“En agradecimiento a todas mis fans por su apoyo, habrá una afortunada que ganara la oportunidad de conocerme y pasar un tiempo agradable conmigo en una cita. ¿Qué tienes que hacer para ganar? Es muy sencillo. Dentro de mi nuevo álbum, vendrá un cogido que deben mandar con sus datos a este número. Entre más mensajes manden, más oportunidades tienen de ganar”.
Era la tercera vez que pasaban ese comercial desde que comenzamos a preparar la comida. Hoy, Taemin y yo invitamos a las chicas a comer con nosotros en el pequeño departamento que rentamos cercas de la universidad.
— ¡Chicos, dense prisa! ¡Está a punto de salir! —la voz de Nicole se oyó hasta la cocina.
—Rápido Taemin, ayúdame a llevar esto —entre los dos cargamos la comida y los cubiertos hasta la mesa de la sala, donde las chicas se distribuían por el suelo—. Hagan espacio, gordas —. Nos reímos de sus ojos de espanto y sus bocas abiertas
Ellas se quejaron, parloteaban por todo el lugar alegando lo delgadas que estaban mientras se hacían a un lado para que nos sentáramos en la mesita. —Guarden silencio, ya salió —todos dejamos de hacer ruido, y miramos el televisor.
Kim Jonghyun apareció en medio de un escenario con luces de colores y árboles de verano. Estaba serio —como en cada una de sus presentaciones—, había también un poco de melancolía cuando la música triste y pausada empezó. Su voz era la más hermosa, jamás en mi vida había escuchado una voz como la suya, capaz de trasmitir cualquier sentimiento, de alcanzar casi cualquier nota, y de ponerme la piel de gallina. Él podía hacer que cualquier persona que estuviese escuchando, parara sus actividades para verlo cantar.
Mi sala era un ejemplo, todos éramos unos ruidosos, pero solo por esa voz, ninguno hacía otra cosa que no fuese escuchar.
Su voz no era lo único atrayente en el hombre. Además de esa voz privilegiada que le colocó rápidamente entre los mejores cantantes, también era poseedor de un gran atractivo. El cabello castaño, los labios anchos, el cuerpo musculoso… Cualquier cosa en él, llamaba la atención. En resumen, un hombre atractivo en todos los sentidos.
Su pequeña aparición terminó y comerciales comenzaron. De nuevo pasaban ese comercial donde alguna fan podría ganar una cita con Kim Jonghyun.
Yo quería esa cita con él, pero la idea era tan ridícula como para expresarla, nunca podría ganar esa cita.
—Key, ¿Tú ya compraste su nuevo álbum? —me preguntó Jessica.
Yo la miré mientras comía. —Sip, está en mi cuarto.
— ¿Y sí viene con el código ese? —preguntó Yoona. Habló con la boca llena; podía mirar su comida a medio masticar cuando asentí—. ¡Tráelo para verlo!
Suspiré y fui al cuarto por el disco. Regresé, y ya todos los platos estaban abandonados sobre la mesa, y las chicas sentadas sobre los sillones. —Toma. Está adentro.
Jessica y Nicole se compactaron junto a Yoona en el sofá pequeño para ver el disco; yo me senté en el suelo a un lado de Taemin para terminar de comer.
—Realmente lo tiene… —Yoona inspeccionaba con atenta mirada el pequeño papel donde el código venía impreso.
— ¿Y ya lo mandaste Key? ¿Podrías ganar? —Jessica habló totalmente emocionada con la idea.
—No —negué.
— ¿Qué? ¿Por qué? —lo dijeron las tres con caras tristes.
—Porque él no cree ganar —les respondió taemin—. Yo ya le había dicho que lo mandara, pero él se negó rotundamente —terminó, metiendo un gran pedazo de arroz en su boca.
—Pero Key —comenzó Jessica—, deberías intentarlo. ¡Te encanta ese hombre! Tienes todos sus discos, y el cuarto lleno de posters.
—No…, me encanta —dije entre dientes—. No lo haré y ya.
—Si no lo quieres —me sugirió Yoona—, dámelo a mí —. Me miró con la súplica en los ojos, tratando de poner su cara más aniñada para convencerme.
—Nop, es mío.
Pasar la tarde con esas tres era divertido, el departamento se encontraba lleno de ruido y vida; no tan solitario como cuando sólo éramos Taemin y yo. Lo malo era limpiar el desorden que provocábamos entre los cinco: platos sucios, palomitas por todos lados, cojines por el suelo, además de algunas manchas en el sofá.
Luego de que Nicole, Jessica y Yoona se marcharan, nosotros comenzamos a limpiar todo; ya teníamos nuestra rutina. Taemin secaba los trastes mientras yo ordenaba la sala, sobre la mesita de centro se encontraba aun mi disco.
Miré al chico moreno en la portada y lo acaricie con mis manos. Enserio quería esa cita, tal vez no debería rendirme tan pronto, no perdía nada con intentar. Abrí la caja buscado el código pero no lo encontraba.
—Taemin, ¿has visto el papel con el código? —grité.
Él se apresuró a venir a la sala y me miró. —N-no. Creo que, que lo eche a la basura cuando recogí los trastes. ¡Sí! —mi código estaba en la basura…—. ¿Por qué? ¿Planeabas mandarlo? —dijo en una insinuación pícara.
—No, y-yo…, iba a tirarlo de todos modos. Mejor se lo hubiera dado a Yoona, ella sí lo quería, es una pena. —Acomode el pequeño jarrón de la mesa para que quedara centrado y tome mi disco—. Ya terminé, me iré a dormir.
Entré en mi cuarto, y con mucha delicadeza, deje el disco sobre el estante donde estaban mis otros dos albunes de Kim Jonghyun; los cuidaba hasta del polvo, eran como un tesoro.
Me tiré sobre la cama y suspiré. Mi oportunidad se habría ido sin siquiera poder intentar. Pero estaba bien, igual no sería yo el ganador, que Taemin lo haya tirado fue lo mejor…
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Quince días después, los cinco comíamos como de costumbre en nuestra sala, mirando los programas de música que pasaban a esa hora, viendo la presentación de Kim Jonghyun. Cuando terminó de cantar, caminó hasta el par de presentadores que se encontraban de pie al lado de una gran consola.
Dirían el número ganador de la cita.
— ¿Quién tiene el control? Cambien el canal
— ¿Por qué? —preguntaron los cuatro.
—Porque no tiene caso verlo, no es como que alguno de nosotros vaya a ganar, así que mejor hay que ver otra cosa. —Me levante un poco para tomar el control que estaba al otro lado de mesa, pero Nicole me lo arrebató de la mano y lo escondió tras su espalda—. ¿Pero qué haces?
—Nada, pero quiero verlo y los demás también —dijo apresurada—. Somos mayoría, así que tendrás que verlo. —Paseé la mirada por Jessica, Yoona y Taemin, los tres asentían; no me quedaba de otra más que resignarme.
—Está bien, veámoslo —crucé los brazos sobre el pacho y miré cualquier cosa sin prestarle mucha atención a la televisión.
“—El código ganador es… —dijo el presentador—, K3UN87M29”.
Las chicas y Taemin comenzaron a gritar y a saltar a mí alrededor, se abrasaban y empujaban entre ellos. Decían “lo hicimos” una y otra vez. —No entiendo, ¿qué pasa?
— ¡Key, ganaste la cita! —me gritó Jessica. Los cuatro vinieron hasta mí y me abrazaron, me arrestaban en medio de su avalancha de emoción.
— ¿Cómo que gané la cita? — ¿Acaso nadie podría explicarme las cosas claramente?
Se miraron entre ellos sin saber muy bien que decir o como comenzar, hasta que Taemin habló primero: —Fue idea de Jessica. Nosotros cuatro hemos estado mandando mensajes por ti para que pudieras ganar la cita.
— ¡Sí! Queríamos algo lindo por ti Key… —dijo Yoona.
Yo estaba sin habla, conmocionado. No podía creerles. ¿Yo gané la cita con Kim Jonghyun? Había muchas dudas en mi cabeza. — ¿Por eso estaban a todas horas con el celular? —asintieron—. ¿Y cómo están tan seguros? Qué tal si oyeron mal y están confundidos.
— ¡Claro que no! —me corrigió Nicole—. ¿Tienes idea de cuantos mensajes mandamos? Nos lo sabemos de memoria, es imposible que… —Nicole guardara silencio cuando los teléfonos de todos comenzaron a sonar—. Es un mensaje.
—No nos equivocamos, mira —Jessica, que estaba a un lado de mí, llevó el celular y puso frente a mis ojos. Tomé su mano y lo alejé para poder leer en la pantalla.
“Le informamos que usted Kim Kibum, ha sido el ganador del concurso ‘Una cita con Kim Jonghyun’. La cita se llevará a cabo el día 6 de Abril, a las 3:00pm, en Once In A Blue Moon. Identificación necesaria”.
Mi cita…, ya era un hecho.