Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Espejismo [EXO] por A-chan

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aquí mi inspiración M.I.D 

Por si se les acaba la música

        Miró la banca vacía. A su alrededor todo estaba congelado, incluyendolo a él, Wufan sentía su corazón doler demasiado. 

        Todos ignoraban que hubiese alguien mirando el asiento vacío, siendo que ese día era navidad. Y se cumplía un año.

Un año sin él.

 Un año sin caricias.

Un año sin abrazos.

Un año tan vacío que Fan había pensado que su vida ya no tenía sentido.

        Él no era cercano a su familia. No tenía amigos. Sus compañeros de trabajo mantenían una estrecha, forzada y profesional relación.

      Su cabeza volvió tiempo atrás al ver dos niños jugando en la nieve. Reían y se golpeaban amistosamente. A Tao le encantaban los niños...

 

"Oye, Fanfan" Aún podía sentir su piel rozando, el peso de su cuerpo sobre él.

"Dime, Tao"

 “¿Te gustan los niños?" el nerviosismo de su voz, temblaba, acariciando sus oídos como un gentil pétalo de rosa.

"Un poco" Podía sentir sus manos entrelazadas...

"¿Tendremos hijos cuando nos casemos?" Wufan vió el espectro de Tao agachando la cabeza, sonrojado.

"¿Que tu y yo qué?" Quería besar aquel reflejo. Pero era sólo su imaginación.

"No es necesario si no quieres" La voz de Tao hacía eco sobre sus oídos, recordando la ternura con la que alguna vez habló. "Es decir, no es que no quiera si no que.." Kris se lanzó a abrazar a su amado. Pero éste ya había desaparecido. Había sido sólo el fantasma de lo que antes hubo en ese mismo lugar.

         

         Resopló y se levanto, impotente de no poder estrecharlo entre sus brazos. Continuó el recorrido por el parque. Vivía lejos de aquel lugar, pero Tao lo amaba, y Kris deseaba conservar su calor, todo lo que pasaron juntos era un tesoro.

         Se quedó parado junto al semáforo, como muerto. Una pareja de ancianos pasó por su lado, ella llevaba un bastón, él levaba un ramo de flores y una radiante sonrisa desgastada en su cara pero no por eso menos cálida.

         Kris volteó su cabeza con melancolía.

 

—¿Mucho tiempo casados, eh? —preguntó al anciano.

—Hoy cumplimos sesenta y cinco años, y la sigo amando como el día en que la conocí —el hombre mostró un brillo en los ojos que Kirs envidió.

 

         El semáforo cambio y avanzó por el pase peatonal.

 

“Envejecer sería lindo" De nuevo el viento hacia presencia, como si Tao estuviese acariciandolo.

"¿Que? ¿Porqué? Te haces anciano. Te arrugas y se te caen los dientes" Wufan frunció el seño ante el recordatorio.

Pero... Eres sabio. Además... Es una prueba de fuego para el amor" Cruzó la calle y miró el cielo. Las estrellas... Brillaban como lo hicieron esa noche los ojos de Tao.

"¿Cómo es eso?" Kris apretó sus manos en un puño, intentando encontrar las manos de Tao pero teniendo sólo sus palmas vacías.

"Ahí sabes si la persona a la que elegiste estará siempre a tu lado" Su respiración era pesada.

"¿Ah si?"

"Sí"

"¿Me quieres?"

"Sí"

“¿Te gustaría envejecer conmigo?"

 

         Respiró fuertemente, viendo en su mente una nítida fotografía de Tao sonrojado. El viento le congelaba el organismo, estaba muriendo de frío. Pero tenía que continuar el recorrido. Deseaba terminarlo. Se sentía triste y deshecho.

       Pasó frente a la heladería, y miró el cartel.

 

«Helados Panda»

 

"¿Seguro que quieres entrar a una heladería en invierno?"

"Bueno, no es necesario" Extrañaba sus sonrojos "Es una tontería, vamos a otro lugar" Extrañaba sus tartamudeos.

"Entremos" Kris se adentró, llenándose de más y más recuerdos.

"¡Aquí estuvo el famoso guitarrista Changmin!" La silueta del chico no tardó en aparecer deslúcida junto a él "¡Oh! ¡Y esa es la foto de las Wonder Girls cuando vinieron! ¡Y está autografiada!" un flash inexistente atravezó por su mente cuando recordó cuando le había tomado aquella foto.

 

         Kris pidió dos helados, uno de chocolate y el otro de café. Justo como ese día. Subió las escaleras y se sentó en el mismo lugar. Comió su helado de café y colocó el otro vasito en el asiento vacío frente a él.

         Como si realmente estuviera ahí.

 

"Gracias por esto, Kris" La sonrisa de Tao se empeñaba en acosarlo a pesar de no estar ahí.

"No hay de que, sabes que haré lo que sea por tí" sus manos se deslizaban por la mesa hasta llegar al otro extremo, acarició el sofá de cuero en el que Tao solía sentarse.

“Te amo Kris" recordar las palabras aún le estremecía.

"Yo te amo más..." una cabellera negra pasó junto a él. Kris estaba impactado.

 

          Estaba seguro de haberlo visto.

 

—¡Tao! —éste no volteó, sólo siguió su curso y Kris se levantó y corrió hacia él. Lo abrazó y derramó dos lágrimas —¡Yo...

—¿Qué está haciendo? —el muchacho lo miró confundido y Kris se paralizó. Aquel muchacho... No era él.

—Lo... Lo siento —bajó la cabeza y volteó al sillón. El fantasmagórico recuerdo de Tao le sonreía.

 

          Dejó los helado sin terminar sobre la mesa y caminó fuera del lugar.

          Un árbol lo esperaba, lleno de más y más recuerdos que sólo le recordaban lo masoquista que era.

 

          Aún en el supermercado su recuerdo le hostigaba. Era ir y ver a Tao en todo. En el pasillo de cosméticos alegando querer un nuevo maquillaje y quejarse de la mala calidad y la grasa en su piel.

          En el pasillo de golosinas, sus tiernos pucheros para conseguir más y más azúcar, galletas, chocolates y dulces. Todo aquello iba en el canasto de compras de Kris. No le gustaba comerlos pero si degustarlos implicaba tener algo que le recordase a él entonces lo haría con gusto.

       Compró todo, incluyendo algunos vegetales para sus próximas comidas.

       Caminó a su casa, ya había anochecido.

 

"Me gusta tu cabello de color dorado" Caminaba mirando el suelo.

"¿Enserio?" Buscaba algo que le diese una señal. Algo que le implusara a vivir.

"Sí, te ves muy guapo" No encontraba razones para estar viviendo si Tao no estaba junto a él.

"A mi me gusta más como te ves tú" entró a su casa y cocinó de forma monótona, como todos los días sin él.

 

         Miró su plato lleno de ramen. Al levantar la mirada apareció el rostro de Tao con el labio manchado. Levantó su pulgar y acarició el aire. Queriendo en vez, limpiar el rostro ajeno inexistente.

 

          Se levantó y lavó su plato, recordando que ahí había seducido a Tao.

          Pasó por el sofá, en donde había marcado su cuello.

          Caminó hacia su habitación, en donde ambos se habían despojado de su ropa y se habían reclamado posesivamente como propiedad del otro. Entre gemidos entrecortados y besos dulces con sabor a él.

 

         Los rayos del sol dieron paso al nuevo día. Enredado entre las sábanas recordó que fue en esa misma cama en donde el compromiso se formalizó. Dormido en ese lugar los recuerdos permanecían. Los recuerdos de como se casaron.

         Con pereza se levantó y tomó una ducha. Kris quiso pensar que la persona que recorría su cuerpo era Tao. Con sus manos suaves masajeaba su cabello y se abrazaban uno al otro.

          Bajó caminando y dió un paseo por las calles. De nuevo se encontraba en el mismo lugar del día anterior.

 

 

         Esta vez sentado en el banco frío de metal, sus lágrimas caían libremente.

         Todo era tan perfecto. Tao, Eunsook y Kris. Una pequeña pero hermosa familia. No muchos los habían aceptado. Habían perdido varios amigos y la aprobación de la familia de Tao. Sin embargo su felicidad lo valía. Porque eran dichosos como nunca lo habían sido. Su pequeño y adoptado bebé, Eunsook.

 

          Eran ambos el amor de su vida.

 

“Fanfan..." Aquel apodo que extrañaba tanto... "Dame un besito" Wufan no lo había visto, pero supo que hacía un puchero que no podría besar ahora.

"Estoy manejando bebé"

"Vamos, fanfannie~ porfavor~"

"Está bien"

"Te amo" Aquellas palabras siempre removieron el corazón de Kris.

"Yo más" Volteó su cabeza. Y todo sucedió tan rápido que en un parpadeo el coche estaba volteado. Eunsook lloraba de desesperación y ambos adultos sangraban.

 

          Kris despertó en un hospital. Con la noticia de que Tao y Eunsook habían muerto.

 

—¡Kris! —escuchó de nuevo la voz de Tao— ¡Kris! ¿Dónde estás? ¡Kris! —a lo lejos, vió a Tao llamandolo. Pero aquella alucinación era tan vieja que ya no la creía. No caería de nuevo en sus espejismos.

 

          Caminó hasta pasar a su lado. Sonrió, tomó su mano, besó su mejilla y partió con el ramo de flores blancas.

          Aquél tacto había sido tan real...

 

          Llegó al mausoleo en donde estaban sus cadáveres cremados y se derrumbó sobre el suelo. Llorando desesperadamente. Intentando encontrar aire y algo a lo que aferrarse. Porque por más que lo deseara, su esposo y su hijo ya no estaban ahí. No lo habían estado desde hace un año y sólo quedaba resignarse ante ello.

          Ya era tarde cuando alguien más llegó. Kris no levantó la cabeza. Se sentía tan mal que no creía ser capaz de levantarse. Un suave murmullo comenzó a sonar, con unos chillidos de perro. Como cuando están tristes.

—Fanfan... Ha pasado un año ya —Kris se sintió muy confundido— Te extraño demasiado. A tí y a Eunsook. Me hacen mucha falta. Después del accidente desperté en el hospital, sin vista. Supongo que lo merezco por causarlo —sollozó la voz— perdóname. Lo siento tanto —era tan débil aquél murmullo. El perro comenzó a chillar bajo sus pies, como consolando a su amo— me compré un perro. Como esos que siempre quisiste. Es muy tierno —hubo un falso tono feliz en esa frase— y es rubio y lindo, como tú. ¡Hasta le puse Kris! Bueno, eso me han dicho. Es un golden retriver, supongo que es doradito y esponjoso —jaló aire— Mis padres me dijeron que estás muerto y nunca volverás, pero yo no puedo superarlo, incluso hay veces en las que aún no lo puedo creer —se esuchó al chico caer sobre el suelo— a veces pienso que aún estás ahí y te hablo. Incluso hoy... En el parque al que solíamos ir... Por un momento... Te sentí. Sentí tus manos, y tu labios sobre mi cara. Fue tan real...

 

         Kris levantó el rostro. Y quedó estupefacto. A unos metros de él, su esposo lloraba. Tirado en el suelo y sin miedo alguno sollozaba fuertemente. Poco tardó en levantarse y tomar la correa del animal de pelaje dorado a sus pies. Ambos iban saliendo de la puerta cuando Kris alcanzó a gritar.

 

—¡TAO! —sentía como si se hubiese desgarrado la garganta, pero no importaba. Porque él juraba que aquél chico había sido tan real como él mismo— ¡TAO! ¡PARA AHÍ! —Wufan corió a máxima velocidad y abrazó a Tao, que seguía parado, sun hacer ningún movimiento.

—Kris... —susurró el pelinegro.

—Creí que —las lágrimas salieron nuevamente— creí que te había perdido.

—¿Eres tú? ¿Eres real? —Tao comenzó a llorar.

—Sí, sí, sí amor, soy yo, estoy vivo y tú también —Kris acarició su rostro con sus pulgares y lo besó. Con pasión, con deseo, con amor, con ternura, con tristeza y melancolía. Al aprecer los sentimientos eran mutuos, pues a Tao no le habría importado morir sin aire si hubiera sido por besar a Kris.

—Me dijeron que estabas muerto...

—Nos mintieron. Todo este tiempo, nada fue cierto. Estamos vivos...

—¿Y Eunsook? ¿El también sobrevivió? —Kris sólo guardó silencio— Dime, ¿Está contigo? ¿Está aquí? —de nuevo más silencio— Fanfan...

—Bebé —la voz del rubio tembló— él... él sí falleció.

         

        Tao se desplomó de nuevo sobre el suelo, llorando sin control.

 

—No... —tapó su boca con sus manos.

—Tao... —Wufan se agachó y lo abrazó, pero Tao lo alejó brúscamente.

—No, no, no ¡NO! —Tao jaló sus hebras negras con desesperación. Estaba triste y desorientado.

—¡ESCÚCHAME! —Kris lo tomó de las muñecas y lo obligó a callarse, ya que no lo podía ver— por favor... Tao... No te culpes. Amamos a nuestro hijo y el poco tiempo que estuvo con nosotros fue feliz. Ya no está, pero siempre lo recordaremos. Él sabe que lo amamos con el alma entera... Pero ya no volverá... Debemos ser fuertes por él y apoyarnos ahora que estamos juntos. Te amo y tú a mí —afuera, la nieve comenzó a descender y Kris sonrió, relajando su cuerpo se alejó de Tao, con una idea brillante en mente.

—¿Que pasa? —preguntó el invidente— ¿Porqué te alejas? —se alarmó. Tenía miedo de que todo fuese un sueño.

—Sé lo que piensas. Y todo esto es verdad —Kris levantó a Tao como si fuera una novia y salió del mausoleo. Se sentó en el piso y colocó al pelinegro sobre el— ¿Sientes la nieve? —susurró a su oído— ¿Sientes cómo se derrite después de caer sobre tí? —se besaron de nuevo, rodeándose de nieve. Con una satisfacción única dentro de ellos.

   

         El frío los atacaba, pero ellos eran inmunes a él. Porque estaban juntos. Y se amaban.

        Kris tomó la mano de Tao y la introdujo en su ropa, la colocó sobre su corazón.

 

—¿Lo sientes? ¿Puedes sentir a mi corazón latiendo por tí? No es un sueño, Tao —. Susurró.

         Tao se aferró con fuerza al cuerpo de su amado. Porque lo sabía. No era otro espejismo más.

         No era ningún fantasma o algún recuerdo.

         Era Kris...

 

                          Era real...

Notas finales:

¿Que tal? ¿Les gusta? ¿Algún rw? ¿Amenaza de muerte? ¿Rosas? ¿Jitomates? Si quieren pueden pasarse por mi cuenta ewe son libres, tengo más....


Síganme en Twitter si queren más fics: @AnnieChanL 
¡Gracias por leer! Besos de salmón °3°
¡Nos leemos pronto! XOXO
A-Chan~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).