La mañana había llegado acompañada de una suave brisa que se colaba por la ventana abierta de aquella habitación, moviendo las cortinas haciendo que ese chico que aún se encontraba durmiendo, subiera las sábanas de la cama lo más arriba que podían cobijarlo.
Era de día y pronto su mamá vendría a despertarle.
Aún no quería despertar y su cuerpo parecía entenderlo muy bien, ya que se amoldaba al colchón y almohada lo más perfecto y cómodo posible para la felicidad de aquel chico. Se escuchaban a lo lejos los pasos llegando a su habitación y una vez se detuvieron, pudo escuchar la preocupada voz de su madre llamándole del otro lado de la puerta.
Ignorando los llamados de la mujer, él seguía intentando conciliar el sueño, pero una vez ya despierto sería bastante difícil volver a la comodidad de cuando aún estaba dormido.
Pronto los llamados se convirtieron en regaños, ya no estaba simplemente parada al lado de la otra puerta, si no que ahora daba leves golpes a esta para que la abrieran, tanto ella como su padre estarían realmente molestos para haber hablado de esa manera.
Después de un largo rato tratando de sacar al chico de la habitación ambos se dieron por vencidos, él no saldría... O no mientras ellos estuvieran en casa.
-Cariño... Por favor... Necesitamos que salgas de ahí. No puedes seguir perdiendo clases... Jongup... A este paso tu padre y yo...
La voz de su mamá fue opacada por un regaño de su padre, quién ya estaba lo suficientemente estresado por el hecho de que llegaría tarde a su trabajo.
-Moon Jongup. Sí no abres la puerta en este instante te vas olvidando de siquiera acercarte a la entrada de aquella escuela que me pediste visitar, más te vale que cuando vuelva te encuentre en uniforme y haciendo tus deberes.
Tal vez debería haber dicho algo o haberse dignado a levantarse y abrir la puerta, tal vez hablar con ellos y luego cambiarse para ir a la escuela... Pero nada de esto sucedió, y en vez de decir algo se mantuvo en silencio, otra vez escuchando los pasos, pero esta vez alejándose de su habitación; primero su padre, pisando con rudeza el piso y más atrás unos pasos más suaves murmurando algo detrás del hombre que bajaba molesto las escaleras mientras se quejaba de la vida.
Jongup con algo de disgusto levantó la almohada de su cabeza mientras buscaba con torpeza su teléfono. Genial, eran las siete y media de la mañana, sus hermanos seguro ya se habían ido a la universidad y tan pronto como sus padres se fueran al trabajo tendría la casa para el sólo.
Se estiró entre las sábanas bostezando con flojera, revolucionando su cabello para después estirar un poco las piernas y los brazos. Aunque ya estaba despierto su siguiente plan era seguir durmiendo un rato más, pero el ruido de alguien llamando la puerta volvió a molestarlo.
-Uppie... Se que estás molesto con ellos... Pero no es la manera correcta de reaccionar ante las situaciones, ya sabes... Sólo quieren lo mejor para ti...
La reconocible voz de su hermano mayor sonó desde el otro lado de la puerta, obligándole a sentarse en la cama para poder escuchar mejor el sermón que seguramente le venía.
-Sólo quieren lo mejor para ellos... Para la empresa- Frunció el ceño mientras lo decía con cierto disgusto.
-Suena peor sí lo pones de esa manera. Ahora, o sales de tú habitación o te juro por mi mano a que tumbo la puerta y yo mismo te saco.
Las palabras de su hermano mayor sonaban molestas pero a la vez divertidas. Con fastidio se levantó y se acercó a la puerta, pegando la frente contra la madera.
-Hyung... ¿Y sí no quiero abrir?- Sonrió con superioridad al recordar que guardaba las llaves en su gaveta. Por un momento hubo un silencio.
-¿Y sí te quito tu laptop?- Sonaba burlón y casi podía ver a través de la madera aquella sonrisa devastadora de su hermano.
Jongup soltó una carcajada, era imposible... Porque él la tenía justo al lado de su... Cama...
Entonces fue cuando sintió como se dejaba caer lentamente contra la puerta mientras miraba con desesperación los alrededores de su habitación. ¿Habría descubierto lo que hacía? La propia idea de imaginarlo hacía que su estómago se revolviera. Las burlas que recibiría sí llegaban a enterarse no serían nada agradables. Llevó la mano insegura al pomo de la puerta, tendría que abrir y confirmar lo que su hermano estaba diciendo.
Con temor quitó el seguro y la abrió para entonces encontrarse con su hermano recostado de la pared con un rostro sereno y no de burla como él esperaba. Suspiró con fastidio y se acercó a el.
-Hyung... ¿Me odias? ¿Le dirás a mamá y a papá?- Su voz sonaba como sí fuera a quebrarse, inmediatamente el mayor capto aquella preocupación del menor.
-Serás idiota sí crees que te odio- Esbozó una sonrisa tranquila y extendió su mano para darle aquella laptop que había tomado la noche anterior sin que el menor se diera cuenta.
Jongup se sintió ya más tranquilo con el aparato en sus manos... Su hermano se la había devuelto y además dicho que no diría nada, pero ¿Habría visto lo que esta guardaba? Sería bueno preguntarle y aclarar sus dudas.
-No te angusties ¿Sí? No he visto nada de lo que sea que tienes ahí guardado... De hecho ni la he prendido.
-Entonces...
-Entonces es mejor que me digas que es lo que sucede y por qué no quieres hablar con nadie, Moon Jongup- Habló con bastante autoridad el mayor de los gemelos. Además... Me gustaría saber que guardas ahí.-
-Hyung... Sí te digo que es un secreto y que aún no puedo contarte todo... ¿Aceptarías escucharme?
Yongnam dejó escapar un suspiro, ser el mayor implicaba muchas cosas... Y entre ellas estaba escuchar y aconsejar a sus hermanos, después de todo él era el mayor... Tenía esa responsabilidad y además ese carácter protector con esos dos chicos.
-Tenemos bastante tiempo... Y Yongguk no está, así que... Podemos hablar con tranquilidad ¿Verdad?
-Supongo... Hyung se fue muy temprano ¿Verdad?
-De hecho no vino ayer en la noche...
-Ah ya... Debe haber pasado la noche con Hyosung...- Se miraron confusos, dentro de ellos sabían que estaba la posibilidad de que el muchacho no estuviera con aquella chica, pero le restaron importancia.