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Marioneta De Cristal por Satan666

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Notas del capitulo:

Espero que les agrade esta historia, es completamente original. Fue editada, por lo que si la seguías hace unos años, te recomiendo que las vuelvas a leer. 

  Si me quieren apoyar en wattpad también subo mis historias en la plataforma.    https://www.wattpad.com/user/karenvruz  

También hice un trailer para esta historia en la plataforma de tiktok, espero les guste.    https://vm.tiktok.com/ZMeykhEHp/  

Mis otras historias están en proceso de edición. 

Capítulo XVII. (Respira)

POV Adrián

Los chicos me explicaron el plan brevemente, el trabajo no era más que recoger un encargo y trasladarlo, el problema es que todos estaban seguros de que nos interceptarían para robarlo, y eso despertó toda mi curiosidad, pero al mismo tiempo me puso bastante nervioso, porque si el paquete era realmente importante, los halcones también podrían venir a buscarlo. Y esa fue la razón de ponerme una máscara, pude imaginar lo siniestro que me veía a esa hora vestido de esa manera, pero ninguno de nosotros quiso correr riesgos innecesarios.

Por un lado estaba agradecido de que me dieran la oportunidad de estar en las situaciones para las que me estaba preparando, pero sé que soy un completo novato, y me asusta cometer un error, nunca me perdonaría darles más trabajo a los chicos, por ser lo bastante inútil como para no ser un apoyo lo suficientemente fuerte. Sin embargo, no me trataron de forma distinta a la que normalmente usan entre ellos, me hicieron sentir por primera vez completamente parte de los Red K.

También me dieron parte crucial del trabajo, por eso cuando llegamos al centro de la ciudad y nos bajamos de las motos, me asegure de estar en mi posición, lo suficientemente alerta, pero con el pasar de los minutos me sentí más y más nervioso. Me limpie el sudor de la frente, tome aire y lo deje escapar lentamente, buscando tranquilizarme. Mantuve una de mis pistolas en la posición de mi muslo, para poder levantarla si recibía una señal de los chicos para disparar a cualquier objetivo sospechoso.

Por lo que sabía, los chicos estaban buscando la mercancía, haciendo un intercambio que podía salir tan bien, como mal. Para cuando la tuvieran en sus manos, todos debíamos iniciar movimiento, breve y rápidamente para ponerla a salvo. No paso mucho tiempo cuando recibí una señal de Oliver, y se encontró a mi lado casi fantasmalmente, me entrego el paquete dentro de un bolso, que acomode en mi espalda. Le hice una señal a mi novio, para informarle que ya lo tenía en mis manos. Me pidió que me acercara, era hora de la siguiente parte del plan.

A pesar de la hora, todavía había personas en la calle, pero nadie reparo en mí, porque estaban lo suficientemente cansadas o borrachas, como para creer que una persona estaba caminando entre ellos con una máscara, como en una película de terror. Estaba a punto de llegar al otro lado de la calle, cuando sentí ese escalofrió desagradable cerca de mi oído, ese que pone todos los sentidos en alerta, un disparo, me deje caer al suelo, rodé hasta la acera y me arrodille sosteniendo la pistola con ambas manos, dispare.

En ese momento el tiempo pareció congelarse brevemente, pero no paso mucho tiempo cuando el caos se hizo presente en la calle, el sonido del disparo despertó el miedo que no habían sentido las personas momentos antes. Camine hacia atrás, pude sentir el cuerpo de mi novio detrás de mí, él también tenía la pistola a la altura de su barbilla, estaba buscando objetivos.

— Vámonos, los chicos van a distraerlos. – Me dijo, el frío esa noche era tal, que su aliento formo figuras de humo en el aire.

— No pude ver quien fue el que me disparo. – Le dije.

— Yo tampoco, pero lo más probable es que sean los halcones. – Ambos nos miramos por un momento y asentimos.

— No hay tiempo que perder. – Susurre.

Salimos por otra calle hasta el callejón donde estaban las motos, pude sentir que arranco tan pronto nos acomodamos sobre ella, entonces me di la vuelta dándole la espalda a S, levante la pistola y no paso mucho tiempo cuando me di cuenta de que nos estaban siguiendo. Mis manos comenzaron a temblar ligeramente, pero no me permitiría perder el control de mi cuerpo por miedo, así que comencé a morderme el labio inferior con tanta fuerza que sangro, pero eso me mantuvo ciertamente bastante concentrado.

La adrenalina recorrió cada centímetro de mi cuerpo y dispare, una y otra vez, me agache cuando sentí una respuesta a mis amenazas, ellos también estaban en pareja, pero no pude reconocer si eran los halcones u otras personas, simplemente me limite a verlos como el enemigo, tan fríamente como me enseño Darío cuando estábamos practicando, pero al imaginar que podía ser él la persona que estuviera disparando sobre esa moto, me congele.

— Adrián, bájate y escóndete, hasta que encuentres a Ronald.

— No voy a dejarte. – Le dije seriamente.

— Ellos van a seguirme, tú tienes el paquete, debemos protegerlo, no importa lo que pase.

— ¿Vas a estar bien? – Me aferre a la moto con los dedos, cuando sentí que giro bruscamente.

— Yo siempre estoy bien, salta hacia allá y cuídate mucho.

— No me va a pasar nada. – Me puse el bolso en el pecho para abrazarlo con fuerza, y me arroje de la moto.

Me levante tan rápido como pude y maldije por el golpe que recibí cuando caí en el suelo, pero no me detuve a revisar posibles daños, me metí por una calle, luego por otra, me agache detrás de la basura, las paredes y finalmente ubique mi localización. Intente recordar donde estaba cada uno de los chicos, pero me costó saber la posición actual de Ronald, que posiblemente estuviera dándole órdenes a los chicos, moviéndose desde distintas posiciones de forma constante.

Me quite la máscara y la deje caer en la basura, me coloque la capucha del suéter y me mezcle entre las personas que estaban caminando por la calle, no paso mucho tiempo cuando sentí que una moto freno de forma brusca en ese lugar. Fue cuando se bajaron y comenzaron a recorrer el terreno que me di cuenta de que eran halcones. Y de que me estaban buscando a mí, o mejor dicho el paquete.

Busque alternativas que no fueran convertir el lugar en un nuevo campo de batalla, camine hasta un autobús que no tenía muchos pasajeros, me subí y camine hasta el final del pasillo, me senté antes de soltar un suspiro. Mantuve abajo la cabeza y permanecí de esa forma hasta que comenzó a moverse, pero no pasaron cinco segundos, cuando escuche otro disparo y el chofer freno que tal forma que todos los pasajeros terminaron fuera de sus asientos.

Levante la pistola y trate de esconderme detrás del asiento, se subió un sujeto muy parecido a los que había visto antes, no pude reconocerlo, así que imagine que era uno de esos pocos halcones que todavía no había tenido el placer de conocer. Él comenzó a ver detenidamente a cada pasajero, así como sus pertenencias, apreté el bolso con mucha más fuerza. Levante la pistola poco a poco, apuntando hacía su hombro, cuando estaba a punto de disparar sus ojos se encontraron con los míos, y supe que estaba completamente jodido.

Sabía que si no le disparaba, él me iba a disparar, por lo que no lo pensé demasiado, intente quitarme el temor del corazón y omitir cualquier sentimiento de culpa cuando dispare, apreté los ojos sin poder evitarlo. Así que todo permaneció en silencio un momento, me di cuenta de que di en el blanco cuando el cuerpo de ese hombre termino en el pasillo del autobús, generando un sonido fuerte por el impacto, así como también los gritos de los pasajeros horrorizados.

Deslice la ventana más cercana a mí, salte dejándome caer al suelo, y salí corriendo sin pensar en nada, solo en mi vida. Termine en otra calle llena de personas, intente dejarme llevar por los demás, para no llamar la atención, pero de inmediato vi a otro sujeto buscando el paquete, uno de los que había visto sobre la moto cuando nos estaban siguiendo. No pude evitar preocuparme por mi novio, pero no tuve tiempo para pensar en ello, la mirada de ese hombre se encontró con la mía y supe que no tendría tiempo de pasar desapercibido, así que salí corriendo.

Sabía que me estaba siguiendo, y que no tardaría mucho tiempo en alcanzarme, porque estaba cansado y mi cuerpo mostraba menos rendimiento que antes, por lo que no me importo empujar a cualquier persona en el camino, escuche varios insultos, incluso una que otra amenaza. Me disparo y por un centímetro no me dio en la pierna, me detuve para enfrentarlo, con la pistola en mi mano aferrada con tanta fuerza que me estaba haciendo daño. A este si pude reconocerlo, incluso recordé verlo hablar con George y Jacobo un par de veces.

También comenzó a darse cuenta de quién era la persona que estaba en frente de él, parecía inseguro y confundido, luego bastante molesto.

— ¿Qué estás haciendo? – Pregunto fríamente.

— No importa si te lo digo, porque no podrás pasar el dato más tarde. – Levante el brazo, pero mi cuerpo estaba temblando tanto por haber sido descubierto, que no estaba seguro de que mi puntería resultaría siendo efectiva en ese momento.

— No puedo creer esto. – Gruño, estaba a punto de dispararle, cuando otro disparo le dio directamente en el pecho, me di la vuelta aterrado.

— Soy yo Adrián, tranquilo, respira.

— S. – Susurre y me aferre a su pecho de inmediato.

— Lo siento, deje que pasaras por mucho más de lo que quería.

— Estoy bien.

— Vamos. – Nos encontramos de inmediato con los chicos, todos estaban bien y eso me genero alivio.

— Tal vez deberíamos mandar a Adrián de regreso. – Dijo Ronald.

— Estoy bien, no te preocupes. – Le asegure.

— ¿Quieres seguir hasta el final? – Pregunto preocupado.

— Si, lo hare.

— Muy bien, entonces sin perder más tiempo, sigamos con la otra parte del plan. – Me entrego un bolso parecido al que llevaba conmigo, con la diferencia de que este pesaba menos.

— Un señuelo. – Me aclaro Oliver.

— Nos están buscando, debemos ponernos en marcha, el paquete real se lo va a llevar S, los que están aquí despisten a los halcones, luchen por salvar el paquete y luego dejen que se los quiten, que no los vean juntos. – Entonces me di cuenta de que varios de los chicos tenían bolsos similares.

— Si nos separamos, no te preocupes por mí, debes cuidarte tu mismo. – Me dijo S.

— No me pidas misiones imposibles. – Susurre.

— Estaré bien. – Toco mi mejilla con el dorso de la mano, fue rápido pero agradable, me hizo sentir seguro.

— Cuídate. – Fue todo lo que le dije a mi novio, antes de verlo desaparecer junto a los otros chicos por la calle.

Retome el camino nuevamente, para seguir con el plan y terminar de ayudar a los chicos, mantuve la cabeza baja en todo momento, pero levante la mirada un par de veces para asegurarme de que no me estaban siguiendo. Estaba comenzando a sentirme aliviado cuando una moto apareció de repente, había dos hombres sobre ella, los cauchos sonaron contra el piso de tal forma que todas las personas alrededor se asustaron. Sujete el bolso, que ahora solo era un señuelo con las manos con tanta fuerza como pude, con intención de darme la vuelta.

Me di cuenta de que actué muy tarde, uno de ellos me vio y le señalo al otro el bolso, por lo que comencé a correr, como indico Ronald. La idea era arriesgar mi vida por el señuelo a tal punto que se ellos creyeran que era completamente real. Pase entre las pocas personas que todavía se encontraban en la calle, hablando, tomando o simplemente saliendo del trabajo. Entre en una tienda de comestibles que permanecía abierta a esa hora, camine con tranquilidad y observe los productos, cuando el cajero y el único empleado me dedicaron su atención.

Me sentí a salvo por unos minutos y cuando estaba a punto de salir los vi entrar, me puse de rodillas detrás de un enorme estante observando todos sus movimientos de reojo. Pase saliva, cuando mi garganta se sintió completamente seca y tome la pistola con mucho cuidado. Apunte y dispare, lo bastante cerca de la oreja de uno, como para que se pusiera nervioso. Supe de inmediato que revele mi ubicación, una estupidez.

Desde mi posición pude ver que el cajero y el empleado se escondían detrás de la caja registradora temblando, la respuesta no se hizo esperar, comenzaron a dispararme, y me mantuve en constante movimiento detrás de cada estante de la tienda, cuatro de ellos, lo bastante grandes como para que mis atacantes no pudieran verme el rostro, pero estaba seguro de que eran halcones, me reconocerían tan pronto como estuviera frente a ellos. Mis manos comenzaron a sudar, así que me las limpie con el pantalón, cerré los ojos para analizar mis posibilidades de salir vivo de esta situación.

Se me paso por la cabeza que había sido estúpido al creer que sin tanta experiencia como el resto, podría salir bien de un trabajo tan difícil. No lo hice del todo mal un par de horas antes, pero ahora mis habilidades insuficientes me estaban haciendo ver la realidad, me iban a matar. Me asome nuevamente, sentí un nuevo disparo así que maldije por lo bajo y me levante con la intención de responder el ataque, en un intento de hacer lo absurdo, para salvar mi vida. Recordé la promesa que le hice a S, así como todo lo que paso en mi vida desde que llegue a la zona roja.

Mi cuerpo comenzó a temblar, no estaba seguro de si se trataba de un ataque de nervios o un ataque de adrenalina, pero apreté los dientes y me dispuse a enfrentarlos. Salí del escondite y eso pareció dejarlos desconcertados, por lo que ninguno hizo ademan de atacarme, hasta un momento después, pero cuando el primero de ellos movió el brazo con intención de disparar, los cuerpos cayeron al suelo de inmediato. Me tire al piso por la sorpresa cubriendo mi cabeza, espere el tiempo suficiente hasta que fuera seguro moverme, levante la mirada pero no encontré a nadie, tampoco se escucharon más disparos.

Me levante con cuidado, aun alerta por cualquier indicio de ataque, pude ver los cuerpos en el piso y les pase por encima sin darme el tiempo de descubrir sus identidades. Salí de la tienda, mire por los alrededores antes de correr por la calle sin tomar en cuenta de la existencia de otras personas o los gritos que estaba dejando atrás, solo me detuve cuando llegue hasta la estación del metro. Tome un poco de aire y baje por las escaleras rápidamente, me cubrí la cabeza para evitar que me reconociera cualquier persona de ambos bandos. Entre al tren y solo cuandosecerró la puerta pude sentirme realmente vivo de nuevo.

La tranquilidad no me duro mucho tiempo, nunca tuve la necesidad de subirme al tren con anterioridad, así que estaba un poco confundido mientras se detenía en las estaciones, tampoco estaba seguro de lo que decía la persona que anunciaba el nombre de las mismas, asumí que se debía a la confusión en mi cabeza, sentía como si fuera a explotar en cualquier momento, así que me asome por las puertas cada vez que se detenía para saber en qué estación me encontraba. Y estuve vigilando mis alrededores tomando precaución de algún nuevo ataque.

Cualquier persona presente habría pensando que tenía un ataque de histeria, pero no habían muchas personas y las que estaban no me estaban mirando. No deje de preguntarme por la identidad de la persona que me salvo la vida en la tienda, primero se me ocurrió que podía haber sido algún Red K, tal vez alguno de los chicos que se dio cuenta de mi situación y vino corriendo a ayudarme, pero también me puso nervioso la idea de que algún halcón pudo haberme descubierto, alguno de mis amigos...

Apenas fui consciente de que llegue a la estación más cercana a la zona roja, me baje corriendo y decidí que lo mejor que podía hacer por mí propia seguridad era regresar con los halcones, sin embargo, no le avise a ninguno de los Red K que había escapado de la misión, así que me detuve para sacar mi teléfono y enviarle un mensaje a S. No pude dejar de sentir que me estaban siguiendo, por lo que metí una mano en mi pantalón para poder tomar el arma con facilidad, puse la otra en el bolsillo del suéter y camine de esa forma hasta que llegue a la zona roja.

Todo estaba demasiado oscuro y comencé a ponerme nervioso, aunque ya me había acostumbrado al ambiente de la zona roja, no estaba seguro de si estando completamente solo, me encontraría del todo seguro si caminaba por las calles de esa forma. Sin embargo, deje a un lado la cobardía, porque tenía la necesidad de llegar al lugar de los halcones, quería hablar con Darío, y también quería asegurarme de que los chicos no me habían visto trabajando con el enemigo hoy.

Sentía que todo mi cuerpo desprendía olor a muerto, humo, sudor y me moría por deshacerme de todos esos olores de inmediato, estaba algo mareado y bastante ausente. Llegue a la casa, arrastre los pies por el piso hasta el baño, entre y me di una ducha que bien pudo haber durado una hora, lave mi cabello con violencia, y pase el jabón por mi cuerpo tantas veces que la piel comenzó a irritarse.

Para cuando entre a mi habitación ya estaba completamente lucido, me prepare para enfrentar a Darío, pero no estaba dentro. Me puse algo de ropa, me arrastre debajo de la cama sacando una caja con balas, tome algunas para recargar mi pistola y como siempre la puse en mi cintura para poder tomarla de inmediato. Quise permanecer alerta, porque no sabía si los chicos me habían visto o que tenía que esperar, pero me quede completamente dormido, sin poder evitarlo.

POV Jacobo

— Estoy seguro de que se trataba de un Red K, pero no pude reconocerlo. – Dijo Bruno.

— ¿Estás completamente seguro? – Le pregunte.

— Sí, pero había algo extraño en él, sus movimientos eran torpes y su cuerpo dudaba más de lo debido antes de ejecutar acciones, eso significa que es nuevo, si los Red K están reclutando gente nueva, eso podría traernos problemas, además perdimos a algunos de los nuestros hoy.

— ¿Qué? – No pude evitar sentir una opresión en el pecho.

— Si, parece que no estuvieron lo suficientemente alertas o el enemigo era muy bueno disparándole a sus objetivos. – Dijo Darío sentándose a mi lado, George estaba del otro lado y Bruno frente a nosotros.

— Necesito hablar con el halcón, para buscar gente nueva, un poco de carne sin pecados. – Murmuro Bruno, pero parecía estar hablando más para sí mismo que para nosotros.

— Había otra banda en el lugar, era imposible moverse sin ser detectado, además los Red K prepararon señuelos para distraernos, fuimos muy descuidados. – Dijo George.

— Me hubiera gustado poder ir para ayudar, pero con este brazo...

— Solo preocúpate por sanar. – Me dijo Darío.

— Tengo una llamada, debe ser el halcón furioso por haber perdido el paquete, ya vengo. – Bruno se levanto y nos dejo solos.

— Por cierto ¿Alguno de ustedes vio a Adrián? No lo vi por ningún lado antes de salir a trabajar. – Pregunto Darío.

— Ahora que lo dices ¿Dónde se metió ese chico? – Susurre.

— Bueno, debe estar bien. – Nos aseguro Darío, pero eso no me hizo sentir menos nervioso.

— Se comporta de forma extraña últimamente. – Dijo George.

— Solo se está adaptando a la zona roja, y me parece que lo hace bien.

— Darío, parece que te llevas muy bien con él. – Le dije.

— Somos unidos, si.

— Chicos, el halcón quiere que reclutemos miembros nuevos y también quiere que investiguemos quienes son los nuevos entre los Red K, y nos mando otro trabajo.

— Antes de pensar en trabajo, vamos a beber un trago, por favor. — Les pedí a pesar de que estaba amaneciendo y el cansancio que sentía.

POV Adrián

Estaba corriendo sin control por una calle que no supe reconocer, no sabía si era de día o de noche, pero llevaba horas corriendo, porque unas personas me estaban siguiendo, estaban disparando sin control, podía sentir como las balas terminaban pasando muy cerca de mi piel. Ellos no parecían cansados, no pude saber de quienes se trataba por que traían el rostro cubierto, pero tuve uno de esos presentimientos que casi siempre resultan ser ciertos, que se trataba de los halcones. Ya bastante molesto me detuve y saque mi arma, no lo pensé mucho más, dispare tal vez una, dos o tres veces, hasta que escuche como el cuerpo de uno de ellos termino en el suelo.

El segundo hombre nos alcanzo el paso y al ver lo que le hice a su compañero, por su movimiento corporal, supe que no saldría vivo de esto, así que de nuevo no lo pensé demasiado, solo dispare hasta que su cuerpo termino en el suelo. Me enseñaron que eres el asesino o te asesinan, así se sobrevive en la zona roja.

¿Pero eran esas las calles de la zona roja? Todo tenía un aspecto extraño, un poco diferente. El tercer hombre llego a la escena y observo los dos cadáveres, se quito la máscara, me miro fijamente y pude ver en sus ojos tanto dolor que se me oprimió el pecho, tuve que sostenerme de una pared porla impresión. Mi peor temor se había vuelto una realidad, las máscaras de los chicos muertos desaparecieron.

— ¿Cómo pudiste hacer esto Adrián? Eres un asesino.

— No, George...

— Asesino. – Levanto su pistola y me disparo.

Fue entonces cuando desperté, bañado en sudor, respirando con mucha dificultad y con la cabeza a punto de explotarme, mire por todos lados frenéticamente, estaba solo en la habitación, pero no pude deshacerme de la sensación incómoda de que aun me estaban vigilando.

Me quede en la cama con la cabeza recargada entre mis piernas durante un rato, no tenía ánimos de levantarme, pero muy seguro de que me pondría peor quedándome en ese lugar, decidí levantarme. Camine por el pasillo hasta el baño y me encerré para darme una ducha que terminaría durando un rato largo, estaba completamente cubierto de sudor.

POV Jacobo

Después de terminar el trabajo que nos dejo el halcón, regresamos a la zona roja, estábamos cansados, deseando dormir un poco, así que tan pronto tocamos la cama terminamos rendidos. Lo que me hizo despertar fue una queja de George, así que preocupado me levante para ver que le sucedía. Tome mi celular para ver la hora, era un poco más del medio día. George tenía el rostro cubierto con sus manos, me acerque con cuidado y le acaricie el cabello, al principio se vio sorprendido por el gesto, pero luego se relajo al notar que solo era yo.

— ¿Qué sucede? ¿Está todo bien? – Le pregunte.

— Tuve una pesadilla, no te preocupes.

— ¿Estuvo muy fuerte? Pareces algo preocupado.

— Fue muy extraña.

— ¿Me quieres contar? – Le hable con cuidado para no alterarlo.

— No estoy seguro, era relacionada con Adrián, pero todo se volvió bastante confuso después de un rato.

— ¿Alguien le estaba haciendo daño o le ocurría algo?

— Creo que más bien él nos quería dañar a nosotros.

— Solo fue un sueño, Adrián es incapaz de hacernos daño, tú lo sabes.

— Claro que lo sé, siento que solo me dejo un poco consternado.

— Necesitas un poco de agua. – Me levante y tome una botella de agua de la mesa que esta no muy lejos de nosotros, George se la bebió completa.

— Estoy preocupado por él.

— ¿Por Adrián? ¿Quieres llamarlo? – Le pregunte.

— La verdad, me sentiría mucho más tranquilo, últimamente hace todo sin nosotros.

— No puede estar siempre con nosotros, también necesita tiempo para sí mismo, en realidad, todos lo necesitamos. – Susurre y tome mi teléfono para llamarlo, cuando se escucho el primer tono se lo pase a George.

— Adrián ¿Dónde estás? Estamos preocupados. – Le dijo.

— Dile que venga a vernos. – Sugerí.

Resulto que Adrián se encontraba un piso más arriba de nosotros, me sentí mejor cuando George pareció estar mucho más tranquilo, se levanto y se estiro un poco, yo lo mire hasta que se escucharon un par de golpes en la puerta. Yo también estaba preocupado, aunque odiaba lo que estaba pasando cada vez que estaba cerca de nosotros, ya que mis sentimientos generaban una lucha constante contra mi lado racional. Adrián seguía siendo una de las personas más importantes en mi vida.

— Pasa. – Dije lo suficientemente fuerte para que me escuchara.

— Hola chicos. – Fue lo primero que dijo al cruzar por la puerta, pude notar de inmediato el cansancio en su rostro.

— Anoche no te vimos por ningún lado. – Le dijo George.

— Estaba en la zona azul, lamentó no haberles avisado, estaba haciendo una visita. – Si parecía sentirse un poco culpable por no avisar, por sus expresiones.

— Lo importante es que estás a salvo, nosotros tuvimos un trabajo algo complicado anoche, ya que no salió del todo bien y luego nos mandaron a hacer algo más, no regresamos hasta la mañana. – Le explique.

— ¿De qué se trataba el trabajo? — Adrián se sentó sobre mi cama ya que yo estaba en la de George y él de pie.

Después de que le contáramos a Adrián lo que George vivió en el trabajo de anoche y lo que yo había visto, nos quedamos hablando de cualquier cosa, fue agradable pasar tiempo juntos. Al principio pensé que George hablaría sobre su pesadilla, pero no lo hizo, así que tampoco mencione nada al respecto, supuse que él hablaría sobre eso con Adrián cuando estuviera listo. Luego nos vinieron a buscar porque Bruno quería hacer una reunión, ninguno estaba de ánimo para bajar, pero no era como si pudiéramos solo decidir por nuestra cuenta.

Bajamos y nos sentamos en la sala, esperamos a el resto de los chicos que en ese momento se encontraban en el lugar, en realidad, en poco tiempo la sala estaba tan llena que muchos tuvieron que quedarse de pie. Darío se sentó en el brazo del sofá dónde estaba sentado Adrián, los pude ver conversar, y note que ambos ahora actúan como un par de amigos cómplices. No me pareció algo malo, pero me preocupo como se lo tomaría George, tan pronto se diera cuenta de la situación.

Llego Bruno y todos se quedaron callados de inmediato, supongo que a la expectativa, porque nosotros sabemos que él puede salir con cualquier cosa extraña, un trabajo difícil o una idea poco práctica. Se aclaro la garganta, me pareció ver que él y Adrián se dedicaban una mirada de esas poco agradables, se que la relación de ellos no es muy buena, no tengo idea de porque, pero me preocupa que todo crezca mucho más de manera que termine saliéndose de control.

— Bueno, les quiero hablar de algunas cosas bastante puntuales, lo primero es que hable con el halcón y decidimos buscar nuevos miembros, así que después seleccionare a varios de ustedes para que me ayuden con ese tema.

— ¿Qué clase de miembros? ¿Expertos en alguna clase de área? ¿Apoyo para los trabajos externos? — Pregunto Darío.

— Debemos conseguir a un experto en armas, para que te sirva de apoyo, el halcón quiere que busquemos a un par de estrategas y también si se presentan, algunos chicos para trabajar en exteriores.

— ¿Por qué necesitamos nuevos miembros a estas alturas? Somos muchos y es difícil trabajar con personas desconocidas, hay que construir una relación y la confianza. – Le dijo George.

— Sé que probablemente nos cueste un poco de trabajo adaptarnos, hace tiempo no buscamos miembros nuevos, pero sé que trabajando juntos puede funcionar un nuevo plan para los halcones.

— ¿Es verdad que los Red K ahora están reclutando nuevos miembros? – Pregunto un chico, al que no le pude ver la cara.

— Si, en la última misión vimos a unos cuantos que no reconocimos, estamos seguros de que eran parte de los Red K.

— ¿El halcón está planeando algo, cierto? – Le pregunte.

— No puedo decirles nada por ahora, pero el trabajo tiene que hacerse, les voy a asignar a todos algo de lo que deberán ocuparse, un grupo se va a venir conmigo. – Nos señalo rápidamente a nosotros y a Darío.

Ya me estaba sintiendo mejor del brazo y supuse que si era hora de trabajar un poco, así que en cuanto termino la reunión nos fuimos a cambiar de ropa y prepararnos. Para cuando baje a la sala, ya estaban Adrián que había sido asignado para otro trabajo y Darío que vendría con nosotros, ambos estaban hablando tan entretenidos que apenas se dieron cuenta de nuestra presencia.

— Esos dos se llevan muy bien. – Dijo George.

— Sí, es bastante bueno ¿Cierto?

— Supongo, pero me preocupa lo que Darío le pueda estar enseñando a Adrián.

— No creo que sea capaz de enseñarle algo malo. – Aunque debo admitir que es difícil creerse del todo esas palabras.

— Esperemos que solo sean cosas buenas.

POV Adrián

— Estoy seguro de que espera que algún día yo no regrese con vida, por eso me manda por mi cuenta.

— Adrián sé que no eres del todo de su agrado, pero lo conozco, él no es tan absurdo.

— La verdad es que lo dudo.

— Basta, solo debes hacer todo lo que te enseñe y cuando tengamos un poco de tiempo libre te voy a secuestrar para seguir practicando con las armas.

— Si, profesor.

— ¿Están listos? Es hora de irnos. – Dijo Bruno, estaba vestido de negro de pies a cabeza y tenía puesta una gorra.

— Nos vemos Adrián.

— Nos vemos Darío.

En cuanto se aparto me despedí de los chicos con la mano, con el pasar de los años supe saber interpretar cuando algo no estaba del todo bien, así que intente sonreírles antes de salir del lugar de los halcones para trabajar. Algo muy dentro de mí mente me dijo que no pasara por alto el comportamiento de los chicos, que descubriera el porqué estaban así, un poco preocupados o consternados. Aunque cuando hablamos poco antes en la habitación ellos estaban actuando como siempre, si pude notar un poco de incomodidad en el ambiente.

Nosotros nunca nos escondimos nada en el pasado, pero sé que desde que llegue a la zona roja, yo mismo me hice cargo de cambiar eso, ellos también son buenos notando mi ánimo y no son estúpidos, por lo que a pesar de ser muy cuidadoso, mis amigos ya se deben haber dado cuenta de que está ocurriendo algo en mi vida, completamente ajeno a ellos.

Los pensamientos comenzaron a agobiarme, así que camine para salir de la zona roja, aunque pude haberle pedido a alguien que me llevara hasta la entrada. Si todo lo que estaba pensando tenía sentido de alguna forma, solo quería desaparecer el resto del día y no enfrentar la realidad.

El trabajo que me asigno Bruno fue vigilar a un hombre, al parecer un poco peligroso y problemático que se estaba metiendo en los negocios de la zona roja, pero como no era bien recibido, lo estaban investigando, supongo que con el propósito de eliminarlo. Fuera de la zona roja, tome un taxi hasta el centro de la ciudad, a una zona bien conocida por tener casinos, locales y bares costosos. Me habían dado una cámara bastante buena para seguirlo, pero supe de inmediato que lo mejor para mí era ser indetectable.

Estuve toda la tarde tomando fotos entre personas, desde edificios o ventanas, sobre paredes y en la basura. Los chicos suelen decir que mi apariencia me ayuda con este tipo de trabajos, y sé que definitivamente no parezco alguien que forme parte de la zona roja, pero también sé que los chismes del lado malo de la ciudad llegan a todo el mundo de forma rápida y molesta. A estas alturas más de un grupo podría tenerme bien identificado, procedencia, antecedentes, habilidades, etc.

Termine con las fotos y escape de la mirada de los enormes guardias de seguridad, para regresarme a la zona roja, solo quería que acabara el día. Pero recordé de inmediato el comportamiento de los chicos y en lugar de ir al lugar de los halcones, fui con los Red K. Tan pronto llegue a la puerta le pase un mensaje a Oliver y este vino a abrirme. Entre a la habitación de S, que estaba profundamente dormido, así que me recosté a su lado y cerré los ojos, olvidándome de todo.

Para cuando volví a abrir los ojos, él ya no estaba a mi lado y supuse que había tenido que salir a trabajar. La verdad es que debió haberse sorprendido de verme a su lado, porque no le avise que venía a verlo. Tome mi celular para ver la hora y suspire al darme cuenta de que ya estaba finalizando la tarde, por lo que pronto tendría que volver con los halcones, el trabajo que me asignaron no fue complicado y tengo muy pocas ganas de hacerle creer a Bruno que me pasó algo malo.

— Ya estás despierto. – Me sorprendí por la voz de S, que entro a la habitación, estaba despeinado y tenía una taza de café en la mano.

— Me acabo de despertar.

— Me asustaste, no esperaba verte, aunque es una grata sorpresa verte tan pronto me despierto. – Le dio un sorbo a su café y se sentó sobre la cama, sin dejar de mirarme.

— No era mi intensión preocuparte, solo quería olvidarme de todo un rato, y solo consigo eso estando contigo.

— ¿Paso algo con los halcones...? – Pude notar que su voz se escucho con la nota seria que solo aparece cuando trabaja, conmigo habla de forma menos dura.

— No realmente, no es nada importante. – Intente sonreír, pero creo que solo forme una mueca con los labios.

— Pero algo te preocupa. – S es muy perceptivo, y es estúpido esconderle algo.

— ¿Crees que soy una mala persona por creer que tengo el derecho de seguir pensando que esos chicos son mis amigos...? o tal vez, por tener el derecho de pensar que no quiero que me odien.

— Las elecciones que solemos tomar a menudo en nuestra vida, siempre terminan arrastrando a una víctima con ellas, en la mayoría de los casos son los familiares, esas personas del entorno que te ven crecer y que se supone deben permanecer a tu lado, en nuestro caso, nuestros amigos o estos chicos que vemos a diario son nuestra gente, que te sientas un poco culpable es completamente entendible Adrián.

— No estoy seguro de que si tomo buenas o malas elecciones. – Susurre.

— No debes quedarte conmigo si no quieres, tu vida es complicada porque yo formo parte de ella, y aunque te necesito para vivir, si tú estás bien, puedo observarte a la distancia.

— Yo nunca podría vivir sin ti.

— ¿Temes que te descubran? – Lo mire.

— En parte, estuve teniendo pesadillas, que realmente hacen que mi cuerpo sienta adrenalina, es algo con lo que estoy lidiando.

— ¿Fue por lo que ocurrió el otro día?

— Creo que sí, realmente odio el hecho de saber que acabe con la vida de una persona.

— No se puede evitar, son ellos o tú.

— No tengo tu capacidad mental.

— Pero no eres un cobarde, se que eres mucho mejor de lo que piensas.

— Estoy siendo cuidadoso, intento no pisar fuerte cuando estoy con ellos, no llamo la atención nunca, pero Bruno me odia y no sé si los chicos se imaginan que algo sucede conmigo, todo está muy extraño últimamente.

— Aparentar tranquilidad solo es otro signo de miedo.

— ¿Eso qué quiere decir?

— No seas el chico bueno, a mí me gusta cómo eres, pero muchas personas tomarían esto como un nuevo comienzo, desde tu actitud hasta como te vistes y sé que hasta ahora solo has sido el típico chico perfecto de la zona azul ¿Por qué no descubres quién eres realmente?

— Puede que tengas razón, muchas cosas han cambiado en mí este tiempo, incluso las prioridades...

— Solo no te comas la cabeza pensando tanto en lo que pueda pasar, yo voy a cuidarte.

— Lo sé, también me gustaría poder ser más útil para ti.

— Ya lo eres, haces para mí más de los que imaginas.

— Eso me hace sentir mejor.

— Adrián ¿Qué harás con respecto a tus padres? Cuando regresen van a buscarte.

— No había pensado en eso, con todo lo que está sucediendo últimamente, supongo que solo, evitare ser encontrado.

Me quede otro rato recostado con S hablando, después me aviso que tenía un trabajo de rutina para esa noche por lo que teníamos que irnos. Mientras él terminaba de cambiarse, yo me quede hablando con los Red K, explicándoles mi situación actual con los halcones y los trabajos que estábamos haciendo por órdenes el halcón.

— Entonces, están buscando nuevos miembros para entrenarlos, supongo que vieron caras nuevas en nuestro bando y se preocuparon.

— Eso precisamente. – Le di un sorbo a una taza de café que me había dado Oliver.

— Bueno, si ocurre algo que veas preocupante, intentas informarnos.

— Lo haré Ronald.

— Ese Bruno no me gusta para nada...

— Ya somos dos.

— Estoy listo. – S entro a la sala, listo para irnos.

— Los veré en cuanto pueda, tendré trabajo todos estos días, cortesía del hombre que no te gusta para nada.

— De acuerdo, cuídate Adrián.

Me termine el café de un trago y deje la tasa sobre la mesa de centro antes de despedirme con la mano. Me tomo un rato convencer a S de que me dejara a al menos dos cuadras del lugar de los halcones, ya que los chicos podrían estar dando vueltas por la zona, finalmente me dejo un poco molesto. Camine por la acera en la calle tan oscura que ya no me asustaba tanto como antes, aunque seguía teniendo la sensación de que alguien me observaba y desviaba la mirada hacia atrás al menos cada minuto y medio.

Lo que me dijo S no dejaba de darme vueltas en la cabeza aparentar tranquilidad es otro signo de miedo Por supuesto, ellos no estaban acostumbrados a ver a alguien tan bien portado y sin intenciones un tanto psicópatas o asesinas. El problema fue que desde el principio me porte tan bien, que fue fácil suponer que estaba escondiendo algo, o es lo que imagino en la mente retorcida de Bruno. Pero el punto es que tomare en serio la idea de descubrir que es lo que realmente me gusta, quién soy y que estoy haciendo aquí. Estupendo, algunas personas no descubren nada de eso en toda su vida, pero yo debo hacerlo.

Desde que vi a S por primera vez en la cueva, solo supuse que era cuestión del destino, que era algo escrito para nosotros, el hecho de que tuviéramos que conocernos y estar juntos, tal vez vivir para el otro. Y ahora no estoy realmente seguro de que sea cierto, hablamos sobre elecciones y si estoy aquí en este lugar, es porque yo lo decidí, que no podía alejarme de él o de ellos. Pensar que se trata del destino es un poco... ¿Qué es exactamente el destino? Son pasos invisibles que damos a lo largo de nuestra vida en una dirección vacía hasta que se convierte en una emoción latente.

Sea lo que sea que me trajo hasta ese lugar ese día, llámese destino o elección, debo hacerme responsable por ello, debo dejar de tener tanto miedo y que pase lo que tenga que pasar. No estoy seguro de si soy la clase de persona que va a vivir mucho o poco tiempo, pero sé que intentaré descubrir todo lo que me agobia antes de que mi cuerpo pise tierra.

Puse una mano sobre la puerta de los halcones para empujarla justo después de haber introducido la llave y volví a sentir que alguien me estaba observando, puse mi otra mano sobre la pistola para sacarla, la tome con firmeza y la levante a la altura de mi nuca, pero no había nadie detrás de mí, suspire agotado.

— Me estoy volviendo loco.

— ¿Con quién estás hablando? – Temblé del susto y mi cuerpo se movió para atrás, golpeando la puerta.

— Santiago. – Susurre entre dientes, tan pronto reconocí al fastidioso hermano de Darío.

— Parece que eres un poco cobarde.

— Yo no hablaría de cobardía su me viera como tú ¿Me estabas siguiendo?

— No, acabo de llegar.

— ¿No estabas caminando por esta calle? – Señale la dirección de la que yo venía.

— No, odio pasa por esa calle, así que tomo una ruta un poco más larga, por allá. – Me señalo la calle, asentí.

— Hay que entrar.

Evite cualquier conversación incómoda, pero pude escuchar como comenzaba a murmurar cosas sobre mí, mientras corría por la escalera hasta mi habitación. Entre y estaba vacía, así que supuse que los chicos no habían terminado con su trabajo, me pregunte que estarían haciendo y me recosté en la cama intentando tranquilizar mi corazón, que seguía alterado por el susto que me dio Santiago, no estaba del todo seguro de que me estaba diciendo la verdad, porque podía jurar que alguien me estaba persiguiendo.

Cerré los ojos, para distraer mi mente, así que seguí intentando recordar el olor exacto que se concentraba en la habitación de S, era una mezcla de cigarro, menta y él, simplemente eso. Estaba mucho más dormido que despierto cuando escuche la puerta abrirse. Sentí los pasos ligeros de Darío, así que lo mire caminar hasta mi cama y sentí su peso cuando se sentó a mi lado.

— ¿Estás dormido, cariño?

— No realmente. – Murmure.

— Bruno quiere que todos conozcan a algunas personas, bajemos solo un momento.

— De acuerdo.

Me levante y camine sin ganas hasta la sala, me senté al lado de Jacobo y George en sentó en el brazo del sofá junto a mí. La sala estaba llena de personas, así que supuse que estaban todos los chicos del lugar. Los que no estaban trabajando. Entonces apareció Bruno y se impuso como siempre con su tono de voz ronco y autoritario.

— Les presento a los nuevos miembros de los halcones.

Entonces apareció un grupo de chicos en la sala, que mostraban mucha confianza, al principio me pareció más bien altanería, pero no había conocido a nadie en este lugar que demostrara tener miedo, porque en la zona roja si tienes miedo, eres hombre muerto. Me acorde de la primera vez que los chicos me presentaron a los halcones, el sentimiento fue bastante similar. 

Notas finales:

Les agradezco por leer, espero que disfruten esta historia. Preguntas, dudas y sugerencias en los comentarios.¡Feliz Navidad!


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