Las gotas de lluvia caían en el pavimento…
Mientras un alma se rompía en mil pedazos…
y al mismo tiempo el corazón de hombre era destruido…
Si las gotas de lluvia no lo hubieran obligado a refugiarse en aquel bar, si ese mismo día no hubiera pasado por ahí ¿todo sería distinto?
Entre al bar que más me gustaba para refugiarme de la lluvia que azotaba ese día tan gris, pero sin darme cuenta selle lo que tarde o temprano llegaría, en ese mismo lugar bebiendo sin parar mientras se olvidaba de todo un hombre de cabellos negros bebía todo lo que podía sin pensar. Aquel hombre no era nada más ni nada menos que el gran “Oso salvaje” del departamento de ventas de Marukawa.
Al principio solo me refugiaba de la lluvia pero termine siendo arrastrado a una fiesta de tragos por el mismo jefe del departamento de ventas. El parecía estar lo suficiente borracho como para contarle cualquier cosa a una persona cualquiera, quejándose del trabajo y de un chico llamado Onodera, en todo el tiempo el solo me arrastro y yo no podía hacer nada, pero cuando vi su rostro lleno de agonía y sufrimiento sentí como mi pecho se estrujaba.
En ese momento no sabía lo que pasaría…
Mucho menos que dé el me enamoraría…
pero si algo sabia, era que no lo abandonaría…
Aquel hombre que le destruyo el corazón a esta persona, aquel que ahora sufría por el… ¿realmente se lo merecía?, no podía llevarlo a casa con su hija, pero tampoco podía dejarlo a su suerte, esa noche mi madre estaría en casa y solo tenía que preocuparme por el de cabellos negros. Llame a mi madre para avisarle que no llegaría e inmediatamente después de eso trate de llevarlo a su casa, pero como no tenía ni una idea de su dirección y dudaba mucho que me la dijera por la buenas, solo tuve una opción para esa situación, para mi suerte o la de él no nos encontrábamos muy lejos de un hotel, pero con esa lluvia no llegarían secos a la entrada, sin más remedio me encamine junto con el oso directamente al hotel.
Al llegar a la habitación que reservo hace unos momentos, dejo al dolido borracho sentado en la cama, miro como sin importarle mucho a Yokozawa su ropa empapada, decidió quitársela para evitar que se enfermera, Yokozawa al principio forcejeo un poco pero en unos cuantos momentos dejo de luchar. Trate de no mirar más de lo que debía y lo acobije en la cama. Después también termine de desvestirme pues al igual que él, yo había terminado empapado por la lluvia que amenazaba con quedarse hasta la mañana siguiente.
Parecía dormir pero algo me decía que no, momentos cortos pero claramente escuchados por mis oídos, pequeños sollozos salían de vez en cuando del hombre que ahora tenía partido y deshecho el corazón, víctima de del dolor.
Si yo me enamorara de este hombre de corazón puro….
Si yo fuese conquistado por este hombre de dolido corazón…
¿Me perdonaría?
La noche se hiso larga y el llanto de aquel oso que ahora se encontraba profundamente herido por ese hombre de nombre Takano. No tenía intenciones de enamorarme de este corazón lastimado, pero yo no decido a quien debo amar, ¿si la noche de lluvia no hubiera pasado? ¿Me hubiera vuelto a enamorar igual? Ya no importaba más el hecho ya estaba decidido, yo… Yo me enamore de este oso de corazón puro.