No dejaba de verla a lo lejos, veía como platicaba con sus amigas muy entretenida. Ese cabello castaño oscuro que olía a goma de mascar ¡pero era una niña! ¿cómo pensaba eso de ella? Los niños las odian.
- Mish, Mish- sintió como alguien lo sacudía
- ¿qué pasa Allan? – giro su cabeza
- No me estas poniendo atención…- el otro niño se cruzo de brazos indignado
- Lo siento…pero si te escuchaba, a mi también me gustan los libros de piratas- le sonrió
La hora de salida al fin había llegado, esperaba muy atento y tranquilo a su papá. Ya casi no había nadie en la escuela, solo el y ella, quien estaba del otro lado de la puerta principal, sentada en las escaleras. Era ahora o nunca. Tomo su mochila y se acerco a ella.
- Hola- la niña lo miro con esos ojos color verde enormes , su cara estaba llena de pecas
- Hola- el niño sabía que todo sería fácil. Y así una linda amistad había comenzado.
Unos minutos después el papá del niño había llegado a recogerlo.
- Bueno, me tengo que ir, nos vemos mañana- tomo su mochila y se fue
- Si, hasta mañana Mish- llego hasta donde su padre y lo tomo de la mano
- ¿quién es ella?- pregunto muy interesado
- Una nueva amiga, solo una amiga- apretó mas fuerte la mano de su papá
- Está bien, está bien te creo- doblaron a la izquierda en la esquina y a unas cuantas csas mas llegaron a su casa, entraron al departamento y todo estaba en silencio
- Qué raro ¿papá aún no llega?- dejo su mochila debajo del perchero
- Si, él…- de repente se escucho un estruendo desde el baño
- ¡PAPÁ!- grito preocupado y ambos llegaron al baño donde lo vieron frente al lavabo
- ¿qué?- los dos se dieron cuenta que solamente se le había caído una botella al suelo mientras se lavaba las manos
- Nada, pensamos que te habías lastimado-
- Por favor, son muy poco probables los accidentes en el baño y mas cuando te estás lavando las manos después de usar acido clorhídrico – los dos abrieron sus ojos de par en par
- Lava bien esas manos, serviré la comida- el niño lo seguía viendo atento, como si quisiera que respondiera algo
- Ve ayudar a papá a poner la mesa…- negó con la cabeza- ¿qué pasa?
- Yo, hoy…- titubeo- ¡NO, NADA! – el moreno se quedo asombrado de la reacción de su hijo, quien se fue corriendo a poner la mesa
Todo estaba listo, como siempre faltaba el moreno al último, su hijo y su esposo lo esperaban ansiosos, tenían hambre. De repente entro a la cocina y tomo asiento. Pasaron unos minutos hasta que el papá hablo.
- Hemish Holmes ¿qué es lo que paso hace un momento en el baño?- sabía que su papá estaba un poco molesto por dejarlo con la palabra en la boca y mas por decir su nombre completo
- ¿Mish?- pregunto asustado Watson, desde el otro lado de la mesa.
- Lo siento, papá, yo…es que…- agacho su cabeza
- Hamish, querido, todo estará bien, cuéntanos ¿si?- el niño se sonrojo
- Es una niña ¿verdad?-
- ¡PAPÁ!- grito
- ¡SHERLOCK! – le grito
- Si, papá tiene razón , es una niña, me hice amigo de ella hoy…pero me gusta como huele su cabello, huele a goma de mascar- Watson sintió un pinchazo, su niño comenzaba a crecer pero Sherlock arqueo la ceja
- ¿cómo se llama?- el niño sonrojado pero a la vez decaído levanto la cabeza y miro a su padre muy serio
- Abigail Lecter- un nudo se le hizo en la garganta cuando escucho ese nombre
- ¿Lecter? Sólo ten cuidado Hamish – el niño no entendía a que se refería pero Watson si
Hacía unos años Sherlock fue llamado a atender un homicidio, en el cuál el Dr. Lecter estaba involucrado ya que fue la última persona en tener contacto con la victima de la cual nunca se encontró el cuerpo, solo como había muerto. Era el psiquiatra de la joven que había desaparecido después de ir a una cita con él. Al parecer después de esos años se había unido a Will Graham uno de sus pacientes y policías del FBI. Pero Sherlock no había podido saber quien era el asesino, el cual era impecable en sus artes. En sus diseños.
- Claro papá – terminaron de comer platicando que mas había pasado en la escuela de Mish, así le decían de cariño, el diminutivo de Hamish
El niño de cabello negro, hacía la tarea muy concentrado. Watson leía el periódico mientras Sherlock actualizaba su blog.
- Watson, mi celular- el rubio arqueo la ceja y dejo un lado el periódico
- ¿qué?-
- Dame mi celular es un mensaje de emergencia- se puso de pie y tomo el celular del abrigo que estaba colgado en el perchero
- Toma- el detective comenzó a teclear algo al mismo tiempo que dio las gracias. A los minutos después el rubio había recibido un mensaje
- ¡SHERLOCK!-
- Estoy ocupado no me puedo desconcentrar – la leyenda del mensaje decía así
- “Afuera” – el rubio dejo sus cosas a un lado y salió, seguido Sherlock
El rubio salió hasta fuera del departamento, algo no estaba bien.
- ¿qué pasa Sherlock? – el moreno miraba hacía todos lados
- John, cuando fuiste por Hamish a la escuela ¿la niña aún ahí?-
- Si, estaban platicando ¿por?-
- ¿alguien mas los vio juntos?
- No creo ¿Por qué?...Sherlock ¿Qué pasa?-
- Debemos cuidar a Hamish…si es necesario cambiarlo de escuela- el rubio comenzó a reír de nervios
- ¿qué? ¿de que hablas Sherlock?
- No es broma, debemos de supervisar estrictamente a Hamish y que tenga el menos contacto posible fuera de la escuela con esa niña y sus padres-
Si Sherlock estaba de esa manera, era por que era algo delicado, algo serio.
- Solo te pido que me ayude a supervisarlo y en unos meses veremos que pasa-
Eran pocas las veces que Sherlock mostraba su lado paternal hacía el niño. El rubio se acerco a él y lo abrazo
- Tranquilo, cuidaremos a nuestro hijo- el rubio le regreso el abrazo
- Y yo de ustedes-
Al día siguiente Sherlock fue y recogió a Hamish personalmente a la escuela, mas temprano que de costumbre.
- ¿Por qué llegaron temprano por mi? – gruño el niño- casi no pude hablar con Abigail
- Termine temprano el trabajo y pase por ti-
A lo lejos Lecter veía como el detective se alejaba con su hijo. Casi cuando los perdió de vista cruzo la calle para ir por Abigail.
- Querida- la niña un poco triste levanto la cabeza y una gran sonrisa se dibujo en su pequeña cara
- ¡Papá! – corrió hacía él y lo abrazo - ¿y mi papá Will? ¿por qué no vino él?
- Oh, entonces no me querías ver- la niña palideció
- No, es que tu…siempre-
- ¿siempre que Abigail?- jugaba con los holanes de su vestido
- No tienes tiempo y…- el Doctor beso su mejilla
- Lo siento querida, cambiaré eso ¿Por qué no me lo habías dicho?-
- No quería que te sintiera mal, además tus pacientes te necesitan-
- También tu, eres mi hija. Mi último paciente se fue antes de lo normal por una emergencia…y ya no irá mas a esta hora, así que yo vendré por ti cuando Will no pueda- la abrazo- vamos a casa , pero antes ¿quién es el niño con el que estabas muy alegre platicando?
- ¡oh! Su nombre es Hamish Holmes , es mi nuevo amigo- al escuchar el nombre sonrió de oreja a oreja
- Deberías de invitarlo a la casa algún día- la niña sonrió y se sonrojo al mismo tiempo –
- Si, si- lo soltó y corrió hacia el carro. El doctor se acomodo su ropa y subió al coche