Un niño de cabellos castaños se encontraba bajo la severa mirada de su madre quien seguidamente le repetía varias frases en una suave melodía
Mami es buena con Light
Light es malo con mami
Es lo que dirás
Si te han de preguntar
Mami golpea a Light
Porque Light le trata mal
- Light es malo con mami y mami es buena con Light – repetía el niño embobado observando como su madre le hechizaba con la canción
- A si es cariño, tú me golpeas y por eso yo te corto – decía la mujer cuyo cuerpo estaba sin siquiera un moretón
- Light is bad with mommy, mommy is good with Light, Light is a bad boy and mommy is good mom – Light dejo de cantar por un momento – ¡espera! Eso no es cierto mama es mala con…
- Shh repite Light es malo con mami – la voz de la mujer sonaba más dulce y melodiosa que antes – Light is bad mommy , mommy is good with Light
- Si… - los ojos del castaño mostraban un color verdoso mientras repetía la canción
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Light Yagami estaba sentado al lado de la chimenea de su casa, atentamente cosía un traje masculino cuya madre debía entregar ese día en la catedral del lugar, era algo oscuro y los ojos del castaño eran forzados a prevenir la mínima equivocación ya que si fuese así sería castigado.
Cuando pudo terminar levanto la prenda y con el rostro perlado de sudor por el esfuerzo y el calor de la chimenea, se dirigió a tientas a la habitación de su madre, al entrar la encontró, una mujer castaña como el usando un vestido de gala inmenso, pero conservando la belleza, como si fuese menor de lo que tenía.
- Madre, el traje esta… - comenzó a decir, pero fue interrumpido por el sonido de una fuerte cachetada dada por su madre
- Te he dicho que no me llames así – la mujer tomo la prenda y la llevo a un bulto en la que reposaban otras mas
- Yo no he hecho nada malo – decía Light con miedo aparente
- No quieres que te recuerde… Light is bad with mommy - la mujer subió parte de su vestido en la que se podían ver sus esculturales piernas, sin ninguna marca, sin embargo eso no era lo que Light veía – las marcas y el daño que me hiciste – la mujer señalaba cicatrices invisibles que solo Light podía ver
- Lo… lo siento señora… - subió la cabeza y se encontró con el rostro de la mujer – lo que he hecho no tiene perdón – bajo la cabeza y se echó a llorar en el suelo – las cicatrices en su rostro no le han dejado conseguir un buen marido –
- Eso es cierto tonto mocoso, por ti no he tenido vida – la mujer se sentó de nuevo en la cama – hazme un masaje o le diré a todos lo que me haces – Light negó asustado con la cabeza
- Si señora – Light se agacho y tomo los pies de la mujer, retirando las sandalias con suma delicadeza, los pies de estas eran perfectos a pesar de haber caminado durante muchas horas en su juventud y de tener la edad que tenía – lo siento – Light comenzaba a llorar mientras con delicadeza deslizaba sus manos por estos –
- No llores, - la mujer le dio un fuerte golpe - recuerda que esa fue la vez que me hiciste caminar sobre clavos… – Light se detuvo hizo señas como si fuese a llorar –
- ¡No! ¡tú me hiciste hacerlo a mí! – la respiración de Light se volvió agitada y soltó el pie de la mujer con espanto – eres una…
- Shhh Light is bad with mommy – la mujer comenzó a cantar con la voz melodiosa y Light volvió a hechizarse con esta – cariño, no has cantado últimamente conmigo – dijo con dulzura
- Light is a bad boy – canto con el mismo tono de voz que su madre – Light so sorry for do that mommy –
- Así es dulzura – volvió a cambiar su tono de voz – ahora ve a lavaros la cara que viene mi pretendiente, un sirviente como tú no puede verse así – no podía tratarle tan mal ya que el hechizo se rompía con facilidad, por eso se limitó a tratarle a ratos bien
- Ya voy a alistarme – salió lentamente de la habitación y se dirigió al cuarto de baño, allí se dispuso a lavarse la cara y el resto del cuerpo haciendo uso de algunos jabones y cremas que eran para cada ocasión en que un pretendiente de su madre llegaba a casa.
Luego se vistió y arreglo como si su madre fuese una mujer maravillosamente buena con él, ya que era eso lo que pensaba el en ese mismo instante, sonrió frente al trozo de espejo que tenía y se dirigió a sentarse a un lado de la puerta para esperar la llegada de. Cuando escucho un leve golpeteo abrió la puerta y se encontró con un señor mayor y un joven cuya edad no pasaba de los 22 años-
- Buenas tardes, mi nombre es Watari Lawliet y este es mi hijo Elle Lawliet -