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Marioneta De Cristal por Satan666

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Notas del capitulo:

Espero que les agrade esta historia, es completamente original. Fue editada, por lo que si la seguías hace unos años, te recomiendo que las vuelvas a leer.   

Si me quieren apoyar en wattpad también subo mis historias en la plataforma.    https://www.wattpad.com/user/karenvruz  

También hice un trailer para esta historia en la plataforma de tiktok, espero les guste.    https://vm.tiktok.com/ZMeykhEHp/

  Mis otras historias están en proceso de edición. 

Capítulo XVIII. (Secuela)

POV Adrián

Estaba corriendo sin control por una calle que no supe reconocer, no sabía si era de día o de noche, pero llevaba horas corriendo, porque unas personas me estaban siguiendo, estaban disparando sin control, podía sentir como las balas terminaban pasando muy cerca de mi piel. Ellos no parecían cansados, no pude saber de quienes se trataba por que traían el rostro cubierto, pero tuve uno de esos presentimientos que casi siempre resultan ser ciertos, que se trataba de los halcones. Ya bastante molesto me detuve y saque mi arma, no lo pensé mucho más, dispare tal vez una, dos o tres veces, hasta que escuche como el cuerpo de uno de ellos termino en el suelo.

El segundo hombre nos alcanzo el paso y al ver lo que le hice a su compañero, por su movimiento corporal, supe que no saldría vivo de esto, así que de nuevo no lo pensé demasiado, solo dispare hasta que su cuerpo termino en el suelo. Me enseñaron que eres el asesino o te asesinan, así se sobrevive en la zona roja.

¿Pero eran esas las calles de la zona roja? Todo tenía un aspecto extraño, un poco diferente. El tercer hombre llego a la escena y observo los dos cadáveres, se quito la máscara, me miro fijamente y pude ver en sus ojos tanto dolor que se me oprimió el pecho, tuve que sostenerme de una pared porla impresión. Mi peor temor se había vuelto una realidad, las máscaras de los chicos muertos desaparecieron.

— ¿Cómo pudiste hacer esto Adrián? Eres un asesino.

— No, George...

— Asesino. – Levanto su pistola y me disparo.

Fue entonces cuando desperté, bañado en sudor, respirando con mucha dificultad y con la cabeza a punto de explotarme, mire por todos lados frenéticamente, estaba solo en la habitación, pero no pude deshacerme de la sensación incómoda de que aun me estaban vigilando.

Me quede en la cama con la cabeza recargada entre mis piernas durante un rato, no tenía ánimos de levantarme, pero muy seguro de que me pondría peor quedándome en ese lugar, decidí levantarme. Camine por el pasillo hasta el baño y me encerré para darme una ducha que terminaría durandounratolargo, estaba completamente cubierto de sudor.

POV Jacobo

Después de terminar el trabajo que nos dejo el halcón, regresamos a la zona roja, estábamos cansados, deseando dormir un poco, así que tan pronto tocamos la cama terminamos rendidos. Lo que me hizo despertar fue una queja de George, así que preocupado me levante para ver que le sucedía. Tome mi celular para ver la hora, era un poco más del medio día. George tenía el rostro cubierto con sus manos, me acerque con cuidado y le acaricie el cabello, al principio se vio sorprendido por el gesto, pero luego se relajo al notar que solo era yo.

— ¿Qué sucede? ¿Está todo bien? – Le pregunte.

— Tuve una pesadilla, no te preocupes.

— ¿Estuvo muy fuerte? Pareces algo preocupado.

— Fue muy extraña.

— ¿Me quieres contar? – Le hable con cuidado para no alterarlo.

— No estoy seguro, era relacionada con Adrián, pero todo se volvió bastante confuso después de un rato.

— ¿Alguien le estaba haciendo daño o le ocurría algo?

— Creo que más bien él nos quería dañar a nosotros.

— Solo fue un sueño, Adrián es incapaz de hacernos daño, tú lo sabes.

— Claro que lo sé, siento que solo me dejo un poco consternado.

— Necesitas un poco de agua. – Me levante y tome una botella de agua de la mesa que esta no muy lejos de nosotros, George se la bebiócompleta.

— Estoy preocupado por él.

— ¿Por Adrián? ¿Quieres llamarlo? – Le pregunte.

— La verdad, me sentiría mucho más tranquilo, últimamente hace todo sin nosotros.

— No puede estar siempre con nosotros, también necesita tiempo para sí mismo, en realidad, todos lo necesitamos. – Susurre y tome mi teléfono para llamarlo, cuando se escucho el primer tono se lo pase a George.

— Adrián ¿Dónde estás? Estamos preocupados. – Le dijo.

— Dile que venga a vernos. – Sugerí.

Resulto que Adrián se encontraba un piso más arriba de nosotros, me sentí mejor cuando George pareció estar mucho más tranquilo, se levanto y se estiro un poco, yo lo mire hasta que se escucharon un par de golpes en la puerta. Yo también estaba preocupado, aunque odiaba lo que estaba pasando cada vez que estaba cerca de nosotros, ya que mis sentimientos generaban una lucha constante contra mi lado racional. Adrián seguía siendo una de las personas más importantes en mi vida.

— Pasa. – Dije lo suficientemente fuerte para que me escuchara.

— Hola chicos. – Fue lo primero que dijo al cruzar por la puerta, pude notar de inmediato el cansancio en su rostro.

— Anoche no te vimos por ningún lado. – Le dijo George.

— Estaba en la zona azul, lamentó no haberles avisado, estaba haciendo una visita. – Si parecía sentirse un poco culpable por no avisar, por sus expresiones.

— Lo importante es que estás a salvo, nosotros tuvimos un trabajo algo complicado anoche, ya que no salió del todo bien y luego nos mandaron a hacer algo más, no regresamos hasta la mañana. – Le explique.

— ¿De qué se trataba el trabajo? — Adrián se sentó sobre mi cama ya que yo estaba en la de George y él de pie.

Después de que le contáramos a Adrián lo que George vivió en el trabajo de anoche y lo que yo había visto, nos quedamos hablando de cualquier cosa, fue agradable pasar tiempo juntos. Al principio pensé que George hablaría sobre su pesadilla, pero no lo hizo, así que tampoco mencione nada al respecto, supuse que él hablaría sobre eso con Adrián cuando estuviera listo. Luego nos vinieron a buscar porque Bruno quería hacer una reunión, ninguno estaba de ánimo para bajar, pero no era como si pudiéramos solo decidir por nuestra cuenta.

Bajamos y nos sentamos en la sala, esperamos a el resto de los chicos que en ese momento se encontraban en el lugar, en realidad, en poco tiempo la sala estaba tan llena que muchos tuvieron que quedarse de pie. Darío se sentó en el brazo del sofá dónde estaba sentado Adrián, los pude ver conversar, y note que ambos ahora actúan como un par de amigos cómplices. No me pareció algo malo, pero me preocupo como se lo tomaría George, tan pronto se diera cuenta de la situación.

Llego Bruno y todos se quedaron callados de inmediato, supongo que a la expectativa, porque nosotros sabemos que él puede salir con cualquier cosa extraña, un trabajo difícil o una idea poco práctica. Se aclaro la garganta, me pareció ver que él y Adrián se dedicaban una mirada de esas poco agradables, se que la relación de ellos no es muy buena, no tengo idea de porque, pero me preocupa que todo crezca mucho más de manera que termine saliéndose de control.

— Bueno, les quiero hablar de algunas cosas bastante puntuales, lo primero es que hable con el halcón y decidimos buscar nuevos miembros, así que después seleccionare a varios de ustedes para que me ayuden con ese tema.

— ¿Qué clase de miembros? ¿Expertos en alguna clase de área? ¿Apoyo para lostrabajos externos? — Pregunto Darío.

— Debemos conseguir a un experto en armas, para que te sirva de apoyo, el halcón quiere que busquemos a un par de estrategas y también si se presentan, algunos chicos para trabajar en exteriores.

— ¿Por qué necesitamos nuevos miembros a estas alturas? Somos muchos y es difícil trabajar con personas desconocidas, hay que construir una relación y la confianza. – Le dijo George.

— Sé que probablemente nos cueste un poco de trabajo adaptarnos, hace tiempo no buscamos miembros nuevos, pero sé que trabajando juntos puede funcionar un nuevo plan para los halcones.

— ¿Es verdad que los Red K ahora están reclutando nuevos miembros? – Pregunto un chico, al que no le pude ver la cara.

— Si, en la última misión vimos a unos cuantos que no reconocimos, estamos seguros de que eran parte de los Red K.

— ¿El halcón está planeando algo, cierto? – Le pregunte.

— No puedo decirles nada por ahora, pero el trabajo tiene que hacerse, les voy a asignar a todos algo de lo que deberán ocuparse, un grupo se va a venir conmigo. – Nos señalo rápidamente a nosotros y a Darío.

Ya me estaba sintiendo mejor del brazo y supuse que si era hora de trabajar un poco, así que en cuanto termino la reunión nos fuimos a cambiar de ropa y prepararnos. Para cuando baje a la sala, ya estaban Adrián que había sido asignado para otro trabajo y Darío que vendría con nosotros, ambos estaban hablando tan entretenidos que apenas se dieron cuenta de nuestra presencia.

— Esos dos se llevan muy bien. – Dijo George.

— Sí, es bastante bueno ¿Cierto?

— Supongo, pero me preocupa lo que Darío le pueda estar enseñando a Adrián.

— No creo que sea capaz de enseñarle algo malo. – Aunque debo admitir que es difícil creerse del todo esas palabras.

— Esperemos que solo sean cosas buenas.

POV Adrián

— Estoy seguro de que espera que algún día yo no regrese con vida, por eso me manda por mi cuenta.

— Adrián sé que no eres del todo de su agrado, pero lo conozco, él no es tan absurdo.

— La verdad es que lo dudo.

— Basta, solo debes hacer todo lo que te enseñe y cuando tengamos un poco de tiempo libre te voy a secuestrar para seguir practicando con las armas.

— Si, profesor.

— ¿Están listos? Es hora de irnos. – Dijo Bruno, estaba vestido de negro de pies a cabeza y tenía puesta una gorra.

— Nos vemos Adrián.

— Nos vemos Darío.

En cuanto se aparto me despedí de los chicos con la mano, con el pasar de los años supe saber interpretar cuando algo no estaba del todo bien, así que intente sonreírles antes de salir del lugar de los halcones para trabajar. Algo muy dentro de mí mente me dijo que no pasara por alto el comportamiento de los chicos, que descubriera el porqué estaban así, un poco preocupados o consternados. Aunque cuando hablamos poco antes en la habitación ellos estaban actuando como siempre, si pude notar un poco de incomodidad en el ambiente.

Nosotros nunca nos escondimos nada en el pasado, pero sé que desde que llegue a la zona roja, yo mismo me hice cargo de cambiar eso, ellos también son buenos notando mi ánimo y no son estúpidos, por lo que a pesar de ser muy cuidadoso, mis amigos ya se deben haber dado cuenta de que está ocurriendo algo en mi vida, completamente ajeno a ellos.

Los pensamientos comenzaron a agobiarme, así que camine para salir de la zona roja, aunque pude haberle pedido a alguien que me llevara hasta la entrada. Si todo lo que estaba pensando tenía sentido de alguna forma, solo quería desaparecer el resto del día y no enfrentar la realidad.

El trabajo que me asigno Bruno fue vigilar a un hombre, al parecer un poco peligroso y problemático que se estaba metiendo en los negocios de la zona roja, pero como no era bien recibido, lo estaban investigando, supongo que con el propósito de eliminarlo. Fuera de la zona roja, tome un taxi hasta el centro de la ciudad, a una zona bien conocida por tener casinos, locales y bares costosos. Me habían dado una cámara bastante buena para seguirlo, pero supe de inmediato que lo mejor para mí era ser indetectable.

Estuve toda la tarde tomando fotos entre personas, desde edificios o ventanas, sobre paredes y en la basura. Los chicos suelen decir que mi apariencia me ayuda con este tipo de trabajos, y sé que definitivamente no parezco alguien que forme parte de la zona roja, pero también sé que los chismes del lado malo de la ciudad llegan a todo el mundo de forma rápida y molesta. A estas alturas más de un grupo podría tenerme bien identificado, procedencia, antecedentes, habilidades, etc.

Termine con las fotos y escape de la mirada de los enormes guardias de seguridad, para regresarme a la zona roja, solo quería que acabara el día. Pero recordé de inmediato el comportamiento de los chicos y en lugar de ir al lugar de los halcones, fui con los Red K. Tan pronto llegue a la puerta le pase un mensaje a Oliver y este vino a abrirme. Entre a la habitación de S, que estaba profundamente dormido, así que me recosté a su lado y cerré los ojos, olvidándome de todo.

Para cuando volví a abrir los ojos, él ya no estaba a mi lado y supuse que había tenido que salir a trabajar. La verdad es que debió haberse sorprendido de verme a su lado, porque no le avise que venía a verlo. Tome mi celular para ver la hora y suspire al darme cuenta de que ya estaba finalizando la tarde, por lo que pronto tendría que volver con los halcones, el trabajo que me asignaron no fue complicado y tengo muy pocas ganas de hacerle creer a Bruno que me pasó algo malo.

— Ya estás despierto. – Me sorprendí por la voz de S, que entro a la habitación, estaba despeinado y tenía una taza de café en la mano.

— Me acabo de despertar.

— Me asustaste, no esperaba verte, aunque es una grata sorpresa verte tan pronto me despierto. – Le dio un sorbo a su café y se sentó sobre la cama, sin dejar de mirarme.

— No era mi intensión preocuparte, solo quería olvidarme de todo un rato, y solo consigo eso estando contigo.

— ¿Paso algo con los halcones...? – Pude notar que su voz se escucho con la nota seria que solo aparece cuando trabaja, conmigo habla de forma menos dura.

— No realmente, no es nada importante. – Intente sonreír, pero creo que solo forme una mueca con los labios.

— Pero algo te preocupa. – S es muy perceptivo, y es estúpido esconderle algo.

— ¿Crees que soy una mala persona por creer que tengo el derecho de seguir pensando que esos chicos son mis amigos...? o tal vez, por tener el derecho de pensar que no quiero que me odien.

— Las elecciones que solemos tomar a menudo en nuestra vida, siempre terminan arrastrando a una víctima con ellas, en la mayoría de los casos son los familiares, esas personas del entorno que te ven crecer y que se supone deben permanecer a tu lado, en nuestro caso, nuestros amigos o estos chicos que vemos a diario son nuestra gente, que te sientas un poco culpable es completamente entendible Adrián.

— No estoy seguro de que si tomo buenas o malas elecciones. – Susurre.

— No debes quedarte conmigo si no quieres, tu vida es complicada porque yo formo parte de ella, y aunque te necesito para vivir, si tú estás bien, puedo observarte a la distancia.

— Yo nunca podría vivir sin ti.

— ¿Temes que te descubran? – Lo mire.

— En parte, estuve teniendo pesadillas, que realmente hacen que mi cuerpo sienta adrenalina, es algo con lo que estoy lidiando.

— ¿Fue por lo que ocurrió el otro día?

— Creo que sí, realmente odio el hecho de saber que acabe con la vida de una persona.

— No se puede evitar, son ellos o tú.

— No tengo tu capacidad mental.

— Pero no eres un cobarde, se que eres mucho mejor de lo que piensas.

— Estoy siendo cuidadoso, intento no pisar fuerte cuando estoy con ellos, no llamo la atención nunca, pero Bruno me odia y no sé si los chicos se imaginan que algo sucede conmigo, todo está muy extraño últimamente.

— Aparentar tranquilidad solo es otro signo de miedo.

— ¿Eso qué quiere decir?

— No seas el chico bueno, a mí me gusta cómo eres, pero muchas personas tomarían esto como un nuevo comienzo, desde tu actitud hasta como te vistes y sé que hasta ahora solo has sido el típico chico perfecto de la zona azul ¿Por qué no descubres quién eres realmente?

— Puede que tengas razón, muchas cosas han cambiado en mí este tiempo, incluso las prioridades...

— Solo no te comas la cabeza pensando tanto en lo que pueda pasar, yo voy a cuidarte.

— Lo sé, también me gustaría poder ser más útil para ti.

— Ya lo eres, haces para mí más de los que imaginas.

— Eso me hace sentir mejor.

— Adrián ¿Qué harás con respecto a tus padres? Cuando regresen van a buscarte.

— No había pensado en eso, con todo lo que está sucediendo últimamente, supongo que solo, evitare ser encontrado.

Me quede otro rato recostado con S hablando, después me aviso que tenía un trabajo de rutina para esa noche por lo que teníamos que irnos. Mientras él terminaba de cambiarse, yo me quede hablando con los Red K, explicándoles mi situación actual con los halcones y los trabajos que estábamos haciendo por órdenes el halcón.

— Entonces, están buscando nuevos miembros para entrenarlos, supongo que vieron caras nuevas en nuestro bando y se preocuparon.

— Eso precisamente. – Le di un sorbo a una taza de café que me había dado Oliver.

— Bueno, si ocurre algo que veas preocupante, intentas informarnos.

— Lo haré Ronald.

— Ese Bruno no me gusta para nada...

— Ya somos dos.

— Estoy listo. – S entro a la sala, listo para irnos.

— Los veré en cuanto pueda, tendré trabajo todos estos días, cortesía del hombre que no te gusta para nada.

— De acuerdo, cuídate Adrián.

Me termine el café de un trago y deje la tasa sobre la mesa de centro antes de despedirme con la mano. Me tomo un rato convencer a S de que me dejara a al menos dos cuadras del lugar de los halcones, ya que los chicos podrían estar dando vueltas por la zona, finalmente me dejo un poco molesto. Camine por la acera en la calle tan oscura que ya no me asustaba tanto como antes, aunque seguía teniendo la sensación de que alguien me observaba y desviaba la mirada hacia atrás al menos cada minuto y medio.

Lo que me dijo S no dejaba de darme vueltas en la cabeza aparentar tranquilidad es otro signo de miedo Por supuesto, ellos no estaban acostumbrados a ver a alguien tan bien portado y sin intenciones un tanto psicópatas o asesinas. El problema fue que desde el principio me porte tan bien, que fue fácil suponer que estaba escondiendo algo, o es lo que imagino en la mente retorcida de Bruno. Pero el punto es que tomare en serio la idea de descubrir que es lo que realmente me gusta, quién soy y que estoy haciendo aquí. Estupendo, algunas personas no descubren nada de eso en toda su vida, pero yo debo hacerlo.

Desde que vi a S por primera vez en la cueva, solo supuse que era cuestión del destino, que era algo escrito para nosotros, el hecho de que tuviéramos que conocernos y estar juntos, tal vez vivir para el otro. Y ahora no estoy realmente seguro de que sea cierto, hablamos sobre elecciones y si estoy aquí en este lugar, es porque yo lo decidí, que no podía alejarme de él o de ellos. Pensar que se trata del destino es un poco... ¿Qué es exactamente el destino? Son pasos invisibles que damos a lo largo de nuestra vida en una dirección vacía hasta que se convierte en una emoción latente.

Sea lo que sea que me trajo hasta ese lugar ese día, llámese destino o elección, debo hacerme responsable por ello, debo dejar de tener tanto miedo y que pase lo que tenga que pasar. No estoy seguro de si soy la clase de persona que va a vivir mucho o poco tiempo, pero sé que intentaré descubrir todo lo que me agobia antes de que mi cuerpo pise tierra.

Puse una mano sobre la puerta de los halcones para empujarla justo después de haber introducido la llave y volví a sentir que alguien me estaba observando, puse mi otra mano sobre la pistola para sacarla, la tome con firmeza y la levante a la altura de mi nuca, pero no había nadie detrás de mí, suspire agotado.

— Me estoy volviendo loco.

— ¿Con quién estás hablando? – Temblé del susto y mi cuerpo se movió para atrás, golpeando la puerta.

— Santiago. – Susurre entre dientes, tan pronto reconocí al fastidioso hermano de Darío.

— Parece que eres un poco cobarde.

— Yo no hablaría de cobardía su me viera como tú ¿Me estabas siguiendo?

— No, acabo de llegar.

— ¿No estabas caminando por esta calle? – Señale la dirección de la que yo venía.

— No, odio pasa por esa calle, así que tomo una ruta un poco más larga, por allá. – Me señalo la calle, asentí.

— Hay que entrar.

Evite cualquier conversación incómoda, pero pude escuchar como comenzaba a murmurar cosas sobre mí, mientras corría por la escalera hasta mi habitación. Entre y estaba vacía, así que supuse que los chicos no habían terminado con su trabajo, me pregunte que estarían haciendo y me recosté en la cama intentando tranquilizar mi corazón, que seguía alterado por el susto que me dio Santiago, no estaba del todo seguro de que me estaba diciendo la verdad, porque podía jurar que alguien me estaba persiguiendo.

Cerré los ojos, para distraer mi mente, así que seguí intentando recordar el olor exacto que se concentraba en la habitación de S, era una mezcla de cigarro, menta y él, simplemente eso. Estaba mucho más dormido que despierto cuando escuche la puerta abrirse. Sentí los pasos ligeros de Darío, así que lo mire caminar hasta mi cama y sentí su peso cuando se sentó a mi lado.

— ¿Estás dormido, cariño?

— No realmente. – Murmure.

— Bruno quiere que todos conozcan a algunas personas, bajemos solo un momento.

— De acuerdo.

Me levante y camine sin ganas hasta la sala, me senté al lado de Jacobo y George en sentó en el brazo del sofá junto a mí. La sala estaba llena de personas, así que supuse que estaban todos los chicos del lugar. Los que no estaban trabajando. Entonces apareció Bruno y se impuso como siempre con su tono de voz ronco y autoritario.

— Les presento a los nuevos miembros de los halcones.

Entonces apareció un grupo de chicos en la sala, que mostraban mucha confianza, al principio me pareció más bien altanería, pero no había conocido a nadie en este lugar que demostrara tener miedo, porque en la zona roja si tienes miedo, eres hombre muerto. Me acorde de la primera vez que los chicos me presentaron a los halcones, el sentimiento fue bastante similar. 

 

Notas finales:

Les agradezco por leer, espero que disfruten esta historia. Preguntas, dudas y sugerencias en los comentarios.


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