-Idiota!- Ese grito se había escuchado en todo el puesto de helados, ocasionando que la gente que estaba ahí cerca volteara a ver a esa mesa donde había 4 chicos sentados, pero dos de ellos no muy contentos...
-¡Pues este idiota hará que escupas sangre!- Contesto aquel chico pelirrojo, muy enojado al parecer.
-Quiero ver eso, el que escupirá sangre es otro, pero porque agarrarás alguna enfermedad ¡Eres tan puto que hasta con un hombre llegaras a la cama!- El rubio grito aún más fuerte, provocando que ahora si, voltearan todos...
-Jajajaja, ¡no me hagas reír!- Dijo con un tono irritado – Lo dices porque quieres estar en mi cama, admítelo Tora, me das tanto asco, maldito homosexual- Termino de hacer explotar al rubio
-Sabes que Yu, no seguiré aguantando tus estupideces, soy Homosexual pero no de los que se meten con cualquier idiota, idiotas como TU!- Termino diciéndole eso y volteando a ver a los otros dos chicos que aun se encontraban boquiabiertos por ese pequeño show – Kazuo, Ryô... perdónenme pero no soporto a su amiguito, será mejor que me valla antes de hacerles pasar mas vergüenzas...
-Si lárgate maricón, yo tampoco te soporto rubio oxigena...- No termino de decir eso Yu, ya que Kazuo lo calló, tapándole la boca.
-Tora, no tienes que irte, ¿Por qué simplemente no lo ignoras y así los cuatro felices?- Dijo Kazuo con esa enorme sonrisa que lo representaba
-No, está bien así, terminen su helado y platiquen un rato más, mi cabeza quiere dolerme y creo que será mejor irme a mi casa... Nos vemos luego ¿Ok? – Dijo el rubio sonriendo muy seguro de si
-Está bien Tora, vé con cuidado va a oscurecer pronto, nos llamas en cuanto llegues a tu casa por favor- Dijo Ryô a lo que solo asintió Tora y emprendió su camino a casa.
Tal como dijo Ryô, empezó a oscurecer y Tora empezaba a preocuparse, aparte de que vivía solo su barrio no era muy seguro, decidió cortar camino yendo entre unos callejones un poco iluminados, si pasaba por ahí llegaría en 3 minutos a su casa, ya que si rodeaba todo, le llevaría 10 o más tiempo.
Al ir entre los callejones, alcanzaba a ver la luz final, empezó a apurar el paso, cuando sintió unas manos sosteniendo sus brazos
-¿A donde vas mariquita? Por ahí dicen que eres gay...
-Suéltame, ese no es tu problema- Dijo poniendo resistencia Tora, pero en fuerza ganaba aquella persona emergida de las sombras
-Sigue fingiendo que no quieres, pero yo te enseñaré lo que es bueno, perra...
Tora siguió forcejeando, pero no lograba hacer mucho ya que su estatura y fuerza se lo impedían. Aquel hombre estaba rompiéndole la camisa y bajándole de poco a poco sus pantalones, Tora no podía hacer nada, solamente estaba llorando e intentando pedir ayuda, pero el hombre no lo dejaba, poco a poco el hombre fue bajándose también los pantalones e intentaba acercar su miembro a la entrada de Tora, hasta que un golpe hizo que el Hombre cayera a un lado, con la nariz sangrando. Mientras el hombre estaba en el suelo, Tora aprovechó para subir sus pantalones y secarse un poco las lagrimas, se levanto y hechó a correr en dirección a su casa, mientras escuchaba que alguien corría detrás de el...