Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

#WEIRD por iamchensual

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

En principio no sera un fic dramatico. Esta escrito para pasar un buen tiempo leyendo y no sufrir con ello. Pero no descarto que el final pueda ser triste.

Notas del capitulo:

Lo que esta en cursiva (si es mucho no solo unas cuantas palabras) es un flashback.

Disfrutad por favor (?).

Sehun se había metido en un gran lio. En realidad se había metido en un gran lio hacía ya dos meses pero lo acaba de rematar. El joven con el que hacia media hora que hablaba lo agarraba ahora mismo de las solapas de la chaqueta, internando su lengua en la boca del menor. Era realmente agradable sentir aquel contacto físico tan íntimo, por lo que no dudo en agarrar de las piernas de aquel chico llamado Baekhyun y levantarlo para que el beso fuese más fácil de profundizar.


Se separaron momentáneamente antes de volver a besarse otra vez, esta vez con más decisión que la anterior. Las manos del menor habían pasado al pelo del alto, enredándose entras las finas hebras del que se componía aquella cabellera.


Por el rabillo del ojo pudo ver a Luhan estupefacto al verlo de aquella guisa. Lo cual era normal: ¿Quién no se quedaría de esa manera al ver a su novio liándose con otro a una fiesta a la que te había llevado él?


Hacía dos meses Sehun decidió que quería dejar de ser un chico normal y corriente, uno que se pasaba el día pensando en el que dirán y el que lo hiciese todo de la manera corriente. Quería vivir aventuras, sentir que de verdad estaba vivo y que podía hacer con su vida otra cosa que lo normal.


Se suponía que meterse en problemas estaba dentro de sus planes, pero se sentía mal al hacer daño a su novio, aunque fuese un novio no planeado. Y aunque intento separase de Baekhyun para poder explicarse, algo que realmente no tenía una explicación lógica, no pudo, porque los labios de Baekhyun estaban sobre los suyos y sus manos habían empezado a recorrer el cuerpo de aquel dongsaeng tan alto que tenía entre sus piernas.


Quizás de aquella manera Kai o Kris le dejaban en paz al pobre chico. Hablando sinceramente, aquel muchacho no comprendía porque los hombres siempre se empeñaban en decir que no querían nada NA-DA serio y luego de la nada se montaban una relación imaginaria con alguien que de verdad no deseaba nada serio. Las ganas de divertirse era lo que regia la realidad de Byun Baekhyun. Era su tiempo para cometer locuras y errores. Era su tiempo para pintarse el pelo de color verde moco de extraterrestre, horrorizarse y volver a tintárselo de castaño para hacer como que nada había ocurrido allí. Entonces ¿por qué había gente que intentaba arruinar su juventud?


Había mucha gente que pensaba justo lo contrario. Y aunque a mucha gente le gustase llevar a la práctica las teorías de Baekhyun y se atreviesen a hacerlo como lo había hecho Sehun no podían tenían seguridad sobre algo como eso. Y en esa situación se encontraban tanto Luhan como Kris como Kai.


Luhan, el primero de ellos, jamás habría imaginado que un chico correcto como Sehun pudiese siquiera haber intentado hacer lo que veían sus ojos. Para él Oh Sehun era un chico dulce y tranquilo, gracioso y con ganas de vivir la vida; no un lamentable hombre que se dedicaba a buscar a otra persona cuando ya le tenía a él. No es como si alguna vez se hubiese quejado de la relación que llevaban. Claro estaba que no era la mejor de todas pero no tenían nada que envidiar de otras, o eso creía él hasta ese momento.


Por su parte Kris solo quería una persona con la que sentirse cómodo y a gusto. Porque todo el mundo lo veía con los mismos ojos: alto, guapo inteligente, de buena familia, bien vestido, amable, bueno en los deportes etc. Y aunque en realidad si fuese la persona que todos creían que era también había más de él. Kris era un chico que aunque intentase parecer interesante y cool pero era patoso como él solo. Se le daba demasiado bien quedar mal él solo y no necesitaba de alguien que le recordase todo el rato que no era el ser perfecto que todo el mundo quería que fuesen. Eso era lo que había encontrado en el despreocupado Baekhyun. No era el tipo de persona que iba a mirar sus defectos. Simplemente se burlaba sin malicia, provocando de esta manera que los dos rieran juntos.


Y por ultimo estaba Kai. Su motivo para querer a Baekhyun por completo para él era simple: habían congeniado. Tanto a la hora de hablar, con sus gustos musicales, el entusiasmo que le ponían ambos a las cosas al hacerlas (aunque debía de admitir que en este caso Kai se dejaba llevar por el entusiasmo de su mayor) y sobre todo físicamente. No solo en la cama, Jongin no era tan idiota como para buscar algo serio y de verdad en una persona con la que solo congeniaba a la perfección en la cama, Jongin se refería a la manera en la que sus manos se agarraban, a la manera en la que Baekhyun buscaba un hueco entre su cuerpo y sus brazos mientras dormían o en cómo se agarraba a su cuello cuando algo le asustaba.


Sehun esperaba que Luhan lo separase de aquel chico bajo, que le golpeara y le gritara aunque apenas pudiese escuchar algo por el sonido de la discoteca. Pero en vez de vivir eso vio como su novio se daba la vuelta y se iba andando a saber a dónde. Lo preocupante fue que su primer impulso no fue separarse del todo y seguirlo, pedirle perdón de las mil maneras inimaginables y abrazarlo en contra de su voluntad. No. Lo preocupante fue que por su cabeza solo paso el pensamiento de que si había metido la pata podía meterla hasta el fondo, porque la consecuencia iba a ser la misma. Luhan no le perdonaría, cortaría con él (se lo merecía y él lo sabía) y volvería a quedarse soltero. Tal y como quería desde un principio.


 


Cogió aire con fuerza. Nunca había sido un hombre valiente o sea que era normal que le costase tanto dar el primer paso. El primer paso para declararse a Luhan. Iba a ser difícil, lo sabía perfectamente pero tenía que intentarlo al menos.


El chino era una de las personas más amable que había conocido, además de caracterizarse por ser muy buen amigo. Era ese tipo de persona que siempre estaba rodeado de personas. Que Sehun supiese jamás había tenido problemas con sus amigos, siempre los veía juntos y muy unidos, claramente no era solo merito de Luhan que fuesen amigos tan unidos pero Sehun sabía que el ponía mucho de su parte.


Después de una semana entera vigilándolo para encontrar un momento en el que se encontrase solo lo logro. Al parecer se había entretenido y por eso no había podido llegar a coger el bus que solía coger. Cogió aire por última vez antes de dar el paso definitivo.


Se dejo caer a su lado, en el banco en el que estaba sentado, de manera pesada.


–¡Hey! –exclamo el mayor feliz al verlo.


–Tengamos una conversación rápida –pidió el menor.


–¿Una conversación rápida? –pregunto sin comprender que era lo que quería exactamente.


–Sí. Con frases cortas y sin pensar lo que vamos a decir.


–Eres raro Oh Sehun –respondió sin poder evitar sonreír ante sus ocurrencias.


–Lo soy –hizo una pequeña pausa–. Me gustas.


–¿Te gusto? Tú también me gustas.


–No. No me gustas como amigo, si no como algo más –replicó al ver que Luhan no le había entendido.


–Oh. Pensaba que solo tenias una pequeña obsesión conmigo –bromeo.


–¿Obsesión? –no comprendía cómo podía haberle dado esa imagen.


–Sí. Me mirabas muy fijamente, te saludaba y enseguida apartabas la mirada, como si te hubiese pillado haciendo algo malo –sonrió con dulzura.


–Yo no hacia eso –se intentó defender para que no le viese como un acosador visual.


–Si lo hacías –rió con alegría–. Pero me gusta que lo hagas, es muy tú. Y es por esas cosas que me gustas –se mordió el labio al sonreír.


–Espera… ¿decías en serio eso de que te gustaba? –alzo las cejas impresionado por la noticia.


–Sí… –aparto la mirada hacia adelante–. Me gustan las personas tranquilas como tú que dicen lo que piensan, pero que no siempre están quietas. Es fácil de hablar contigo y adoro el gustarte. Puedo sonar como un idiota pero me gusta la gente a la que le gusto, me hace sentir a gusto –se sonrojo.


Sehun se quedo callado y sonrió como un estúpido. Luhan le había dicho que también le gustaba. Jamás habría imaginado que las cosas pudiesen salir bien, era una locura, pero ahí estaba: viendo como sus sentimientos eran correspondidos.


 


Había accedido a coger el mismo autobús que Luhan e ir hasta su casa, la suya no quedaba muy lejos y por eso no le pareció un gran problema. Lo que sí que le pareció el gran problema era saber si Luhan quería hacer lo mismo que él. Que se gustasen mutuamente no significaba que fuese a pasar algo bueno, siempre podía torcerse algo y misteriosamente Sehun era un profesional en meter la pata.


Luhan saludo a su compañero de piso en chino, y Sehun lo imitó. El mayor siguió hablando con su amigo después de indicarle que podía ir a su habitación ya que él iba en seguida. Le hizo caso, pues tampoco tenía muy seguro donde podía meterse. Estaba nervioso a más no poder, jamás se había sentido de esa manera.


Dejo su mochila sobre el suelo, al lado de la puerta y se sentó en la cama, balanceándose ligeramente. Luhan no tardo en aparecer en la habitación. Nada más verlo frunció el ceño, algo que sorprendió al menor, ¿acaso no quería que estuviese allí? Antes de poder preguntar qué era lo que le había molestado recibió la respuesta.


–No me gusta que la gente se siente o se tumbe encima de mi cama –explicó. Nada más decirlo como si fuese un auto reflejo Sehun se levanto de inmediato–. No te preocupes, tu puedes quedarte ahí –sonrió, porque siempre sonreía al hablar–. Supongo que me tendré que acostumbrar a que lo hagas ¿no? –entrecerró los ojos y frunció el ceño mientras hablaba en un tono precavido, como si no estuviese seguro de lo que estaba diciendo.


El alto no comprendió cual era la razón de aquel gesto hasta que lo pensó detenidamente. Luhan le había invitado a seguir yendo allí con él. A dormir. A… a saber a hacer que otras más cosas. Seamos realistas: ninguno de los dos era un adolescente con las hormonas alteradas, sabían perfectamente lo que podía pasar (o iba a pasar) entre ellos si ambos estaban de acuerdo en ver como terminaba todo aquello.


Sofocado Sehun se aclaro la garganta mientras volvía a sentarse en la cama, aunque le hiciese prácticamente al borde intentado así no deshacerla en absoluto. Indicó con la palma que Luhan hiciese lo mismo. Este asintió e hizo caso de lo que le habían mandado.


–Y… ¿ahora qué? –cuestiono el menor sin saber que era lo que tenía que pasar exactamente. Jamás se había encontrado en una situación como esa. Normalmente se le declaraban a él, y las que se declaraban eran chicas. Con ellas era más sencillo ya que socialmente estaba bien aceptado y en todas partes podías encontrar información sobre relaciones heterosexuales. Pero desde que había descubierto que era bisexual sus conocimientos sobre las relaciones se habían desmoronado. Tampoco parecía que Luhan supiese que tenía que hacer exactamente.


–Umsh… no sé –confesó encogiéndose de hombros–. Supongo que no nos tendremos que conocer, ya somos amigos –se mordió el labio–. Empezar una relación de repente no me parece lo correcto, sería raro. Pero la verdad es que –parecía volver a dudar en lo que estaba diciendo nuevamente– tener algo pasajero no me parece algo aceptable –miró directamente a los ojos de su interlocutor.


Este tardo en responder. No esperaba que Luhan fuese a sentir algo más allá de la amistad y no estaba preparado para tener aquella conversación. El se había preparado para ser rechazado y rogar porque no le ignorase por sus sentimientos. Solo se había declarado para poder dejar a un lado los sentimientos que tanto tiempo llevaba sintiendo, ser rechazado y así poder seguir delante de alguna otra manera.


Pero el destino parecía burlarse de él. Nada le salía como él esperaba, ni cuando se ponía en el peor de los casos.


Él no quería tener algo serio con Luhan, pero no porque fuese él. Simplemente no quería tener nada serio con nadie. Quería ser libre y no tener que estar atado a nadie. Aun así para él era imposible negarle algo al mayor. Para él era alguien a quien debía de respetar mucho y debía de agradecer cada palabra que le dedicaba, ya que no estaba obligado a hablar con él. A veces casi se sentía como un lastre (algo que no solo le pasaba con Luhan).


–Tú me gustas… mucho –comenzó a hablar. Había observado que el mayor se estaba poniendo nervioso al no recibir una respuesta. No hacía más que mover las piernas y los brazos de un lugar a otro–. Será raro pero…


Dejaba que sus palabras saliesen solas de su boca. Deseaba decir que no quería nada serio pero de su boca iba a salir que estaba dispuesto a tener algo serio con tal de que le dejase estar a su lado. Pero aquella respuesta no llego nunca, porque Luhan entendió lo segundo al parecer. Agarró la cara del menor entre sus manos y lo beso en los labios. No fue un beso apasionado o dulce, simplemente fue un roce de labios que dejo sin habla al menor.


Ya daba todo igual. Haría lo que Luhan quisiese que hiciese. No pensaba quejarse ni alejarse de él tan fácilmente. No después de haber deseado estar con él durante tanto tiempo.


 


Sehun sabía que los actos tenían consecuencias. Por lo general no las tenía en cuenta (las consecuencias) porque no las pagaba. De una manera o de otra siempre le acababan saliendo bastante bien las cosas, y eso que era un tremendo bocazas. Pero estaba a punto de descubrir cómo era la vida real.


Cuando por fin logro separarse de Baekhyun era demasiado tarde para ir a buscar a Luhan y explicarle que era lo que pasaba. Tampoco estaba seguro de querer hacerlo, de esta manera se libraba de él. Se odio a sí mismo por pensar de esa manera pero era la verdad. Había sido entretenido y placentero mientras duro.


–¡Hey! –el mayor le llamo la atención–. No vas a dejarme así ¿verdad? –jugueteó con la camisa que llevaba el alto, coqueteando con él claramente.


Sehun dejo su mente en blanco. Se olvido de Luhan por completo y con una sonrisa traviesa se abalanzo sobre su nuevo ligue. Además estaba claro que este no iba a buscar nada más serio, era su oportunidad.


Puede que de alguna manera le hubiese salido mal su primer noviazgo serio, pero había sido con lo que se dice una criatura de los ángeles, y que ahora después de haber hecho algo realmente malo fuese recompensado con otra preciosidad pues… ¿Por qué había tardado tanto tiempo en volverse un don Juan? Aunque no estaba muy seguro de si podía llamarse a si mismo don Juan.


–Vamos, antes de que aparezca quien no debe y nos moleste –le agarró con fuerza de la mano, sacándolas de su camisa, y tirando del menor para llevárselo a un sitio apartado. Creía que acababa de ver a un chico moreno de cabellera rubia, al cual había relacionado con Jongin, no tenía ganas de verlo o de tener que darle explicaciones (porque cada vez que le veía con otra persona se las pedía, quizás no de inmediato pero lo acababa haciendo)–. Sé de un lugar perfecto para poder estar tranquilos.


Sin que le diera tiempo a negarse a lo que viniera, que tampoco es como si quisiese, se encontraba fuera de la discoteca. Se arrepintió de no haberse tomado las dos consumiciones que venían con la entrada, pero teniendo en cuenta que había ligado aquella noche no podía quejarse ¿no?


Baekhyun lo llevo hasta el barrio de al lado. De vez en cuando el bajito lo empotraba contra algún sitio, coche, pared, farola, barandilla… todo lo que tenía en medio. Era impresionante ver la fuerza que podía llegar a tener porque no la aparentaba para nada. Y aunque al día siguiente su espalda fuese a quejarse por todos los golpes que estaba recibiendo (en parte ya lo hacía), él estaba simplemente feliz.


Cuando por fin llegaron al lugar al que iban el castaño toco la puerta de madera con cristales tapados, Sehun comprobó que lo llevaba a una especie de local. Supuso que allí estarían sus amigos o al menos la gente con la que soliese andar normalmente.


–Soy Baekhyun, abrid par de vagos –les ordenó con fuerza sin soltar el brazo de su pequeña presa.


A los pocos segundos de dar la orden la puerta se abrió, dejando ver a un chico enorme ya que se encontraba encima de un escalón. Miro a ambos de arriba abajo y sonrió como un estúpido. Había fumado mariguana, se podía oler desde donde los intrusos se encontraban.


–Contraseña –pidió la mole posando el brazo de lado a lado para que no pudiesen pasar. Baekhyun suspiro con fuerza, iba tan borracho que se habría olvidado de ella.


–Aparta –le ordenó directamente apartándolo él mismo para que ambos pasasen. No lo hicieron muy cómodamente porque el cuerpo de aquella mole (que seguía siendo grande aun estando todos en el mismo escalón) estaba en medio, sin poder moverse ante tanto movimiento.


El lugar no era muy grande, tal y como lo había imaginado Sehun. Había que subir unas cuantas escaleras ya que al parecer iba directamente a un primer piso. Las paredes estaban empapeladas con fotos y con carteles de todo tipo. Destacaban dos grandes sillones de color marrón oscuro, de esos antiguos de cuero que uno se puede encontrar en casa de sus abuelos. Frente a ellos había una televisión de culo (de esas antiguas que no eran planas como las de ahora) de un tamaño considerablemente bueno. Estaba conectado a unas cuantas consolas diferentes. También pudo ver un aparato de música a ese lado de la sala. Al otro lado había los típicos instrumentos que uno necesita para tocar en una banda, además de los amplificadores etc.


Cualquiera que entrase podía estar seguro que por lo general ese lugar era ruidoso, pero en aquel momento estaba bastante en silencio.


–Siéntate en el sillón, vengo en seguida –prometió Baekhyun no sin antes besar sus labios con el mismo ímpetu con el que lo había hecho durante toda la noche–. No dejes que estos idiotas te metan ideas raras en la cabeza ¿eh? –volvió a besarle otra vez, parecía que no se quería separar del menor. Pero lo acabo haciendo para ir a un pequeño cuarto que parecía ser el baño.


Hizo caso de lo que le había dicho Baekhyun, camino hasta los sofás y se sentó en el que estaba libre. El otro lo ocupaban dos chicos, la mole que les había abierto y otro con cara de duende a su parecer. Ambos lo miraron y sonrieron como estúpidos, estaban fumados, los dos.


–¿Tú eres Kai o Kris? –preguntó él que era más bajito.


–Soy Sehun –se presentó el mismo al ver que no había acertado con su nombre–. Encantado de… –una estrepitosa risa corto lo que iba a decir. Ambos chicos se habían inclinado sobre sí mismos de lo que había dicho, sin comprenderlo intento esperar a ver qué pasaba pero ninguno paro–. ¿Qué…qué pasa?


–¿Eh? –volvió a interrogar el más bajito de los dos, en realidad de los tres–. Es solo que pensamos que Baekhyun se cansaría algún día de estar con nuevas personas. ¿Cuántos años tienes yogurin? –pregunto nuevamente cuando estuvo más relajado.


–No soy un yogurin –se defendió Sehun frunciendo el ceño–. Me gusta los hombres mayores pero no soy un crío, solo nos llevamos… –intentó hacer cuentas pero no sabía qué edad tenia Baekhyun–. Da igual. Mi novio tiene cuatro años más que yo y el no me consideraba un crio por ello.


–¡Buah…! ¿Tú novio? ¿Si tienes novio que andas metiéndote en los pantalones de otro chico? –preguntó la mole–. Si yo tuviese novia no me separaría de ella, como con Jinri –hizo un gran esfuerzo en memorizar–. Era tan dulce y bonita –suspiró con nostalgia–. Su piel era suave como los pétalos de una rosa y tenía un aroma fresco, como si fuese un melón humano –ambos chicos rieron por lo bajo sin poder evitarlo, seguramente se lo habrían imaginado–. Cuando hacia bueno solíamos ir de picnic y comíamos la comida casera que habían hecho ella y su madre el día anterior y…


Sehun quería dejar de escuchar todo lo que estaba saliendo de su boca. ¿De verdad era tan bueno tener pareja? ¿Era el único que veía estúpido el tener que atarse a una persona siendo tan jóvenes?


–¡Oh! –siguió el otro–. Lo mejor es cuando puedes hablar con ella de cualquier cosa que con tus amigos no porque ellos se reirían, o cuando te consuela en los días malos. Tocar la blanda carne humana de otra persona sin que te juzguen por ello y…


Los odiaba, realmente los odiaba. Había comenzado a recordar momentos que había pasado con Luhan. Momentos que al principio había adorado pero que con el tiempo le habían parecido de lo más normales o incluso ordinarios. Sintió una pequeña espina clavarse en su pecho al recordar cómo se quedaba dormido en sus brazos y al día siguiente amanecían abrazados el uno al otro, tuviesen frío o calor. Adoro todas las veces que le había hecho el desayuno y se lo había llevado a la cama cuando iban a su casa, y como cocinaba (incluso había engordado algún que otro kilo por su culpa).


Todo cambiaba mucho ahora que se daba cuenta de lo que había perdido. 

Notas finales:

Gracias por leer.

Este de aquí es mi twitter de autora por si quereis seguirme, por lo general avisare por ahí si actualizo o no (al menos si veo que a la gente le sirve de algo).

No quiero ser una toca cataplines pero si veo que en algún fic no hay muchos comentarios me lo tomare como que no gusta y no me daré prisa en actualizarlo por falta de motivación o por alguna otra humana razón.

Nos vemos cosas hermosas ♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).