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Prejuzgar por samuesselmo

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Que estas dos personas tan diferentes comenzaran a vivir juntas causó un gran revuelo. Al principio creían que Kiyoshi Teppei se había vuelto loco por completo, o que su nueva pareja sólo volvía para hacerle la vida imposible. Hyuuga, como buen amigo le aconsejó, por no decir que le exigió que pensara bien las cosas, y por supuesto, recordarles sus años de preparatoria. Quería a su amigo, pero le molesta en sobre manera que saliera con el tramposo e hipócrita de Hanamiya Makoto.

***

 Teppei siempre sonreía y decía una gran cantidad de halagos sobre Hanamiya. Para el 7 de Seirin, Makoto era el centro del universo, sabía cocinar muy bien, y aunque él le diera uno que otro golpe, a Teppei le bastaba con sólo ver un lindo sonrojo en su amante. También sabía cómo era el azabache por las mañanas, no podía siquiera hablarle, pero esa carita adormilada con el ceño fruncido le hacía soñar despierto. Makoto tenía sus momentos de rabietas, como también las tenía de paz, amaba leer y hacer su trabajo –a pesar de que hacía un par de años lo había dejado descuidado-  y mientras leía un buen libro, o veía la televisión sobaba su abultado vientre. Aquellos pequeños detalles maravillaban al castaño, nunca podría enojarse con él y jamás le guardaría rencor.

 Cuando Teppei anunció su casamiento a sus amigos de Seirin, creyeron que se trataba de una broma, y ninguno sabía que él estuviera saliendo con alguien, pero después de todo, sus amigos no dejaban de apoyarlo y juntos lo acompañaron a una muy linda y tranquila ceremonia. Lo único extraño de la fiesta, fue que no había ningún familiar de Makoto, si sus antiguos compañeros de basket de la preparatoria, pero no familiares.

 Siempre que se reunían para cenar con amigos, Makoto le decía a Teppei que no iría, pero como niño pequeño, el mayor rogaba y rogaba. Al momento de esas carismáticas y divertidas juntas, Hanamiya simplemente se sentaba a su lado y no abría la boca, él sabía que no encajaba allí y ya había tenido varios choques con su marido. Las primeras veces fueron las más molestas, el azabache vivía para acotar y burlarse de los demás, pero eso fue hasta que Hyuuga metió sus narices y habló con su esposo. Kiyoshi no tardó en suplicarle que se comportada, después de que éste durmiera por un mes en el sofá lograron llegar a un acuerdo.

 Pero la gota que había derramado el vaso fue cuando Hanamiya había quedado embarazado. Teppei se había enterado mientras estaba en la estación de bomberos junto a sus dos compañeros, Kagami y Hyuuga. Se había puesto muy feliz, tanto que repartía abrazos gratis a todo el mundo. Makoto estaba muy contento también, se le notaba en los ojos, tenían un brillo muy característico y a Teppei no se le pasaba por alto.

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 La felicidad de la pareja parecía irremplazable, pero un día, a los casi siete meses de embarazo, Makoto perdió el brillo soñador en sus ojos. Día tras día el dolor en su vientre bajo se hacía más fuerte, incluso llegó a vomitar sangre en una ocasión. No podía hablar con Teppei, porque ¿se enojaría con él? Hanamiya podía jurar que se había cuidado correctamente, había seguido la dieta al pie de la letra y no hacía esfuerzos. Sabía que algo no estaba bien.

 El incidente ocurrió durante el cumpleaños de Hyuuga, y Teppei nuevamente hizo de las suyas. Le molestaba que tuviera que fingir con dolor una sonrisa, apretar la mandíbula para callar algún quejido. Se levantó lentamente de la mesa en la que todos conversaban alegres, Kiyoshi lo tomó suavemente del brazo y le preguntó con una pequeña sonrisa y todo estaba bien. Pero otra vez volvió a mentirle a su esposo, con una sonrisa y un movimiento afirmativo con la cabeza, agregó que debía ir al baño. En el baño se lavó la cara, había vuelto a vomitar sangre. Poco a poco se fue torciendo del dolor, sin notar que en el baño se hallaba nada más ni nada menos que Tetsuya Kuroko, y gracias a él, advirtió a los demás sobre Hanamiya.

 Había sangre, y Makoto no paraba de gritar. Teppei no salía del asombro, de la confusión, tenía suerte de que sus amigos llamaran a una ambulancia, porque de ser por él, podría continuar parado mirando como su esposo se retorcía del dolor mientras se sujetaba en vientre. Hyuuga era uno de los que rodeaba a azabache, y también uno de los que susurraba cosas como “seguramente tomó pastillas abortivas”, que incluso, Kiyoshi había escuchado claramente, y como consecuencia mirando a Makoto con lástima.

 Mientras el 7 de Seirin se encontraba sentado en la sala de espera, del otro lado de la puerta podía escuchar los gritos y el llanto de su marido. Si, estaba dando a luz, a un hijo que lamentablemente había muerto, según el obstetra que le atendía, hacía unas dos semanas y el cuerpo de Makoto rechazaba. Por otro lado el azabache se odiaba a sí mismo, y se sentía culpable, tuvieron que darle un fuerte sedante cuando Teppei le preguntó si había abortado. Es decir, su propio marido lo estaba recriminando, y él sólo podía echarse a llorar, gritándole que lo odiaba.

 Pasaron unos días y el obstetra le informó al padre de la pequeña criatura –que en paz descanse- que su marido no había consumido ninguna medicación desautorizada, y agregó que debía mantenerse hospitalizado un poco más, estaba sufriendo una fuerte depresión, que obligaba a los enfermeros a sedarle.

Estuvo al menos un mes en ese hospital, y Teppei con lágrimas y totalmente arrepentido se disculpó con su amado esposo. Ambos lloraron y se abrazaron. Makoto no parecía el mismo, a pesar de que ahora volvía a su reconfortante departamento. Las sonrisas santurronas de Hanamiya no volvía a asomarse, en lugar de ellas, había tristes y forzadas muecas de alegría, y Kiyoshi no podía decirle nada, sólo devolverle una enorme risa para contagiarlo.

***

Algo que jamás iba a olvidar el azabache, fue la vez en el que el mismísimo Junpei Hyuuga fue a su departamento para ofrecerle sus más sinceras disculpas. A demás, el compañero de su esposo le dijo que no estaba solo y que los amigos de Teppei eran también sus amigos. Debido a que Makoto aún continuaba estando sensible lloró hasta dormirse en los brazos de Hyuuga, éste tuvo que llamar a su viejo amigo, Kiyoshi aceptó, sin chistar, el perdón de su compañero.

***

El tacto entre ambos se encontraba distanciado, pero el grandote lo comprendía perfectamente y le daba su espacio. Compartían las cenas como siempre, y de alguna manera, se sentían más unidos que antes. Las pocas caricias que se entregaban eran castas e inocentes.

 Lo que restaba del año les costó acercarse nuevamente con pasión, y al año siguiente, Makoto estaba esperando a un nuevo hijo de Teppei. La noticia les cayó de sorpresa, pero ambos dieron todo por aquel pequeño retoño.

***

Y ahora, en la actualidad, Miharu, un saludable niño que había heredado las curiosas cejas de su padre, su altura, al igual que su carácter, pero la cabellera azabache de Makoto. Concurre al jardín de infantes donde trabaja Kuroko, reconociendo que el chico es muy inteligente, de igual manera admitiendo que Makoto había cambiado mucho, pero para bien. Kiyoshi Teppei y Hanamiya Makoto eran dos personas muy diferentes, pero el excelente ejemplo de que los opuestos se atraen. Y también, de que las personas pueden cambiar de muchas maneras.

Notas finales:

Es mi primer Fanfic de Kuroko no Basket, me gusta mucho la serie y siempre quise hacer uno. Es uno de mis Otp favoritos, y pido disculpas por si hay faltas ortográficas.

 Saludos, espero que dejen RW si les gustó el fanfic.

By Selmo


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