Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Oshitari los pájaros no hablan por YamiYo

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Prince of tennis y sus personajes no me pertenecen sino a Takeshi Konomi c:

 

Notas del capitulo:

Primer fic del año conmemorando un año desde que el yaoi se volvio prioridad XD

Nayen ... estoy avergonzada, pero la verdad es que por cosas de la vida tuve que borrar el otro fic :c y bueno, quisiera que me perdones, en verdad. Gracias por animarme en continuar escribiendo, la madrugada vino llena de inspiracion.   La la lab34;   No hay mas que decir disfruten

 

Pero ahí estaba. En la azotea de su enorme colegio, mirando como los alumnos se dirigían a su salón, pero él no. Necesitaba refrescarse, se sentía confundido, angustiado; como si algo le faltara.  Sin embargo, no era eso, mas bien era cansancio, un cansancio tan grande que lo incito a tirarse al suelo.

 

Era algo tan nuevo para Keigo sentirse tan perdido. Siempre tenía la razón, siempre sabía la razón de todo, pero estaba desorientado.

 

No había nada que hacer, estiro sus brazos, planeaba dormir.  Sin calcular el tiempo pasaron los minutos hasta llegar a la hora ¿Atobe huyendo de clases? Ese día era histórico.

 

Casi a punto de conciliar el sueño, oyó una especie de ronquido, parecía un animal. El de cabellos grisáceos, se levantó con sumo cuidado, dando pasos delicados. El ruido se intensificaba, bajo la vista y encontró a sus compañeros, roncando fuertemente. 

 

Era de esperarse de Jirou Akutagawa. La pregunta era ¿Qué hacían ahí Shishido, Gakuto y Oshitari? Estaban durmiendo plácidamente, como si fuera una cama. Cuando Jirou estiro los brazos, golpeo a Shishido en el rostro, este voltea y le gruñe a Gakuto. El pelirrojo se levanta y se va hablando solo, ignorando todo a su alrededor. Yuushi estaba  solo por lo cual decidió fastidiarlo a él.

 

Sin lentes el peliazul se veía lindo, pero nunca tanto como él. Eso le hizo sonreír, por razones que aún desconoce.

 

-¿Qué tanto me miras? Sé que soy hermoso, pero no es para tanto. –respondía Oshitari al tiempo que buscaba sus gafas. Su intención era molestar.

 

-Pff estaba pensando en que no eres nada, comparado con mi belleza. –dijo aclarando su enorme ego.

 

-Bueno. –Contesto ajustando sus  lentes-. Supongo que tengo que ir a clases, ya termino Gimnasia Artistica.  Como estamos conversando, a que se debe tu gran presencia en la sucia azotea en pleno horario escolar.

 

-Y quien eres tú para estar preguntándome aquello.

 

-Pues yo sé que te fastidia algo.

 

-¡A mi no me fastidia nada!

 

-Pero te estas alterando. –sonrió el peliazul, victorioso. –Un pajarito me conto por ahí que el pequeño Keigo va a visitar a su abuelo. Pero el mini rey no quiere ¿verdad?

 

Nadie sabía cómo Oshitari estaba al tanto de la situación. Se sintió invadido, casi desnudo. Además, ¿Qué era eso de los pajaritos?  Estaban bastante grandes para comprender que los pájaros no hablan.

 

Se sentía irritado, muy irritado.

 

-Mejor haz silencio Yuushi, así te ves mejor. –dijo Atobe antes de retirarse-. Levanta a esos dos, tenemos práctica.

 

El de anteojos rio a lo bajo, sin embargo le hizo caso. Levanto con dificultad a Jirou, al lado Ryou se estiraba con un amplio bostezo, observando como el cielo se despejaba.

 

-¿Cuánto dormí? –Pregunto el castaño, sobándose los ojos.- Ya nos toca las prácticas, o Sasaki nos hará correr vueltas por todo el colegio, Oshitari.

 

-Van a empezar, el mismísimo Atobe estaba aquí hace un momento. Gakuto ya se fue, desde que le gruñiste. Comenzó a hablar solo, Dios sabe qué. –respondió dándole una mano-. ¿Vamos?

 

Los dos compañeros arrastraron a Akutagawa hasta los vestidores y lo dejaron en una banca. En el cielo ya no había nubes, solo un inmenso sol que ardía fuertemente.

 

Estando todos en las canchas, después de un breve calentamiento, iniciaron los partidos depráctica. Ese día no tuvo piedad de nadie. Si perdían el partido, 20 vueltas. Si demoraban en sacar, 15 planchas. Si lo mirabas a los ojos... 50 vueltas, ni Sasaki pudo controlarlo. Así que el entrenador se fue, dejando en manos peligrosas a sus regulares.

 

Todos terminaron corriendo un aproximado de cien vueltas, dando unas cincuenta planchas, a excepción de Atobe, obviamente. El cual se enfrentó a cada regular y descargo su estrés sobre ellos.

 

Ninguno le pudo ganar un set.

 

Al finalizar, todos estaban sudando mares, hacia demasiado calor. Rendidos cayeron al piso, dando largos suspiros.

 

-¿Quién es el siguiente? –Exclamaba Keigo con énfasis-. Levántense, acabamos de empezar.

 

-¡Atobe! Llevamos una hora extra aquí, ya son las cuatro de la tarde. –contesto quejumbroso Gakuto.

 

-Descansa Atobe, es fin de año. Haz como Jirou. –decia Oshitari, señalando a su compañero dormirdo en la cancha.

 

-Pues descansare, cuando cierres la boca, el resto puede irse. –Dijo chasqueando los dedos-. Necesito preguntarte algo.

 

-Como quieras. –dijo observando al resto irse.

 

-Por cierto, tendrás que esperarme, me daré una ducha y necesito una explicación. –dijo el de ojos plateados, que con cierta luz parecían azules.

 

-No te preocupes, también me duchare. –respondió el peliazul.

 

Sabía lo que le iba a preguntar, pero no se imaginaba a lo que se enfrentaba.

 

Con bastante paciencia, se bañó, casi una hora. Sin embargo, el “rey” se demoró el doble. Era algo molesto, los señores encargados de la limpieza ya habían cerrado todo a excepción de la habitación/ducha de Keigo.

 

Al momento de salir, con la toalla amarrada a la cintura y el pelo mojando su alrededor, Atobe se acercó a Yuushi.

 

-Mírame y explícame como sabes que me iré, como sabes que no quiero. Además,  ¿Qué es eso de “mini rey” y “Un pajarito…”? –dijo un enfurecido Atobe. –Sabes que no tengo paciencia.

 

-Sabes hace meses que te llevo con indirectas y tú, nada. Sé que no tiene paciencia, excepto conmigo –dio un gran suspiro-. Vamos, no creo que me creas.

 

-Dímelo, ahora. –exigió.

 

-Yo dormía plácidamente, hasta que mi celular sonó, algo molesto conteste. Intrigado, algo aturdido porque comenzaste a gritarme.

 

-¿Ah?

 

No podía sentirse más avergonzado. Había llamado a Yuushi para que le aconsejara, pero no se acordaba de ello. Empezó a temblar, cuando era impulsivo nada lo paraba.

 

-Bueno seguiré. Me empezaste a contar media vida. Que estas harto de tu tío, sino me equivoco, aunque es al pariente que más vez. Ahí, la cosa se puso interesante, me contaste de como encontraste en la calle a Ootori y Shishido. Como te ríes de Gakuto cuando te pide tu celular, cosas así. Luego empezaste a hablar de ti. Las cosas que te gustan, las que te disgustan, por eso mismo me contaste lo de tu abuelo.

 

-Entonces…

 

-Tal vez quieras vestirte, o tal vez quieras jugar un rato. –rio algo incómodo, esperaba que recordara lo último-. Lo mejor es cuando me nombraste, con un estilo de…

 

-Risa. –termino la oración recordando una parte de la conversación.  –Yo… no sé qué decirte, sé que no eres una persona a la cual le podría dar algo y guardaría silencio.

 

-Quien dice. –Rio el peliazul-. Fue una conversación interesante. Llegaste a contarme cosas vergonzosas.

 

Nuevamente, el no saber la respuesta indicada lo llevo al nerviosismo.

 

-“No me sentiría así, si tan solo no lo hubiera llamado a él”. –pensaba mordiendo su labio.- “Algo vergonzoso, ¿a qué se refiere? …es decir, no tengo nada que ocultarle”

 

-No te pongas nervioso. Relájate, nadie sabrá nada, únicamente yo. –murmuraba Oshitari-. Yo seré tu confidente.

 

Como las cosas habían acabado así.  Oshitari lo miraba, profundamente clavando sus orbes azules sobre él. No se veía alegre, ni lujurioso, mas bien triste.

 

-Me rindo. –dijo el de anteojos-. No sé en quien piensas, pero no es en mí. Ya no tengo paciencia.

 

Era un día tan extraño, desde faltar a clases, hasta darse cuenta de que su compañero se le estaba insinuando desde hace tanto. Estaba tan asombrado. El más alto planeaba irse, no había nada más que decir.

 

-No… -murmuro el de pelo grisáceo.

 

-¿Por qué? ¿Crees que no sé lo que paso entre Mizuki y tú? ¡No puede ser que tendrá Mizuki que yo no! –se quejaba Yuushi-. Lo mejor es que me lo decías con un disgusto tremendo. Dijiste: “Estaba borracho, se tiro encima mio y agg”

 

-Yuushi…-dijo amargado-. No te vas a ir de esa manera.

 

El peliazul se acercó, estaba harto de todo, lo miro de cerca. Pero lo que recibió fue una cachetada. Pero no reacciono. Solo recibió un peculiar beso. Uno que le decía, calmate. Yuushi lo último que hizo fue desperdiciarlo. Lo beso con ansias, como siempre había deseado, nuevamente en sus ojos se reflejaba la lujuria. Le gustaba degustar de esa dulce y caliente entrada. Al momento de separarse, se miraron, intrigados.

 

-Esa mirada es peligrosa, Keigo. –Murmuro Oshitari antes de seguir apreciando el formado cuerpo de su capitán-. Si no te vistes, no saldrás ileso de aquí.

 

-Já. -rió el otro, sin decirle gracias.

Notas finales:

Gracias c:

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).