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Marioneta De Cristal por Satan666

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Notas del capitulo:

Espero que les agrade esta historia, es completamente original. Fue editada, por lo que si la seguías hace unos años, te recomiendo que las vuelvas a leer. 

  Si me quieren apoyar en wattpad también subo mis historias en la plataforma.    https://www.wattpad.com/user/karenvruz  

También hice un trailer para esta historia en la plataforma de tiktok, espero les guste.    https://vm.tiktok.com/ZMeykhEHp/

  Mis otras historias están en proceso de edición. 

Capítulo XXVIII. (Oliver)

POV Bruno

— Verlos vivos me parece irreal, estábamos comenzando a perder todas las esperanzas. – Dije.

— Al final todos estábamos bastante cerca, pero en esas circunstancias fue difícil ayudarnos. – Susurro Darío.

— Lo que paso va a ser una lección para nosotros, siempre debemos esperar cualquier cosa durante el trabajo, no podemos permitir que esto vuelva a ocurrir. – Les dije.

— Creo que lo que paso nos va a hacer mucho más capaces desde ahora, no creo poder olvidar es día. – Dijo Jacobo.

— Estoy seguro de que muchas cosas van a cambiar desde ahora. – Susurro George.

— ¿Qué es lo que quieren hacer? El Halcón quiere que le confirmemos las perdidas, algunos están en el hospital y no sabemos si otros terminaron presos o muertos. – Les dije, intercalando la mirada entre los tres.

— Seguiremos buscando a nuestros amigos durante el trabajo, volveremos. – Dijo George, con mucha determinación.

— Tenemos que encontrar a Adrián, por lo que nos cuentan no hay señales de él y eso es lo que más me preocupa. – Dijo Jacobo.

— Lo vamos a encontrar. – Dijo Darío, pero note cierta incomodidad en sus movimientos y acciones.

— Tenemos muchas cosas que hacer y si realmente se sienten bien, lo que necesitamos es trabajar, buscaremos a ese y al resto de los chicos.

— Gracias Bruno. – Asentí.

— Hay algo que me tiene preocupado. – Dijo Darío, lo miramos.

— ¿Qué ocurre? – Le pregunto Jacobo.

— Me parece realmente extraño como se dio la situación de la muerte de mi hermano, no era una persona relevante aquí y nadie fuera de nosotros estaba al tanto de sus habilidades o como podía ayudarnos, entonces no entiendo ¿Por qué matarlo? También estábamos cerca, pero…

Eso también me tuvo pensando varios días, hay algo en todo esto que no me termina de cerrar, es obvio que todo ese sistema explosivo fue algo bien preparado el día previo al trabajo, querían eliminarnos y no hay que ser adivino para saber quién estuvo detrás de todo eso, pero ¿Cómo fue que se enteraron y por qué Santiago? Tenemos muchos espacios vacíos de ese día para llenar y por eso es que debemos encontrarlos a todos. – Les dije.

POV S

— Esta noche haremos nuestro movimiento en la cueva, pero tengo que ir a trabajar ¿Estará bien solo?

— No te preocupes por mí, ve a trabajar. – Susurro, me senté a su lado en la cama y lo mire preocupado.

— Puedo mandar a alguien más a la ciudad ahora mismo. – Sugerí.

— ¿Qué estás diciendo? No estoy enfermo, solo cansado. – Me miro.

— Dime que ocurre.

— Estoy preocupado por los chicos que vi esta mañana en la cueva, Bruno está vivo y te aseguro de que mis deseos de que desapareciera eran más grandes de los que Santiago lo hiciera, es peligroso.

— Nos encargaremos de él, no te preocupes.

— Aunque ellos no me vieron, me deben estar buscando, me parece que es hora de pensar que hacer S.

— Si llego la hora de decir que eres un Red K, entonces eso va a pasar, no te ocurrirá absolutamente nada, siempre voy a cuidarte. – Tome su mano y la apreté suavemente, me sonrío.

— También me siento culpable por estar bien con el hecho de que pensar que deseo ver a alguien morir. – Lo mire comprensivo.

— Eso es lo que pasa cuando vives en un mundo así, no será la primera vez.

— Durante estos meses vi la muerte con mis propios ojos y nunca dejo de parecerme horrible y desagradable, pero no me siento culpable por todo lo que paso con Santiago, solo me preocupan mis amigos.

— Ser egoísta a veces no es malo, Adrián.

— Ya lo sé, pero ¿Qué está pasando conmigo?

— Eres la misma persona, creciendo y descubriendo nuevas cosas, no eres una mala persona, eso te lo seguro muy bien y nunca permitiré que otro te ponga la mano encima, no te pasara nada, porque el día que tú mueras, lo voy a hacer contigo.

— Las palabras tienen un peso equivalente a las acciones. – Susurro.

— Lo sé.

— ¿Morirás conmigo?

— Moriré contigo.

— No me importaría pagar por todos tus pecados, si podemos estar juntos.

— A mí tampoco. – Bese su frente.

— Ten cuidado. – Me dijo.

— Regreso más tarde, si necesitas algo llama a Oliver, está dando vueltas por el lugar.

Salí de la cabaña y me subí a la moto, pero no arranque de inmediato, me quede divagando sobre todo lo que me dijo Adrián y el hecho de que realmente hay que comenzar a pensar en un plan. Despeje mi mente para poder irme a la ciudad para tratar con un sujeto que nos debe el pago por un encargo de polvo, más intereses. Lo normal es turnarnos para hacer este tipo de vueltas, amenazar un poco a los clientes o cobrar el pago de mala manera. La garantía de los deudores era su vida, ellos lo sabían y por eso escapaban de nosotros fuera de la cueva o locales habituales para nosotros.

Para mi suerte estaba seguro de dónde se la estaba pasando el cliente que debía visitar en mi turno, gracias a un informante de la ciudad. Llegue a la plaza del centro pasados unos veinte minutos, estacione la moto y me baje para dirigirme al lugar dónde sabía había estado pidiendo dinero en un transcurso de varios días. Pase frente a la iglesia de la otra vez y me quede mirándola durante un instante. Negué ante la idea de entrar para cumplir con mi palabra y comencé a caminar, cuando una voz conocida me detuvo.

— Volviste. – Mire al padre intentado ser cordial.

— Solo estaba pasando por aquí.

— ¿Y cómo has estado? ¿Pensaste en todo lo que hablamos el otro día?

— Debo admitir que sus palabras me estuvieron dando un poco de vueltas en la cabeza, pero eso no cambia nada. – Suspiro.

— No importa que tanto lo niegues, puedo ver en ti algo bueno.

— Lo único que ve bueno en mí, no me pertenece, es de otra persona.

— ¿Una persona importante?

— Mi razón de vivir.

— ¿No crees que sería bueno cambiar por la persona que más te importa?

— Esa persona sabe como soy decidió formar parte de mi mundo de todos modos, yo también estoy formando parte de su mundo, pero temo que mi oscuridad se trago todo a su alrededor, estamos condenados.

— Cualquier persona es capaz de salir de su mundo de oscuridad con fuerza de voluntad, podrías ser capaz de volar. – Sonreí.

— Los ángeles que hay en mi mundo no pueden volar, caen directamente al infierno.

— Si te arrepientes de tus pecados, estoy seguro de que tu alma podrá tener paz.

— No me arrepiento de mis pecados y le voy a explicar la razón.

— Te escucho.

— Cuando pecamos estamos plenamente consientes de todo lo que estamos haciendo ¿Por qué voy a arrepentirme de mis decisiones? Es cierto que algunas puede estar equivocadas o ser malas, pero gracias a ellas mi vida es lo que es ahora mismo, si intento cambiar el peso de mis errores, nada volverá a ser lo mismo y no sé vivir de otra manera, vine al mundo para esto.

— Todavía tengo esperanza de que algún día lo hagas. – Sonrío leve.

— Dicen que la esperanza es lo último que se pierde padre, y sé que usted puede seguir teniéndolas, pero no pierda el tiempo en una persona como yo.

— Aunque tus palabras son severas y firmes, puedo seguir viendo un rastro de humanidad.

— No me pertenece, es de mi otra mitad, la persona que mantengo atrapada en mi infierno y es quién me sigue manteniendo estable.

— Me gustaría conocer a esa persona algún día.

— No le prometo regresar, pero si el destino me trae de nuevo a este lugar y está conmigo, tendrá la oportunidad. – Le asegure y mire de reojo hacía atrás.

— Parece que ya debes irte.

— De hecho estoy trabajando, solo me detuve un momento.

— Espero volver a verte y a esa persona que mantiene vida tu humanidad.

— ¿Para dónde crees que vas? – Estire el brazo y atrape su camisa antes de otro de sus intentos de escape.

 S, estaba completando el dinero para ustedes de verdad, pero necesito un poco más de tiempo. – Levanto las manos en señal de suplica y tiembla tanto que temo se cague en los pantalones ahora mismo.

— ¿Entonces dónde está mi dinero? ¿Te lo volviste a fumar?

— ¡Dame más tiempo por favor! ¡Te juro que regresare cada centavo!

— Yo solo estoy haciendo mi trabajo. – Saque una pequeña navaja de mi bolsillo y la puse a la altura de su cuello.

— ¡VOY A CONSEGUIR TODO EL DINERO! ¡NO MIENTO! – Deslice la punta de la navaja superficialmente y observe como descendía el hilo de sangre, él palideció.

— ¿Y mis garantías?

— Voy… a pagar el… doble.

— Está bien, tienes una semana, pero si no tenemos ese dinero esta vez, no dudes que tendrás una muerte bastante desagradable, los nuevos tienen sed de sangre. — Se dejo caer de rodillas en el piso.

— Nos vemos López, en una semana.

No puedo imaginar otro mundo mejor para mí, esto es lo que yo hago y para esto existo, la sangre es lo más familiar que puedo tener encima, no puedo desear algo diferente. Desde que mi vida cambio por completo esa noche, ya no existe un cielo para mí.

POV Adrián

— ¿Adrián te encuentras bien? Me ordenaron que te hiciera comer algo que fuera un poco más sustancioso. – Me dijo Oliver entrando a la habitación con cuidado.

— Estoy bien, pero no quiero levantarme de la cama. – Puse la cobija sobre mi cabeza.

— Vamos, te traje un jugo y beberlo no supone un gran esfuerzo. – Suspire y me senté para tomar el vaso, él sonrió.

— Gracias Oliver.

— ¿Te sientes mal? – Se sentó a un lado.

— No me siento mal, no te preocupes.

— Pero si pasa algo ¿Verdad?

— Es por todo lo que paso, no dejo de pensar en mis amigos, ya sabes y los Halcones, los Red K… — Le di un sorbo al jugo de naranja.

— ¿Y todo está bien con S? ¿Pelearon?

— Todo está bien entre nosotros, siempre intenta que este bien y me cuida, pero admito que me preocupa un poco el hecho de hablar como él estos días, también le he dejado de dar importancia a cosas en las que siempre pensaba, y él también se comporta diferente, estamos alimentándonos del otro, no sé si me entiendas.

— Si te preocupan este tipo de cosas, no eres malo Adrián, simplemente tu perspectiva no es la misma que cuando llegaste, porque tu vida cambio mucho más de lo que alguna vez imaginaste, las personas de la zona roja suelen ser crueles y no tienen pesares, también me costo acostumbrarme cuando llegue.

— ¿Qué? Pensé que habías nacido en la zona roja, como los demás.

— No lo hice, parece que llego la hora de hablarte un poco más sobre mí. – Me acomode mejor.

— Ahora tengo mucha curiosidad.

— No nací en la zona roja, de hecho hasta cierto tiempo, tuve una familia bastante buena y amable, con mis padres y dos hermanas mayores, era una gran casa, no tanto como la tuya, pero estaba en zona azul.

— ¿En la zona azul? ¿Tu familia era adinerada? – Lo mire sorprendido.

— Repito, no tanto como la tuya, pero nunca nos falto nada y admito que pude disfrutar de comodidades cuando era pequeño.

— ¿Y qué fue lo que paso? – Apoye la barbilla en una de mis rodillas.

— Mi mente está un poco borrosa, pero aun no he sido capaz de olvidar esa noche, puede que tuviera unos ocho años cuando todo paso, estaba en mi propia habitación, pero no podía dormirme, porque había visto con mis hermanas una película de terror, tuve un impulso de dormir con ellas, pero no lo hice.

— ¿Y quién entro? – Su semblante siempre feliz se torno un poco triste.

— La verdad es que hasta el día de hoy no tengo la menor idea de quién era ese hombre, imagino que era de la zona roja, sus pasos eran grandes, los escuche por el pasillo, sabía que no era mi padre, porque todo su andar era diferente, me escondí bajo las cobijas cuando se fue acercando, por un momento se me paso la idea de correr al cuarto de mis hermanas o de mis padres, pero no pude porque el miedo me tenía paralizado. – Puse una mano sobre su pierna en señal de apoyo, me sonrió.

— No tienes que seguir hablando.

— Está bien, quiero que lo sepas todo ahora.

— De acuerdo.

— Los pasos se detuvieron y escuche la puerta de al lado, era la habitación de mis hermanas, la puerta siempre hacia un ruido horrible al abrirse que yo odiaba, el hombre retomo los pasos y una de mis hermanas grito, era Ana, supongo que en ese momento estaba realmente sorprendida de ver a un extraño en frente de ella.

— ¿Y qué ocurrió? – Me siento nervioso escuchando toda la historia.

— Escuche que Ana le pregunto ¿Quién eres? El tipo solo rio, de una forma tan desagradable que me puso los vellos de punta, escuche gritos y más gritos, juro que fue lo más traumatizante de mi vida, las paredes retumbaban.

— ¿Qué le hizo a tus hermanas?

— No lo sé, nunca lo supe.

— ¿Y tus padres?

— Mi padre se levanto cuando escucho el ruido, escuche claramente todos sus pasos y su voz, pero al cabo de unos minutos no pude sentirlo más, algo cayó en el piso, muy pesado y me hizo escogerme aun más dentro de las cobijas, yo quería desaparecerme, en el transcurso de esos minutos escuche los gritos de mi madre y para entonces no solo estaba paralizado por el miedo, estaba llorando tanto que tenía nublada la vista y la cabeza me daba vueltas, el hombre retomo los pasos, se detuvo frente a cuarto y abrió la puerta, él dijo algo como Te encontréo algo parecido, me quito la cobija de encima y no puedo recordar más nada.

— ¿Qué? ¿No pudiste verle la cara? – Le pregunte.

— Por un instante, pero no recuerdo su cara, solo su sonrisa, hasta el día de hoy tengo pesadillas con esa sonrisa y me da miedo recordarla, recuerdo haber despertado en la calle, estaba lloviendo, estaba confundido y todo mi cuerpo dolía demasiado, me di cuenta de que un enorme rasguño en el estómago, parece que tenía intención de torturarme hasta abrírmelo. – Se levanto la camisa y pude ver la enorme cicatriz, arrugue la frente.

— ¿No recuerdas nada de eso? – Negó.

— Me senté en el piso por largas horas, mirando la calle de un lado al otro, pero nadie se detuvo a ayudarme, era como si fuera invisible para todos, hasta que escuche una voz, él me pregunto ¿Estás bien? Era un chico un poco mayor, no tuve miedo al verlo, era Ronald. – Sonrió.

— ¿De verdad? – Le pregunte, nuevamente sorprendido.

— Si y estaba con S y aunque él si me miro de forma despectiva, me dio la impresión de que no estaba en su mejor momento, Ronald me pregunto ¿Qué estás haciendo aquí? Solo pude negar, no me salían las palabras, y la verdad es que tampoco sabía que decirle, no tenía la menor idea de cómo llegue a ese lugar, después me entere que estaba en la zona roja.

— ¿Y de esa forma terminaste siendo un Red K?

— Ronald insistió en llevarme con ellos y como S no estaba de acuerdo se pusieron a discutir, le dijo algo como Tenemos muchos problemas ¿Qué se supone que le demos de comer? Y Ronald le respondió con su respectiva paciencia Trabajaremos un poco más desde ahora y no vamos a dejar de buscarlo, no te preocupes en ese momento supe que su trabajo no era nada bueno, no hacía falta que me lo dijeran, al final si me llevaron con ellos, vivimos en una casa abandonada durante mucho tiempo, pero siempre cambiábamos de sector, no tarde en darme cuenta de que estábamos escapando de algo y también me di cuenta de lo que era realmente su trabajo, aunque nunca les tuve miedo, me cuidaron lo mejor que pudieron, nunca los vi como malas personas.

— No puedo creer todo lo que me dices. – Susurre.

— Nunca voy a olvidar esa noche, no solo lo perdí todo, también los conocí a ellos, mi vida cambio y después de un tiempo la de los tres, me puse a trabajar con ellos, éramos unos niños, pero el circulo social de ellos era muy impresionante, estaba rodeados de personas muy hábiles y se llego a la idea de crear un grupo, en dónde todas las personas como nosotros pudiéramos cuidar el uno del otro, en el que trabajaríamos para el lugar dónde vivíamos y ellos nacieron, así fue como nacieron los Red K, en ese momento habían otros grupos sin nombre en la zona roja y Ronald los fue convenciendo de unirse poco a poco.

— Nunca me lo pude haber imaginado.

— Aunque creo que inicialmente los chicos crearon el grupo para algo muy especifico, pero nunca me dijeron de que se trataba, siempre guardaban secretos y desaparecían por días, pensé que lo mejor era no decir nada al respecto, respete su vida y con el tiempo me hicieron sentir parte de esto, supongo que estás sorprendido, pero somos amigos y era hora de decirte todo esto.

— Gracias por decírmelo, pero nunca sientas la obligación de hacerlo, pero me pregunto ¿Nunca supiste que le paso a tu familia?

— Probablemente todos deben estar muertos. – Se encogió de hombros.

— ¿No te gustaría confirmarlo?

— Claro que me gustaría saber que paso con ellos, pero lo mejor es que las cosas se queden como están, no sé porque razón fue ese hombre aquella noche a mi casa, tampoco porque hizo lo que hizo, pero después de ser un poco mayor y analizar la situación, me di cuenta de que parecía haber sido un encargo, sabía cuántas personas vivíamos en esa casa.

— Bueno, tienes razón ¿Crees que tus padres tenían deudas?

— No estoy seguro, yo era demasiado pequeño en ese momento, no podía entender sus conversaciones, pero nunca quise descubrirlo, quiero tener la misma imagen de mi familia amable y amorosa, no quiero descubrir si estaban metidos en negocios turbios o algo así, siempre me aferro a esos recuerdos buenos y esa es mi humanidad.

— Eres una persona impresionante Oliver, tienes todos mis respetos. – Me sonrió, vuelve a ser el mismo de siempre.

— Gracias Adrián, me gusta saber que me entiendes un poco más y todo lo que me trajo a este lugar, también la razón de que no pueda abandonar a los chicos, ellos me mantuvieron con vida.

— Me gusta poder entenderte un poco mejor. – Le dije.

— Y tú también me gustas mucho, así que tampoco podrás alejarme de ti. – Se levanto y tomo el vaso vacío de mi mano.

— ¿Qué te gusto...?

— Claro que me gustas, pero eso es un secreto, no se lo digas a tu novio o me va a cortar la cabeza, tengo que preparar todo para esta noche así que nos vemos más tarde. – Se levanto y salió de la habitación.

— ¡Espera Oliver! ¡¿Cómo es eso de que te gusto?! ¡No escapes!

POV George

— Tenemos muchas preguntas desde arriba y la verdad por primera vez no estoy seguro de que decirle al jefe. – Dijo Bruno.

— Tal vez debamos posponerlo hasta que regresen todos. – Sugerí.

— Pienso lo mismo, podemos estar pasando algo por alto que quizá ellos si conozcan. – Dijo Jacobo.

— Saben que no podemos hacer eso, el hombre quiere respuestas ahora.

— Entonces dile lo que sabemos. – Susurro Darío.

— Siento que no va a ser suficiente. – Bruno suspiro y se puso de pie.

— No te preocupes, te vamos a respaldar si las cosas se salen de control.

Hablamos de la explosión y repasamos nuestros movimientos, con el fin de exponer el orden de las circunstancias ese día, y poder entender bien todo lo que había ocurrido. Pero ninguno de nosotros recordaba del todo la situación que nos llevo a lo que paso. Fue difícil orientarse cuando la estructura comenzó a desplomarse y el fuego amenazaba por consumir lo que se atravesara en su camino. Teníamos sospechosos, pero no una prueba de las intenciones detrás del incidente y los dueños de la idea.

Jacobo estaba mucho mejor, no quería descansar por la preocupación y no podía culparlo, porque yo estaba de la misma manera. Todos los que aun no aparecían me preocupaban, pero la mayor parte mi mente estaba siendo ocupada por Adrián, no quería pensar en lo peor, así que solo no pensaba en nada. Me acomode y cerré los ojos mientras los chicos daban ideas para decirle algo sensato al Halcón, que lo dejara satisfecho por el momento, mientras aparecían los demás.

— Esta noche algunos Red K van a estar en la cueva, para montarle cacería al hombre que deben atrapar ¿Deberíamos ir? – Pregunto Darío.

— No estoy seguro, no tenemos nada que hacer por allá, aunque siento que deberíamos tratar de descubrir si alguien escucho algo sobre lo que paso y si conocen quién fue la mente maestra de la explosión. – Dijo Bruno.

— Pienso que deberíamos ir esta noche. – Susurro Darío y Bruno lo miro de una forma que me pareció ligeramente inusual y me pregunte si entre ellos había pasado algo de lo que no nos habían hablado.

— Podemos ir un rato, así los que piensan que estamos muertos se callaran la boca. – Dijo Jacobo.

— Bien, si todos están de acuerdo, entonces vamos a ir esta noche, pero no quiero que nadie baje la guardia, bajo ningún motivo.

— Si, jefe.

— Bruno, el Halcón dice que necesita hablar contigo ahora mismo. — Dijo Brandon, un chico no muy alto, de tez morena y ojos verdes que suele ayudarnos con tareas de encargos y entregas, también le da mensajes a Bruno.

— Ya voy. – Bruno suspiro.

— Dile lo que acordamos, subiremos a cambiarnos para ir a la cueva.

— Tomen todas sus armas. – Asentimos y salió de la sala.

— ¿Creen que consigamos algo esta noche? – Pregunto Jacobo.

— No sé ustedes, pero yo tengo un presentimiento. – Nos dijo Darío, en ese momento Jacobo y yo intercambiamos una mirada, nunca más íbamos a ignorar un presentimiento.  

 


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