-¡VAMOS SEUNG! ¡OH! ¡SIIII! ¡SIGUE ASI! ¡POR EL AMOR DE DIOS! ¡MAS ADENTRO! – escuchaba los gritos de mi pequeño temblando.
-Ji, shhhhh alguien puede escucharnos – le decía mientras sentía sus escasa uñas en mi espalda.
-¡¡NO ME IMPORTA!! ¡VAMOS! ¡TE QUIE-RO MAS ADENTROOOO! – pronunciaba jalando mi cabello lo que hizo que sin piedad le clavará una estocada hasta el fondo lo que provoco que su espalda se curveara, ¡Oh! Que la sensación de estar dentro de él era lo más exquisito del mundo, su pequeña entrada estrecha me apretaba de una manera que muy pocas veces había sentido con alguien, en definitiva su entrada era el paraíso.
-¡OH SEUNG! ¡MIEEEEEEEERDA! ¡ME CORREREEEEE!! – me gritaba avisando que muy pronto alcanzaría su tan ansiado orgasmo, las pareces de su entrada estaban contrayéndose haciendo que mi pene fuera aprisionado, no tardaría mucho en esta situación.
-¡SEEEEEEEEEEEEEEEUNG! – grito dejándose llevar soltando su esencia blanquecina y con ello la mía le siguió llenando sus paredes internas que hace un momento estaban aprisionando mi pene.
Salí lentamente de él y me acomode entre su cuello posicionando mi frente en el frio azulejo de la pared, necesitaba calmar los estragos que el orgasmo había dejado en mi cuerpo. Ji por su parte continuaba enredado con sus piernas en mi cintura mientras con sus brazos se sostenida de mi cuello, sintiendo su respiración agitada chocar con mi oído la cual trataba de apaciguar.
-Vamos pequeño, tenemos que regresar – pronunciaba mientras lentamente me separaba de la frialdad del azulejo.
-Lo se Seung – pronunciaba con un poco de fastidio en su tono.
-Vamos creo que tu prometido debe de estar buscándote por todos lados – exclame con un tono burlesco.
-¿A quién le interesa el prometido cuando tiene esto? – pronunciaba mientras agarraba entre su mano derecha mi pene flácido.
-Vamos travieso que no quiero ser el culpable de que no te cases dentro de tres días. – pronuncie agarrando mi propia hombría para quitársela. Subí mi bóxer junto con mi pantalón de vestir y comencé a acomodarlos.
-Sabes que siempre está la opción de que alguien se oponga – decía con una sonrisa en su cara, eso era directo para mí.
-No podría hacerle eso a mi hermano pequeño - pronuncie.
-Pero si puedes coger con su prometido ¿No? – me cuestiono.
-Es diferente Ji, lo de nosotros no es más que diversión… sexo nada más. SeungRi si está enamorado de ti. Pensé que lo tenías bastante claro – escupí haciendo que Ji hiciera una mueca de enojo.
-Si tienes razón lo de nosotros solo es sexo, sexo salvaje sin ningún tipo de sentimientos – pronuncio en ese tono decidido sabía que estaba enojado.
-Ji tu deber es estar con mi hermano, no conmigo – respondí ante su ataque.
-Lo que sea Seung, si ya te vestiste ¿Puedes dejarme solo para arreglarme? – pronuncio mientras se veía en el espejo del amplio cuarto de baño.
-Ji no te enojes – y sin más lo tome por la cintura estando este de espaldas.
-¡Vete! ¡Déjame solo! ¡Necesito arreglarme! – me gritaba y se soltaba de mi agarre.
-Como quieras – y sin más salí del cuarto de baño planta abajo donde se iba a celebrar la fiesta del compromiso entre Ji y mi hermano aun pensaba que era una estupidez hacer una fiesta de compromiso cuando se iban a casar en tres días.
Baje las escaleras y tome una copa de champagne la cual me sorbí de un solo trago necesitaba sacarme los reclamos absurdos de Ji ¿Qué se creía? Él sabía perfectamente que lo que tenemos los dos solo es sexo, nada más. Y él estuvo de acuerdo en tener lo que tenemos a costa de mi hermano.
-Buuuuf – bufe de mera frustración realmente no entendía nada.
Camine hacia donde estaba la mesa en la que se encontraban más copas necesitaba calmarme.
-¡Hermano! – escuche la voz de SeungRi llamándome.
-Oh, Ri. Que elegante estas – pronuncie lo más casual que pude.
-Tú no te quedas atrás – exclamo soltando una sonrisa divertida que no dude en corresponder.
-Así que te casas ¿No? – lo cuestione de forma divertida.
-Sí, la verdad siempre pensé que el que se casaría primero ibas a ser tú. Ya sabes tú gran popularidad entre las chicas y chicos. Pero ya vez el primero seré yo – pronuncio, era verdad siempre había tomado lo que quería y cuando digo tomado es que había tenido relaciones sexuales con cuanto culo bonito se cruzara en mi camino. Pero de ahí a casarme ¿Qué mierda le pasaba por la cabeza a mi hermano? El matrimonio es solo un papel que obliga a las personas a no poder acostarse con otras, a ser solo de una persona y ese término en definitiva no estaba en mi diccionario. Es un maldito papel que creo el ser humano para que no seamos unos animales y cojamos con cuanto hombre o mujer se nos cruce en el camino. ¡Bah! ¿Casarme yo? Ni que estuviera loco. El casamiento es como un suicidio eterno así que no gracias yo no quiero matarme amo demasiado mi vida como para joderla.
-Ri, yo nunca me casare. La vida se disfruta mejor soltero, no gano nada con mantener a alguien que ni de mi familia es. Tú lo haces porque estás loco y quieres joderte la existencia – le recalque.
-No, Seung yo lo hago porque estoy enamorado. Ji es el amor de mi vida, la mejor persona que pude encontrar. Sabes yo pensé que nunca podría enamorarme de alguien, pero llego Ji y mi perspectiva del mundo cambio, es como si sintieras que estas destinado a alguien, todo cambia, ves al mundo con otros ojos, tu felicidad ya no es la tuya si no la de la persona que amas. Es difícil de explicar lo que siento por mi Ji pero te aseguro que cuando encuentres a la persona indicada tu también sentirás lo que te estoy diciendo – concluyo, en definitiva mi hermano estaba cegado por el amor, ahora me doy cuenta que el dicho de “El amor es ciego” es totalmente verdadero. Si mi hermano supiera que el amor de su vida lo engaña con su propio hermano se le terminaría cayendo la venda que le tapa los ojos.
-Como sea Ri, mira ahí viene Ji – le decía señalando el lugar por donde venía.
Ji al verme cerca de Ri puso cara de pocos amigos pero rápidamente la cambio por una sonrisa que en definitiva no era para mí, voltee para ver la reacción de mi hermano el cual estaba embelesado ante la figura de Ji, me pregunto si cuando sepa que no es virgen pondrá esa misma cara y más aún porque ni si quiera lo ha visto desnudo, valla privilegio que me dio Ji, tenerlo desnudo es mucho mejor que verlo con esa ropa de diseñador costosa.
-¡Mi amor! – exclamo Ri para tenderle una mano a su llegada.
-¡Mi vida! – pronuncio Ji quien deposito un casto beso en los labios de Ri.
-¿Dime si no es todo un amor Seung? – me pregunto sacándome de mi ensoñación de tener a Ji desnudo gritando mi nombre.
-¡Oh! Claro – respondí lo primero que se me vino a la mente.
-Hola Seung – pronuncio Ji, en sus labios mi nombre sonaba como un grito de excitación. En definitiva prefería que lo gritara cuando se la estaba metiendo o cuando alcanzaba su punto más alto en nuestro acto sexual.
-Hola Ji – le dije con una sonrisa pícara, que rápidamente entendió pues se sonrojo, sabía perfectamente en lo que estaba yo pensando.
-Vamos Ri, quiero bailar – exclamo Ji, al parecer se le había bajado el enojo. Eso era bueno cuando acabara esta fiesta pantalla iría nuevamente por él.
Sin más tanto Ri como Ji se fueron a la pista de baile dejándome ahí solo, pero no duro mucho una chica de pelo rubio y buen cuerpo se acercó a mi mientras estaba observando a la bella parejita como con pasos acompasados bailaban rítmicamente por toda la pista en presencia de los invitados.
-¿Envidiando el amor de la pareja? – me cuestiono.
-Para nada – exclame con aires de arrogancia pues sabía que de esa parejita uno no era tan santo como hacía creer y que yo tenía el privilegio de poder observarla como realmente era sin mascaras ni pantallas.
-¿Gustas bailar? – me decía extendiéndome su mano.
-Valla una mujer sacando a bailar a un hombre, esto es una novedad. Pero me agradan las personas decididas y sin miedo a nada. Así que acepto bailar contigo – le dije extendiendo mi mano hacia la suya para caminar entre las parejas que habían en la pista para posicionarnos a tres de la pareja principal.
-Chaerin – me dijo
-Seung – conteste mientras nuestros pasos se hacían lentos y seductores.
-¿Eres familia de alguno de los prometidos? - pronunciaba mientras llevaba sus brazos a mis hombros para estar más pegada a mi cuerpo.
-Soy hermano del novio – respondí orgullosamente, me hubiera gustado decir soy el hermano del novio quien se coge a su prometido, pero no era tan sínico para hacerlo ¿O sí?
-¡Pero valla lo guapo viene de familia! - al escuchar eso no pude evitar reírme.
La noche continúo avanzando entre copas, bailes y una que otra broma y acercamiento insinuante con Chaerin dieron las tres de la mañana.
-Discúlpame un momento Chaerin necesito hacer algo – pronuncie mientras hurgaba mis bolsillos en busca de mi celular.
Cuando lo encontré comencé a teclear para mandar un mensaje a Ji, necesitaba tenerlo abajo mío ¡YA!
“En mi departamento o en el tuyo
Te necesito ¡YA!”
Y al terminar le di enviar, vi como Ji veía su celular y de una forma discreta comenzó a buscarme con la mirada hasta que se encontraron, vi como nuevamente prestaba atención a su celular, al parecer estaba tecleando.
Escuche el vibrar del móvil viendo en la pantalla la leyenda que decía “Ji” rápidamente abrí el mensaje para saber la contestación.
“En el tuyo… al menos que quieras llevar a la rubia”
Sonreí, ahí estaba Ji el posesivo nuevamente.
“Vamos amor, no te enojes yo no te reclamo de que estas con mi hermano, o es que acaso te aburres con él y estas deseando estar conmigo… en cuatro”
Le envié el mensaje me gustaba hacerlo enojar porque cuando estaba en la cama con él amaba dominarlo y hacerle olvidar su enojo.
“Quiero estar contigo…en cuatro. Nos vemos en tu departamento. Por cierto los senos de la rubia son implantes, lo digo por si no te quieres decepcionar”
Reí ante la respuesta, sin más me apresure a despedirme de Chaerin y de mi hermano para ir directamente a mi departamento tenía una sesión de sexo con mi cuñado.
Eran las cuatro de la mañana cuando el timbre de mi departamento sonó, me apresure a abrir encontrándome con Ji sonriéndome de forma sexy, joder que sabía cómo tentarme. No hacía falta besitos castos en los labio, ni saludos estúpidos melosos… en nuestra relación no había cavidad para eso… en la relación solo estaba contemplado el sexo y el placer.
Como dos fieras en celo dimos inicio a lo que éramos… dos personas que buscaban placer muy acosta de otras…
“Él me enseña lo que quiere y a ti lo que le conviene”