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Wonderland por Faktor 10

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Notas del fanfic:

Como me odio, no puedo terminar un proyecto para cuando empiezo otro T-T

Bien... se me ocurrió esto de repente y lo vi de forma en que puedo darle rienda suelta a mi imaginación, aunque también me dije que lo haría para mantener esa imaginación a raya pero no funciono, con mil cosas que hacer incluyendo esto y cada diez minutos con ideas nuevas  y raras, no me sirvió de nada

Escribí algo tan extraño, pero pues… esa es la idea ¿no?, es muy fantasioso, además de que intente hacerlo estilo cuento de ‘Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll’

Nunca eh visto que escriban un fic parecido a este, pero me gusto intentarlo, fue interesante. Esta es una idea rara, como las cosas raras que me gustan

Notas del capitulo:

Podría decir que esto es algo para entretenerse un poco y  también que admito que hay gente a la que no le gusta este tipo de escritura, a los que si adelante pasen a leer

Los dos gatos de orejas peludas moradas, como los gatos morados que tienen peludas orejas, entrelazaron sus largas colas a rayas mientras miraban hacia abajo a un estanque del tamaño de una piscina olímpica con un cielo claro de azul cielo reflejándose en el agua y sus reflejos en la misma viéndose mirar hacia abajo desde el cielo al estanque

A los gatos no les gusta mojarse pero el agua moja porque le gusta, sin excepción o exclusión, sea un árbol, roca, una hoja y animal como esos dos mininos. Solo podían mirar al interior de las cristalinas aguas y los peces dorados pasar si no querían empaparse

"Tengo hambre" Se quejó uno de ellos

"¿Y qué culpa tengo?, ¡no me gruñas!" Espetó el mayor

"Yo no te gruño mi estómago es el que gruñe y no es a ti es a mi"

"Los estómagos no gruñen"

"Pero hacen ruidos similares"

"¿Entonces no sería mejor que digieras que tu estomago hacer ruidos como gruñidos en vez de decir que gruñe?"

"Probablemente sea mejor" Admitió el menor

"Probablemente" Secundo el mayor

"Pero eso no me quita el hambre"

Su pata toco la calmada superficie y las pequeñas olas la recorrieron, los brillantes colores de criaturas extrañas bajo el agua resplandecían y sus escamas relucían con el sol, como los hermosos vestidos de lentejuelas que usaban los peces para sus bailes nocturnos

"Este lugar es aburrido" Se quejó el gato menor sacudiendo su pata para deshacerse de las pequeñas gotas de agua

"No hay nada nuevo en este lugar" Dijo el mayor

En el mundo de lo extraño y en donde la locura es la razón, ahí también se aburrían sin ninguna nueva diversión

Recargado uno sobre el hombro del otro descansaban a la orilla del estanque, con las patas juntas y las colas entrelazadas, pasando un tiempo a solas y de calidad afectuosa

Como es el mundo de lo raro, lo raro no sería raro, lo raro se volvería lo normal, por lo que lo normal sería lo raro y no lo normal, entonces no es raro que puedan tener una relación puesto que sería normal

El sol se cubría de su calor ocultándose tras el horizonte y tomar un descanso porque durante todo el día estuvo iluminando y la luna salía a calentase aunque siempre llegaba tarde

Ignorando toda ley natural que se pondría en contra de dicha afirmación, pero tampoco nunca nadie había preguntado al sol si se cansaba después de haber pasado todo el día en lo alto o si la luna no quería conocer al sol y por eso lo perseguía

"Hikaru se hace tarde" Le dijo el gato a su hermano "Hikaru" Insistió ya que no le respondió ni se movía

Giro un cuarto de círculo la cabeza, solo para encontrar que su hermano se había quedado dormido, le hubiera gustado poder ver más de ese semblante tranquilo pero eran gatos y no búhos, los gatos no pueden girar la cabeza como los búhos porque son gatos

Podían quedarse ahí a dormir en la cómoda orilla del estanque cubierta con pasto o descansar en la hospedable casa de la Duquesa

"No entrare en ese lugar en días" Se dijo a si mismo

No quería que ningún plato o caldero con sopa conociera su cara ni su cara el conocerlos, excepto a la hora de la comida y que ese fuera su apetito y no su cara, porque la cara aunque fuera una de las mejores cartas de presentación no se utilizaba para presentarse a los platos

Rodeando el enorme estanque rosales de rosas blancas estaban por todas partes, definitivamente las flores son bellas pero sus espinas feas, una mezcla perfecta o una combinación justa, que flor más bella le gustaría ser cortada, entonces el trabajo de las flores es ser bonitas y el de las espinas el protegerlas para no ser cortadas, pero también está el poco merito que se le da a las espinas, que deben sentir celos de las flores

Como farolillos chinos de papel decorando una calle o lámparas a lo largo iluminando, las rosas blancas brillaban aclarando el manto oscuro de la noche, rosas brillando y ¿porque no?, hay insectos que brillan como las luciérnagas, ¿porque las plantas no podrían también?, aunque con una muy notable diferencia, que las luciérnagas tendrían mucha más envidia hacia las flores

Esplendido matiz nítido presentaban y como cada rosal con su montón de rosas cada uno presentaba su individualidad pudiéndose apreciar desde lejos una serie de puntos blancos que podrían ser confundidos por cualquier otra cosa

En definitiva era hermoso y el gato podía pasar mucho tiempo contemplándolo pero estaba aburrido, con un bostezo y educación tapándose la boca con su pata el sueño hacia su aparición sigilosa, podría apreciar esa belleza cualquier otra noche pero una en la compañía de su hermano cuando este estuviera despierto, haría las cosas mucho mejor

No es bueno estar solo, las personas que están solas se deprimen y la depresión los lleva a estar solos, en compañía se disfruta más de todo incluyendo la compañía y no había mejor compañía que la persona a la que amaba, la que estaba durmiendo a su lado

Se acurruco en su compañía quedándose dormido junto al otro

Qué clase de utopía se puede soñar si se vive dentro de un sueño, que más que la realidad fuera de la irrealidad, ¿un sueño podría soñar con nosotros?, o es correcto decir ¿que un sueño sueñe?, nosotros soñamos pero que hacen los sueños

Siguiendo esa suposición el minino de menor edad se dejó llevar por los pensamientos e imágenes dentro de su cabecita, soñaba con él y su hermano vistiendo ropas raras, sin orejas, cola y patas o garras, un sueño de lo más raro y perturbador

"Kaoru" Las almohadillas suaves de unas patas presionaban contra el brazo del aludido "Despierta"

"A qué se debe la prisa" Somnoliento aun no despertaba por completo pero se pudo sentar

"El sol ya subió y la luna se escondió"

"Ya es de mañana, entonces ¿porque mi 'cansancio de ayer' esta también hoy si hoy es un día diferente?" Aún estaba demasiado dormido y cansado como para pensar correctamente

"No te quejes y levántate, que en vez de ser un gato parece perezoso" Hikaru ya de pie esperaba a su hermano

"¡Voy!, ¡voy!, la liebre no gano el maratón por velos" Se quejaba y al mismo tiempo bostezo

"Buenos días" Lo saludo el otro con encantadora y enorme sonrisa que dejaba mirar los colmillos

"Buenos días" Correspondió y los dos se dieron un dulce beso matutino, uno que otro ronroneo se pudo escuchar mientras los labios se daban sus propios buenos días

Despues de eso sonrieron con encanto y afecto, mirando al otro también con travesura y pensamientos turbios tras la mirada

La negras alas de una mariposa volando se batían pasando frente a sus amarillos irises interrumpiendo sin detenerse en vuelo, el color negro no es malo ni bueno, nosotros fuimos quienes le dimos ese significado

"¿Viste?" Pregunto el mayor

"Si vi" Asintió

"¡Hay noticias!"

"¡Hay noticias!"

Los dos sonrieron con malicia

"Hay que darnos prisa, esto parece interesante" Dijeron los dos al mismo tiempo

La negra mariposa que volaba paso sobre el estanque y sobre los peses dorados, tan alto que ninguno podría saltar y atraparla pero ellos ya estaban comiéndosela bajo el agua, para su suerte o la sobrante de la mariposa aun tendría su sombra que le ayudaría a consolar la pérdida de su reflejo

"Por eso no me gustan los peses, pueden comerse los reflejos" Kaoru miraba estos con un disgusto personal de los gatos

"Pero si te gusta comerlos a ellos" Le insinuó Hikaru burlón

"No puedo negar que cocinados tienen un sabor especial" Sonreía culpable

Enredaron sus colas y con un pie enzima del agua caminaron sobre el estanque sin ningún problema, no miraban hacia abajo o el lugar que pisaban, solo hacia adelante al lugar que querían llegar, que era al otro lado y fuera del agua

Peces pequeños, grandes y medianos, con formas regulares, otros con forma de figura y los sobrante de unas muy únicas, pasaban por debajo de sus pies, sin molestarles que los dos gatos tuvieran la descortesía de caminar por sobre sus cabezas sin permiso o aviso

Los peces debían estar sorprendidos puesto que para ellos el cielo no sería nuestro mismo cielo, pero como es un mundo algo peculiar, no se preocuparon ni por pensarlo

"No seas grosero" Lo regaño Kaoru "Sacar la lengua es descortés"

"No le saco la lengua a los peces, ni que metiera la pata a sus babosas bocas, les muestro mi lengua porque ellos son iguales de descorteses al ignorarnos"

"Mejor haz algo más útil con tu lengua"

"¿Cómo qué?" Pregunto Hikaru

Kaoru deshizo la unión de las largas colas a rayas y con sonrisa pícara hizo otra unión para compensa la anterior uniendo sus bocas en un beso, que mejor uso para la lengua además del hablar o el saborear

Invadió el interior de la boca de su hermano mientras sujetaba sus patas juntas para mantener el equilibrio y que ninguno callera a las aguas, las lenguas de los gatos son ásperas y en ocasiones dan cosquillas, pero una superficie apera contra otra, nos presenta un dilema a resolver

Hikaru empezó a ronronear, le encantaban los besos porque era algo irónico el disfrutar de la suavidad de los labios y la aspereza de sus lenguas

Los pétalos de rosas blancas se dejaron llevar por los fuertes vientos, así las pequeñas criaturas revoloteaban

Con toda intención de provocación, que resultaba en un daño no intencionado, con afilados colmillos nacarados Kaoru mordió el labio superior de su hermano, Hikaru ahora no ronroneaba, soltó un lindo maullido

El viento se detuvo y los pétalos cayeron interrumpiendo la quietud del estanque. Se detuvieron

"¿Se hará tarde?" Kaoru soltó con lentitud el labio, para su decepción no le dio tiempo suficiente para perforarlo con el filo de sus colmillos. Hikaru asintió con ojos vidriosos,

Las lágrimas podrían compararse con el agua cae de los cielos, aunque no somos nubes como para hacer que eso suceda, ¿la lluvia serán las lágrimas de las nubes?

Salieron del estanque despidiéndose con petulancia de los peces maleducados

"¿Qué hora es?" Pregunto Hikaru

"La hora que es" Respondió burlón Kaoru, esta vez el mayor no bromeaba mirando con seriedad al menor "No sé qué hora es pero lo que si se es que es tarde"

"A quien podemos preguntarle, nosotros no tenemos relojes"

"Siempre veo a un conejo mirando la hora, podíamos preguntarle" Propuso el menor

"¿En dónde está?"

"Si no sabemos en donde esta hay que buscarlo..."

"...Para encontrarlo" Uno termino lo que decía el otro

Con sonrisas que mostraban dientes dieron un vistazo al lugar, en los jardines no había nadie ni en la copa de los arboles ni debajo de las piedras, tampoco dentro del laberinto al que entraron

"Ten cuidado no te vayas a perder" Le advertía Kaoru a su gemelo, aunque... no había nadie a quien advertir, este ya había desaparecido cuando dio media vuelta a mirar si lo seguía "¡Hikaru!" Grito asustado con la cola erizada y los nervios de punta

Camino por el laberinto de piedra, era un lugar aterrador con apariencia antigua y enredaderas por los muros, la vegetación crecía libre como en cualquier campo y flores de colores rojo, morado y amarillo crecían al lado del camino pero nunca alternadas, solo un color crecía por especifico lugar

"¡Kaoru!" Llamo el otro

¿Dónde se habría metido?

"¿Sabes dónde está mi hermano?" Pregunto a un pájaro que pasaba por el lugar

Aunque los pájaros les tienen miedo a los gatos, esa ave tuvo la consideración de responderle aunque su contestación fue un no

"¿Dónde se metió?" Paralelamente los dos se hicieron la misma pregunta al mismo tiempo

Fácilmente podían mirar por encima de los muros pero eso sería trampa, a nadie le gusta que hagan trampa, hacer trampa merecía un castigo y ninguno quería terminar en la cárcel del castillo

"¿Algo se quema?" Pregunto a sí mismo el mayor al oler humo

No quería imaginar al laberinto quemándose, dio media vuelta caminando sobre sus pasos en la dirección contraria

En otro lugar del mismo laberinto

"¿Que dijiste?" Pregunto a un pajarito que pasaba volando "Entonces me está buscando" El pajarito canto y se marcho

De su presencia solo quedo una pluma azul que calló sobre los cabellos naranjas del menor. No le gustaba estar solo dentro del laberinto ya le parecía un lugar desesperante que terminaba con la paciencia de cualquiera, giros por aquí giros por allá, un muro muy parecido a otro, un sendero igual que el anterior, confundirse era sencillo, que ironía y muy posible buen castigo

Un juego de distinción para dos jugadores a quienes no podían distinguir, aunque no se trataba de ningún castigo solo un peculiar incidente, que involucraba un mal momento, mal lugar, una mala elección y más factores al azar del destino

Uno llamo al otro, ambos se llamaban, se llamaba entre sí. Una hora en tiempo coherente y los dos pusieron pie fuera del laberinto, con cansancio entumeciendo sus piernas y jadeos secando sus bocas

"Kaoru!"

"Hikaru!"

Exclamaron en júbilo por encontrarse al solo mirara al lado en que su flequillo se acomodaba. Había dos salidas del laberinto una junto a la otra y cada uno salió por una de ellas

"¿Dónde te metiste?" Recrimino el mayor a su otro yo pero sin dejar de abrazarlo en el recuentro

"Me perdí" Se desahogaba el menor con cierto drama, pero más culpa sentía que cargaba el otro, que propia responsabilidad

Una lagrima falsa, más otros besos verdaderos un poco de curiosas e incestuosas caricia y uno que otro roce picaresco daban una reconciliación como tema principal de lo que no sería un muy lindo cuento, no uno que sé que quisiera leer a los niños pequeños

Las garras arañaban al suelo, era mejor que rasguñar la espalda de su hermano, esas orejas peludas no escuchaban más que un zumbido y sus propios jadeos, haciendo la larga cola a rayas para un lado era más fácil sostenerse de la cadera y que no fuera molestia, sin saber qué hacer con ella parecida a un cinturón la envolvió por la cintura del otro, mientras lo empujaba más fuerte, gruñía, se quejaba, le dolía pero gemía, pedía más y lo disfrutaba

El mejor ejemplo que podrían dar podría ser el alimento, porque un alimento dulce debía ser agrio y viceversa, pero es sorprendente que combinaran tan bien los dos juntos, una combinación justa, agrio y dulce, dolor entre placer

Los dos siempre terminaban cansados

"¡Oye Kaoru!" Lo llamo el mayor descansando de bruces sobre el pasto "Cuando estábamos en el laberinto ¿porque no simplemente desaparecíamos?"

"¡Oh! Es cierto, pudimos haber desaparecido" Se miraron y después cerraron los ojos suspirando, lo habían olvidado

"Pásame el pañuelo amarillo, está a tu lado" Le pidió el mayor y el otro se lo dio

"Hay que darnos prisa" Salieron de ese lugar "Que las noticias no esperan"

"¿Y cuándo lo han hecho?"

Sin cierto destino solo llegaron a cualquier sitio

"No hay ningún conejo" Dijo el menor

"No lo hay pero hay un reloj" Habían llegado al edificio del enorme reloj

"Si buscábamos el conejo para encontrar un reloj y ya encontramos uno no necesitamos buscar al conejo"

"Exacto"

Alzaron la vista para mirar la hora, ciertamente era un enorme reloj, digno de un gigante o para un edificio tan grande como ese, aunque era algo dudoso de que los edificios necesitaran relojes

"Las manecillas están al revés"

"Hikaru ¿cómo sabes que las manecillas están al revés?" Para el menor incluso era difícil saberlo

"Porque giran hacia el otro lado"

"Pero el reloj está detenido"

"No puede estar detenido el tiempo no se detiene" Puede adelantarse como cuando te diviertes o puede alentarse cuando estas aburrido pero nunca detenerse

"Pero lo esta"

"¿Que está pasando?" Se preocupó el mayor, sabia suficiente como para notar que algo no estaba bien en el mundo de los locos y si algo no está bien ¿qué podía significar?, ¿qué algo muy bueno estaba por suceder?

"Este reloj no nos sirve" El mayor le dio la espalda

"¡Tengo una idea!, hay que ir a visitar al sombrerero, él siempre tiene un reloj consigo"

Sonrieron con malicia y sacudieron las colas, en pocos segundos ya no estaba, sus sonrisas también desaparecieron junto con todo de ellos. Aparecieron en un lugar con una larga mesa con muchos asientos y bajilla para el té colocada sobre la mesa, justo en el momento en que el sombrerero cambiaba de silla

"Buenos días" Saludaron

"Buenas tardes" Corrigió el sombrero con paciencia, no estaba sobresaltado por la repentina aparición

"¿Buenas tardes?" Los gatos se miraron buscando respuesta en el otro

"Son tardes no días, que no saben la hora que es" Los miro disgustado por haber interrumpió y presentarse de tan mala manera

"No" Sonrieron satisfechos "Justo a ellos vinimos"

"Es la hora del té pero ¿qué hacen aquí sin invitación?"

"Si no tienen invitación, solo necesitan una" Interrumpió la linda liebre de marzo, mientras engullía otro pedazo de pastel "¿Quieren sentarse a tomar té?"

"No es necesaria" Rechazó con cortesía el mayor

"No nos quedaremos por mucho tiempo, estamos esperando a algo..." Dijo el menor

"…O a alguien" Sonrieron con una amplia sonrisa los dos

"¿A qué se refieren?" Los miro con agudeza el rubio con sombrero antes de sorber un poco de su té, fingiendo modesto interés

"¿Alguien va a venir?" Pregunto la libre que en vez de echar azúcar a su té estaba echando té al azúcar

"No lo sabemos, pero podríamos saberlo" Ambos dijeron a la vez

"Déjense de tonterías, que los juegos son para otro momento si no van a sentarse pueden con gusto marcharse" Declaro el sombrero como ultima decisión dejando la taza con té para clavar su mirada imperturbable sobre la pareja

"Alguien no a bebido suficiente té el día de hoy" Ambos se burlaron "Nuestra intención no era molestarte pero tú nos preguntaste" Con educación se sentaron en las sillas frente la mesa y tomaron algunos pastelillos que estaban al centro de esta

"Solo supimos que algo va a pasar, nada más y suponemos que será pronto, me pregunto si será una visita, hace mucho tiempo que nadie visita este lugar" Kaoru tomo también una taza té y regreso a hablar "Recuerdo que la última persona fue una niña de cabellos rubios"

"Podrías preguntarle a la oruga" Ofreció el mayor que no tomaba la bebida café pero si comía un bocadillo

Agradecían la suerte que tuvieron al ser invitados... o más bien entrometidos  al té, el hambre casi se come sus estómagos, los peces tuvieron fortuna de que encontraran algo más delicioso que esas criaturas, como los pasteles, pastelillos y reposterías, definitivamente sabían mejor que un pescado

"Mpf... preferiría que ustedes me lo dijeran" Carraspeo la garganta el sombrerero  queriendo evitar que los gatos miraran su sonrojo

"Está tomando una siesta" Interrumpió el Lirón que hasta el momento estaba dormido y en un principio no vieron para después quedarse profundamente dormido de nuevo

"Eso lo explica" Los dos gatos morados asintieron con aire diabólico en sus rostros "Podríamos preguntarle por ti cuando despierte"

"No se les ocurra..." El reloj empezó a sonar cuando el rubio empujo la silla poniéndose de pie, las manecillas marcaban con puntualidad las tres

"Ese reloj si funciona" Dijeron confundidos los mininos, ¿que había de malo con el otro?

"Claro" Respondió el sombrerero con tono soberbio "Es muy importante para un caballero la puntualidad y por eso siempre se debe de cargar consigo un reloj en condiciones impecables"

"Había un lugar al que queríamos llegar pero como los relojes ya no funcionan no sabemos si es tarde o temprano" Hablaron ambos menando la cola

Casi terminaban con la merienda un trozo de fresa dentro de su boca y todo listo para retirarse

"¿Pero ahora que hacemos?" Pregunto Kaoru a su hermano

"Podríamos averiguar más sobre lo que pasa"

Acordado, en eso ocuparían su tiempo por un rato

"Ustedes dos" Interrumpió sus planes el sombrerero "Si llega alguna visita no se les ocurra jugar con ella" Les advirtió con motivos suficientes para tal acusación

"¿Y porque te haríamos caso?" Meneando la cola se disponían a retirarse

"No se burlen..." Les arrojaba todo lo que encontraba sobre la mesa, tazas, la azucarera, la mermelada y los cubiertos pero ellos ya se habían ido

"No es usual que se los vea tan interesados" Dijo la Liebre sacando un cubierto de su boca, mientras también meneaba su té con un tenedor "Pero si deberías preguntarle a la oruga"

El sombrerero volvió a enrojecerse

"Esperare aquí, no hay nada de malo con ser paciente, de todos modos todos pasan por este lugar cuando quieren conocer a la reina, todos siempre ven a la reina"

"¿No estas enterado?" La Liebre de marzo miro al más alto sorprendió

"¿De qué?"...  Sus ojos se abrieron enormemente de sorpresa con lo que escucho decir la Liebre...

Tarareando una canción el menor de los gatos caminaba haciendo acrobacias por sobre unos arbusto bien cortados de un hermoso jardín muy bien cuidado, con flores de todo tipo, colores, olores y sabores, las rosas, margaritas, lirios, narcisos y de más, silvestres y salvajes, domésticas y cruzas, alguna muy extraña, entre otras, pero ninguna se permitía cortar, castigo para quien fuera el que cortara flores de aquel jardín

Las flores son arrogantes y las más humildes son las feas, pero se les aprecia por su sencillez

Pequeñas nubes de lluvia se formaban sobre el jardín, a la altura en que una persona cualquiera podía estirar la mano y tacarlas, sin contar a los niños por su estura baja. Lo que hacían en ese lugar, por supuesto se debía tratar de lo más 'normal'. Cubriendo del sol a las flores, se extendían por el jardín como sombrillas sobre estas

Saltando desde el arbusto para caer de pie sobre una de las nubes el menor de los gemelos empezó a brincar de una en una para cruzar el jardín, al que tampoco se permitía entrar, aunque nadie dijo nada de no pasar sobre él, el mayor lo imito no mucho tiempo después, saltando de nube en nube, que al después de pisarlas cambiaban de color a uno más oscuro, molestas por la insolencia y deseosas de lanzar sus rayos

"Si no les gusta que las pisen no deberían de andar por el suelo" Dijo Kaoru soltando una risita

"No creo que estén aquí por gusto, hueles eso" Dijo Hikaru

El menor olisqueo el aire un poco

"Huele delicioso"

"Son las flores con sus aromas, a las nubes les debió gustar tanto su perfume que bajaron a conocerlo"

"Siegue siendo su culpa"

Nadie invita a nadie a los lugares donde no pertenecen, las nubes no deben de andar  por los suelos como las personas no deben de andar por las nubes

En medio del lugar rodeado por todas las flores el árbol más grande del mundo crecía en su centro, como se podía decir que era el más grande, pues tampoco nadie decía que se trataba del más pequeño, era una pérdida de tiempo el hacerlo, pero solo pudieron admirar su imponente figura por poco tiempo, otra cosa capto su atención

Ruidos horribles como graznidos interrumpían la tranquilidad del relajante sitio, chillidos, gritos y un barullo sin sentido, compases sin orden y un total escándalo, tan desordenado que a los gatos les dolió la cabeza, tuvieron que tapar sus orejas

"¿Qué son estos gritos?" Grito el mayor

"¿Qué son estos gritos?" Pregunto el menor que no escucho

"¿Qué?" El mayor no escucho al menor

"¿Qué?" El menor tampoco escucho

Un grupo de gansos pasaba sobre sus cabezas produciendo todo ese alboroto

"¡Escucharon!"

"¿Escuchar?"

"¡Sí!, ¡escucharon!"

"Escuchar ¿qué?"

Todo lo que decían era un desbarajuste que ni ellos mismo se entendían

"¡La notica!"

"¿Qué noticia?"

"¡La Reina!"

"¿Qué con la Reina?"

"¡Hay una Nueva Reina!"

"Una nueva ¿qué?" Estaban sorprendidos

"¡Hay una Nueva Reina de corazones!"

"¡Corazones!" Todos exclamaron

"¡Hay una nueva reina!, ¡hay una Nueva Reina!, ¡gran noticia!, ¿escucharon la noticia?" Todas gritaban y volaban

Algunas noticias en ese lugar son fáciles de darse a conocer y enterarse, otras no tanto, las indiscreciones no son tan indiscretas y algo como eso de gran magnitud y con especial necesidad de silencio no tomaba tiempo en correrse por los aires de voz en voz y de oído a oído

Kaoru y Hikaru se miraron mutuamente con las orejas levantadas y expresión sorprendida

"Esto nunca había pasado antes" Hablaron al mismo tiempo "Es algo nuevo" Sus ojos brillaron "Es algo interesante y nuevo" Esa debía ser la notica que había llegado a ellos antes pero ¿qué había pasado con la antigua reina de corazones que decapitaba cuanto a su paso?

En menos de un segundo desaparecieron...

"Kaoru, ¿dónde te metiste?"

En ocasiones cuando se desvanecían podían terminar en lugares distintos, no a gran distancia solo un par de escasos metros

"Estoy aquí" El menor apareció de pie sobre una mesa, en la que resbalo y calló encima de lo que había sobre el mueble de madera "¿Qué es esto?" Tomo lo que estaba más cerca de su pata "¿Una lechuga?"

Aparecieron en la cocina, más certeramente Kaoru sobre la mesa con comida donde picaban los vegetales. Si creía que tuvo mala suerte se equivocaba por mucho, mirando al hermano mayor su rostro perdió color

"Kaoru, me ayudarías por favor" Le pidió exhalando la menor cantidad de aire que el hablar le permitía

Los afilados cuchillos de cocina tuvieron la fortuna de no mancharse con la sangre o la vida de ese gato asustado, que se crispaba del pánico al estar rodeado por todos ellos. Sobre otra mesa en su caso casi vacia, rodeado por las afiladas armas acostado sobre esta, intentaba calmarse

"Sonara descortés pero te me a figuras a una diana" Decía el menor mientras los retiraba tomando uno por uno usando las patas y en otras veces la cola a rayas

"¡Y que te hace pensar algo como eso!" Le decía evidentemente enfadado el gato sobre la mesa

"Quizás el que luces esas rayos" Trataba de embozar una risa

"¡Tú también!"

"Pero yo no estoy clavado con cuchillos en una mesa"

Hikaru bufo erizando la cola que sobresalía a un lado pero no respondió, podían pasar horas discutiendo o podía hacer que se apresurara y sacarlo de ahí lo más pronto posible

"¡El banquete estará listo!" Se escuchó desde afuera de las puertas de esa cocina "El rey y la reina han pedido pasteles y hay que cocinarles pasteles" Muy probablemente se trataba del cocinero que estaba a punto de entrar a la cocina "No podemos preparar otra cosa, las ordenes son claras y no quieren ver rodar cabezas, ¡dense prisa!, ¡dese prisa a terminar!"

"¡Sí!" Dijeron un montón de voces al mismo tiempo "¿Pasteles de que haremos?" Preguntaron las voces

"Solo hagan pasteles" Les respondió la autoritaria voz del cocinero

Los gatos pensaron en lo tonto de los cocineros 'Solo hacer pasteles' Pronto acabarían con toda la cocina, mesas, vajillas, cubiertos, hoyas y todo lo que encontraran

"Pero nadie podrá comer esos pasteles" Dijo Kaoru aun ocupado en su labor de sacar a su hermano de esa apremiante situación en la que había caído 'literalmente'

"Tu preocúpate porque no nos conviertan en uno"

Quitando el último cuchillo salieron huyendo por la puerta trasera

"¿Ahora a dónde vamos?" Pregunto el mayor

"A la recamara de la Reina" Indico el menor

Caminaron al lugar donde querían llegar a través de un largo pasillo que finalizaba en una división de tres caminos, los tres pasillos lucían iguales con pinturas colgadas en las paredes y armaduras de caballero con hachas y lanzas adornando

"Por aquí" Dijeron al mismo tiempo

El menor señalando a la derecha y el mayor señalando a la izquierda. Se miraron y sonrieron mostrando los colmillos, escogieron el camino de en medio. El suelo de ese pasillo eran cuadrados a blanco y negro como un tablero de ajedrez, juguetonamente los gatos saltaban de cuadro en cuadro solo pisando el color que escogieron

El sitio no tenía ventanas pero lucia cuadros con paisajes, entre otros, uno con relojes derritiéndose llamo su atención

"Es algo indicado, pues estamos dentro del edificio del reloj" Dijo el mayor mientras veía el cuadro

"¿Recuerdas que las manecillas se habían detenido?" El mayor asintió "Estas aún se mueven" Señalo a los relojes de la pintura

"Se están derritiendo y persisten en seguir moviéndose" En poco tiempo la imagen los aburrió

En dos enormes puertas terminaba el corredor, de esplendido adorno con joyas incrustadas en el marco, un ostento inútil, pues las puertas no necesitaban lucir, estas están echas para ser abiertas y cerradas, no dejar pasar, guardar cosas detrás de ellas y protegerlas, no para ser ellas mismas robadas. Se miraron pensando en aquello y encogieron los hombros, era tonto fijarse en detalles, además no estaban ahí para robar algo.

Cada uno empujo una puerta, era la única forma de abrirlas, crujieron y rechinaron con la verdadera antigüedad que tenían

Lo primero que vieron fue a ellos abriendo las puertas del fondo de ese salón, se miraban a sí mismos viéndose, con expresiones sorprendidas y divertidas, ya habían explorado el edificio del reloj antes pero no conocían esa habitación

Hikaru movió la cola, de igual forma la copia idéntica que estaba frente a él y no a su lado también la movió. No había gran cosa dentro de ese salón color blanco opaco, unas cuanta sillas y mesas repartidas dentro de este, muy parecido a un salón de baile pero sin suelos de madera

Los dos dejaron la desconfianza y caminaron hacia el frente aventurándose a averiguar de qué se trataba, lo mismo hicieron a lo que podría referirse como reflejos, porque lo que sucedía era que ambos entraron a la habitación de los espejos

"¿Estamos donde creo que estamos?" Pregunto el menor

"Pues no sé dónde crees que estamos para saber si es correcto lo que crees de donde estamos"

Llegaron hasta el centro quedando de pie frente a su reflejo, ahora no eran dos, eran cuatro imágenes de una persona iguales

"Mira lo que hago" Llamo el mayor al menor

Acercándose mas extendiendo la pata, el reflejo le imitaba en todo lo que hacía, incluso en lo que hizo después, tocándolo en un principio por curiosidad noto que no era frio como lo sería una imagen en un espejo, también noto la mirada insegura de su hermano al estarlo haciendo, con juguetona sonrisa se acercó al reflejo dándole un beso casto en la mejilla que también le dio el otro

"¡Hikaru!" Se quejó el menor enrojecido de celos "No puedes hacer eso, ¡eres solo mío!" En cuanto lo dijo cerró la boca enrojeciéndose más de la vergüenza

"También te doy uno" Imito lo que hizo pero con su hermano

"No..." No encontraba forma de cómo decirlo el menor

"Quieres uno en los labios" Se le adelanto

Haciendo lo que le pedía, beso con ternura los dulces labios que no se negaron a ser acariciados...

"¡¿Que hacen aquí?!" Las puertas del salón se abrieron con brusquedad

Era la Duquesa quien iba entrando

"Nosotros también te pregustamos lo mismo" Con expresiones serias hablaron ambos gatos

"Fui yo quien pregunto primero" La Duquesa exigía una respuesta

Desde el momento en que entro los espejos habían empezado a romperse, los pedazos de cristal estaban casi cayendo sobre sus cabezas

"Pero preguntaste aquí y ya no hay aquí" Había destruido el lugar "Así que no podemos responder eso" El cuarto de los espejos estaba totalmente destrozado, no quedaba rastro intacto o pedazo de cristal que no estuviera en el suelo

"Entonces nueva pregunta, ¿qué hacen en el nuevo aquí?"

"No puedes preguntar algo nuevo sin que te hayamos contestado lo anterior, como quieres saber algo nuevo si no sabes lo otro" Jugaban los gatos con la mente de la Duquesa porque realmente no querían responder aunque fuese posible el contestar

"Eso ya no importa, no es de mi interés, solo vine a buscarlos porque la Nueva Reina me ha dado un mandato, deberán buscar al nuevo invitado, que debe estar perdido por ahí y pedirle que vaya con la Reina la que desea verla"

"¿Dónde la tenemos que buscamos?" Preguntaron los dos a la vez

"Tienen que ir a mi casa y luego la seguirán" Ellos asintieron, después de todos era una orden directo de la Reina

La curiosidad gano sobre ellos

"¿Es cierto que hay una Nueva Reina?" Preguntaron antes de marcharse

"Sus cabezas hubieran rodado ya con la anterior reina por ser tan curiosos y como aun siguen en una pieza, eso responde mejor que yo" Les dijo la Duquesa

"¿Quién es esta Nueva Reina?" Seguían husmeando

"No lo sé, pero ella también me a invitado al croquet"

"¿Cuando llego?"

"No lo sé, tal vez este mismo día, quizás antes o quizás después"

"Claro, llego en algún momento" Los gatos suspiraron. Alguien loco peguntándole cosas a alguien también loco, no las convertía en cuerdas "Antes de ir con la invitada iremos con la Reina"

"No hay tiempo" Interrumpió la Duquesa, sacando un reloj de sus ropas "Este reloj esta atrasado, ya se ha hecho tarde por lo que están retrasados"

Si ella dice que es tarde es tarde, aunque no haya nadie que mande sobre el tiempo en ese lugar, razón por la cual estaba atrasado el reloj

"Pero los relojes no servían" Protestaron

"La nueva Reina llego y regresaron a funcionar" Quizás por eso se habían detenido

"Pero..."

"No hay tiempo, el conejo se enojara si ignoran el tiempo"

"¿El conejo?, ¿ese lacayo de la reina que nada tiene que ver con nosotros?" Seguían hablando a la vez

"El mismo, ahora márchense" Ordeno

"¡Como diga doña mandona!" Ambos desparecieron

Llegaron dentro de la casa en la habitación con el caldero con sopa de pimienta y la cocinera meneando la sopa

"Podemos jugar con ella un poco" Menciono Hikaru acostado en un sofá

"El sombrerero nos dijo que no lo hiciéramos"

"Pero el sombrerero no está aquí para saberlo"

La Duquesa no tardó en llegar cargando a un muñeco

"Yo me voy" Se escondió uno de los gatos...

Recordaban la última vez que una niña rubia se aparición por el lugar y entro a la misma casa, camino por los mismo lugares, conoció a las mismas personas, hizo lo mismo, la diferencia era que no se trataba de la misma persona

Y algo más, algo que la pequeña niña no pudo hacer, la nueva niña igual de interesante que la primera o más supo que los dos eran gemelos

"¿Cómo lo supo?"

Con interés la observaron durante todo su trayecto hasta que llego y se fue con el sombrerero

"¿Entonces que les pareció?" Pregunto el sombrerero sorbiendo de su taza de té, sin molestarse a mirarlos pero sabiendo que estaban sentados a la mesa

"Es extraña" Contestaron los dos sin sonrisas en el rostro

"¿Es extraña?" Pregunto el sombrerero arqueando ceja "¿Acaso somos los más indicados para decir eso?" Tomo de nuevo de la bebida dentro de la taza "¿Quieren tomar una siesta?" Pregunto algo fuera de lugar

"No lo somos" Lo admitieron e ignoraron lo último que pregunto, aunque... "¿Para que quieres que durmamos?"

El sombrerero sonreía

"¿Quieren azúcar en su té?" Les pregunto

Los gatos no estaban tomando té

"No gracias" Rechazaron cortésmente

El Lirón que despertó pregunto

"¿Seguros que no quieren tomar una siesta?"

"Seguros, no queremos despertar de este sueño" Respondieron los gatos y el Lirón volvió a quedar dormido

"Y tu sombrerero ¿quieres dormir?" Pregunto Kaoru

"No, aun no, aún tenemos que ayudar a la invitada, el jurado no será muy amable con ella" Dejo la taza de té y saco su reloj de bolcillo "¡De prisa el juicio casi termina!"

"Necesitan de mi ayuda" Pregunto la Libre de marzo

"No es necesaria tu quédate a comer dulces" El sombrerero acomodo su sombrero y se puso de pies "Los juicios de la Reina son tan aburridos, ninguno del jurado hace otra cosa que escribir poemas, lo que hago por nuestra invitada, yendo a aburrirme en aquel sitio, por cierto ¿quién es el acusado?"

"La Duquesa" Respondieron los gemelos

"Lo suponía"

Las trompetas sonaron por todo el país

"Casi termina"…

Con entrada espectacular, ostentosa e inoportuna el sombrerero entro al salón, prestando sus humildes servicios a la invitada. La nueva Reina quito su máscara

Con las colas moradas a rayas, entrelazadas y formando algo así como la figura de un corazón, veían a la querida invitada esperando el fin de la función

"¿Crees que ella sea parte de nuestro sueño y que cuando despertemos desaparezca?" Pregunto el mayor

"¿O que cuando ella despierte nosotros seamos parte de su sueño y desaparezcamos?" Pregunto el menor

...

"Hikaru" Lo llamo su hermano "¿Qué haces?" Le pregunto al ver muchas cosas regadas sobre el lugar entre ellas muchos cuentos infantiles desparramados sobre la pequeña mesa en donde estaba descansando un codo del aludido sentado en una silla

Había algunas cuantas cajas amontonadas por ahí y por allá dentro de esa habitación y la mayoría estaban cubiertas por polvo

"No te escuche entrar" Dijo Hikaru levantando la vista del libro que leía aun abierto sobre su mano "Estaba soñando despierto, no me fije en el tiempo"

"Y ¿qué es eso?" Pregunto por el libro que había estado leyendo el mayor

"¿Lo recuerdas?, cuanto nos encantaba esta historia" Sostuvo en alto la portada para que su hermano la viera "Es el cuento de Alicia en el país de las maravillas, el gato Cheshire es mi personaje favorito"

"Si lo recuerdo, también es mi personaje favorito, por alguna razón su sonrisa me recuerda a ti" Sonrió Kaoru

Al parecer el mayor pensaba en lo mismo que el menor por la forma en que lo veía

"No seas tonto, ¿me estás diciendo que tengo sonrisa de gato?"

"Quien sabe, para mi si lo pareces"

"También estás hablando de ti mismo, o se te olvida que somos gemelos"

"Quizás" El menor sonreía con malicia "Bueno..." Se encogió de hombros "Por lo menos ya encontramos un tema del cual disfrazarnos" Señalo al libro

"Es una buena idea"

Fin

Notas finales:

Posibles errores de dedo, perdonen


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