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Diario... No tan secreto... por Sherlocka

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Notas del fanfic:

Quiero aclarar que no hice de este fic otro capitulo de "La Verdad Tras una Sonrisa" ya que aqui  viviran una aventura completamente distinta y solo hago referecnia algunas cosas del primer fic, asi que si no lo han leido dense una vuelta :)

He creado una pagina para todas las que shipeamos a Johnlock (ya que no encontre en español), y estoy buscando admis activ@s y creativ@s, vamos a crecer esta comunidad :) 

https://www.facebook.com/JohnlockEsp

 

Notas del capitulo:


Antes que nada agradesco que se tomen el tiempo para leer mi fic.

Ahora les advierto que este fic es la segunda parte de mi primer fic, no es necesario leerlo, pero les recomiendo que lo hagan para evitar confuciones, puede que haya cituaciones o referencias a estas que no entiendan por que estan relacionados.

Una vez dicho esto, espero que lo disfruten. :)

 

The Game, is On....

SH.

 

Realmente no espero publicar esta historia. Quiero mantenerla escondida a forma de borrador, pero mi terapeuta insiste en que debo escribir aunque no dé la información a conocer. Y ya que en realidad necesito vaciar mi mente, lo hare. Pero si algún día alguien la encuentra, quiero que entienda una cosa: NO SOY GAY. Jamás había gustado de un hombre y mucho menos...

Mejor comenzare con mi relato.

El año que siguió a lo que se mantuvo como un rumor acerca del regreso de Moriarty, nos trajo demasiado trabajo. Visitamos gran cantidad de lugares y ciudades en busca de alguna pista o algún incidente aislado al que las autoridades de ese lugar no prestaran atención.

Sherlock seguía tan astuto y perceptivo como siempre. Su impertinencia como de costumbre, le costó algunas heridas. Claro que mis inútiles esfuerzos para hacer que se abstuviera de su mal comportamiento, no siempre surtían efecto.

Comencé a notar en este periodo de investigación, que Sherlock trataba de enseñarme sus métodos; En medio de una escena del crimen, me obligaba a observar mas allá de lo que me creí capaz. En varias de esas ocasiones, mis deducciones acertaban. Claro que, siempre debido a la presión a la que me sometía. No creo, al menos no por mi propia cuenta, llegar a tales conclusiones solo. En otros tantos momentos, era yo quien completaba sus frases o quien salía inmediatamente del apartamento al captar sus ideas, sin que él pronunciara palabra alguna.

Puedo recordar con claridad, esa vez en una casucha en la India. Un cadáver sobre el suelo arenoso y el olor hediondo que llenaba nuestros pulmones.

Sherlock describía al cadáver dando vueltas a mí alrededor.

-...Y la marca alrededor de la muñeca...- iba diciendo, de la misma manera que hacía, cuando se disponía a hacerme participar en sus deducciones, de tal manera, que me tomaba desprevenido.

Vi desde mi posición, parado a poca distancia del cuerpo (ya que Sherlock no permitía que me acercara para tocarlos, cuando estaba en aras de poner a prueba los métodos que hasta ahora me había enseñado), ambas muñecas. Una, la derecha, tenía una línea unos 4 tonos de piel más claros que el resto del brazo. La marca era ancha y semi-redonda en el medio, al parecer la línea envolvía la circunferencia de toda la muñeca. Bajo la palma, había un pequeño charco de sangre más seco que el resto de la sangre debajo del cuerpo. Y por encima de la mano, pequeños cortes finos, algunos más profundos que otros.

- …amm… Us-usaba un objeto en la muñeca…- Dije tanteando el terreno. Sherlock hizo un sonido gutural de aprobación, indicándome que continuara, lo que me dio confianza para seguir hablando - Algún tipo de brazalete - Sherlock carraspeo, como siempre hacia, en señal reprobatoria. - Pero no podría ser porque la marca es curva en el centro y recta en ambos lados. Usaba un reloj que llevaba años sin quitarse...- Me corregí llegando a tal conclusión, sin poder continuar. Mi cerebro empezó a funcionar solo. Observe la mano izquierda que estaba menos herida que la primera. Rompiendo la regla sobre no acercarme a los cuerpos, tome la mano que llevaba observando unos segundos y gire la palma hacia arriba, mientras Sherlock proseguía con su perorata sobre los relojes de muñeca y cuanto tiempo se necesitaba llevar uno puesto para dejar una marca 4 tonos y medio más clara en la piel. Los oficiales en un burdo español, le decían que tal vez el asesino solo había aprovechado a robarle.

Observe en la palma, con sorpresa y satisfacción, que no había lesión alguna. Tome la otra confirmando que era la más dañada.

-..No, no, no. ¿Es que nadie ha visto las marcas en ambas manos? ¿O notado el pequeño charco de sangre bajo una de ellas?- inquiría mi compañero con su habitual tono de prepotencia y exasperación, quien estaba de espaldas a mi confrontando a los oficiales de piel oscura - La sangre debajo de la mano derecha...

-...Nos dice que todavía estaba vivo cuando trataron de quitárselo- Corte mientras le dedicaba una mirada de sorpresa. Sherlock se volvió en el acto al oír mi voz.- Lucho para detenerlo, pero ya había sido apuñalado; No tenía suficiente fuerza. La persona con la que forcejeaba, sostenía el cuchillo en manos mientras la lucha duró. - Me puse en pie aun sorprendido mientras hablaba. Sherlock se acercaba en su andar celebre, con sus ojos claros fijos en los míos- Los cortes en ambas manos son más profundos en la derecha que en la izquierda, por que el agresor sostenía el cuchillo con su mano derecha hiriéndolo mientras intentaba quitarle el reloj...- Sherlock estaba justo enfrente, a tan solo cinco centímetros de mi rostro-... Probablemente porque es zurdo...- Por unos segundos, mis ojos como hipnotizados, se perdieron en los suyos. Arqueo una ceja, como solo él hacia cuando algo lo impresionaba. Media sonrisa enmarcaba sus carnosos labios.

-Zurda.- Corrigió mi compañero. Todavía con sus ojos clavados en mi.- el atacante era una mujer.

-¿Q-Que? ¿Cómo puede saber--?- intentaron preguntar los oficiales desconcertados.

-Claro.- Afirme sin darles tiempo a terminar, como si no estuvieran ahí al tiempo que paseaba mis ojos por los de Sherlock. Luego a sus labios y de vuelta a su mirada.- Por eso debió apuñalarlo primero: Para que no pudiera defenderse. Pero...

- Elemental. Lo necesitaba vivo. Probablemente para obtener información acerca del objeto en cuestión.- Sherlock se inclino hacia mí, lo suficiente para poder susurrarme pícaramente al oído y en voz apenas audible, para que solamente yo le escuchara - Tengo una erección terriblemente dura en este momento.

[...

Err... Realmente encuentro difícil relatar esto, apenas puedo creer lo que escribo. Pero continuare ya que mi terapeuta dice que es por mi bien...]

Tras esto se irguió. Con una de esas sonrisas maliciosas dignas de él. Se volvió hacia los oficiales que nos observaban confusos.- Señores estamos buscando a una chica... 1.40 aproximadamente, hija única...- Siguió describiendo a la chica que buscábamos, pero yo estaba demasiado conmocionado por sus palabras. Sentí mi rostro enrojecer y al cabo me di cuenta que mantenía la boca abierta, así que la cerré.

Resolvimos el caso en una serie de vueltas inesperadas. El reloj ocultaba un pequeño compartimiento secreto, en el cual, había una nota de papel que contenía la lista de nombres de unos sujetos a asesinar. Eran líderes económicos de aquella ciudad que al morir, sus fortunas pasarían a manos de grandes empresarios, entre ellos, el padre de la chica zurda. 
Resulto más interesante aun para Sherlock. Puesto que el padre, realmente no sabía de las acciones tomadas por su hija. Era ella quien había actuado por su cuenta para ganar su afecto. Pobre chica, definitivamente los hijos de las personas adineradas, son los que crecen con los peores traumas.

Más situaciones así llegaron a ocurrir en distintos casos. En una de ellas, mientras revisaba un cadáver con heridas en forma de pequeños puntos en presencia de Lestrade, note que parecían pequeñas constelaciones, de lo cual di cuenta a mi compañero. Sherlock adopto al instante esa expresión tan suya, como si entrara en modo de suspensión. - ¡Claro! ¡Por supuesto! - Al fin exclamo con gran entusiasmo. Y, como de costumbre, salió del lugar sin decir más. Ni bien pude quitarme los guantes para seguirlo, cuando regresó. Y sin miramientos, tomo mi rostro entre sus manos y beso mi frente. Dejándome ahí, apenado, como nunca en mi vida pude estarlo.

- Oh - a secas fue lo único que salió de la boca de Lestrade.

Carraspeando a razón de la vergonzosa situación, me disculpe con él y salí de ahí.- ¡¡Sheeeeeerlock!! - Grite con toda mi garganta mientras iba a toda prisa tras él.

Otro momento extraño que puedo recordar, es aquella vez que perseguimos a un sospechoso. Sherlock, por alguna razón que desconozco, se quedo atrás mientras yo continué persiguiendo al extraño.

Me condujo a un edificio en remodelación. Adentro lo mantuve acorralado, y justo cuando el tipo me daba un contundente golpe de lleno en la boca, oí los pasos de Sherlock detrás de mí. 
Todo paso tan rápido que apenas podría describirlo con claridad; Mi compañero tomo al sujeto y lo golpeo en el rostro, al menos tres veces, a una velocidad impresionante. Después lo asió por el cuello de la chaqueta y lo lanzó por la ventana. Los cristales rotos volaron por todas partes, dentro y fuera del edificio. Para suerte del canalla, había un callejón lleno de harapos al otro lado. No sabría decir, si el tipo quedo inconsciente por los golpes de mi amigo o por el susto que se llevó. Baje con Sherlock junto a mí, para confirmar que el sujeto continuaba con vida.

Una vez allí, Sherlock posó su mirada sobre mi rostro. Sabía que estaba examinándome.- Estoy bien. - le dije incomodo.


En menos de un minuto, las patrullas estaban ahí. Lestrade y Donovan ya nos hacían preguntas, a las que Sherlock contestaba sin desviar su intensa mirada. Me volví hacia Donovan intentando ignorar a mi compañero. Pero tanto Lestrade como ella, debieron notar algo, ya que sus ojos pasaban fugazmente de Sherlock hacia mí.

- Estoy bien.- dije por enésima vez. Pero sus pálidos dedos tomaron mi mentón para volverme hacia él, analizando mi herida. Nuevamente me sentí perturbado y avergonzado. Haciendo un ademan brusco, trate de soltarme con éxito. Sherlock bajo su mano y volviéndose hacia Donovan, dijo - Que lo revisen los paramédicos y vea que lo hagan bien.- Ella parecía a punto de protestar, pero la penetrante mirada de mi compañero la hizo callar.

Donovan me tomo del brazo para llevarme a la ambulancia, donde un joven y, tal vez no está de más decirlo, atractivo paramédico, desinfecto mis heridas. Mientras mi compañero aclaraba algunos asuntos con Lestrade. Pude notar que, de cuando en cuando, mi amigo volvía su rostro sobre nosotros. Al cabo de unos minutos, Sherlock se acerco para asirme de la mano (¡Por el amor de dios! todavía sigo sin creerlo), ¡Frente a todo el cuerpo de emergencias y los Oficiales de Policía!

- Suficiente.- Sentencio en un tono frio y autoritario.

Me alejo del lugar caminado lo más rápido que le fue posible, o eso creo. Solo alcancé a oír murmullos de sorpresa incomprensibles de todos aquellos que presenciaron la escena.

Ya en la calle Baker, entramos al edificio. Y antes de subir por las escaleras a nuestro apartamento, Sherlock me acorralo contra la pared, colocando amabas manos contra esta, de manera que yo no pudiera escapar.
Su mirada penetrante me intimido por unos momentos en los que no supe lo que le sucedía.

- Sherlock tu... ¿Estas...?

-¿Éstas bien?- pregunto cortando el hilo de mis ideas.

-¿Que si estoy...? Por supuesto que sí, solo fue un rasguño...

-Bien.- concedió aun muy serio y sin apartar su mirada de la mía. Ladeo ligeramente la cabeza, mientras entrecerraba los ojos, al parecer con desconfianza.

-¿Por qué tenias qué...? Eso fue demasiado, Sherlock. Comenzaran hablar de nuevo… lo que menos quiero ahora, es que...- me detuve pues me avergonzaba demasiado concluir esa idea- Y eso que has hecho... ¡Mandarme a los paramédicos por nada...!- Sherlock continuaba mirándome seriamente con los ojos entre cerrados. Entonces entendí porque de repente actuaba tan extraño. - ¡Estas Celoso! - No muto su expresión- ¡Estas celoso del paramédico!... ¿Es enserio Sherlock?- bajo sus manos y las metió en los bolsillos del pantalón para después darme la espalda.

- Llamare de todas maneras a la Sra. Hudson para que te haga un té.- Dijo ignorando mis conclusiones.

-¡Pero si es tan solo un chiquillo!... además a mi no...- Sherlock se volvió bruscamente para acorralarme de nuevo. Esta vez su rostro estaba tan cerca de el mío, que pude sentir su respiración en la cara.

- A ti no ¿Que, exactamente?- preguntó golpeando las palabras.

- A mi...A mí no…

-¿No te gustan los hombres? ¿Es eso?- pregunto al parecer con rabia mientras arqueaba una ceja.

- ah...Yo...eh- Balbuceé inseguro.

- No creo que puedas seguir diciendo eso.

- ¡Esto es completamente distinto!- Grite exasperado. Luego recobre la calma asegurándome que nadie nos escuchara. - Sabes que yo jamás había... ¡Por dios! Esto... ¡Esto no quiere decir que voy a coquetear con todos los hombres que me encuentre! ¡Santo cielo, Sherlock!- Dije moderando el volumen de mi voz.

Después de unos silenciosos segundos, pareció decidir creerme. Y una sonrisa se dibujo en su rostro...

[Dios sabe lo difícil que es relatar esto sin...

Bueno, sin que suene... gay. Es decir... No se

Que trato de decir. Todo esto es muy

Complicado.]

Sus tersos labios oprimieron los míos, suavemente al principio, mordiendo con ternura mi labio inferior y soltándolo con delicadeza. Más intenso después, introdujo su lengua en busca de la mía, provocando un mar de sensaciones a las que opuse resistencia. Pero su beso deshacía cualquier pensamiento en mi mente. Mi calor corporal subía conforme sus labios acariciaban los míos y su lengua llenaba mi boca. Cuando por fin me rendí a aquel acto suyo, se aparto lentamente. Al abrir los ojos volví a la realidad atónito. Sherlock me observaba satisfecho de sí mismo. No pude sostenerle la mirada y la aparte. En ese preciso instante, la señora Hudson salió a recibirnos. Agradezco a los cielos que no nos encontrara de nuevo en otra situación embarazosa.

Y es que hacía un año que la Señora Hudson nos había encontrado en una situación digamos, "comprometedora". En ese momento no le di importancia, pues la adrenalina, el cansancio y las endorfinas, hacían de la suyas. Trate de adjudicarlo a mi miedo de perder aquella amistad, o a la confusión del gran estima que siento por mi compañero detective, o al hecho de que el embarazo tan avanzado de mi mujer me había dejado poco satisfecho sexualmente. Que tal vez me sentía muy solo después de su partida y por eso yo... Quiero decir, Sherlock es bastante atractivo, tiene muchos puntos a su favor, si yo fuera una chica tal vez también... Me refiero a que no soy una persona de mente cerrada, nunca he tenido problema con lo que sea que le guste sexualmente a la gente... ¡No estoy diciendo que siempre me he fijado en él! solo digo que... realmente no pensé que las cosas entre nosotros fueran más allá de lo que sucedió aquella tarde. Pensé que solo quedaría en un acuerdo de mutuo silencio, que ninguno de los dos recordaría después.

Sin embargo Sherlock continúo con estos comportamientos. Jamás mencionaba lo sucedido entre nosotros, pero esta manera suya de actuar, me tenia confundido. Tal vez solo eran imaginaciones mías, pero podría decir con certeza que Sherlock me deseaba. En ocasiones, mientras el descansaba en su sofá preferido, yo lo observaba disimuladamente por encima de mi computadora. Preguntándome, cuanta diferencia había en su manera de mirarme y como lo hacía con los demás, incluyendo a la Señorita Adler. ¿Era deseo lo que sentía por mí? ¿Realmente era capaz de provocar en él, esas sensaciones que tanto menospreciaba? ¿O tal vez era solo un juego para ver hasta podía hacerme llegar? También podría ser que estuviera aburrido o curioso por saber que de bueno tenían las relaciones, para resolver por que decidí casarme... 

Sé que puedo parecer un poco paranoico, pero con Sherlock nunca se sabe. Recordemos que mi querido compañero, ha utilizado sus encantos en incontables ocasiones para lograr sus fines.

Aunque recordando mejor, el me había confesado sus sentimientos cuando fui a buscarlo al departamento. Todo se había dado tal cual, dejándome con remordimientos, culpa y confusión. Jamás en la vida me he drogado, pero la gente suele decir que pierden la noción del tiempo y de sus actos cuando consumen. Puedo decir con certeza, que esta situación, me provocó algo parecido.

Intente hablando con mi terapeuta, pero fui incapaz de contarle una sola palabra sobre el tema. Por mis vagas explicaciones, supongo que pudo imaginarse lo que sucedía. Así que sugirió esta idea: Escribir un diario personal. Uno que solo fuera para mí. Uno donde pudiera relatar lo que no podía contar al público del blog o incluso, decirlo en voz alta: Un Diario Secreto.

Es lo que me lleva a relatar, lo que sucedió aquella noche...

Notas finales:

Fecha estimada para siguiente capitulo: Lunes 3 Febrero.


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