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Nubes de algodón y estrellas de caramelo por Gtastic

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Notas del fanfic:

¡Hola! Este es un One Shot de mi OTP de Kuroko No Basuke (MuraHimu) inspirado en la imagen que lo acompaña, la imagen no me pertenece y le doy créditos a tumblr pero exactamente no se quién sea el autor, es un escrito bastante dulzón -para mí- y es la primera vez que escribo en primera persona. Espero les guste, es bastante corto y algo tierno. Recibo comentarios y críticas constructivas con agrado. ¡Muchas gracias por leer!  

La imagen en cuestión. 

https://scontent-a-dfw.xx.fbcdn.net/hphotos-frc1/t1.0-9/10255294_1403716396572306_677925881654032202_n.jpg

El cielo se veía bastante estrellado, todavía no oscurecía por completo y ya podías ver todas las estrellas tintinear en el firmamento, esa fue la primera vez que lo vi. Resaltaba por su peculiar estatura, era mucho más alto de lo que su rostro aparentaba, un semblante bastante tierno con una ligera mueca de aburrimiento. Caminaba sosteniendo unas bolsas de frituras y otros dulces, en la boca llevaba lo que parecía ser un pocky, su cabello estaba algo largo llegándole a la mitad del cuello, Murasakibara Atsushi era su nombre.

 

Nos habían llevado a mi hermano Taiga y a mí a ver el festival, los fuegos artificiales sobre todo pero ni siquiera pude prestarles atención, la expresión de ese niño que parecía estar solo en medio de la gente fue lo que me atrapó, se veía tan tierno comiendo sus dulces y sin importarle el lucir un poco perdido. Creo que a eso se le llama primer amor. No sabes por qué, no sabes cómo, solo sientes que tu corazón se agita sin razón alguna, tus manos comienzan a sudar y tus mejillas arden, tu mirada no puede apartarse de esa persona y tan solo quieres acercarte para poder estar junto a ella, sientes en tu estómago un lío y si lo tuvieras de frente no podrías hablar. Debí estarlo mirando lo que duró la tirada de fuegos artificiales, sus bolsas de dulces iban disminuyendo en sus brazos y entonces la mano de mi hermano me despertó de ese trance, debíamos irnos. Sentí mucho pesar.

 

Pensé que no le volvería a ver, los siguientes 3 días de vacaciones se me fue en puro pensar en él, columpiándome en el parque no tenía ganas de jugar con mi hermano tan solo quería volver a ver a ese chico de dulce. Fue entonces que por azares del destino lo encontré, mientras yo me mecía en el columpio él estaba sentado al otro lado del parque con su respectiva bolsa de dulces, mirándo fijamente hacía dónde estaba o tal vez solo lo estaba imaginando. Mis mejillas ardieron al pensar en eso y bajé la cabeza apenado ¿se habría dado cuenta de que le estaba observando? Pero… esto era una oportunidad, tenía que acercarme y así lo hice. Me levanté y caminé hasta él, extendí mi mano y abrí mis labios para hablar

 

Mi nombre es…

Pero no terminé de decirlo pues el chico enseguida alzó su rostro al observar mi sombra y habló con ese tono de voz tan suave y sedoso.

—Himuro Tatsuya ¿Cierto? Vas en la primaria Yosen ¿Verdad? Yo soy tu compañero, me siento detrás de ti…

 

Sus palabras me sorprendieron ¿Era mi compañero? ¿Por qué no recordaba algo tan importante como eso? Apenas iba a preguntarle algo más cuándo escuché la voz de Taiga interrumpiéndonos

—Tatsuya, debemos entrar a casa

¿Eh? ¿Taiga no lo conocía? ¿Por qué no lo saluda? Eso fue lo que pensé, el chico se limitó a asentir y se despidió con la mano pero pude notar un gesto nostálgico en él, el mío fue uno de tristeza por no poder seguir hablando con él. Alce mi mano para decirle adiós y acompañé a Taiga a la casa. Al siguiente día salí al parque con la esperanza de verlo ahí y ahí estaba, en la banca de siempre y comiendo sus dulces, me acerqué corriendo y lo miré con una gran sonrisa, él me ofreció una paletilla, la tomé y me senté a su lado. Estuvimos hablando sobre nuestros juegos favoritos, nuestros dulces predilectos y un sinfín de temas. Tal vez hablábamos demasiado fuerte porque la gente a nuestro alrededor nos veía de una manera extraña, no le di importancia yo estaba feliz de poder platicar con Atsushi.

 

La reunión se prolongó durante 6 días. 6 días en los que hablamos de todo un poco, no jugábamos con los demás niños puesto que Atsushi decía que no se sentía cómodo hablando con ellos, “Mejor” fue lo que pensé, comenzaba a querer monopolizar la atención de Atsushi.

 

Esa tarde luego de volver a casa, Taiga lucía bastante preocupado, cuando entramos Mamá estaba sollozando mientras Papá intentaba consolarla, nada más entrar mi madre se acercó abrazándome con fuerza, lo siguiente que dijo no lo recuerdo muy bien. Al otro día Atsushi no estaba en el lugar de encuentro.

 

Dos días más pasaron desde la última vez que había visto a Atsushi, Taiga intentaba distraerme de su ausencia pero no tenía muchas ganas de jugar, al llegar la tarde y que debía volver a casa miré a Atsushi a lo lejos, parecía perdido. Me alejé de Taiga y me acerqué corriendo a él, Atsushi no estaba comiendo sus dulces por lo que pensé que tal vez ya se los había terminado, le sonreí y él al verme sonrió, mi corazón latió con fuerza, Atsushi extendió su mano y yo me acerqué tomándola con confianza fue entonces que lo recordé todo.


“Atsushi Murasakibara era mi amigo desde el jardín de niños, ahora estábamos en el último grado de la primaria, siempre habíamos sido muy unidos y mejores amigos, él se sentaba detrás de mi puesto que por su altura no le dejaban tener de los lugares de enfrente. Hace un mes Atsushi había tenido un accidente junto a su familia, no sobrevivió. Yo que había visto el percance había entrado en shock, durante una semana despertaba llorando por las noches, lágrimas inconsolables y desgarradoras, tan inmenso era el dolor que mi mente bloqueó ese suceso y todos los recuerdos relacionados con mi primer amor, aquel chico de cabellos violetas. Pero ese día en el festival, al verlo ahí me había vuelto a enamorar de él, a primera vista, al parecer Atsushi no podía descansar en paz y  durante una semana entera había estado visitándome, ahora entendía porque me veían raro en el parque, seguramente no podían ver a Atsushi, solo yo, por eso mi padre y mi madre estaban llorando, por eso Taiga no había saludado aquella vez a Atsushi.”

 

Cerré mis ojos y me abracé fuerte de él, Atsushi susurró cálidamente “Muro-chin, te quiero” Y yo supe que no podría dejarlo ir. Me entregué a esa sensación de paz y tranquilidad y de pronto el dolor de los recuerdos y de haberlo perdido desapareció. Abrí mis ojos observando el angelical rostro de Atsushi y su hermosa sonrisa la cual me hizo sonreír, comencé a caminar junto a él hacía el atardecer pero entonces escuché la voz de Taiga llamándome, se oía tan desesperado, me giré y lo vi ahí junto a mi cuerpo, estaba llorando y pidiendo ayuda, volteé a ver a Atsushi quien tenía una expresión de profunda tristeza pero me dijo “Ve con él” En ese momento supe que no podía dejarlo solo. Me acerqué hasta Taiga y le susurré “Tiger, todo está bien” Dicho esto volví al lado de Atsushi y llegamos hasta el firmamento, soy feliz a su lado y sonrió todo el tiempo, a veces veo a Tiger de la mano junto a un chico de cabello azul, se ve contento, de vez en cuando le visito para que sepa que todo está bien. Aquel día del festival Atsushi había ido por mí pero no pudo acercarse, decidió esperar hasta que yo diera el primer paso, le hice esperar un poco pero por fin pudimos estar juntos, ahora somos felices viviendo en el firmamento, comiendo las nubes de algodón y las estrellas de caramelo.

 

 


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