Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Marioneta De Cristal por Satan666

[Reviews - 112]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les agrade esta historia, es completamente original. Fue editada, por lo que si la seguías hace unos años, te recomiendo que las vuelvas a leer. 

  Si me quieren apoyar en wattpad también subo mis historias en la plataforma.    https://www.wattpad.com/user/karenvruz  

También hice un trailer para esta historia en la plataforma de tiktok, espero les guste.    https://vm.tiktok.com/ZMeykhEHp/  

Mis otras historias están en proceso de edición. 

Capítulo XIX. (Los 7 pecados)

POV Adrián

Todos los hombres fueron presentados brevemente, si alguno de ellos estaba nervioso, entonces hicieron todo lo posible para que no nos diéramos cuenta de ello. Pero sinceramente parecían ser bastante fuertes y determinados, aunque ninguno de ellos me logro intimidar. Se presentaron con los halcones, de forma rápida e informal, pero Bruno nos dijo que ellos vivirían en este lugar, y que al convivir con ellos podríamos hacer un mejor trabajo en la calle.

Intente mostrarme cordial cuando algunos de ellos me miraron, solo salude con la mano y mis amigos se acercaron para presentarse un poco mejor. Lo ideal sería conocerlos, saber sus nombres y habilidades, para que los Red K puedan investigarlos y saber si serán un problema para mí en el futuro. Pero no me anime a dar el primer paso.

— Faltan algunos chicos, se presentaran luego porque están trabajando. – Dijo Bruno.

— Bueno, mi nombre es Antonio y espero que todos podamos trabajar bien juntos. – Dijo el que parecía ser el líder entre ellos.

— Me va a costar trabajo acostumbrarme a esto, odio a los desconocidos. – Susurro Darío.

— Yo no siento odio por nadie, pero la verdad es que no estoy seguro de que suceda en este lugar a partir de ahora, supongo que tampoco me gustan los cambios. – Le dije.

— Todos pueden retirarse a dormir, menos ustedes y ustedes. – Nos señalo a nosotros y a los chicos nuevos.

Todos se fueron poco a poco de la sala, hasta que quedamos los grupos que había indicado Bruno, comencé a tener un mal presentimiento, ya que él hace lo posible para molestarme y temí que volviera a mandarme a trabajar solo en medio de la madrugada. Pretendía meterme a la cama tan pronto terminará la reunión. Todo lo que hable con S más temprano, me sigue dando vueltas en la cabeza.

— Me dijeron que los Red K estarán en los 7 pecados esta noche, así que tengo órdenes del halcón para ir a vigilarlos, saber lo que hacen en ese lugar y con quién. – Nos dijo a todos en general.

— ¿Qué es los 7 pecados? – Le pregunte a Darío.

— Es un local, mucho más grande que la cueva, es lujoso y siempre esta lleno de empresarios, mafiosos, políticos y personas importantes.

— Exactamente y quiero que trabajen juntos todos ustedes, para ver como funciona, vayan a arreglarse y bajen en cinco minutos. – No lo odie mucho más que otros días porque al menos era un trabajo en equipo.

Subimos para cambiarnos y tomar las armas, no quise esforzarme en mi apariencia por lo que termine usando un mono blanco deportivo, un suéter negro y me puse una máscara también negra, permitiendo que lo único que pudieran versean mis ojos. Tome las armas, poniendo una en mi cintura y la otra en mi bolsillo, que era bastante profundo.

Espere a Darío y bajamos, después lo hicieron George y Jacobo, pude ver a los chicos nuevos hablando, pero se callaron cuando notaron nuestra presencia y el que hablo antes se acerco y sonrío de forma educada, pero ligeramente soberbia.

— Espero que todos nos llevemos bien, soy Antonio, este chico es Elvis, Reginal, Federico, Steven y Arnold. – Los fue señalando uno por uno.

— Esperamos lo mismo, yo soy George, Jacobo, Darío, Adrián. – En cuanto George me señalo, Antonio me miro fijamente y me pregunte que tanto le habría dicho Bruno sobre mí.

— Estamos listos, vayan en pareja por si llega a surgir algún problema en el camino. — Dijo Bruno, para luego salir por la puerta.

— ¿Vas a venir conmigo? – Me pregunto George, asentí.

— Entonces me voy con Darío. – Dijo Jacobo.

— ¿Puedes conducir? – Le pregunte preocupado.

— Estoy mejor, no te preocupes, si ocurre algo Darío me llevara a mí.

Aunque estar con George a solas me pone nervioso, no puedo solo hacer lo posible para evitarlo, porque realmente él no me ha dicho o hecho nada malo. Soy el único que esta teniendo sueños extraños, y se comporta de la forma que no debería. Siempre hemos sido mejores amigos y voy a intentar disfrutar de eso todo el tiempo que pueda. Cuando pienso en el futuro, de alguna manera cada vez se vuelve menos visible en mi mente.

Me acomode en la moto justo después de George, se aseguro de que todo estaba bien y arranco, siguiendo a los demás. Intente relajarme, pero luego recordé que debo permanecer alerta por si nos persiguen o ocurre algo malo. A pesar del viento y la poca visibilidad de la carretera por el brillo de esas luces horribles, trate de ver todos los puntos, los autos y las motos.

No sabía en dónde estaba en lugar del que hablaron, pero tardamos en llegare en poco más de veinte minutos. Nos bajamos y seguí a George sin decir palabra, y para mi suerte justo llegaron todos los demás, eso me ahorra una posible conversación con respuestas que no tengo para él.

— Muy bien, el trabajo es encontrar a los Red K, vigilarlos y no ser detectados, por eso no deben acercarse mucho, intenten integrarse, nadie les va a prestar atención por su ropa si mantienen bajo perfil, muchos de estos sujetos tienen servicio de seguridad y asistentes, si están en problemas recurran a eso, no saquen las armas. – Dijo Bruno y después de hablar con los chicos nuevos, entro al local.

— Supongo que las parejas son las mismas, vamos Adrián.

— Perfecto, vamos.

Intente sonreír y mantener el buen ánimo, porque tarde o temprano debo enfrentar todas las sospechas y palabras de mis amigos. También entramos en el lugar, no mostramos nuestras identificaciones como los demás, porque los chicos parecían tener influencias con un guardia de la entrada. Era un lugar bastante grande y lujoso, como dijeron los demás.

— Bueno, tratemos de encontrar a los Red K, aunque no creo que sea fácil, este lugar esta completamente lleno. – Y era verdad, a duras penas podíamos movernos entre los demás.

— ¿Por qué este lugar se llama los 7 pecados? – Le pregunte, en parte por curiosidad y en parte porque me causa ansiedad el hecho de que George no me pregunte o diga nada, él suele hablar mucho.

— Dicen que si pasas algunas horas en este lugar, puedes experimentar todos esos pecados.

— Vaya, parece un lugar interesante.

— ¿Cuál es tu pecado favorito Adrián? – Lo pensé durante un momento.

— Supongo que es la soberbia.

— Pero tú no eres soberbio, siempre has sido una persona humilde y agradable.

— A pesar de que yo no sea así, ya que no creo tener algo por lo cuál deba presumir, descubrí que me gustan las personas así, ya sabes todos los chicos con los que salí antes, ellos eran así.

— Es verdad, todos eran unos idiotas, aunque no me gusta cuestionar tus gustos, simplemente nada de eso me recuerda a ti.

— George no soy la misma persona que era antes de llegar a la zona roja, dudo que sea igual que la misma persona que era ayer, y se que eso es difícil de entender para ti, porque nunca tuve ninguna influencia, porque no pude hacer nada, pero estoy descubriendo quién soy y vas a tener que aceptar eso, porque esto no va a dejar de ocurrir.

— Es verdad, diablos. – Dejo escapar una risa nerviosa y su semblante se puso sombrío, entonces me preocupe, no debí decirle nada de eso.

Mire por los alrededores y espere no encontrar a ningún Red K, ya que no estaba en condiciones de lidiar con la situación, después de darle una puñalada a mi mejor amigo. Me gire para decirle que nos moviéramos de lugar, pero no lo encontré.

— ¿George? – Desapareció.

Lo busque, pero habían tantas personas a mi alrededor, que comencé a sentir un poco de claustrofobia. Normalmente no me daban ataques de ansiedad con frecuencia, pero estaba tan cansado y me preocupaba que mis palabras hubieran sido las culpables de que se fuera. Entonces sentí que alguien puso la mano sobre mi hombro, y esperaba encontrar a George, pero era un Red K.

— Adrián ¿Qué haces aquí?

POV Darío

Estuvimos dando vueltas por los alrededores, pero no pudimos identificar a nadie, el lugar estaba repleto y comencé a sudar tanto que me puse de mal humor. Jacobo solo se reía de las groserías que lanzaba al aire sin ningún tipo de cuidado. Y es que no me importa lo que dijo Bruno, porque si alguien me molesta, yo voy a volarle la cabeza.

Estaba preocupado de que la situación se nos volteara a la inversa, que los Red K nos reconocieran y el trabajo se arruinara por completo. Me exalte cuando un hombre me piso, y Jacobo impidió que lo asesinara cargándome y apartándome del lugar.

— Basta, realmente necesito un trago ¿Quieres algo? – Le pregunte.

— En realidad, creo que voy a buscar a los chicos, le diré a Bruno que aquí no hay nadie y si lo hay, es imposible de ubicar entre tantas personas.

— Tienes razón, bueno me quedaré sentado aquí, camarero un ron en las rocas.

— No te muevas, no podría encontrarte después.

— Me quedaré aquí, ten cuidado.

Después de que Jacobo se alejo y tuve mi trago en la mano, me puse el vaso sobre la frente, antes de darle un sorbo a la bebida. Suspire complacido y mire los alrededores una vez más y me concentre en una persona específica que no estaba tan lejos de mí. Pero había personas en el medio, mucho más altas que Adrián y la persona con la que estuviera hablando, después de ver un poco su rostro me recordó a alguien que ya había visto en algún momento.

— ¿Un Red K?

POV Jacobo

—  No puedo creer que perdieras a Adrián ¿Cómo lo vamos a encontrar entre todas estas personas?

— Jacobo, no me pongas más nervioso de lo que estoy, baje la mirada un maldito segundo porque me empujaron y ya no estaba.

— Bueno, yo te encontré y eso significa que lo encontraremos a él, no te preocupes.

— Soy un estúpido, solo me sorprendió algo que me dijo, porque no me lo esperaba, pero tiene razón ¿Cómo puedo esperar que sea el mismo de siempre? Ninguno de nosotros es como hace años atrás.

— George, deja de torturarte, no le va a pasar nada y hablaremos de todo esto, pero después. – Tome su mano y comencé a abrirme paso entre las personas.

POV Adrián

— Estoy trabajando con los halcones, se supone que los estamos buscando a ustedes, pero acabo de perder a mi compañero y creo que no puedo respirar del todo bien.

— Este lugar es una locura hoy, toma, es un chicle de menta. – Lo destape para meterlo en mi boca, suspire al sentirme ligeramente más fresco.

— No es mucho, pero te va a distraer y no van a encontrar a nadie aquí, alquilamos unas habitaciones.

— Debí suponerlo, no voy a preguntar que hacen, ahora mismo no quiero saberlo.

— Es solo una reunión, S te hablará de ello después.

— ¿Esta aquí?

— Claro, esta arriba.

— No le digas que me viste, se preocupará.

— De acuerdo.

— Se supone que no debo hablar contigo, esto esta repleto de halcones.

— Tienes razón, solo baje por bebidas, nos vemos.

Después de verlo apartarse y tranquilizarme un poco, comencé a abrirme paso entre los borrachos para ver desde una esquina si encontraba a los chicos por alguna parte. Aunque llegar a ellos tampoco sería algo fácil de hacer. Me dio la impresión de que los hombres que estaban en ese lugar estaban celebrando algo, escuche palabras que me dieron indicio de ello.

Estaba a punto de moverme cuando mi espalda golpeo la pared, un gesto que me tomo completamente desprevenido, por lo que maldije por lo bajo y puse la mano sobre mi bolsillo. Un chico estaba aprisionando mi cuerpo contra la pared, pude percibir el olor a alcohol de manera invasiva, así como un rico aroma a cigarro. Y como no estaba seguro de sus intenciones, sujete el arma.

— Disculpa ¿Te puedes quitar de encima? – Gruñí.

— Si podría, pero no quiero. – Levanto la cabeza y sus ojos me recordaron a los de un demonio, eran tan oscuros que no pude ver su pupila, aunque claro eso podía deberse a las luces o mi condición desfavorable.

— Creo que vas a tener que hacerlo. – Hable entre dientes.

— Parece que no me reconoces, pero estoy tan feliz ahora mismo, tu rostro es como lo recuerdo.

— ¿No conocemos...? – Intente recordar su rostro, pero ninguna imagen me venía a la mente hasta que mi oreja ardió por la perforación de los halcones y lo recordé.

— Tú me hiciste esto, aquel día.

— Mucho gusto Adrián, parece que a partir de hoy vamos a trabajar juntos con los halcones, me llamo M.

No estoy seguro de lo que siento en estos momentos, tal vez el culpable era su aliento a ron, o la manera en la que me estaba mirando o puede que su sonrisa soberbia, llena de seguridad. Pero comencé a sentir como si hubiera encontrado nuevos problemas, muchos problemas.

...

De nuevo me estaba costando respirar, pero tan pronto como apareció M, desapareció entre todas las personas de ese lugar. Decidí que lo mejor que podía hacer para calmarme era moverme, así que de forma un poco más brusca, comencé a abrirme paso entre esas personas, hasta poder ubicar un rostro conocido. Lo que no me esperaba era encontrarlo con otro golpe y otra sorpresa.

Me estaba empezando a quejar por el dolor en la cabeza cuando me di cuenta de que la persona que me estaba aplastando no se trataba de otro más que Bruno. Él tardo un poco más de tiempo en darse cuenta de lo que estaba pasando, estábamos en el suelo, posiblemente lo hicieron caer y su buena suerte esta saliendo a relucir justo ahora. De alguna forma mi situación paso a segundo plano en mi mente. Porque su situación me dio tanta risa que solo pude sentir pena ajena, por algunos segundos.

— ¿Qué haces...?

— ¿Qué haces tú? Me aplastas y no puedo respirar.

— Maldita sea. – Era la primera vez que lo veía avergonzado, pero también estaba un poco molesto.

— Te perdono, no te preocupes. – Le dije tan pronto pude levantarme del piso.

— No fue a propósito.

— Ya lo sé, Bruno.

— Discul... no creo poder decir esto.

— No tienes que hacerlo. – El dolor de cabeza me llego de golpe, pero no me atreví a quejarme, para no darle el gusto de saber que me hizo daño, aunque no creo que Bruno el tipo de persona que disfruta en base a la desgracia ajena, como yo hace un momento.

— ¿Encontraron algo?

— Pude ver a un Red K cerca de la barra, luego se fue para arriba, por esas escaleras.

— Claro, era lógico, no se expondrían aquí.

— ¿Entonces no están aquí? – Aunque era un detalle obvio, no puso mala cara.

— Arriba de este lugar hay otro piso, es un hotel que normalmente se usa para planear reuniones o encuentros para ciertos negocios.

— Y los Red K están en una de esas habitaciones.

— Posiblemente, estoy tan cansado que ya no tengo cabeza para pensar en esto, al menos no hoy.

— Yo tampoco. – Hable entre dientes, mientras pasaba los dedos por mi cabello, como un gesto de consideración conmigo mismo, porque me va a explotar la maldita cabeza.

— Vámonos, hay que buscar a los demás.

— ¿No vamos a esperar a los Red K?

— Van a ser las 5 de la mañana, llevamos horas aquí, todo lo que vinieron a hacer, esta hecho y nosotros tenemos que dormir porque estos días todos tenemos mucho trabajo. – Supuse que no ser grosero conmigo durante esa conversación era su disculpa.

Bruno eres tan alto como esos hombres y se pudo abrir paso más rápido y fácil que yo, y en cuestión de minutos encontramos a mis amigos, que al parecer habían estado buscándome por todos lados. Después de que los nuevos aparecieran regresamos a la zona roja, la reunión de ese trabajo sería en cuanto nos levantáramos, al igual que el reporte de los trabajos que habíamos hecho cada uno por la tarde, recordé que en cuanto llegue deje en la habitación la cámara con las fotos.

Subí arrastrando los pies, sin poder evitarlo y camine hasta el baño para tomarme una pastilla que me ayudara con el dolor de cabeza, que se había vuelto algo insoportable. Cuando entre a la habitación Darío se estaba cambiando de ropa y se dejo caer en la cama, él también parecía estar muy cansado, así que no lo moleste, solo hice lo mismo, para olvidarme de todo, al menos durante unas pocas horas, suspire.

— Eso parece ser por una preocupación.

— ¿Cómo?

— Tu suspiro.

— Ah, no es realmente importante...

— ¿Te encuentras bien?

— Solo he tenido pesadillas durante estas últimas noches.

— ¿De que se tratan? – Pensé unos segundos antes de responderle.

— Una marioneta.

— ¿Y que hace ella?

— Ella esta consternada porque tiene tiempo haciendo malas elecciones para su vida, siente que no puede vivir con la carga de hacer las cosas mal por muchotiempo más, esta marioneta tiene sentimientos, pero debido a que su cuerpo esta hueco, no puede soportar un corazón de carne, todo lo que existe dentro puede quebrarse en cualquier momento y teme por ello, y que a pesar de hacer las cosas mal, ya que le dieron un corazón, aunque sea tan débil, quiere seguir viviendo.

— ¿Ella es feliz con las malas elecciones que toma?

— Creo que si, porque pudo descubrir que estaba viva, por primera vez en su vida, cuando tomo su primera mala elección.

— Entonces estará bien ¿No lo crees? Dile a la marioneta de tus sueños que siga siendo muy feliz.

— Gracias... Darío.

— Esta es una conversación extraña ¿No? Parece que estuviéramos hablando de una persona, pero solamente es un sueño.

— Tienes razón, es solo un sueño, sin embargo le diré que sea feliz. 

Notas finales:

Les agradezco por leer, espero que disfruten esta historia. Preguntas, dudas y sugerencias en los comentarios.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).