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El Hobbit Una Travesía Inesperada por LadyRed

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Notas del fanfic:

¡Por fin! Ya perdí la cuenta de cuánto tiempo he querido subir este fic, pero parece que mi caja de ideas esta maldita, nada que se me ocurría como empezar, pero bueno, espero que lo disfruten.

El Hobbit

Una Travesía Inesperada

 

Prólogo – Un Hobbit de la Comarca.

 

Era esa época difícil en Erebor, los cultivos de Dale apenas habían alcanzado para ese mes y por más que no lo quisieran los enanos tuvieron  que aplicarse al cultivo, Thorin había refunfuñado, gritado, golpeado, alegando que no sería el quien abandonase la forja por “trabajo de elfos” y había sido Dis quien lo sacó a rastras de su despacho para que diese comienzo a la temporada de cultivo.

 

Con los meses el problema estaba resuelto. Habían determinadas áreas de Erebor especialmente dadas al cultivo de champiñones y demás setas, que explotaron lo mejor que pudieron estableciendo un régimen de cultivo que les dio mejores posibilidades de comercio con otras ciudades alrededor de la montaña he incluso con asentamientos enanos en las colinas de hierro.

 

Los Orcos además de la comida también habían sido un problema, gran cantidad de esas asquerosas criaturas pululaban por doquier atacando a los comerciantes y trabajadores, Dale ya había sufrido seis emboscadas en los últimos tres días, nada parecía querer alejarlos.

 

Acababa de salir de una batalla, su cuñado había caído junto con una buena parte del ejército, habían erradicado aquel batallón de Orcos, esta vez venia del oeste y hasta habían juntado prisioneros (a saber con qué fin). En esos momentos se hallaba limpiando el bosque en torno a Dale; habían encontrado una cantidad ridícula de rehenes, muchos simples mujeres y niños, cuando les habían preguntado de donde eran una mujer joven, de cabellos y ojos morados como la piedra Ágata, que usaba gafas y había sido herida por una flecha envenenada en la pierna les explico que eran gente de Bree y muchos también de La Comarca (esto último refiriéndose al gran grupo de Hobbits asustados) luego de aquello la mujer, con una incesante cojera, había comenzado a ayudar con los heridos.

 

Thorin no podía creer que su cuñado estuviese muerto, no soportaba ver a una devastada Dis entre sus dos muchachos conteniendo el llanto; haciendo todo lo posible por que Fili y Kili no viesen cuanto le dolía haber perdido a su compañero y (estaba seguro) el único enano que la morena sería capaz de amar. Tomo a Orcrist y la uso para apartar un grupo de arbustos venenosos, cerciorándose de que nada hubiese quedado escondido entre sus hojas azuladas, con desconfianza se apartó de él.

 

- ¡Thorin! – escucho que le llamaba y se volteó a ver a Dwalin, su servidor y compañero de guerras varios metros más allá señalando hacia arriba uno de los altos árboles de troncos grises, el rey fue en su dirección y, una vez que estuvo a buena distancia miro en su dirección.

 

Una pequeña Hobbit se hallaba colgada de una rama, abrazándose al tronco, tenía el cabello corto hasta la quijada y rizos abundantes y respingones, los miraba con sus ojos verdes vacíos y tristes, traía puesta una raída braga marrón que de falda que le llegaba hasta los tobillos con una camisa blanca igual de sucia.

 

- ¡Hey, oye! ¿Te encuentras bien muchacha? – le pregunto, y ella le miro aparentemente confundida – soy varón – declaro él castaño y su voz le desmintió, pese a que la misma era bastante fina para la de un hombre.

 

Thorin miro a Dwalin, que simplemente se encogió en hombros, no había por que hacer cabeza por aquello, aunque fuese un varón con vestido, después de todo era un Hobbit ¿Quién sabía que cantidad de cosas pasaban por sus cabezas amantes de las camas y la comida? aunque si venia al caso, de haber sido mujer tendrían que haber reparado en algún momento que era bastante plana para la edad que aparentaba - ¿puedes bajar? – le volvió a preguntar, el muchachito miro de un lado a otro, al árbol y al rey enano.

 

- supongo – susurro, aun sopesando sus opciones, había trepado varios árboles en La Comarca pero nunca uno tan alto como aquel. Estaba seguro que de no haber estado huyendo de aquel Orco especialmente molesto no habría podido escalarlo, por más que fuese un buen trepador. Oh bueno, tampoco se podía quedar ahí sentado todo el día, por lo que haciendo su mejor esfuerzo (pues tenía las piernas lastimadas y la planta de los pies llena de cortadas, cosa inverosímil en un Hobbit respetable, pero los Orcos no habían tenido clemencia) se puso de pie sobre la rama y examino la superficie del suelo: rocosa, llena de raíces he irregular. Maldición.

 

- ¡no puedo! – les aviso abrazándose más al tronco del árbol, asustado. Thorin suspiro – ve a buscar ayuda – le pidió a Dwalin, quien simplemente asintió, mirando de nuevo al pequeño Hobbit, y percatándose de las heridas de sus piernas.

 

- Traeré un sanador para que le revise – declaró antes de dejarles – ven, vamos, te ayudare a bajar – declaro Escudo de Roble una vez que el otro enano se hubo ido, comenzando a trepar por entre las ramas más bajas. Había que ver en que se había metido ¡Él, Thorin Escudo de Roble trepando un árbol como un vulgar elfo! Aparto ese pensamiento, convenciéndose de que era por una buena cauda y viendo como el pequeño Hobbit intentaba bajar con mucho esfuerzo, pese a que se sentía mareado y la cabeza le dolía a horrores.

 

- ven, yo te ayudo con esta parte – le ofreció el rey un poco de mala gana una vez que estuvo lo suficientemente cerca, entonces el pequeño Hobbit se dejó caer en sus brazos con suavidad, Thorin se sorprendido ante lo suave y menudo, definitivamente los cuerpos de los enanos y los Hobbits eran muy diferentes, casi hasta podía jurar que el muchachito tenía un poco de caderas (una curva casi imperceptible, pero notable a fin de cuentas) y eso, junto con su olor y el grosor de su voz le daba un aspecto delicado de lo más desconcertante.

 

Una vez que estuvieron de nuevo en el piso el moreno intento poner al Hobbit de vuelta a tierra; más este se mareo y tuvo que sujetarlo para que no se fuese de bruces al suelo - ¿te encuentras bien? – le pregunto y el menor asintió, tenía la cara tan roja como un tulipán y tiritaba, por lo que Thorin le puso la mano en la frente, comprobando que tenía fiebre.

 

- ¡por Durin! – gruñó por lo bajo el hijo de Thrain y con esfuerzo levanto al Hobbit sosteniéndolo con firmeza y buscando con la mirada un lugar donde poder acostarlo sin que se lastimase más, encontrando un parche de pasto entre dos raíces, lo suficientemente grandes como para poder acostarlo y que se mantuviera quieto.

 

Una vez que lo hubo acomodado se quitó su gruesa chaqueta  y se la puso encima al castaño, que continuo mirando hacia arriba con la vista perdida. Mal, si seguía así para mañana en la noche no podrían hacer nada. Trato de alejar ese pensamiento pesimista de su cabeza, ya suficiente había tenido con ver morir a un miembro de su familia aquella noche.

 

Miro hacia el castaño que por casualidad le estaba mirando también y levanto una ceja, confundido - ¿eres un enano? – le pregunto el muchachito con voz ronca, probablemente por el sueño que estaba tratando de contener – si – contesto de forma osca. El Hobbit sonrío – eres bastante necio – se burló.

 

Thorin le miró entre incrédulo he indignado ¿Cómo se atrevía esa pequeña cosa…? Pero antes de que continuase con sus quejas mentales el castaño continuo hablando - ¿vives en Dale? – le pregunto.

 

- ¿por qué no te duermes de una vez? – se alteró el Rey Bajo la Montaña. El castaño sacudió la cabeza – me duele demasiado la cabeza – contesto, Thorin le miro volviendo a tomar su temperatura, estaba peor ¿Dónde estaba Dwalin y su ayuda? Se quejó en su mente para no alterar más al chiquillo, que se volteó sobre sí mismo buscando una poción más cómoda.

 

- ¿de dónde eres? – ahora era Thorin el de las preguntas. El Hobbit sonrío – de La Comarca ¿Cuál es tu nombre?

 

- Thorin, a tu servicio – se presentó el rey enano con aire digno, el castaño comenzaba a quedarse dormido, de pronto el de ojos verdes comenzó a arrastrarse más en dirección al enano hasta alcanzar una de sus callosas manos para después ponerla sobre su cabeza, tapando sus ojos del sol, ante la confundida mirada de Escudo de Roble.

 

- Bilbo Bolsón – musito ya casi inconsciente – a tu servicio.

Notas finales:

Gracias por leer :D


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