Historia de un taxista
Matt conducía a gran velocidad por las abarrotadas calles de Los Ángeles y aunque había clientes que lo intentaban detener él pasaba de largo, no estaba de humor pues otra vez su “queridita” esposa había salido a ves a saber donde con ves a saber quien y como no, al regresar lo único que obtuvo fue una “agradable” discusión.
-Idiota... -murmuro.
Comenzó a disminuir la velocidad pero por lo que se ve a la gente se le pasaron las ganas de ir en taxi, en fin sería otra aburrida noche en la que se pasaría dando vueltas sin parar.
-Maldita mi suerte... -dijo al ver que no le quedaban cigarrillos, detuvo el taxi frente a un quiosco pero antes de que pudiera bajarse, en el coche entro un chico rubio de grandes ojos celestes y bonito rostro, tan bonito que tenía que ser un pecado ser tan bello y poseer aquel cuerpo tan perfecto, tan deseable, tan…
-¿A dónde? -preguntó antes de que su pervertida imaginación comenzara a hacer de las suyas.
-A donde sea, solo llévame lejos -dijo acomodándose en el asiento trasero.
A Matt le sorprendió la respuesta del chico pero no se demoro en arrancar y comenzar a conducir con calma. Desvió su mirada hacia el retrovisor pues quería contemplar una vez más a aquel precioso chico de cabellos de oro. Vestía unos pantalones cortos muy ajustados y de color negro junto con una camiseta sin mangas, de cuello alto y de igual color.
Centró su mirada en la carretera por unos segundos y luego otra vez al retrovisor y así sucesivamente hasta que el chico también se lo quedó mirando por el espejo y le dedicó una sonrisa algo amarga.
-Me llamo Mello... -el muchacho apoyando la cabeza en la ventana y suspiró pesadamente cerrando los ojos.
-Yo Matt, encantado -respondió volviéndolo a ver por el retrovisor, notando que por la mejilla del chico rodaba una lágrima -¿Qué te pasa? ¿Te encuentras mal? ¿Porqué lloras? -preguntó algo preocupado, a pesar de su tristeza se veía como un dios griego, hermoso, tremendamente hermoso, tenía que dejar de fantasear.
-Por Yagami Light… un tipo que se cree que por rico y guapo puede venir a engañarme… -se secó las lagrimas de los ojos y otra vez le dedico una sonrisa llena de amargura -lo siento, no tienes porqué escuchar mis problemas...
-No, tranquilo, cuenta conmigo, puedo ayudarte -cuenta conmigo para todo precioso... -podrás vengarte de ese bastardo.
-¿De verdad?...
-Claro -A la mierda con Kiyomi
-Esta bien, por lo que se ve el destino esta de nuestro lado, estamos cerca de mi casa, detén el coche a la siguiente esquina -Matt sin dudarlo acelero e hizo lo que le dijo el hermoso rubio.
Entraron en una gran mansión, Mello guió al pelirrojo taxista hacia la sala de estar y lo sentó en uno de los sofás.
-Ahora vuelvo, voy a por algo de tomar, ponte cómodo.
-Bonita mansión -dijo Matt para si mismo mientras contemplaba aquella inmensa habitación.
Frente al sofá en el que se encontraba sentado había una chimenea, el fuego hacía muy acogedora la habitación y seguro que no estaba nada mal acariciar el cuerpo de aquel chico encima del la blanca alfombra que es extendía por el piso.
¿que es lo que hace un taxista seduciendo a la vida?
¿que es lo que hace un taxista construyendo una herida?
¿que es lo que hace un taxista enfrente de una dama?
¿que es lo que hace un taxista con sus sueños de cama?
-Espero que te guste el whisky -el anfitrión ofreció el trago a su invitado.
-Por supuesto.
Comenzaron a tomar mientras platicaban de un millón de cosas pues al fin y al cavo eran unos completos desconocidos.
Poco después llegaron los besos, las caricias, gemidos ahogados en la boca del otro. Matt tumbo a Mello en la alfombra, devoro sus labios mientras recorría todo su cuerpo con sus manos a la vez que el rubio desabrochaba el pantalón de su acompañante mientras introducía la lengua en la cavidad de éste comenzando una lucha por la dominación aunque iba perdiendo en aquella batalla desenfrenada.
Matt desprendió al muchacho de su camiseta, acaricio y beso cada rincón de la pálida piel de Mello mientras llevaba una de sus manos a la entrepierna del rubio acariciando casi con desesperación el miembro de chico por encima de la tela arrancándole sonoros gemidos que resonaban en toda la estancia.
El pelirrojo se despojó de toda su ropa pues ya estaba ansioso de hacer suyo a aquella preciosidad.
-Ese tipo es un idiota por engañarte -pensó en voz alta mientras le quitaba lo que le quedaba de ropa -no sabe lo que se pierde.
-Lo peor es que me cambio por una cualquiera, ni siquiera es de clase la muy…
-Olvídalos, ahora solo estamos tu y yo -le susurro al oído.
Comenzó a penetrarlo lentamente para no herirlo, pero lo que no se esperaba era que el muchacho cambiara posiciones dejándolo a él debajo.
Mello apoyo sus manos en el pecho de Matt, echó la cabeza hacia atrás y comenzó a moverse rápidamente arriba y abajo sintiendo como atravesaba su cuerpo, sintiendo aquel excitante frenesís que tanto anhelaba.
Después de un largo rato ambos chicos sintieron que no aguantarían mucho más, a Mello se le nublaron los ojos, grito el nombre de su amante tapándose la boca con las manos para disminuir el sonido, su cuerpo se contorsiono y se corrió en unos violentos espasmos de placer, Matt al sentir la presión sobre su miembro se corrió dentro de Mello, poco después el rubio salió de encima de él.
Mello cogió las chocolatinas que había traído anteriormente y comenzó a devorarlas hasta acabar con ellas, Matt mientras tanto se había sentado detrás de él para poderlo abrazar.
-No tienes que sentirte solo ¿sabes? Al igual que tu yo sufro por amor, mi esposa…
-¿Estas casado? -pregunto curioso por saber quien era la afortunada.
-Si -dijo algo apenado.
-No me lo contaste.
-Ya, es que no me gusta hablar de ella… la mejor en todo… Siempre le decían que cometía un error al casarse conmigo, creo que eso fue lo que acabo con nuestro amor…
-No te preocupes, todo se arreglara -beso sus labios con dulzura -ya lo veras.
-Lo dudo…
-Vístete -dijo Mello levantándose y cogiendo su ropa para ponérsela -salgamos, que ese idiota se entere de que no estoy solo y haber si saliendo te animas, tu vales mucho para estar sufriendo por alguien como esa chica -miro fijamente al pelirrojo con una sonrisa -quizás tu y yo... podríamos ser algo más... -susurro.
Matt sonrió sorprendido y sin decir nada hizo lo pedido por el rubio. Salieron de la mansión y subieron en le taxi. Mello le indico a Matt donde se encontraba el local que solía frecuentar su novio.
¿que es lo que hace un taxista seduciendo a la vida?
¿que es lo que hace un taxista construyendo una herida?
¿que es lo que hace un taxista cuando un caballero
coincide con su mujer en horario y esmero?
me pregunte...
Y ahí los encontraron, Yagami Light y Takada Kiyomi besándose descaradamente sin importarles las miradas curiosas que se posaban sobre ellos. A Matt se le borro la sonrisa del rostro al ver que su “queridita“ esposa lo engañaba con otro, que lo engañaba con él, salió del local siendo seguido por Mello que intento consolarlo al verlo desecho.
…
Desde aquella noche ellos juegan a engañarlos, se ven en el mismo local
Y el muchacho siempre para el taxi en el mismo lugar.
z88;
Fin