-Entonces, te lo encargo – se inclinó levemente, acto seguido golpeo levemente el hombro del más alto y salió con rapidez por la puerta.
La lluvia azotando con fuerza la ventana intensifico su sonido.
-¿Te interesa? – pregunto un joven alto con facciones masculinas bastante atractivas.
-Sí, dame un mes… - suspiro acomodándose en la silla de cuero frente al escritorio, se volteo quedando frente a la nublada vista del exterior.
-Está bien, aquí está su perfil – lanzo un sobre café – solo te advertiré que… aunque no lo represente, es increíblemente peligroso, si no te cuidas caerás en sus redes… y créeme, he caído unas veces y… - suspiro con pesar mientras caminaba lentamente hacia la salida – Solo cuídate, no te dejes engatusar – levanto su mano derecha y la movió en el aire en forma de despedida.
El silencio envolvió la atmosfera de aquella oficina, se escuchó el rechinar de las ruedas del sillón.
Abrió el sobre y extrajo los papeles del interior, “Do Kyung Soo”, “25 años”, “Se sospecha una posible conexión con la Familia Huang”, "Espía”.
Sonrió mostrando su perfecta dentadura –Sera interesante – murmuro lanzando nuevamente el expediente sobre la mesa.
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-¿Vamos a algún lugar más tranquilo? – poso sus manos descaradamente en los firmes glúteos del más bajo, acto seguido inclino su cabeza rozando los labios con la suave piel expuesta.
-Yo…- envolvió sus pequeñas manos en las muñecas contrarias, ejerció fuerza y las alejo de su cuerpo, levanto su mirada y sonrió levemente ante la cara del más alto – Lo siento, se me hace tarde – la descolocada mueca del hombre le hizo soltar una pequeña carcajada mientras se alejaba hacia la barra.
Las ardientes miradas paradas en su ser le acrecentaban el ego y su sonrisa, acomodo el vestido que llevaba y tomo asiento frente a la barra.
-Eres completamente sádico – comento un joven bajo que batía unas bebidas desconocidas para el mayor.
Levanto una ceja ante aquello, arreglo su cabello en una coleta y apoyo los codos sobre la superficie de la mesa – dame un Martini – ordeno sonriendo de lado.
-¿Qué haces acá?, ¿Algún trabajo? –cuestiono el joven mientras vertía el líquido en una elegante copa y ubicaba una pequeña aceituna al interior de esta.
-Tu sabes el motivo por el cual me travestiría en un lugar así – respondió sorbiendo con lentitud aquella sustancia de sabor amargo, con los ojos a medio cerrar trataba de ubicar el objetivo.
-Bueno, simple diversión, aburrimiento y… trabajo… esos son tus habituales motivos –una peligrosa y profunda mirada se posó sobre él por aquel comentario – Te conozco Kyun… - sonrió mostrando una tierna sonrisa que estrechaba sus pequeños ojos aún más.
-Bueno, puede que tengas razón, pero ahora… es por trabajo – bebió todo de aquella copa y se levantó. Había encontrado a su objetivo.
“-Entonces, ¿Lo harás? – pregunto cruzando sus brazos sobre el escritorio.
-Mmhh… parece interesante… - lanzo el expediente sobre la mesa y sonrió ladinamente.
-Bien, luego se te indicara la hora y el lugar, mientras tanto… - lo observo de arriba abajo y lanzo una fotografía.
Hizo una mueca y alcanzo la imagen, una mujer con vestido provocativo y cabello oscuro aparecia en la fotografía. Levanto una ceja y volvió a mirar a su “Jefe”.
-¿Qué es esto? – pregunto volteando la fotografía e indicándola con su dedo índice.
-Pues, al parecer al chico le gustan las voluptuosas y hermosas meretrices – soltó una leve carcajada y luego volvió su vista a su mejor espía – Se te enviaran todos los implementos para este trabajo mañana –agrego acomodándose en su asiento.
-…- cerro los ojos y tomo el puente de su nariz subiendo la cabeza, luego nuevamente fijo su vista al frente y tomó los papeles.
Leyó nuevamente la información, “Kim Jong In” “24 años” “Es sospechoso de una posible conexión con la Familia Huang” “Detective Privado”.
-¿Qué hace un detective privado en los negocios sucios de los Huang? – pregunto lanzando nuevamente los expedientes sobre la mesa.
-Tu sabes, esos bastardos son inexplicablemente poderosos, seguramente les proporcionara información de los posibles tíos en su lista de “mierdas que matar” – hizo una mueca y suspiro con cansancio – Espero te hagas cargo de ese sujeto, quizás le esté dando información valiosa que pueden usar en contra de sus víctimas, creo que tú y yo… no queremos más muertes… - volvió su vista al frente – Si es necesario… tienes permiso de matar… Kyung Soo – el nombrado frunció el ceño y cerró los ojos, toda esa mierda le dejaba exhausto. ¡Lástima, era su jodido trabajo!
-Bien, estaré esperando… - se levantó, sonrió a su interlocutor y salió de la oficina.”
Un chico alto con cabello café oscuro, sonrisa hermosa y rasgos atractivos le miraba fijamente. Por el expediente y la foto reconocía a ese hombre, Kim Jong In, detective privado. Debía cuidarse la espalda. Se acercó moviendo sus caderas, recibiendo diversas miradas de lujuria y oculta pasión.
Estaban frente a frente, la penetrante mirada del chico le hizo sonreír de satisfacción, ese hombre no era alguien fácil de engañar, definitivamente esta era una misión difícil. La mano del hombre se posó sobre su mejilla. El simple tacto hizo que ambos temblaran, esa jodida electricidad que barrió cada célula de sus cuerpos era una obvia muestra de su excitación.
-¿Deseas beber algo? – sus vellos se levantaron, esa voz profunda que salió de la garganta de Kim le llevaron a un prominente orgasmo seco.
-No – respondió con simpleza. La ceja levantada del más alto y el brazo que se envolvió en su cintura le hizo ceder prácticamente por completo, olvidando la verdadera razón por la cual se encontraba en ese jodido lugar con un maldito vestido ajustado y extensiones de cabello.
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La distancia se acorto, sus cuerpos sudados, los húmedos besos que compartían y las infinitas caricias que se otorgaban llenaban el espacio de la habitación.
-Quítate eso… - susurro el más alto apretando con firmeza los deseables glúteos del mayor. Sabía perfectamente que es lo que se escondía bajo ese ajustado vestido, además de una posible polla excitada, esa jodida prenda guardaba un cuerpo de muerte. Si, definitivamente había perdido el control de su mente y cuerpo, lo único que deseaba era hundir su miembro en lo más profundo de ese ser y sinceramente hablando, dudaba que luego quisiera salir nuevamente.
Percibió la notable tensión que se formó en los músculos de esos firmes muslos al decir aquellas palabras.
-E-espera… - murmuro el mayor entre los excitantes y húmedos besos que acaparaban el aire de sus pulmones. Kyung, igualmente había perdido la compostura, años de entrenamiento simplemente no podían con la excitación y notable química que existía en ambos cuerpos. Pero era un jodido espía, no podía dejarse llevar por esos jodidos labios que le brindaban las mejores caricias que había sentido en años en el interior de su boca. Trato de empujar al más grande, envolvió sus manos en esa camisa a medio abotonar e impulso su peso sobre el pecho del más alto. Logró moverlo unos pasos hasta que llegaron a la orilla de un sofá negro ubicado elegantemente en la sala. Lo empujo hasta que el más alto quedo sentado sobre el sillón, luego levantó provocativamente el ajustado vestido que llevaba puesto. Sintió la penetrante mirada de Jong In sobre su cuerpo, sonrió en su interior y freno de golpe cualquier movimiento. Irguió su mirada y grito victorioso en su interior al notar la cara de frustración y molestia en la cara del menor.
-¿Por qué te detienes? – preguntó con notable pasión contenida en su voz.
-Lo siento – sonrió mirando en totalidad el cuerpo de Kim – Es algo tarde, por lo que debo retirarme… - dicho esto se lanzó sobre el regazo del menor y beso con gula los labios de este. Aferrando sus pequeñas manos en la nuca y acariciando los cabellos chocolate de Jong le obligo a profundizar aún más aquel exquisito contacto de sus bocas. Se separó al notar las manos de su acompañante acariciar sus muslos expuestos.
Un grave gruñido escapo de los labios del menor al verse alejado de cualquier contacto con el mayor, el cual se levantó y tomó su gabardina negra.
-¿A dónde crees que vas? – su voz fría e impenetrable hizo que el cuerpo delgado de Soo se estremeciera de manera convulsiva.
-Ya te d-dije, es tarde… - rápidamente avanzo hasta llegar a la entrada, no podía seguir en ese lugar, la excitación comenzaba a hacer estragos con su cuerpo y mente. Llegó al pomo de la puerta y trato de abrir, no obstante, la gran mano que se posó en su cadera le hizo entorpecer su movimiento.
-Tu… no te iras, me contaras cada pequeño detalle de tu asociación con los Huang… - El rostro de KyungSoo se trasfiguro mientras trataba de unir cabos sueltos – desde este momento, estas bajo sospecha de posible conexión con la mafia – aferro un brazo en la cintura del más bajo y con la mano restante tomo ambas muñecas y las levanto sobre la cabeza de este – sería perfecto si mantienes silencio durante el tiempo en el cual viajamos hacia la organización – apretó las muñecas aún más, haciendo que Do soltara un bufido de dolor – cualquier palabra será utilizada en tu contra – se acercó al cuello del mayor y delineo con su lengua la extensión de este –¿Listo para irnos? Espía Do Kyung Soo – el corazón del nombrado paro en seco.
“Joder”