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¿Perder el rumbo? Querrás decir Zoro por Yoshita

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Notas del fanfic:

Un saludo. 

Me presento, soy Yoshita y suelo escribir en la categoría de Bleach, soy nueva en el fandom y no aguanté el no escribir de estos dos. 

Pido disculpas si hay algunas incoherencias, hasta ahora voy pasando el arco de Alabastra y hay personajes que, aunque no conozco, decidí poner porque me gustan de una u otra manera. 

Gracias.

Y

Notas del capitulo:

Espero les guste. 

Es un AU por mi falta de conocimiento, tal vez luego haga uno con ellos como piratas. 

Era un bonito día. Especial. Magnífico. Un día inolvidable. El de su matrimonio. No lo creía ni él. Estar usando un traje blanco le traía recuerdos de su querido marimo. No podía negarse el usar una camisa del verde de su cabello. No escatimó nada en su reflejo: arreglar su pelo, rubio y brillante, para lucir... Decente, como Zoro solía decirle. Salió de su habitación y lo recibió un chorro de... Algo que sabía horrendo. Horroroso. Asqueroso. 
-¿Está bien así, Nami?
-¡Idiota! ¡El perfume no va en la boca!
-Pero... Y si Zoro lo va a besar, ¿no es mejor que sepa rico?
-Luffy... ¡El perfume no sabe a lo que huele!
-¿Ah no?- colocó el tarro en su boca y bebió un sorbo que escupió al instante. Sanji y Nami lo miraron expectantes. -Pues no... Qué raro...
-Nami, Sanji, Luffy, nos vamos- Ussop se asomó por las escaleras desde el primer piso y les gritó. 
-Vamos ya, par de idiotas. 
-Como digas, Nami-san. 
-Sanji...- Luffy jaló de su corbata- ¿va a haber comida?
-¿Por qué no?
-¡Siiiiii!- bajó como un bólido, estrellándose con Usopp y llevándose consigo a Kaya, quien lo acompañaba tomada de su brazo. 
-Sanji-kun, te ves magnífico- le dijo la chica mientras intentaba ponerse de pie. 
-Oh, mi querida Kaya-chan, ¿qué haces en el suelo?- le tendió la mano y con una reverencia la ayudó a ponerse en pie, luego besó su mano- además, aquí la hermosa eres tu. 
-Sanji, ¿cómo es que te vas a casar con Zoro? Digo... Es que... Mierda, Zoro es raro. 
-Usopp...
-La verdad...- todos esperaron curiosos la respuesta del aludido- ... No tengo idea. Me enamoré del estúpido marimo, eso es todo. 
-¿Será porque te trata como a una mujer?
-¡A la mierda Luffy! ¡Cállate!
-¡Pero Nami...!
-Tal vez... 
Quedaron sorprendidos con la respuesta de Sanji. 
-Sip, Zoro me trata como yo trato a las chicas.
-¿No te hace eso una chica?
-¡Luffy!
-No creo que... ¡Mierda! ¡Maldita sea marimo imbécil! ¡Se la jugó bien el muy estúpido!
 
 
-Salud, Zoro- le dijo luego del estornudo. 
-Gracias Mihawk. 
-Sabes cómo llegar, ¿no?
-No me voy a perder camino a mi boda.
-Bien, entonces me voy primero, Smoker y Tashigi me esperan afuera. Franky, Robin y Chopper están ya allá y Vivi va en camino. Trafalgar acaba de llamar y va a recoger a Ace y a Shanks. Supongo que el resto ya llegarán. Ah, y Brook está organizando la música. 
-¿El sujeto de la eterna máscara del día de los muertos?
-Es de mis mejores amigos, Tashigi. 
-Tienes amigos raros, y gustos raros, no pensé que eligieras a Sanji. ¿No te arrepientes? 
-Supongo. 
-¿Nervioso, guerrero?-le preguntó Mihawk. 
-Ja, para enfrentarme al cocinero cejas de kaiser*, nunca. 
-Esta es una guerra que no puedes abandonar. 
-Me gustan los retos- sonrió el novio. 
-A Sanji también, apúrense, Zoro, Mihawk, vamos sobre el tiempo. 
-¿Kuina? Creí que te habías ido ya- Mihawk le preguntó. 
-También yo. 
-¿Crocodile? ¿Qué no ibas a recoger a Sanji y al resto?
-El nariz de mástil me insistió que los llevaría él. 
-Puedes ser gentil cuando quieres- le dijo Zoro acomodando su chaqueta. 
-¿Qué no lo soy?- sonrió cruel y encendió el puro que sostenía su boca- me largo, nos veremos allá- pasó de largo y abrió la puerta. -Por cierto, Zoro, ¿la mancha negra en tu corbata es moda o simple descuido?- le dijo y desapareció trancando la entrada. 
-¡Mierda!- miró su corbata y varias líneas, curvas y puntos se dibujaban por ella. -Váyanse, yo me encargo de esto. 
-Mas te vale Zoro, si dejas a Sanji-kun en el altar... Te voy a rebanar- Kuina empujó a Mihawk a la puerta y, como Crocodile, desaparecieron. 
La casa de Mihawk era grande y, ¡mierda!, que no se acordaba dónde guardaba los implementos de aseo. 
 
-La madre, Usopp, mas te vale salir de este trancón. 
-Ya, ya, no hay nada que el gran Usopp no pueda...
-Calla y conduce. 
-Si señora. 
Usopp iba manejando y Sanji iba de copiloto y atrás Nami y Kaya evitaban que Luffy dormido se desplomara sobre ellas. 
-¡Por ahí!
-¿¡Estás loco?!
-Hazme caso. 
-¡Sanji!
-¡Gira!- Sanji tomó el volante y lo giró completamente a la derecha, tomando una desviación. 
-¿¡Qué hiciste!?
-Una desviación, un atajo, siempre lo tomo para ir al restaurante. 
-¿Tomas esta extraña vía para ir al Baratie?
-Siempre. 
El silencio se hizo un espacio en el pequeño vehículo. Usopp lo rompió. 
-¿De quién fue la idea de hacer el matrimonio en el restaurante?
-Es obvio que...
-De Zoro- Sanji cortó a Nami. 
-¡¿Zoro?!- exclamaron despertando a Luffy. 
-Zoro sabe lo que significa el restaurante para mi. 
-Ese idiota tiene cerebro. 
-Todos nos sorprendemos- agregó Luffy. Sanji sólo bufó. 
-¿Y que dice Zeff?- preguntó Kaya- ¿acepta que lo hagas allí?
-¿Bromeas? Ese viejo me mataría donde no fuera así. 
-Bueno, y con todo eso, ¿quién se hizo cargo de la decoración?
-Robin-chan dijo que lo haría y Vivi-chan va en camino a ayudarla al igual que Tashigi-chan y Kuina-chan. 
-Veo...
-Toma la derecha, Usopp, y luego a la izquierda. 
-Bien. 
 
-Maldita sea...- refunfuñaba para si. 
Había entrado a todos los cuartos, varias veces porque no se ubicaba, y no lograba encontrar la cocina. Luego dio con las escaleras y el recuerdo de que la cocina y el cuarto de aseo estaba en el primer piso. Bajó. 
Entró a la sala. Salió de la sala. Entró al cuarto de juegos. Volvió a la sala. Subió las escaleras. A la mitad se devolvió. Entró al baño. Salió y entró al comedor. Salió y entró a la sala. Otra vez. Salió y entró a la terraza. Entró de nuevo a la casa y volvió al comedor. Mandó todo al diablo. 
-Joven Roronoa, ¿necesita ayuda?
-¡Ah, joder, si!- el mayordomo se sorprendió con la reacción de Zoro- necesito el cuarto de aseo. 
-Por aquí- el mayordomo se situó detrás de Zoro y lo empujó con suavidad, guiándolo para que no se perdiera. Al llegar al cuarto lo dejo. -Es aquí, ¿necesita ayuda?
-No, estoy bien. 
-El señor Dracule me ha pedido que lo saque de la casa si se demora mucho. 
-No se preocupe, no habrá problema. 
-Me retiro- hizo una pequeña reverencia y se fue. 
-Maldito Mihawk...
Buscó jabón entre los gabinetes y no encontró. Entró en la cocina y halló un tarro con polvo blanco y asumiendo que era jabón, vació un poco del contenido del tarro de sal en la corbata. Primera mala pasada. Luego intentó con el jabón en barra y comenzó a restregar el queso contra la prenda. Segunda mala pasada. La tercera es la vencida. Halló el blanqueador y como pudo lo echó en los lugares donde mas se notaba. Subió corriendo a la habitación de Kuina, milagrosamente llegó en, relativamente, poco tiempo, y sacó el secador de pelo de la chica para secar su corbata. ¿Habían dicho los chicos que Zoro tenía cerebro? ¿Dónde?
 
Abrió la puerta y se chocó con alguien. 
-¿Qué? ¿Zoro te tiene tan embobado que no miras ni siquiera tu camino?
-Calla Ace, además, en mis tiempos se saludaba. 
-Idiota- chocó su puño con el del chico y entró. 
-¡Laaaaaaaaaaaaaaaaaaaw!
-Mierda- el moreno que respondía al nombre que gritaba Luffy se escondió tras una viga, pero fue traicionado, vilmente, por Mihawk, quien le dio un leve empujón para apartarlo de su escondite y dejarlo a la vista del chico de traje rojo y negro. Volteó a ver a los ojos de halcón y le dedicó una mirada asesina que fue respondida con una sonrisa ladina. Lo iba a matar, pero luego. Recibió de lleno el salto que dio Luffy para abrazarle. 
-Hola Law- se abrazó mas a él y se ocultó entre su hombro y su cuello, como un gato. 
-Te doy un 10 por ser de las entradas mas estruendosas que has hecho. 
Se quedaron parados en la mitad del salón mientras el resto arreglaba para la ocasión. 
-No nos molestaría arreglar otra boda, ¿saben?- Smoker les habló por la espalda. 
-¡Nadie ha pedido tu opinión!- Luffy se bajó de los brazos de Trafalgar y rojo como su camisa, gritaba a Smoker, quien se alejaba y reía junto con Crocodile, Mihawk, Usopp y Franky. Brook se les unió poco después. 
-Déjalos, que hagan lo que quieran- una leve indirecta se coló, ¡pero claro!, se la había dicho a Monkey D. Luffy. 
-Ah...- se rascó la nariz y se sacó un moco- ¿Zoro y Sanji se volverán a casar?- lo sabía. Rió. Así era, ¿su?, Luffy. 
-No sabemos... Tal vez podrían casarse otros dos...- y se alejaron para que Luffy no estorbara. 
 
La puerta no abría. Joder, ¿y tenía que quedarse atrapado en la habitación de una mujer? ¿¡En la de Kuina?! Esa... Lo iba a matar de encontrarlo allí. Empujaba y giraba el pestillo. Nada. No lo lograba. Era inútil. 
-Joven Roronoa. 
-¿Señor?
-La puerta- carraspeó el mayordomo- la puerta se abre hacia adentro
-Oh...- tiró levemente de ella y esta, con suavidad, se abrió, dejándole paso. Se sintió mas idiota de lo que Sanji le decía. No le iba a dar mas razones de llamarle cabeza de alga. Un momento... ¿Mas razones? Sacudió la cabeza y bajó las escaleras, que no bajaban sino subían, y se encontró de cara con la puerta del altillo. Se devolvió, por el ÚNICO camino que había y llegó al baño. Fascinante. Era impresionante lo que una persona puede no hacer bien. Buscó las escaleras que, de alguna manera, halló y comenzó a bajarlas, tomando a la izquierda y llegando de nuevo al cuarto de aseo. Abrió la puerta de vidrio y salió al jardín que, luego de darle casi tres vueltas a un mismo árbol, halló el camino de piedra que lo guiaba fuera. Eso sería una odisea. 
 
Terminaron de poner todas las sillas y el viejo Zeff se ubicó al frente de todos, frente a una mesa. El haber sido capitán de un barco le confería ciertos privilegios, como casar a dos personas y cupones de descuento en los restaurantes marinos, no los iba a desaprovechar y volteó a ver a la mesa de comidas que lo llenaba de orgullo. Allí, encima de manteles y bandejas, había mas comida de mar que en el mar mismo. Sonrió. Amaba esos cupones. Ah, y también casaría a esos dos. 
El resto de invitados fue llegando y tomando asiento: la doctora Kureha, esa Doctorina, junto con el padre de Vivi, Pell y Chaka, Yosaku y Johnny y muchos, muchos otros. Como Kidd, que andaba por ahí. 
La suave música, dirigida por Brook, empezó a sonar y los invitados faltantes llegaron y se acomodaron en los lugares restantes. Atrás, en el salón de espera donde estaba Sanji, lo acompañaban sus confiables amigos... Y Trafalgar. 
-Va a llegar, tranquilo. Para de mover ese pie. 
El zapateo se detuvo. 
-Pero.. Nami-san...
-Ya sabes como es, seguro se perdió. 
-Usopp tiene razón, Zoro es un imbécil. 
-Mi regalo de bodas va a ser una brújula de grande como su cabezota. 
-Buena idea Law. 
-¡Oigan!- les gritó Ace desde la entrada al salón- ¿qué pasó con lo de- contuvo una risa y se preparó para correr- no ver a la NOVIA antes de la ceremonia?- y desapareció tras la puerta corrediza. 
-¡A la mierda Ace!
-¡Sanji!
-¿Nami-chan?
-Sentado. 
-Bueno. 
-Bien, ahora dame la patita. 
-¡Luffy!
-Aburridos- añadió con un puchero desde el regazo de Trafalgar Law. 
-Sanji- se asomó Tashigi- ya pueden entrar. 
Se pusieron de pie y entraron al salón decorado con espirales y algas, algo significativo, pero de alguna manera elegante. 
Los invitados se pusieron de pie y los que venían con Sanji se acomodaron en sus lugares. Luffy y Usopp se situaron junto a Franfy como los padrinos y Nami y Robin al lado de Kuina y Vivi como madrinas. Sanji se situó en una de las dos sillas que estaban ubicadas para ellos dos. Y el cabeza de alga no aparecía. 
 
-Muchacho, el Baratie queda en el otro barrio. 
-¿Perdón?
-Si, el otro barrio, te tomará casi 20 minutos si te vas en bus y no hay tráfico, pero juzgando con que se está muriendo la tarde y que es viernes... Deberías comenzar a correr si quieres llegar antes que anochezca completamente. 
-Gracias viejo. 
-¡Soy mujer!
Se alejó corriendo del andrógino y tomó el camino de un bus para esperarlo y, con ayuda más que divina, tomar el que era. 
Por fortuna, el viejo Zeff había insistido en colocar un aviso en los buses que pasaban frente al restaurante. 
Se sentó junto a una chica que leía. 
-Hola- le dijo levantando la mirada del libro. 
-¿Qué?
-Te dije hola. 
-Ah, si, hola. 
-Te ves nervioso- se carcajeó un poco- ¿estás bien?
-¿Tengo cara de estar bien?
-No, para nada- rió de nuevo- ¿vas a algún lado? Estás elegante. 
-Voy a mi boda. 
-¡Ara! Felicidades. Por cierto, soy Juliana, un placer. 
-Roronoa Zoro. 
-¿Eres Zoro? No creí conocerte jamás, me han hablado mucho de ti. 
-¡A la mierda! ¿¡Quién fue el desgraciado?!
-Sanji. 
-Oh. 
Un silencio un tanto incómodo los envolvió. 
-¿Cómo conoces al cejas de sushi?
-Sanji es amigo de mi hermano. 
-Ah... 
-Dice que eres... Bueno, algo raro y excéntrico, además de distraído y torpe, pero que te ama mucho. 
Se sonrojó, ¿Sanji decía eso de él?
-¿Qué piensas de Sanji?
-Pienso que es agradable- se acomodó la moña que llevaba en el pelo y subió las mangas de su chaqueta verde- es servicial y divertido y cocina muy bien. ¿Qué te enamoró de él, Zoro?
-Supongo... Que lo idiota que es, además tiene una manera de decirme "marimo" bastante particular. Ah, y su cocina. 
-Cocina muy bien. 
-No, quiero decir, su cocina, la parte del apartamento que se llama cocina: siempre está abierta para todos, siempre está él ahí y aunque es amplia, es el único lugar donde no me he perdido, además siempre tiene lo necesario para hacer onigiri, incluso la motivación. 
Juliana movió la cabeza, Zoro si era raro y simple, pero era una simplicidad cautivadora. Sacudió la cabeza, ella tenía ya a alguien que la hacía sentir en las nubes. Y pensaba en Zoro como un hermano mayor, incluso habiéndolo conocido de poco tiempo, literalmente. 
-Me gusta. 
-¿Qué?
-Como hablas de Sanji, te brillan los ojos. 
-Siempre que hablo de él una sonrisa estúpida se me dibuja. 
-Sólo una sonrisa- corrigió la chica entre risas- lo de estúpido es de antes.
-Tonta- le revolvió los negros cabellos- ¿irás a mi boda?
-Me encantaría, pero tengo clase, la universidad apremia y tengo exámenes la otra semana, pero no dudes en invitarme a tu casa para conocer la cocina de Sanji. Por cierto, ¿dónde es la boda?
-En el Baratie. 
-Lo pasamos hace tres estaciones. 
 
Se había mandado a prender el aire acondicionado porque los invitados no paraban de abanicarse con sus manos. Luffy había terminado por sentarse en las piernas de Trafalgar y ahora dormía a rienda suelta. Robin había terminado el tercer libro y Vivi no paraba de hablar con Nami.  Brook había logrado componer dos suites nuevas y las practicaba con ahínco. Chopper le daba primeros auxilios a Usopp, no se sabía por qué, y Kuina rompía el tercer plato. Tashigi intentaba calmar a su hermana y a disuadirla de dejar de destrozar la vajilla mientras Mihawk bebía junto con Crocodile, Smoker y Shanks, quien había abandonado a Ace luego de que este comenzara a llorar por darse cuenta que su hermanito estaba creciendo y enamorándose. Sanji estaba tranquilo, sentado en la silla del comienzo, fumando un cigarro y Zeff arreglaba su mesa de comidas. Un bostezo casi unánime se hizo presente en el salón. 
La puerta se abrió de sopetón y entró el novio. 
-¡Maldita sea Zoro! ¡Te voy a rebanar!
-¡Kuina!
-Suéltame Tashigi. 
-Está bien, si el marimo hubiera llegado temprano le hubiera dicho que no. 
-¿¡Qué?!
-Por favor, Zoro se pierde en cualquier lugar, sería extraño que no se perdiera hoy. Así confirmo, una vez más, que es el marimo del cual me enamoré y no ha cambiado en nada. 
Un "awwww" se hizo presente en los espectadores. 
-¡Al carajo esa cursilería! ¡Te dibujé un mapa en la parte trasera de la corbata!- exclamó Nami acercándose al novio. 
-¿Era un mapa?
-¿¡Qué le has hecho a mi corbata?!
-Ace... No es lo que piensas...
-Espera... Si era por la parte trasera... ¡Zoro, tienes la corbata al revés!- Sanji escupió su cigarrillo. 
-Ah.
-Nada de "ah", ¿qué son esas cosas blancas?
-Como tenía manchas le eché blanqueador. 
-¡Cabeza de alga estúpido! ¡Analiza el nombre! ¡Blanqueador es para blanco, no para amarillo mostaza!
-Ah. 
-¡Mi corbata!- chillaba Ace. 
-¡Marimo idiota!
-¡Cejas curvitas!
-¡Cállense!- Nami empujó ambas cabezas hasta que se besaran y dejaran de gritar. 
-Los declaro idiota e idiota, ya que, ya se besaron, prosigamos con el banquete- acabó Zeff con el escándalo.
-¡Banqueteeee!- Luffy fue el primero en ponerse de pie y se llevó a rastras a Law. Todos los comensales se acercaron a la generosa mesa de comidas y dejaron a los novios aparte. 
-Imbécil. 
-Me perdí- aceptó Zoro. 
-Igual que siempre. 
-Nos perdimos los votos. 
-Y el "si, acepto"- añadió Sanji. 
-Y no pudimos quitarle la cabeza al que dijera "yo me opongo". 
-Nadie se habría enfrentado a tu Wādo Ichimonji. 
-Lo vales, cocinero. 
Se miraron por un momento. 
-Roronoa Zoro, ¿acepta usted a este sexy cocinero en las malas y en las malas, en llenura y hambre, en salud, porque en enfermedad se encarga Chopper, hasta que la muerte los separe?
-¿Tengo opción a rehusarme?- fingió. 
-No. 
-Entonces acepto. Y usted...- lo pensó un momento- Roronoa Sanji, ¿acepta al mejor espadachín del mundo en las malas y en las malas, siempre que tenga hambre, en ambos sentidos de la palabra,- se carcajeó- en salud y ya porque no pienso enfermarme, hasta que la muerte nos separe?
-Creo que me toca, si, acepto. 
Y con un beso sellaron un eterno contrato. 
 
 
 
Notas finales:

Gracias por leer. 


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