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Zorrito, déjame conquistarte. por ChicaUchiha

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Notas del fanfic:

Historia 100% SASUNARU!!! ^^  

Es mi original idea yaoi de una novela que adapté, porque la original que también es mía tiene otros personajes y otras cosillas y tal vez este año publique :3 

 

Por cierto también tendrá otras parejas... una cosa importante... puede parecer cruel a veces pero yo NO HAGO HISTORIAS CON FINALES TRISTES así que pueden estar seguros que el final será feliz ;)

 

 

Notas del capitulo:

Historia SasuNaru... sé que este primer capítulo no lo mustra mucho, pero ya verán que más adelante tendrá bastante romance y situaciones divertidas ;) Denle una oportunidad *w*

Bueno, diré que los personajes son de Masashi Kishimoto ^^ yo sólo los adapté a esta historia ^^ 

 

La historia es mia, y me da mucho orgullo :3 

 

Bueno lean xDDD 

 

 

Mi nombre era Naruto Namikaze Uzumaki, era un estudiante normal de dieciséis años, mis notas eran promedio, sobresalía en deportes, era la materia en la que mejor me iba. Vivía con mis padres, Minato Namikaze y Kushina Uzumaki, la verdad todo era normal. Tenía amigos; Gaara, quien siempre me apoyaba; Shikamaru, quién siempre tenía una respuesta a todo; Kiba, siempre me molestaba, pero junto con Akamaru me alegraban en día; Sakura, una chica pelirosa, muy linda y simpática, y muchos más, Neji, Hinata, etc.

 

Mi vida era alegre, hasta mis maestros a quienes siempre hacía enojar me tenían cierto cariño, en especial uno que siempre se portaba como mi segundo padre, Iruka-sensei.

 

-¡Naruto levántate!-gritaba una mujer desde el primer piso.

 

-¡Hai!-respondí con un bostezo. Me levanté al instante, conocía muy bien a Kushina Uzumaki, mi madre, y de verdad quería evitar contratiempos, como por ejemplo que tu madre a tu edad te termine metiendo a la ducha y te empiece a bañar, o que simplemente te tire agua en la cama, helada ¡una vez tiró hielos en mi cabeza! Sí, de verdad terrorífica, rápidamente me bañé y vestí y bajé por el desayuno.

 

Mi padre ya estaba allí comiendo unas tostadas y bebiendo un café, mi madre servía lo mio, que era similar a lo de mi papá, sólo que en vez de café era leche.

 

Comí rápido y mi mamá enseguida me regañó.

 

-Naruto, mastica, no tragues.-decía mientras ella al igual que yo hacía entrar un pan entero casi a su boca. Mi padre rio.

 

-Me voy.-dije al pararme. De un beso me despedí de mi madre y de mi padre y corriendo salí a la calle.

 

-Vaya silencio.-crucé los brazos en mi nuca.

 

 

Era cierto, las calles estaban vacías, algo extraño, siempre la gente caminaba casi junta, codo a codo con las demás personas tratando de llegar a su destino, a mí me daba asco porque había una creación de perfume asqueroso por todos los olores que soltaba la gente.

 

Caminaba una cuadra, otra, no me detenía. El colegio quedaba a cinco cuadras, pero empezaba a asustarme, nadie había, ni siquiera un perro, un gato, algo. Veredas y carreteras desoladas.

 

-¿Qué es esto un apocalipsis zombie?-me pregunté riendo.

 

Entonces lo vi…

 

Era una extraña flor de color rojo y en el suelo un hombre aterrado viendo como la cosa esa se acercaba. No pude creer lo que veía, las flores surgían del suelo y entre todas devoraron al señor gordo, de terno, que al parecer iba a su trabajo. Me fijé bien, las casas tenían ventanas rotas o puertas caídas, el cemento que recubría las calles estaba manchado con la sangre.

 

Mis ojos se abrieron grandes y mis brazos quedaron inmóviles, uno a cada lado de mi cuerpo. Lento empecé a retroceder y cuando menos lo pensé oí a gente gritar desesperada, a guaguas llorar, personas pasaron por mi lado huyendo. Ruido de casas destrozadas, de explosiones, tal vez provocadas por un descuido con el gas, y miles de esas malditas flores surgiendo del suelo y cazando a humanos para luego tragárselos.

 

-¡Mamá, papá!-grité cuando llegué a reja de mi casa, iba a buscar las llaves en mi pantalón, pero apurado la salté. Cuando llegué al jardín, la puerta que era más rápida de abrir, arriba en el balcón vi a mi madre abrazando un trozo de tela, tenía hundida su cara en él.

 

-¡Mamá!-volví a gritar.-Ya voy, enseguida subo.

 

Iba a hacerlo pero esas flores carnívoras salieron de la puerta impidiéndome el paso.

 

-Maldición.-dije furioso.

 

-C-corre…-mi madre levantó la cabeza y lágrimas tenían sus mejillas, aparte de sangre y heridas en su cuerpo.

 

-¡No! ¡Debo salvarte!-miré bien la tela, era la ropa de mi padre, supuse lo peor- Al menos a ti…

 

Mi madre sonrió.

 

-Tu padre y yo te queremos…

 

Una flor de color naranjo con amarillo abrió sus fauces, dentro tenía colmillos, detrás de mi madre apareció.

 

-Vive…Naruto…-sonrió, y luego su rostro hermoso y su cuerpo fueron tragados por el asqueroso ser carnívoro.

 

-¡NOOOOOOOOO!-lloré, debo admitirlo, lloré, aunque creo que quien no lloraría si ve a sus seres amados morir delante de ellos.

 

Mi madre, mi padre ese día murieron comidos por esas flores que de la nada aparecieron, mis ojos se inundaron en lágrimas, caí de rodillas al piso derrotado, y las plantas se acercaban poco a poco a mi cuerpo.

 

“Vive…Naruto…”-recordé y entonces mi ceño se frunció y enojado tomé una escoba que yacía tirada ahí cerca mío y con eso me defendí y salí corriendo… ¿Hacía donde corría? No tenía idea, no me quedaba nada… ¿nada? En mi mente aparecieron las imágenes de mis amigos, de mis profesores, de mi otra familia…

 

-A ellos… a ellos si los protegeré…-me dije decidido y mis piernas ágiles se dirigieron a la escuela…

 

En el camino no podía dejar de llorar, por más que lo intentara no podía, recordaba como mi madre fue engullida por esa cosa, no la podía llamar flor, las flores eran bellas y no causaban daño, “esas” eran una ofensa para las flores que tanto amaba mi madre, en especial cuando mi padre le llevaba de vez en cuando.

Me traté de tapar los oídos, no quería escuchar, tan sólo miraba al frente, porque menos quería obtener más recuerdos traumantes, todo era una selva de sangre y agonía, un mar de lágrimas escurría de mi pueblo natal, sufrimiento y angustia y nada, nada podía hacer, tan sólo esperaba salvar a mi amigos, huir con ellos a otro lugar, otro país incluso.

 

Un edificio en ruinas fue lo que me encontré en vez de escuela, mi corazón agitado se aceleró aún más, pero pasé la puerta caída, los ladrillos en el suelo, sin querer toz salió de mi garganta por el polvo que había, llegué al patio y escuché los gritos y lamentos.  

 

Vi el río de sangre rojiza que cubría como un manto el piso, aquí era distinto, no había flores devorando personas enteras, había un hombre en el centro con un látigo saliendo de sus dedos, color amarillo brillante y a su alrededor lleno de cadáveres, una escena gore de lo peor. Ni describirla quiero.

 

-Humanos tontos, no pueden oponerse a nuestro poder.-anunció el hombre de cabello rojizo, usaba una especie kimono corto con unos pantalones anchos, sus pies estaban descalzos.

 

El piso de arriba seguía intacto, noté como por las ventanas se asomaban, la media, dos cursos de la media, uno era al que estaba yo con Kiba, más Hinata y Shikamaru; y el otro era el curso de Sakura-chan, Neji y Gaara quienes eran un año mayor que yo.

 

Los senseis miraban y trataban de consolar a los alumnos, estaban Kakashi-sensei, Iruka-sensei, Anko-sensei y Azuma-sensei.

 

-¿Quién eres?-preguntó Kakashi al desconocido.

 

El otro mofándose sólo respondió:

 

-Tontos humanos, son débiles y por eso deben ser destruidos.

 

 

“¡¿Debemos ser destruidos?! ¿Quién rayos es este tipo? ¡¿Qué rayos está pasando?!”-me preguntaba mentalmente. Ya no entendía nada y es obvio de la nada aparecen unas flores que devoran a la gente y un tipo que dice que los humanos deben ser destruidos… Mis neuronas echaban chispas de tanto tratar de analizar.

 

El hombre levantó su mano con el látigo de luz y atrapó a una alumna del segundo piso, una de ojos lila.

 

-¡Hinata!-gritó Neji dispuesto a lanzarse por su novia.

 

Sus compañeros, incluyendo a Gaara lo detuvieron.

 

Yo no era notado permanecía en las sombras de las ruinas del primer piso, me mantenía estático, mantenía mis puños apretados, estaba asustado eso cualquiera lo notaría, pero no aguantaba más la impotencia, el dolor, no quería ver morir a mis amigos.

 

-Muere humana.-dijo el tipo y la iba al parecer a cortar en dos con su látigo, su peligroso látigo.

 

-¡Suéltala!-grité encolerizado.

 

Y con una rapidez que yo no conocía llegué donde el tipo y le planté de lleno un puñetazo en su estúpida cara.

 

Por el golpe al parecer, soltó a mi amiga, todos veían desde arriba.

 

 

-N-naruto-kun…-dijo ella ya con lagrimitas en sus ojos.

 

 

-Vaya, vaya que tenemos aquí.-rio el hombre cínicamente, mientras se limpiaba la mejilla en donde le había pegado.-Un humano valiente, o mejor dicho uno más estúpido.-volvía a dar carcajadas.

 

 

Me enfurecía cada vez más, me molestaba la actitud de aquel asesino y traté de golpearlo de nuevo pero él fue más rápido y me dio una patada en el estómago haciéndome escupir sangre por la fuerza.

Me agarró del cabello y me levantó, ¡¿qué rayos era este tipo?! Dolía, pero más el ser un inútil que estaba siendo vencido, era patético, me lanzó al piso una y otra vez me pateaba y me levantaba, veía como Hinata lloraba, como mis amigos espantados ya veían mi muerte…

 

Me lanzó lejos y me golpee contra ladrillos a punto de caer, los cuales cayeron sin remordimiento sobre mí.

 

No me iba a rendir, no lo haría, por la memoria de mis padres, por mis amigos, no lo haría, me levanté para la sorpresa de todos y juntando el suficiente aliento grité.

 

-¡No dejaré que le pongas un dedo a mis amigos maldito lunático!-la sangre caía por la comisura de mis labios.

 

 

 

Nadie se fijó que encima del techo unos ojos negros tenían la mirada fija en aquel humano. Una sonrisa apareció en éste.

Notas finales:

Pronto subiré el siguiente capítulo ^^ Espero de verdad que al menos les cause interés y me dejen reviews, es mi segunda historia yaoi jejjeje ¬////¬ aún estoy aprendiendo *////*


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