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Painted with black por spookytaco98

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Notas del fanfic:

Hola, este es mi nuevo FanFic. Perdonen que no haya subido nuevos fics pero tuve un pequeño problema de sequía cerebral. Espero que les guste.

Notas del capitulo:

Hola, este es mi nuevo FanFic. Perdonen que no haya subido nuevos fics pero tuve un pequeño problema de sequía cerebral. Espero que les guste.

Hace mucho tiempo en la época en la que el mujeriego de Enrique VIII gobernaba Inglaterra, exactamente en el año de 1534 (durante su matrimonio con Ana Bolena), vivió un joven pintor con una gran reputación. Era admirado por los mas jóvenes, deseado por muchas mujeres e incluso respetado por políticos y sacerdotes por su bello talento. Su nombre era John.

 

John, el pintor cuyos cabellos eran dorados como trigo, sus ojos tan profundos como el océano y con piel bronceada, era un hombre muy solitario el cual estaba en contra del matrimonio y solo pintaba seres divinos cuando la iglesia se lo pedía. 

 

Muy pocas veces en su vida había podido sentir amor y una de ellas fue el cariño que le tuvo a una joven que terminó por abandonarlo por un duque que cayó enamorado de ella. Sarah, era su nombre, el nombre de la mujer que no salía de los pensamientos del pintor y casi todas sus pinturas contenían un poco de su dolor, amor y hasta su ira por aquella mujer.

 

Sarah lo volvió loco con su abandono, se sentía débil y no quería seguir con la vida con ella como un recuerdo, por lo que hundía sus penas en el alcohol y en las apuestas.

 

Era una noche temprana, John estaba ahogando sus penas en el alcohol en un bar de mala muerte. Daba pequeños tragos al vino barato y pensaba en Sarah. Oh, esa mujer estaba en todos sus malditos pensamientos, odiaba esos pensamientos pero eran difíciles de ocultar por ello bebía, para olvidarlos por un momento hasta que llegaba la resaca.

 

Sintió un incomoda sensación en la nuca, era como si alguien lo mirara desde lejos. Volteó a ver detrás de el, pero habían muchas personas diferentes y ninguna de esas lo estaba mirando. Miró su vaso de vino, ignorando la horrible sensación que le causaba escalofríos.

 

Decidió regresar a casa, aquella sensación seguro era algún efecto del exceso del alcohol. 

 

Durante el camino a casa se tambaleó un poco, incluso tropezó al tratar de no pisar un gato; estaba a punto de caer hacia atrás pero en cuanto recuperó el equilibrio, su cuerpo volvió a perderlo y casi cae de nariz contra el pavimento.... hasta que una mano le sostiene el brazo e interrumpe su caída.

 

-Hey, que le sucede? Acaso es estúpido?!-dijo la voz de la persona que interrumpió su caída.-Tenga mas cuidado.-su voz era un poco nasal, profunda y suave a pesar de que sus palabras eran un poco agresivas.

 

-Ah... si... gracias.-dijo John en un tono débil pero sonriente. Abrió un poco los ojos para mirar al hombre que le había ayudado y de pronto sus ojos se abrieron como platos al ver que este no estaba por ningún lado. John estaba completamente solo.

 

Esa noche, John no permaneció con la mente ocupada pensando en Sarah, sino en la persona que lo había ayudado. Sería una persona rápida o un producto de su imaginación?

 

Esa noche, John despertó justo a media noche sin razón alguna. Desde su ventana pudo ver la luna llena que bella brillaba en el cielo sin la compañía de las estrellas. 

 

Pero aquella bella noche no fue lo que lo despertó sino esa sensación de ser observado nuevamente. El terror, el dolor en la boca del estomago, el pulso acelerado fueron unos de los síntomas que surgieron en su pobre cuerpo. No solo se sentía incómodo sino que sentía que aquella cosa o presencia se encontraba ahí mismo, en la oscuridad, deseando un quien sabe que de el.

 

Tragó saliva y bajo su almohada acarició el mango de la daga, pero antes de poder sacarla escuchó como unos pasos se alejaban de el en la oscuridad.

 

Esa noche, John no durmió. Se quedó despierto con la daga en la mano y el corazón a punto de explotar.

 

Cuando el sol salió y su luz fue suficiente como para iluminar su habitación, dejó descansar la cabeza en su almohada y suspiró.

 

-Voy a tener que dejar de beber tanto.-cerró sus ojos y se reconcilió con el sueño.

 

Esa tarde, John se dedicó a limpiar su estudio. Nada que el orden no pueda hacer para que todo se viera mejor. Terminó de pintar tres cuatros que había dejado incompletos hace mas de una semana y hasta fue a caminar y compró carne para la semana.

 

Pero cuando la noche llegó, la sensación volvió a el. La horrible e incomoda sensación de ser observado mientras cenaba. Lo mas terrorífico para el fue que ni siquiera estaba ebrio para imaginar todas esas cosas.

 

Se fue a la cama con la sensación en su compañía y el sueño fue tan difícil de conseguir que casi se vuelve loco.

 

Durante esos días, John siguió con lo mismo. No dormía de noche por el miedo a la oscuridad horrible que parecía mirarlo. Lo odiaba, le aterraba. Lo peor de todo fue que la sensación continuó incluso fuera de su casa/estudio, iba a todas partes con el y casi siempre era de noche a diferentes horas.

 

Esa tarde nublada, la presencia lo siguió todo el maldito día, por lo que tuvo que ir a un bar y tomar vino para olvidar que un monstruo o un fantasma lo seguía a todas partes.

 

Cuando terminó completamente ebrio y sin un centavo en la calle, su cerebro dio la orden de ir a caminar por ahí. La fría brisa no lo despertaba de la ebriedad ni tampoco el caminar cerca de un precipicio cuando sus pasos fueron tan lejos que llegaron al bosque. 

 

Estaba a unos cuantos centímetros de caer, de morir de la forma mas estúpida solo por una borrachera. Dio un paso hacia adelante y unos brazos se aferraron a el en sus caderas. El tirón lo despertó de la ebriedad, el mirar hacia abajo y darse cuenta de que sus pies pisaban el aire y no estaba en tierra firme.

 

Su cuerpo fue lanzado bruscamente al piso y miró con admiración a un ser que caminaba hacia el hasta tenerlo enfrente.

 

-Idiota! Pudiste haber muerto!-gritó la voz que era muy conocida.-Vas a dejar la maldita bebida!

 

John miró al hombre con admiración; miró su pálida piel de nieve, sus cabellos rizados negros como noche, sus pómulos altos y afilados, sus labios gruesos y sensuales, su delicado cuerpo bajo una túnica negra, pero lo que mas le impresionó de aquel hombre fueron sus hermosos ojos de color verde azulado.

 

El hermoso hombre le gritaba furioso que tuviera mas cuidado al caminar y que dejara el alcohol pero John no lo estaba escuchando, la belleza de aquel rostro lo había dejado atónito y perdido.

 

El hombre que realmente era joven, puso uno de los brazos de John sobre su cuello y el otro en su cintura para ayudarlo a llegar a casa.

 

Al llegar, el hombre misterioso llevó a John a su habitación y lo acostó sobre la cama. Ninguna palabra salió de los labios de ninguno de los dos, solo se dedicaron a mirarse y aunque el castaño no sonriera, seguía siendo hermoso.

 

John estaba acostado ya en su cama, ebrio no solo de vino sino del aroma del hombre que lo había arropado. El hombre se quedó a su lado hasta que John se quedó dormido.

 

El rubio despertó solo, con la sensación de haber sido arropado por un ser de absoluta belleza. Esa mañana, John tomó un pedazo de carbón y un pliego de papel y comenzó a dibujar al hombre de la noche anterior, del cual inevitablemente había caído enamorado.

 

                      Continuara...

 

Notas finales:

Gracias por leer. Nos vemos en el próximo capitulo.


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