mostraba desencajado. No, espera un segundo, eso no debería ser así. ¿Por qué él pensaba que Atobe se veía muy sensual? Por favor, para sensualidad ver… no sé, a Ibu, era muchísimo más sensual que ese niño mimado. Kamio frunció el ceño y luego se giró para abrazar a Ibu, intentando descifrar porque la traidora de su mente le había jugado una mala pasada. Ibu solo le miró con aburrimiento, no pudiendo comprender cómo es que ese maniático del ritmo no podía comprender algo tan simple. Si no era tan difícil tampoco… Solo quedaba una cosa por hacer en ese momento. 

— Bueno, Akira, te dejaré con el amor de tu vida. A ver si está vez te confiesas. 
— ¡Que no es el amor de mi vida!

Decirle algo directo y ver si captaba la indirecta muy directa. Ibu solo se encogió de hombros y observó como Atobe se acercaba a Kamio. Al día siguiente, recibió la noticia de que Akira y Atobe estaban saliendo… de los labios de un muy sonriente Akira que seguía sin darle las gracias. Ibu solo se encogió de hombros, no es que la esperase, eso iba a tardar otros años más porque Akira no comprendería todavía el favor que le hizo.


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