Era un día tranquilo, el sol relucía en el bello cielo azul, las hojas de los árboles caían suavemente al suelo. El dulce y fresco viento se colaba a través de las ventanas de esa gran biblioteca. Un joven de cabellera plateada y ojos violetas leía tranquilamente un libro que sostenía entre sus grandes manos. Mientras el joven leía, un chico de cabellos castaños y grandes ojos verdes como las esmeraldas, lo observaba. Sus grandes ojos verdes se fijaban únicamente en los labios del peli plateado, en verdad deseaba ser besado por aquellos deliciosos labios. Este chico de nombre Takahashi Misaki simplemente estaba enamorado de aquel joven llamado Usami Akihiko, pero era un amor secreto que solo el mantenía. Deseaba con todo su corazón que aquel joven aceptará su amor y le correspondiera pero había tres problemas que se lo impedían. Primero, el joven Usami era alguien solitario y frio que siempre se encontraba leyendo en la biblioteca. Segundo, era mayor que el por dos años por lo que era su sempai, y alguien inalcanzable para una persona como el, que apenas estaba cursando el primer año de preparatoria. Y por último, ambos eran hombres. Estos problemas eran los causantes de que el pequeño Misaki no le confesara sus sentimientos al joven de cabello plata. Cada día que pasaba se enamoraba más de aquel misterioso joven, cada día que pasaba deseaba más estar cerca de él, poder hablar con él, conocerlo más estar a su lado aunque no correspondiera sus sentimientos.
-“Algún día te diré que te quiero”- pensó el ojiverde dando un suspiro mientras dejaba de observar al peli plateado y se sentaba en el suelo permaneciendo en su “escondite”.
Mientras tanto aquel joven de cabello plateado continuaba concentrado en su lectura, pero se percató de que alguien lo observaba. Sin despegar la mirada de su libro, observo discretamente su alrededor y fijo su vista en un mechón de cabellos castaños que sobresalían de un gran estante. Silenciosamente se dirigió al estante para atrapar a su observador, pero su sorpresa fue grande al encontrarse con un chico de estatura pequeña que se encontraba sentado en el suelo.
-oye ¿qué haces aquí?-pregunto serio el peli plateado, asustando al menor.
- ¡Usami-senpai!-grito un asustado Misaki que se paró de inmediato del lugar donde estaba.
-¿Eh? ¿Cómo sabes mi nombre?-pregunto con fundido
-Ajajaja-rio nervioso- es porque…etto…porque tú eres unos de los primeros de la escuela con las mejores notas-respondió nervioso “por favor que se lo crea” rogaba Misaki.
-Ah si-dijo Usami mirando al chico. Lo observaba por completo, su cabello, sus labios, sus mejillas pero lo que más le llamo la atención fue el reluciente y hermoso color verde de sus ojos.
-Etto…Yo-dijo nervioso, su corazón no paraba de latir rápidamente con tan solo estar a escasos centímetros de él, deseaba en ese momento decirle que lo quería y que le diera una oportunidad pero no podía hacerlo, no quería, pensaba que era mejor mantenerlo en secreto.
-¿Cuál es tu nombre?-pregunto atrayendo la atención del castaño.
-Misaki…Takahashi Misaki-respondió con la mejillas sonrojadas.
-dime Misaki ¿acostumbras espiar a las personas mientras leen?-pregunto en un tono burlón.
-¿Eh?-confundido- ¡C-claro que no! ¡Yo no estaba haciendo tal cosa!-grito nervioso
-Entonces ¿por qué estas nervioso? ¿Por qué me observabas desde aquí?
-Y-yo no estoy nervioso… ni te estaba observando-afirmo desviando la mirada al suelo con las mejillas rojas.
-si lo hacías-dijo burlonamente el peli plateado.
-¡por supuesto que no! Yo… solo escogía un libro, además ¿Por qué te espiaría? No te creas la gran cosa Usami-senpai-dijo el ojiverde dando una media vuelta para irse.
- No me creo la gran cosa, soy la gran cosa y tu si me observabas pequeño acosador-respondió arrogante y victorioso causando que Misaki se enojara al escuchar tal respuesta de su parte.
“eres un idiota como pude enamorarme de ti” pensaba Misaki enojado con si mismo por enamorarse de un “idiota arrogante”.
-¿¡a quien le dices pequeño acosador!?-grito arrojándole un libro que tomo del estante-Usami-senpai ¡I-D-I-O-T-A!-deletreó mientras le enseñaba la lengua y salió huyendo del lugar dejando a un ojivioleta confundido y adolorido.
“pequeño acosador idiota… que me dijo idiota a mi ¡el gran Usami Akihiko! Uno de los mejores alumnos de esta institución…mocoso atrevido “pensó en ojivioleta y se dirigió de nuevo a su lugar a continuar leyendo su libro.
Por otro lado un pequeño castaño corría presuroso por los pasillos de la escuela chocando con uno que otro alumno que aun caminaban por ahí. Corrió y corrió hasta que llego al baño de caballeros donde entro de inmediato. Se miró en uno de los espejos que se encontraban ahí y vio su rostro completamente rojo de vergüenza y su respiración agitada por tanto correr. Abrió la llave de uno de los lavaderos y comenzó a mojarse el rostro.
-no puede ser…le dije idiota…-susurro para sí mismo.
“lo más seguro es que me odie y piense que soy un acosador, jamás podré decirle lo que siento y es evidente que el no aceptaría mis sentimientos” cerro la llave y comenzó a secar su cara con una toalla de papel.
“soy un idiota, como pude enamorar de un hombre, debo olvidarlo… ¡lo olvidare! De ahora en adelante ya no pensare más en Usami Akihiko-senpai”-pensó decidido el pequeño Misaki.
Después de esa” gran decisión”, miro su móvil que se encontraba en su bolsillo y se sorprendió al ver lo tarde que era, así que decidió ir a su casa porque si tardaba mucho su hermano se preocuparía y no quería hacer que preocupara. Salió del baño y se dirigió a la entrada principal de la escuela para poder ir a su hogar.
Mientras el pequeño ojiverde salía de las instalaciones de la escuela, un peli plateado le observaba desde las ventanas de la biblioteca.
“eres un pequeño acosador muy lindo… Misaki” susurro el peli plateado y una sonrisa traviesa apareció en su rostro.
-Ya estoy en casa-dijo el ojiverde entrando a su hogar.
-Bienvenido a casa-le contesto desde la cocina un joven de cabellos y ojos oscuros.
-Nii-chan ¿Dónde estás?-pregunto despistado el castaño.
-aquí en la cocina-contesto el joven. Misaki se dirigió a la cocina y se ahí se encontró con Takahashi Takahiro su hermano mayor.
-¿Qué tal la escuela?-pregunto mientras lavaba unos trastes sucios.
-bien-suspiro- ¿y tu trabajo?
-Muy bien, solo estuvo algo cansado-dijo sonriente pero se fijó en la cara de nostalgia que tenía su hermanito.
-Lo siento nii-chan por mi culpa debes trabajar mucho, por lo menos déjame prepara la cena y tu descansa un poco ¿sí?-dijo Misaki con unas pequeñas lagrimitas en los ojos y un ligero sonrojo, Takahiro solo lo miro de reojo y al verlo así no pudo evitar correr a abrazarlo.
-¡Misaki eres adorable! Tranquilo no es nada mientras tu tengas todo lo que necesitas no me molesta trabajar, lo hago porque eres mi hermano y te quiero-decía mientras abrazaba animadamente al ojiverde.
-yo también te quiero pero… nii-chan me asfixias-alcanzo a decir el pequeño con el poco oxígeno que le quedaba.
-lo siento jeje-rio el mayor deshaciendo el abrazo.
-no importa-tomo aire-iré a cambiarme y comenzare a preparar la cena-dijo saliendo de la cocina para subir a su habitación.
Después de unos minutos bajo a la cocina a preparar la cena, la cual consistía en un delicioso filete de salmón acompañado de una guarnición de arroz y verduras.
-La comida esta lista-grito Misaki mientras servía los alimentos.
-huele delicioso-exclamo Takahiro entrando al pequeño comedor y tomando asiento en una de las sillas destinadas a la mesa.
-espero que también sea delicioso-dijo Misaki con un suspiro
-se ve delicioso y de seguro también será delicioso- dijo al ver la comida servida en su plato.
-gracias nii-chan-sonrió y también tomo su asiento.
Ambos dieron las gracias por sus alimentos y comenzaron a comer, mientras comían mantenía una plática tranquila sobre cosas triviales. Cuando terminaron de comer Misaki recogió los platos, los lavo y seco para después darle las “buenas noches” a su hermano e irse a su habitación a descansar. Pero antes de dormir se dio un relajante baño y cepillo sus dientes. Cuando ya tenía la pijama puesta, se recostó en su mullida cama y se cubrió con las sabanas. ”Mañana será otro día y ya no estarás más en mi día Usami-senpai”- pensó el castaño y se quedó dormido pero lo que no sabía es que a partir del día de mañana todo cambiaria y que de ahora en adelante por obra del destino ambos estarían más cerca de lo que imaginaban.