El, un pelinegro de buenas facciones, camina por su por su casa mientras busca su ropa, la que está regada por toda su sala.
La puerta de su departamento se abre de inmediato mientras el salta asustado.
— Hola mi amor… — Dice el alto castaño de ojos intimidantes. Le abraza por la espalda mientras le besa el cuello, lentamente. Lleva sus manos a la cintura de Taemin.
— Minho… — Murmura al momento de sentir los húmedos besos de Minho en su cuello.
— ¿Estás Triste cariño?
— ¿E-eh? Si, obvio que si — Se voltea y deja un beso en los gruesos labios del de piel canela. Le abraza por el cuello y continúa dejando furtivos besos ahí.
— En unos meses ya volveré, tranquilo. — Sonríe y continua besando esos humectados labios.
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UNOS MESES ANTES.
Luego de una descontrolada fiesta con mucho alcohol.
Ahora le dolía la cabeza, al parecer alguien le había llevado a su casa porque se encontraba en su cama. Abrió los ojos como pudo ya que la poca luz que se filtraba le hacía doler los ojos, la cabeza se le partía.
Sintió un peso en sus piernas, sabía que había otras enredadas con las de él, seguramente Minho había llegado y él ni lo noto.
Sonrió y volteo su mirada.
¡ALTO!
Ese no era Minho, ni siquiera sabía quién era ese rubio que se veía tan tranquilo durmiendo a su lado.
— ¡EY, TÚ! — Gritó asustando a aquel rubiecito.
Este se rascó el ojo derecho mientras le veía adormilado y en ese momento le miró confundido, ambos en una cama, desnudos y con un olor a alcohol en el aliento.
— ¿Quién eres? — Pregunto en rubio achinando más sus ojos, la luz le enfocaba directamente en sus ojos y no podía ver bien, pues estos ardían.
— ¿Quién eres tú?
— Soy Kim Kibum, ¿Qué hago acá? — No parecía asustado ni mucho menos arrepentido, como si estuviera acostumbrado siempre a eso.
— No lo sé no recuerdo nada. — Miró el reloj — Oh, por dios… toma tus cosas, debo irme — Dice tapándose con una manta mientras salía de la cama, estaba confundido y entendía lo que había ocurrido; se había acostado con un completo desconocido.
Una vez se vistió salió de la casa, corriendo. Taemin estaba más que confundido ¿Qué había pasado en la noche? Continuo caminando hasta la casa de su hermano, ya no importaba nada lo que había hecho, porque lo hecho, hecho está. Cuando llegó Jinki, su hermano, le recibió con una gran sonrisa.
— Fue una noche descontrolada ¿eh? — Dice el mayor
— No sé, no me acuerdo de nada. .
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El timbre de su casa había sonado y abrió la puerta encontrándose con una pequeña canasta, dentro había un bebé y una nota en color amarillo patito, con una caligrafía muy bonita.
El niño estaba llorando y antes de que algún vecino saliera a ver qué ocurría metió la canastita de color marrón claro en su departamento. Leyó la carta.
“Querido Lee Taemin.
Mi nombre es Kim Yang Min y tengo seis meses y eres mi padre”
¡WHAT! What, What, What, What
¿Un hijo?
¿Un bebé? ¿Suyo?
Y ese momento recuerda a ese rubio de mirada felina. Era obvio que ese niño era de él, no había tenido relaciones con nadie después de él y antes había estado en un lapso de no encamarse con nadie, no porque salía con Minho y el no era un infiel, claro que no.
Minho, o por dios ¿Cómo lo tomaría él?
En la canasta había otra nota y decía
“Deberás cuidarme por un tiempo, mamá no puede hacerse cargo de mi durante un tiempo, está terminando sus estudios”
¿Ahora qué haría con un bebé? ¿Cómo lo cuidaría? Primero en principal ¿Qué debía hacer? Sabía que si Minho se enteraba de que tenía un hijo, y no de él, haría que el casamiento sea anulado y por ende su padre no podría conseguir las acciones que deseaba.
Casamiento por compromiso, si, para salvar la empresa de su papá.
Atrás de la nota había un número telefónico “Llama a este número cuando tengas problemas”
Y así lo hizo.
— ¿Sí?
— ¿Kim Kibum?
— Sí, soy yo ¿Quién habla?
— Lee Taemin.
— Ah, eres tú, hasta que te dignas a llamar.
— ¿Qué es esto de que este niño es mi hijo?
— No sé si te acuerdas de esa noche de descontrol en una fiesta, tú te me tiraste encima y ambos con un poco del efecto del alcohol no pensamos lo que hacíamos.
— P-pero… ¡No puedo cuidarlo! Tengo que casarme pronto y… no tengo tiempo para un niño.
— Lo lamento, pero eres su padre ¿Acaso quieres una prueba de ADN? Porque puedo hacerla rápidamente.
— No, no, no, no, no… ven a buscarlo.
— Lo lamento, estoy viajando a mi universidad, cuando termine mis estudios iré por mi bebé y no te molestaré más. Si no quieres tener problemas di que no es tu hijo y que solo te lo dejaron a cuidado, pero recuerda que ese ser lleva sangre de tu sangre y deberás cuidarlo como a tu propia vida.
— ¿Cuidarlo? Apenas y sé que toman el biberón, yo no sé qué hacer.
— Pues ve pensando en que puedes hacer porque dentro de unos meses me graduó y podrás estar libre. Hay leche para bebés en la canasta, toda la que necesites, hay pañales y ropa. Pero cuando esto se acabe necesitarás abastecer todo. Eso es todo, recuerda darle de comer cada tres horas y envíame un mensaje de su estado cada día a la mañana y en la noche. Ni se te ocurra darle de comer cosas raras porque es un bebé y se puede ahogar. No lo bañes con agua fría ni muy caliente y recuerda que es muy pequeño para estar desabrigado en lugares de temperatura baja, ponle un saquito y medias. Eso es todo, adiós.
— P-pero Espe-
Y cortó.
¿Ahora qué haría con toda esa responsabilidad?
El casamiento con Minho se había pospuesto ya que este estaba en estados unidos por unas cosas de trabajo, si en ese tiempo Kibum terminaba sus estudios él seguía con sus planes.
Ahora solo tenía que aprender a cómo cuidar a alguien más si apenas podía con él mismo.