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Dear You por Gtastic

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Notas del fanfic:

OMS! Ya sé que tengo un fic en proceso pero estaba escuchando esta canción y fue ¡BAM! La inspiración llegó y no pude dejar de escribir u////u ustedes entienden. Es un corto y lindo AKAKURO. Amo con locura a esta pareja aunque no sé porque pero siempre que pienso en ellos dos juntos me invade una gran tristeza ;w; Escribiré mucho más de ellos en un futuro, mi meta es llenar el mundo de MURAHIMU Y AKAKURO *^* ¿Quién está conmigo?

La canción en la que me inspiré es en esta: 

https://www.youtube.com/watch?v=VjNVPO8ff84

 

Específicamente en esta versión, los que hayan visto el anime Higurashi no naku koro ni la reconocerán, es la versión "original" de la canción. Hay muchas versiones de esta canción -Como 8 versiones creo- Y la verdad estaba pensando hacer otros Fics con esas canciones como inspiración, así que si les gustó y quieren leer más de otras parejas pues me comentan y me dejan un lindo review e_é)9 

Notas del capitulo:

Un fic cortito, chiquito y con mucho amor. Espero les guste mucho y lo disfruten. En mi mente estan rondando muchas ideas con respecto a otras versiones de la canción y por supuesto con otras parejas. Si les gustó no olviden dejar review, me gusta leer sus comentarios ^w^~ 

¿Donde estas ahora? 
¿Qué estás haciendo? 
¿Estás mirando este cielo azul?

 

Kuroko se quedó parado a mitad de la banqueta, observando detenidamente las nubes moverse empujadas por una suave ráfaga de viento ¿Cuánto había pasado desde la última vez que le había visto? ¿Casi un año? Ya no llevaba la cuenta de ello. Cerró sus ojos un momento, dejando que el suave viento acariciara su rostro, lo extrañaba horriblemente. La primera persona que lo notó, que le necesitó, desde la primera vez que le había visto se había enamorado irremediablemente de él.

Su cabello era de un peculiar rojo, solo era un poco más alto que él, su mirada fue lo que lo enamoró. Se encontraba practicando junto a Aomine Daiki, el as del equipo principal de la escuela, de no haber sido por eso tal vez nunca habría conocido a Akashi-kun.

Abrió sus ojos mirando de nueva cuenta el cielo, sus sentimientos parecían no haber aminorado, al contrario, seguían latentes con la misma fuerza como la primera vez que había hablado con él.

 

He perdido tu contacto, y mi corazón se siente vacio. 
Hoy siento este dolor como la primera vez.

 

Escuchó su celular sonar y sintió su corazón latir con fuerza ¿Sería él? Se apresuró a revisarlo pero una expresión de desilusión se formó en su rostro al ver el remitente, solo era Kagami-kun, su nueva luz… No, nadie podría ser su luz. Solo él. Respondió el mensaje con una profunda tristeza reflejada en él, apretando el celular en su diestra y llevando su mano a su pecho ¿Por qué tenía que doler tanto?

Retomó su andar luego ver que las nubes blancas se habían cambiado por unas más negras, lo que auguraba que pronto iba a llover. No estaba tan lejos de casa pero no quería llegar a mojarse así que apresuró su paso sintiendo como poco a poco comenzaban a caer las copiosas gotas, en cuestión de segundos el agua caía con fuerza sobre la ciudad. Con su portafolio en mano buscó refugio para la abundante lluvia, parándose bajo un pequeño techo de la entrada de una casa, observando de nueva cuenta el cielo que ahora lucía gris y sin intención alguna de detener la lluvia.

 

El haberme estado apoyando siempre... 
...Es igual a la importancia de tu sonrisa a lo largo del camino.

 

Sus recuerdos viajaron a la época en Teiko, la primera vez que había hablado con Akashi, fue él quien le hizo descubrir para lo que era bueno en el deporte que amaba. Aomine-kun le apoyó siempre, incluso le cubrió las espaldas una vez para que pudiera seguir en el equipo pero Akashi-kun… Akashi-kun fue un caso diferente, siempre le estuvo apoyando desde las sombras, a veces pensaba que le estaba mirando mientras practicaba.

Una tarde que se quedó entrenando como otras veces, Akashi le encontró luego de una reunión que habían tenido con el entrenador. Kuroko llevaba ocultando sus sentimientos durante unos meses pero para el “Ojo del emperador” nada escapaba de su vista, no fue sorpresa que Akashi-kun lo supiera lo que si le sorprendió fue que sus sentimientos fueran correspondidos, fue el día más feliz en la vida del peli-celeste, y es que no hay mayor felicidad que saberse correspondido. Ese día por primera vez fue testigo de aquella cálida sonrisa que poseía aquel hombre que parecía siempre permanecer en quietud y seriedad. Akashi tenía la sonrisa más hermosa, tranquila y elegante que Kuroko hubiera visto.

 

El precio de haberte perdido es demasiado grande. 
Desesperadamente, extiendo la mano y lucho para alcanzarte. 
Te deslizas fuera de mi alcance, como el viento. 
Pero no dejare de intentar alcanzarte.

 

¿Por qué habían tenido que ocurrir así las cosas? Uno a uno dejaron de necesitarle, empezando por Aomine, con él siempre había logrado hacer buena química a la hora del juego pero entonces, cuando sobrepasó sus límites todo terminó, ya no le necesitaba más, pudo ver con claridad su espalda. Luego los demás se fueron alejando, lentamente se fue quedando solo pero nada de eso le importó pues Akashi seguía junto a él, aunque el miedo al futuro había anidado en su corazón y no tenía intención de irse. La inseguridad del futuro incierto lo volvió su presa favorita. Pudo ver el momento en el que Akashi comenzó a cambiar, a alejarse de él, el dolor que sintió en ese entonces estrujaba con fuerza su pecho cada que lo recordaba.

Inconscientemente extendió su mano al recordar la espalda de Akashi, se estaba marchando. Sus lágrimas se hicieron presentes, pudo sentirlas rodar por sus mejillas mientras su brazo se estiraba intentando que su mano lograra alcanzar al ajeno. Sintió las gotas de lluvia golpear su brazo y parpadeó regresando de sus recuerdos, sus ojos estaban rojos y su llanto parecía no querer detenerse, al igual que la torrencial lluvia. Pese a que solo era un recuerdo se había desvanecido de la misma forma que el mayor aquella vez.

Solo tenía que traerlo de vuelta pero ¿Cómo hacerlo? Ni siquiera le respondía los mensajes, aquella vez en que lo vio junto a sus ex compañeros de equipo ni siquiera le había prestado atención a él, estuvo más atento de su compañero actual que de su presencia, eso había dolido más que si le hubiera rechazado.

 

Siento la soledad en mi pecho. 
Y mi corazón parece que se rompe cada vez que pienso en ti. 
Pero tu sonrisa permanece en mi memoria. 
Es tu sonrisa que me da fuerzas para vivir.

 

Se sintió vacío por un segundo, retirando la mano de la lluvia para que no se mojara más, no tenía caso seguir con la mano extendida, el contrario no aparecería frente a él como por arte de magia. Frotó sus ojos con suavidad limpiando sus lágrimas, no era momento para llorar, tenía que traer de vuelta a Akashi-kun. No debía dejar que todas sus memorias felices con él fueran ensombrecidas por el dolor que le llegó a causar, no solo habían tenido malos momentos, los buenos momentos eran más. Sobre todo cuando le sonreía, esa sonrisa se había quedado grabada en su memoria para siempre, por esa sonrisa seguía jugando, tenía que traerlo de vuelta y verlo sonreír al jugar. Esa sonrisa, todos deberían de tener el honor de conocerla.

Miró hacía el suelo notando como una pequeña corriente comenzaba a pasar por la banqueta, el reflejo del cielo en esta se podía ver claramente aunque algo turbio por la hojarasca que llevaba a rastras.

 

Viajemos a través del tiempo y volvamos a ese punto en el que solíamos vivir. 
Estoy segura de que esta vez lo haremos bien. 
Estaré siempre riéndome a tu lado.

 

Si tan solo pudiera volver en el tiempo, impedir que todos se alejaran, volver a dónde todos solían jugar con él, con una gran sonrisa, disfrutando del deporte que amaban. Poder sonreír a su lado una vez más ¿Era demasiado pobre su sueño? Tan solo quería volver a cuando era feliz, muy feliz.

El ruido de la lluvia comenzó a atenuarse, alzó su vista al cielo para poder observar como las nubes que hasta hace unos momentos eran grises y oscuras, ahora eran reemplazadas por unas más claras y blancas al tiempo que sentía un suave viento despeinar sus cabellos y recorrer su cuerpo, comenzaba a hacer frío.

 

Acompañándote en el camino de la vida, aunque haya obstáculos. 
Cuando estoy a tu lado, puedo ver la luz delante de mí. 
Se que al final, todo estará bien.

 

Comenzó a caminar de nueva cuenta, ya solo se podía sentir una tenue brisa acompañarle, tenía que tener más confianza en lo que estaba haciendo, en el objetivo que se había impuesto luego de salir de la secundaria, tenía que traerlos de vuelta a todos, en especial a él porque él parecía ser el más perdido de todos. ¿Acaso nadie más se daba cuenta? Akashi necesitaba ser rescatado.

Sus pies salpicaban un poco cuando por despiste caían sobre un charco de agua, el cielo volvía a ser despejado pero la tormenta que se estaba desatando en su pecho parecía no querer amainar. Llevó una de sus manos a su corazón y luego se detuvo observando una vez más el cielo.

 

¿Donde estas ahora? 
¿Que estás haciendo? 
¿Estas mirando este cielo azul?

 

—Akashi-kun… —Murmuró sin apartar su vista del cielo, extendiendo su mano como si quisiera intentar tocarlo, incluso se paró de puntillas para poder alcanzarlo. —Akashi-kun, espera un poco más… ¿Qué estarás haciendo ahora? ¿Dónde estarás? ¿Estás mirando? Pronto te alcanzaré…

Trató de darse ánimos pensando de esta manera, sonriendo al cielo, esperando que aquel sentimiento alcanzara al contrario. Tenía que hacerlo.

 

¿Vas a seguir sonriendo con elegancia, igual que siempre? 
La felicidad es lo único que te puedo desear.

 

Imaginó el rostro ajeno con esa sonrisa tan característica en sus belfos, su corazón se agitó, cerró sus ojos llevando su mano a su pecho y sintiendo sus latidos desbocarse, esa sonrisa merecía ser rescatada. Solo esperaba que en un futuro cercano pudiera verlo sonreír genuinamente.

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—Tetsuya… Tetsuya… Tetsuya… — Una voz familiar le estaba llamando, sintió su cuerpo ser movido suavemente y abrió lentamente sus ojos, se incorporó sentándose en el sillón y frotando con sus nudillos derechos sus ojos. —Tetsuya, estoy en casa…—

Miró en dirección a dónde provenía la voz y sonrió amplia y cálidamente —Bienvenido de vuelta, Akashi-kun— Respondió alegremente abrazándole con fuerza, para después sentir que le apartaba y tomaba por el rostro con suavidad, frotando con sus pulgares sus mejillas y bajo sus párpados.

—Tienes los ojos rojos… ¿Pasó algo? ¿Estuviste llorando?

—No, solo tuve un sueño… recordando el pasado…—

—¿Fue un buen sueño?—Preguntó el pelirrojo acariciando su mejilla con una tierna sonrisa dirigida solo para el peliceleste. 

—El mejor —respondió con alegría abrazándose a él con fuerza, enterrando su rostro en su pecho y aspirando de su aroma, era real, estaba aquí, su Akashi-kun. Esto no era un sueño y así debía quedarse. 

 

END?

Notas finales:

See you later...


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