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El Rey y su perro por samuesselmo

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Notas del fanfic:

 Hola a todos! 

Creo que pasaron sólo tres días o menos desde la última vez que escribí, pero la verdad que es sentía que me faltaba algo. No aguanté más y decidí mostrar mi nuevo proyecto.

 Espero que sea de su agrado, es mi primer MuraAka y es mi OTP. Así que me emociona empezarlo. 

 No le quise poner advertencia, porque aún no sé como será el tema... 

Notas del capitulo:

 Acá está el primer episodios. Desconosco cuántos va a haber, pero espero que sean muchos para ustedes. 

Espero que les guste el Fanfic. Sé que había prometido escribir One Shot, pero creo que si no escribía esto no iba a dormir en paz.

 

 Akashi Seijuurou era un niño normal, perteneciente a una adinerada familia. Al iniciar el jardín de infantes descubrió a su primer amor, Murasakibara Atsushi. Ambos, ajenos al mundo adulto, hacían lo que cualquier niño de 4 o 5 años haría, jugar hasta el cansancio. Y el entretenimiento principal de éste par, era el de imaginar que el pelirrojo era un pequeño Rey, y el peli lila su fiel guardia. El juego continuaba a todas horas del día, el más alto siempre cargaba al “rey” y lo “protegía” de peligros que sólo estaban en sus mentes.

 A pesar de los diferentes estatus sociales, la pareja no se separaba por mucho tiempo, eran el uno para el otro. Amo y sirviente, uno dependía del otro, y todo bajo un mundo de fantasía. Sin embargo, un día la historia cambió. Como todo día en el parque, los niños jugaban en la plaza de juegos. Murasakibara estaba con el heladero, pidiendo dos grandes cucuruchos, uno para él y el otro para Akashi que estaba esperándolo en uno de los juegos, en los alto, balanceando sus pies mirando la dirección por la que debía aparecer Atsushi.

 Pero en ese momento, esperando paciente a su guardián, unos chicos más altos que él se acercaron. Akashi era pequeño y al estar siempre junto Atsushi jamás se metían con el Rey, aunque ese día fue la excepción. Los niños eran tres y le sacaban al menos una cabeza al pelirrojo. Éste, temeroso, se levantó y retrocedió de ellos, pero el borde del juego era amenazante. Al menos dos metros tenía que tener una caída desde allí.

 —El principito, Akashi –Canturreó el más alto de ellos intimidando al menor. Muchos conocían a la familia Akashi, después de todo eran la más rica y poderosa familia. Pero Seijuurou no entendía las consecuencias de su apellido, además para él era un Rey.

 —N-no soy un príncipe, soy un rey –Pretendía sonar poderoso y sin miedo, pero su voz lo traicionaba, incluso tiritaba de los nervios, mirando de reojo la larga caída.

 Sin siquiera importarle la edad o tamaño del niño, el chico mayor empujó el cuerpo de Akashi. Y entretanto, Muarasakibara de lejos, vio la escena frente a sus ojos. Tiró sin importancia los helados y corrió, pero la distancia era muy larga, y el cuerpo de Seijuurou chocó contra la tierra. Boca abajo permaneció inerte e inconsciente. El peli lila siguió corriendo a toda velocidad, socorriendo el cuerpo de Akashi, al ver la sangre brotar de su frente quedó paralizado. Miró al trio de brabucones, eran mayores que él, pero aun así, Murasakibara era un titán cuando se enojaba, Uno a uno fue cayendo al suelo por gracia de él. Sin saber, que el ojo dorado del Rey lo observaba hasta caer, nuevamente, en la inconsciencia.

 Tras pasar tres largos días dormido, Akashi despertó, y a su lado estaba su siempre fiel guardián. Sostenía firmemente su mano, feliz de que su Rey había despertado de un largo sueño. Desde ese día comenzaron los verdaderos problemas. El pelirrojo se volvió ajeno a los demás, exclamando de la forma más sincera que era un Rey. Eso al principio no pareció impórtale al peli lila, y con el tiempo era una rutina.

 A medida que crecía, Seijuurou dejó de prestarle la menor atención a su familia. Sin enterarse de la bancarrota de su padre, para más tarde hacer oídos sordos a la noticia de que él se había suicidado. Akashi vivía en su propio mundo de fantasía, tenía la mansión para él solo, y convivía día y noche con Atsushi.

 Akashi Seijuurou se volvió un Rey caprichoso encerrado en sus propias ilusiones, que sólo él podía apreciar ante sus ojos, producto de su mente corrompida. Lo que era un juego se volvió real para su Majestad. Y, ahora que debía empezar estudios de preparatoria junto a su “cuidador” eran altas las posibilidades de que su ideología sea criticada duramente.

 ¿Cómo actuaría un “Rey” en el mundo moderno, rodeado de chicos de su edad?

 Era el primer día de clases, y con mentón levanto y mirada al frente, ingresó en el instituto orgulloso. Murasakibara debía admitir que tardó en convencer a su Majestad para entrar a la escuela Yosen, pero por fin había accedido. Por el otro lado, Akashi radiaba excelencia ante los ojos del peli lila, el uniforme le iba muy bien y resaltaba la fina figura. Se habían ganado la vista de todos, sorprendiendo al más alto, después de todo, también convenció al pelirrojo de dejar su capa roja junto a la “corona de oro”. Aquella corona era de papel aluminio, pero ante los ojos bi color era de oro puro, con gemas preciosas incrustadas.

 Entraron al colegio y escucharon al director dándole la bienvenida a ellos y al resto de los alumnos nuevos de primero. Acto seguido, cada alumno debía ir al salón correspondido. Pero, algo desconcertó al pelirrojo, miró con el ceño fruncido las listas, y él y su amado Atsushi estaban en diferentes salones.

 —Aka-chin, creo que nos veremos en el recreo –Comentó de la forma más tranquila, pues sabía bien que ese tema no le cayó muy bien a su pareja. Pero como todo Rey, no bajó la cabeza.

 —No, Atsushi, te acompañaré a tu salón.

 Sin decir nada más, el pelirrojo siguió caminando, seguido de Murasakibara. Él no quería discutir en ese lugar con su “Aka-chin” por lo que permaneció en silencio. El más alto tomó asiento al lado de una de las ventanas, y al no haber más bancos, debido a que Akashi no pertenecía exactamente a esa clase, se sentó en las piernas del mayor.

 Todos en el salón los miraban como si fueran un par de bichos raros. Pero cuando entró el profesor, esperaron ansiosos a que éste dijera algo. Primero tomó lista, pero cuando notó la presencia del de ojos bi color, lo miró extrañado, y aún más al verlo encima de otro estudiante.

 —¿Quién es usted? –Preguntó de la forma más respetuosa desde el frente de la clase, sin dejar de mirar al pelirrojo. Le molestaba un poco que lo mirara como si estuviera desafiándolo.

 

 —Soy el Rey, Akashi Seijuurou –Respondió desde su lugar, cruzado de piernas, y cerrando sus elegantes ojos bicolores con orgullo. Esas acciones hicieron que los alumnos rieran, pero la risa que más hizo rabiar a su Majestad, fue la de un azabache.

 —Silencio –Los calló cansado el profesor, para que nuevamente se concentrara en el “intruso” del salón –Creo que tú no estás en esta clase-

 —Ahora lo estoy –Respondió sin tener cuidado en sus palabras.

 —Akashi-kun, le sugiero que cuide el tono de su voz conmigo,

 —Yo puedo hablarle con el tono que yo quiera –Akashi miró maliciosamente al mayor. Éste se tragó sus palabras y no acotó más. Ya hablaría con sus superiores, por el momento intentó dar comienzo a las clases.

 Mientras tanto, el azabache que estaba detrás de la pareja, miraba curioso y con interés el más alto que se mantenía realmente sereno durante esa corta discusión –Primer día de clases y esto se vuelve entretenido –Murmuró para sí mismo. Himuro Tatsuya, iba a disfrutar inevitablemente de ese año escolar, o al menos, eso era lo que pensaba él sin dejar de mirar a la extraña pareja que yacía sentada frente a él.

Notas finales:

 Deseo que les haya gustado. Fue un episodio más que nada de presentación...

 Muchos saludos a todos! Agradezco los comentarios, quiero leer su opinión, sus sugerencias, si les gustó o no... Todo. Me ayudan a seguir escribiendo!

 By Selmo


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