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Futuro hoy. por samuesselmo

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Notas del fanfic:

 Se me ocurrió este proyecto de la noche a la mañana. Tenía que escribirlo, espero les guste...

 Voy a actualizar pronto los demás Fanfics, así que no voy a abandonar ninguno!

 La historia girará alrededor de Takao (quien está entre mis tres personajes favoritos) :DD

Realmente estaba durmiendo muy bien, estaba calentito y cómodo. No recordaba que su cama fuera así de cómoda. Las sábanas blancas eran pulcras y suaves como algodón, se sentía en el cielo. Si, era satisfactorio, ni siquiera le molestaba la luz que entraba por la ventana. Aunque, ahora que se ponía a pensarlo bien, sin siquiera abrir los ojos, había cerrado muy bien esa ventana la noche anterior. Tal vez su madre había entrado a su cuarto para abrirla y así él se despertara. Lanzó un suspiro y decidió continuar durmiendo con una sonrisa en su rostro, pero ahora estaba incómodo, no, la cama era una nube, era otro tipo de incomodidad. Un tacto en su cuello, algo húmedo lo despabiló más, y ahora seguía por sus hombros.

—     ¿Mmh? –Desorientado Takao abrió los ojos, girando su cuello para ver de qué se trataba. Besos, estaba recibiendo besos y chupones de otra persona, de un hombre. Éste se incorporó sonriéndole levemente, de la manera más sensual posible -¡¿Shin-chan?!

Midorima acarició sin dejar de sonreírle el rostro de Kazunari. No llevaba los lentes, ni siquiera tenía algo encima, mostrando su cuerpo. Por otra parte, Takao, más sonrojado que nunca, analizó bien la situación. Estaba en una cama matrimonial con “Shin-chan”, en una habitación que desconocía totalmente. Ninguno de los dos parecía estar desnudo, eso era algo bueno. Miró a su alrededor, el cuarto era pulcro, grande y espacioso. A cada lado de la enorme cama había mesas de noche y en el lado del azabache había una fotografía. Casi de desmaya al verla, no había dudas de que ese era él con un traje blanco sosteniéndose de Shintarou, quien llevaba un traje negro. Como si se hubiesen… casado.

 Atento miró el rostro de Shin-chan, estaba algo confundido por las expresiones del azabache, pero le daría tiempo. Era temprano y en la noche anterior Takao había bebido un poco de más, pero no pensó que le daría una especie de resaca.

—     ¿Estás bien, cariño? –Preguntó preocupado el peli verde mirando la expresión de terror de Kazunari.

—Estamos casados… -Murmuró con ganas de salir corriendo de allí. Con miedo bajó su vista hasta sus manos, y en uno de sus dedos descansaba un brillante anillo dorado. ¿Se había casado realmente con Shin-chan? De la noche a la mañana era imposible, él recordaba con perfección que se habían despedido en el camino y llegó a su casa. Cenó con su familia, hizo su tarea y se fue a dormir. Se suponía que ahora debía ir al instituto pero ahora, no sabía qué hacer o pensar.

 —Por supuesto que estamos casados, Kazunari –Respondió divertido buscando sus lentes para calzárselos –Iré a prepararte un té –De manera sorpresiva para el más bajo, Midorima besó sus labios de manera natural, acariciando su cabello para retirarse del cuarto.

 Perdido intentó salir de la cama, pero la puerta del cuarto se abrió de manera violenta. A la habitación había entrado un niño que no pasaba los cuatro años, asustando a Takao. El pequeño tenía el cabello negro azabache y relucían sus ojos brillantes y verdes -¡Mami! ¡Feliz día! –Exclamó corriendo a abrazar a Kazunari, aferrando con fuerza a su pecho. Ahora estaba todo hecho, además de casarse con Shintarou había tenido un niño con él. ¿Todo en una noche? ¡No!

—Shinko, no alteres a tu madre –Habló Midorima entrando con una bandeja al cuarto –Hoy no se siente bien –El niño se acostó del otro lado de la cama sin dejar de sonreírle a su madre.

 El mayor dejó la bandeja sobre las piernas del azabache. Era un desayuno completo, que incluía el té que había mencionado antes Shintarou. ¿Era el día de la madre? Se preguntaba mirando a las dos personas con terror. ¡Él sólo tenía dieciséis años!

 —Feliz aniversario, cariño – Dijo el “padre de familia” besando la sonrojada mejilla de Takao. Bien, habían cumplido no-sé-cuántos-años de casados. Pensó ahora concentrándose en su desayuno. En la badeja había una tarjeta –Shinko te hizo un dibujo.

 Lo tomó entre sus manos y no pudo evitar sonreír. Era una pequeña familia, dibujaba tiernamente por un niño de cuatro años. ¡Pero él también seguía siendo un niño! ¡No debía estar en esa situación! Ademas, Midorima no parecía ser el Shin-chan que conocía, hasta hace ayer. ¿Dónde está lo Tsundere? ¿Desde cuándo ambos sentían algo? La cabeza de Takao iba a estallar con tantas preguntas. Volvió a mirar la tarjeta y había un cinco, eso significaba solo una cosa. Cinco años de casado con Shin-chan y no recordaba ni un solo día. Tal vez era un sueño.

 —Gracias –Dijo apretando la mandíbula para disimular una sonrisa a su “hijo”. El niño al verlo se puso más feliz y abrazó nuevamente a su madre.

 —Ve a cambiarte, Shinko –Ordenó ocupando un lugar en la cama para abrazar a su pareja. El pequeño obedeció de inmediato, pero antes de irse besó la mejilla de su mamá.

 Takao admitía que tenía hambre, por lo que empezó a atacar el desayuno. Pero quería que sus dudas se disolvieran -¿Qué pasó con el Shin-chan Tsundere? –Se atrevió a preguntar con la boca llena, mirando los hermosos ojos esmeraldas que tenía a su lado. Ante la pregunta Midorima rió como nunca jamás lo había visto Kazunari, haciendo que casi se atragante.

 —Cariño ya no somos niños, dejé esa actitud cuando te pedí matrimonio –Respondió tomando entre sus manos la mano que llevaba la argolla de compromiso. Ante eso, con mucho disimulo, Takao se pellizcó el brazo para despertar de ese extraño sueño, pero nada había pasado y todo parecía muy real.

 —¿Y, tus lucky ítems? –Se preguntó extrañado o no escuchar alguna de sus famosas frases sobre lo que dice el horóscopo sobre su suerte.

—Tu eres mi lucky ítem para toda la vida, cariño- Quería morir, si, Takao Kazunari quería que se lo tragara la tierra en ese momento. ¿Estaba en una especie de mundo paralelo? No lo sabía, pero de ser así quería volver en ese mismo momento a su casa –Hoy estás muy extraño –No, él extraño eres tú, quería responder Takao, pero prefirió callarse y terminar el desayuno.

 Luego de una larga y tediosa mañana llena de dudas, que aún seguían en su mente. Midorima tenía un caro vehículo, donde llevaron a Shinko al jardín de infantes y de allí se dirigieron al centro comercial. Según comentó su marido, iban a tener una cena con sus amigos. También descubrió que tenían casi treinta años y no dieciséis como pensaba el azabache. Aunque en realidad su mente lo era, no sabía si estaba listo para actuar como adulto.

 Con preguntas sutiles averiguó muchas cosas. Como que Shin-chan era cirujano y trabajaba en el hospital de su padre, eso los hacía una familia muy adinerada. Algo bueno, tenían sirvientes y esa noche iban a cocinar ellas, ya que el azabache no podía ni hacerse un arroz blanco sin que se pegue.

 Cuando volvieron devuelta a la casa pudo apreciar mejor todos los caros muebles que había en esa enorme sala. Se sentó con lentitud en el largo y ancho sillón, relajándose y suspirando. No quería tener treinta años, no todavía. Estando en sus pensamientos no se percató de la presencia del peli verde, quien se sentó a su lado abrazándolo por los hombros - ¿Sigues con dolor de cabeza, cariño?

 —No me duele nada, Shin-chan –Respondió cansado intentando alejarse del mayor, pero éste lo abrazaba con fuerza. No sabía cómo tratar a Midorima, ahora era como otra persona y su esposo ¿Cómo tratas a tu esposo?

 —Shinko me dijo que quería un hermanito –Comentó acunando con sus manos el rostro de Takao. Se tensó al escuchar esas palabras ¡Shin-chan quería hacer bebés con él! No, de eso nada, pensó con ganas de golpear el rostro de Shintarou.

 —¿U-un hermanito? –Preguntó temblando Kazunari –Tal-tal vez debamos pensarlo…

 —¿Por qué no? Tenemos lugar en la casa y económicamente estamos muy bien –Respondió sorprendido ante la negativa e inseguridad de su marido.

 —Cre-creo que aún no me siento del todo bien.

 —Está bien, lo hablaremos en otro momento –Midorima se puso de pie, nuevamente besó la frente de Takao –Iré a buscar a Shinko. Prepárate para la cena de hoy.

 Tras dejarlo solo en esa enorme casa, no tardó en ponerse de pie y curiosear por ahí. Desde los cuadros, las fotos que había sobre la chimenea. Cada una de las imágenes lo impactaba. Desde una familiar en la que estaban ambos padres y su hijo, hasta una de él con una redonda barriga mirando por una ventana, como si la fotografía fuera natural. No había dudas de que esa persona era él.

 Continuó su recorrido y entró a diferentes habitaciones, la mayoría estaban desocupadas. Hasta que llegó a una puerta con un cartel que decía “Shinko”. Entró a paso lento, el cuarto era iluminado por el ventanal de ahí. El suelo alfombrado regado de juguetes, espacioso y lleno de dibujos. Sonrió y salió de allí. No sabía por qué, pero luego de ver las obras de niño se alegró un poco más.

 Siguió su camino y llegó al cuarto que compartía como matrimonio con Midorima. Decidido buscó ropa en el armario e intentó combinar para verde bien esa noche. Suponía que esos “amigos” de Shin-chan eran la famosa generación de los milagros. Pero ahora los vería como adultos, no creía que cambiaran tanto. Estaba nervioso, se sentía fuera de lugar ahí.

 Si éste es el futuro, ¿Eso significa que Shin-chan me ama? 

Notas finales:

Si les gustó el capitulo haganmelo saber, tengo pensando el siguiente capitulo. Espero les haya gustado, ya tengo pensadas las parejas que apareceran en la historia, pero mientras tanto, la deifinitiva y principal es MidoTaka. 

 Muchos saludos a todos! 

 By Selmo


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