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Tu muñequito (Kailu - KaiHan) por Yasmine

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Notas del fanfic:

Se que tengo otros fics pendientes, (Que terminaré, siempre lo hago) así que si a alguien le interesa el fic, podría pedirme que lo siga, lo cual creo nulo, ya que no siento que a mucha gente le guste esta pareja.

Pero me arriesgaré....

Como es precioso el otoño, majas las hojas  cafés y naranjas que caen majestuosas y gráciles danzando con el aire después de separarse de aquellas ramas que las unían fuertemente y ambiguamente débil por igual a los arboles que las sostienen a pesar del frio, del calor, en tiempos de tempestad o de sequia. Una unión que solo se da para las que nacieron fuertes y fueron capaces de desarrollarse aun en condiciones deplorables, por que lo merecían, seguir escuchando el canturreo de los pajarillos, las brisas con aroma a roble en las tardes  frescas y noches de aquella bella estación.

Una frágil unión que durará a pesar de estar separadas, pues fueron marcadas desde su nacimiento a esas ramas; las únicas con las que se podrían sostener sin titubear o miedo a caer. Eso eres tu para mi, mi apoyo, mi custodio, mi corazón…

 

Siempre estuvimos juntos, recuerdo cuando éramos niños y nos sentábamos en el rincón de mi habitación a que me leyeras mi cuento favorito cada atardecer, mientras yo reposaba en tus piernas a la par que tu acariciabas mis cabellos, hasta rendirme a cerrar mis ojos y verme inmerso en los brazos de Morfeo, débil y expuesto ante ti en tus piernas, y me sonreías.

 

Recuerdo cuando íbamos al parque juntos y me tomabas de la mano solo para que yo no me perdiera, para que nadie me hiciera daño si me veían contigo, aunque teníamos la misma edad, yo me sentía seguro contigo. Tu eras como el otoño, mi estación favorita.

 

Recuerdas aquella tarde en otoño cuando caminábamos abrigados y con las mejillas rosadas de la frescura del aire rozar nuestras mejillas y nuestros cabellos mecerse frente aquel roble donde siempre nos subíamos a huir de nuestros problemas…huíamos juntos… esa vez estabas de frente mío, mirándome a los ojos, listo para decirme algo que cambiara nuestra manera de mirar las cosas, la manera de vernos …

 

-Te amo Luhan.-Me quedé sorprendido, sabia que si abría mis ojos sabrías en que pensaba yo, así que preferí cerrarlos, me sobresalté cuando sentí tus manos acariciar suavemente mis mejillas para darme un suave y tierno beso en los labios… mi primer beso.... siempre quise que fueras tu el primero. Sentí tu sonrisa al tiempo que descubrías mi torpeza para corresponderte, te juro que hacia lo que podía. Mas no te sorprendiste, tu esperabas eso, me lo dijiste con la mirada, jamás estuve con nadie que no fueras tu.

-Sehun… por que… ¿Por que esto ahora?-Pregunto preocupado de que las cosas terminaran mal, de que todo fuera un sueño cruel del que tuviera que despertar, que fuese un rudo juego de mi subconsciente.

-¿Por qué te amo? Sencillo, por ser tu.-Tu siempre tan poético, con cortas palabras y actos grandes sabias como llevarme hasta el cielo flotando tu y yo, nadie mas.

-Pellízcame, que creo que voy a morir.-Conteste dramáticamente, mientras tu sonreías ante mis típicas tonterías que suelo decir.

-¿Eso es un yo también?-Preguntaste mirándome a los ojos sin gesto alguno, típico de ti, eso es lo que me enamoro de ti. Tu determinación, tu pasión, tu entrega total y sobre todo, tu honestidad. Perfecto.

-Eso es un te acepto.-Fui directo al grano, mientras tu me abrazabas y yo sentía que volaba. No pude abrazarte con la misma intensidad, por que estaba atrapado entre tus protectores brazos. Desde ese día no nos volvimos a ver, te fuiste, me dejaste.

 

 

Quien será capaz de recordar el mutuo ultimo adiós, ¿Quién contará la historia de tu vida? ¿Algún día serás capas de decir que has vivido de verdad? ¿Alguna vez alguien te ha hecho sentir vivo con tan solo una mirada? ¿Un atisbo de atención, que apenas toca su esencia? Un triste comentario en si mismo.

 

 

Recuerdos de ti, es todo lo que me queda. Tan chico te vi, aquella vez en la vereda. Tu nombre quedó grabado en mi corazón, por lo menos hace diez años, ¿Cuanto tiempo ha pasado desde que te vi la ultima vez? Los días los tengo contados. No recuerdas los lindos momentos juntos, ni si quiera recuerdas el día que me hiciste feliz que creí que era un pecado, y que al mismo tiempo, sentí que en verdad merecía perderte después de haber sentido tanto. No merezco hacerte revivir ese momento, por que ya quedo en el pasado, y tu…tu ya cambiaste. Ahora que has vuelto, ya no me miras como antes, tal pareciera que estas conmigo por compromiso.

 

Ojala y algún día escuches mis plegarias, tan solo espero que no te tome mucho por favor.

 

-Luhan, ¿Me estas escuchando?- Preguntó Sehun molesto de ser ignorado por tercera vez consecutiva en apenas, cinco minutos de haberse encontrado.

-¿Eh?-Despertando de su bucle de elucubraciones.-Ah, si, perdón.-Apenado, y cabizbajo.

-Ah, es inútil, tu nunca me pones la mínima atención.-Se va de ahí, chisteando molesto.

-Yo…-Rodando los ojos hacia el lado opuesto.-Siempre te pongo la atención que necesitas.

Tal ves será mejor que tras varios suspiros robados cada amanecer, debería alejarme de ti.

 

Caminando sin rumbo definido, llegó como por acto de inercia a su hogar. Sacó sus llaves, y echó su cabeza hacia atrás. Entró sin cuidado, y  se sumió en su mullido sillón, deseando estar en otro lado, al lado de aquel que le robaba sus mas cálidos latidos, quien los aceleraba, y le hacia llorar.

 

Fue hasta su cuarto, sacó de un cajón un peculiar objeto, el cual acarició con parsimoniosa sutileza, como si de su vida misma se tratara, lo tomaba cual muñeco de porcelana, por que eso era, “Su muñeco” El muñeco que le cosió a Sehun, durante su infancia, en el periodo en el cual, para abatir su depresión, se entretenía arremedando ese objeto, el cual le daría el día en que se volviesen a ver y le profesara por fin cuanto lo había extrañado. Un objeto donde había plasmado todo su ser, al cual le había vendido su alma, por un muy merecido, “Gracias Luhan, es precioso”.

 

Pero todo era aun mas complejo, Sehun no lo amaba como esperaba. ¿Y el por que lo amaba? Sencillo, era el único que se preocupaba por el.

 

-Si no me quieres, no debiste ser lindo conmigo.-Abrazó el muñeco contra su pecho y sollozo por momentos, luego lo tomó de nuevo, esta vez con su derecha y le dio un beso en la frente.-Eres idéntico a el.- Mirada recia, labios de indiferencia, tés blanquecina, cabello sedoso, y un cuerpo lindo, por cierto, traía un traje que el mismo había cosido. Por que a Sehun le encantaba usar traje.-Podría hacer vudú con esto.- Pero no era capaz de lastimarlo.

 

 

Al día siguiente, como de costumbre, fue a aquel afamado bar, donde lo había encontrado por primera vez desde su regreso. Se sentó en la barra, y pidió un vaso con agua, su boca estaba por demás seca. No le gustaba el alcohol.

Detrás de el, sintió un cálido escalofrío recorrer su cuerpo, naciendo en su cuello y terminando en sus tobillos de una manera afable, volteó y notó que Sehun miraba despectivamente el lugar, haciendo visajes de disgusto, por la gente que le rodeaba. Luhan sonrió, no había cambiado absolutamente en nada.

-Llegaste.- Afirmó trastabillando como tonto.

-Si, siempre vengo.-Respondió Sehun. Se recargó en la barra, y recostó su cabeza, entre sus brazos cruzados y cerró los ojos. Luhan, estiró su mano, y le acarició los cabellos con eterna devoción, mientras dejaba escapar suspiros armónicos, con los cuales, acariciaba sus tímpanos, mientras Sehun se iba ciñendo entre los brazos de Morfeo.

-Te extrañé.-Musitó apenas audible, soltando una pequeña lagrima, la cual limpió inmediatamente, por el susto que le provocó.

-¿Dijiste algo?-Abrió los ojos, los cuales le hicieron sentir un choque eléctrico y ponerse sumamente nervioso, quería cachetearse por dejarse llevar tan fácil, pero el lo ponía así.

-N-no.-Se odiaba inmensamente por tartamudear siempre que le preguntaba eso, después de suspirar que lo extrañaba.

-¿Sabes? Siento que debería dar el siguiente paso.-Con esas palabras, el corazón de Luhan se paralizo, ¿El siguiente paso? ¿De su relación? Esperen…¿Tienen una relación?

-¿De ver-verdad?

-Si, ya estoy harto de esperar. –Se incorporó nuevamente, golpeo sus uñas contra la mesa, mientras Luhan quería morderse las suyas esperando escuchar lo que quería oír.-Me voy a suicidar.- En ese momento todo el mundo de Luhan se vino abajo.

-¡¿Qué?!

-La vida no es la misma, la odio, odio mi existencia, no siento ser realmente “valioso” -¿Valioso? ¡Maldita sea! ¡¿cuántas veces lo hiciste sentir valioso?! Tal ves era hora de que Luhan tuviera su turno.

-Pero lo eres, yo te aprecio demasiado.-Tomó su mano, y Sehun lo miro a los ojos, molesto.

-¿Y que esperas que haga? Estoy harto de que la gente espere que haga algo por ellos, es injusto dejar de ser yo mismo para que los demás sean felices, no lo soporto.-Lo que el no sabia, es que Luhan sufría exactamente lo mismo, pero la diferencia era que Luhan no era cobarde, arrostraba sus conflictos existenciales cada día, mirándolo entristecerse aun mas, mientras sufrían juntos, pero Sehun nunca apreciaba eso.

-Me decepciona escuchar eso.-Recordó el muñequito que guardaba con tanto aprecio.-¿Podrías no intentar nada estúpido en lo que vuelvo?-Salió corriendo del lugar, rumbo a su hogar, decidido a entregarle el muñequito, y inspirándose en todo lo que sentía por el para plasmarlo en una hoja de papel, era arriesgado, pero valdría la pena si era capaz de hacerle cambiar de opinión.

Sacó la pluma mas cara que tenía, le dio un beso para la buena suerte y utilizó un pedazo de pergamino que le había obsequiado su abuelo para una opinión especial, y vaya que era así. Escribió todo sentimiento que afloraba en esos momentos, dejando su alma proyectada en un simple escrito.

 

Caminó a paso tardío, sonriendo puerilmente, escondiendo su sonrisa detrás de su bufanda, con manos en los bolsillos de su abrigo. La noche estaba fresca, pero su corazón, el cual se estaba helando, por fin se derretiría, y se preparaba para eso.

Llegó al edificio de Sehun, tocó el timbre, pero nadie contesto.

-Esta ahí, lo se.-Aseguró, tomando coraje y empujando la puerta del lugar. Fue a la recepción donde, le aseguraron que no había vuelto a salir. Su corazón latía tan rápido que sintió que explotaría, cada paso, hacia que deseara retractarse para no sentirse pesado, se le engarrotaban los dedos, pero su deseo era mas fuerte.

 

Sin darse cuenta, se equivocó del número de habitación, tocando en el lugar equivocado, como nadie respondió, giro la perilla, la cual yacía abierta. Entro y observo el lugar, tan pulcro que sonrió. Fue hasta su habitación y dejo la caja con el muñequito y su declaración de amor.

Salió del lugar cual niño después de cometer una travesura, en ese momento, Sehun salió del apartamento de al lado, y Luhan intento esconderse en el apartamento del cual había salido, pero esta vez el mismo le había puesto seguro.

-¡Maldición!-Se dijo a si mismo, su muñequito estaba adentro, ¿Qué haría ahora?

-¿Luhan? –Sehun frunció el ceño al mirarlo tan cerca.-¿Qué haces aquí?-Mas bien parecía un reclamo.-No me da mucho gusto verte dos veces al día.-Esas ultimas palabras fueron como una punzada al corazón, aunque Sehun no lo hacia con dolo.-Vete de aquí, no es un buen momento.

-P-e-pe-pero…

-Lo mejor será que no vuelva a verte, después de todo, mi depresión es por tu culpa.-Luhan no sabia que era lo que sentía en su estomago, pero sentía que estaba ardiendo en llamas.-Me arrepiento de lo que paso hace diez años, pero no se repetirá jamás, lo lamento.- Se sentía mareado, quería arrancarse los pelos, y llorar como nunca lo había hecho, gritarle al cielo por que llevaba tanto tiempo añorando ese momento, para que al final fuese demacrante, se sentía furibundo.

-Y-yo.- Masculló quedamente, mientras veía la silueta de Sehun desvanecerse por el pasillo.-No te vayas…-Se dejó caer en sus rodillas, mientras recibía el resto del impacto en sus palmas.-Debo detenerlo, pero…No tengo el poder de lograrlo…

Lloró amargamente, escondiendo su cara entre sus rodillas, mientras sentía un nudo en la garganta, no dejaba escapar su voz de otra manera que no fuera llanto. Dolía demasiado, hasta la medula, no, mas adentro, donde se encontraban sus sentimientos, su corazón comenzaba a latir lento, quería desvanecerse.

 

Kim Jongin llevaba rato en su trabajo, hastiado de la hipocresía, se había vuelto un ser misántropo, se preguntaba; ¿Por qué la gente era incompetente? No tenia el poder de recriminárselo sin tener que hablarles,  ¿Poder?

 …Rodó los ojos  al lado opuesto. Esa palabra es subjetiva, para algunos representa la capacidad de hacer, para el es tomar en miedo de otros y mostrárselos. Regresó a su apartamento, noto que un chico se iba meciendo, alejándose de ahí, mientras notaba como arrastraba sus pies de una manera alarmante.

Entro asustado, pero con pesar en su interior, de alguna u otra manera, le había afectado por demás la imagen de un chico que parecía un vago moribundo, llego hasta su cuarto, se desaflojó la corbata, y notó una cajita peculiar en su cama, leyó el mensaje, y las lagrimas no se hicieron esperar…

¿Quién seria capaz de amar así?

¿Por qué a el?

Se había paralizado…pero ¿Qué mas había dentro?

-Un muñequito…-Afirmó con el corazón en la mano. Por primera vez sentía emociones distintas recorrer su interior en menos de un santiamén, no sabia por que, pero necesitaba una explicación.

Se pasó toda la noche pensando en quien pudo haberle hecho ese muñequito, que para su mirar, era idéntico a el, aunque al fin y al cabo, tan solo era un muñequito. Pero para el significaba mas que eso.

Haya afuera, había una persona que se había tomado la molestia de pensar en el de alguna forma romántica, a pesar de que el no era “bueno”. Merecía una oportunidad, y pensaba buscarla.

Imaginaba la sonrisa de aquella persona, al imaginarla entre sus brazos y estrechando su cuerpo sobreprotectoramente, idealizando un amor puro, desinteresado, peor lejano. ¿Acaso se había enamorado? No podía conciliar el sueño, estaba demasiado emocionado, era un hecho, lo habían atrapado. Quería llorar de felicidad, al fin sentía algo más  que odio, y era hermoso.

 

-Lo nuestro va mas allá de un amor crepuscular.-Aseguró Jongin, tomando al muñequito entre sus manos, y estrechando sus dedos, atesorándolo como lo mas preciado que jamás haya tendió cerca, depositando con parsimoniosa sutileza, un suave, delicado y efímero beso en su cara.-Te voy a encontrar, así sea lo ultimo que haga. Me has hecho sentir vivo.

 



 

Notas finales:

Díganme que les pareció, y si creen que merezca un segundo capítulo.


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