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Marioneta De Cristal por Satan666

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Notas del capitulo:

Espero que les agrade esta historia, es completamente original. Fue editada, por lo que si la seguías hace unos años, te recomiendo que las vuelvas a leer. 

  Si me quieren apoyar en wattpad también subo mis historias en la plataforma.    https://www.wattpad.com/user/karenvruz  

También hice un trailer para esta historia en la plataforma de tiktok, espero les guste.    https://vm.tiktok.com/ZMeykhEHp/

  Mis otras historias están en proceso de edición. 

Capítulo XXX. (Inocente)

POV George

— Algo no está bien. – Susurre.

— ¿A qué te refieres? – Pregunto Jacobo.

— No estoy seguro de que, exactamente... simplemente siento que algo no está del todo bien.

— ¿Un presentimiento?

— Si, algo como eso.

— Hablas como si hubieras perdido la cabeza, pero yo te creo. – Se sentó.

— Mira las cosas están extrañas con todos, desde que paso todo, Darío está más en su propio mundo que con nosotros y cuando le preguntamos qué ocurre simplemente se limita a cambiar de tema, el Halcón esta mucho más exigente en cuando a la presencia de todos aquí, Adrián no aparece.

— Tal vez lo que le ocurre a Darío, es que, a pesar de que decía odiar a su hermano si le dolió perderlo, verlo morir frente a sus ojos debió ser duro, nada de eso nunca es fácil y todos lo hemos vivido.

— Sé que tiene sentido, pero no creo que sea solo eso, sé que hay algo más, puedo sentirlo.

— Está bien George, yo te creo y también siento que algo no va como debería, pero la verdad es que ahora mismo no podemos hacer nada, dejemos que las cosas vuelvan a la normalidad y por ahora trabajemos, tenemos que revisar todos estos papeles. – Dijo mirando las carpetas sobre la mesa.

— No tengo cabeza para esto ahora mismo. – Suspire.

— También estoy preocupado por él. – Susurro.

— ¿Crees que esté vivo?

— Por supuesto.

— Tengo un presentimiento, algo con respecto a él y sé que va a sonar un poco loco.

— ¿Qué estás pensando, George? – Levanto la mirada de los papeles para darme toda su atención.

— ¿No crees que sea posible qué...?

— ¿Qué?

— ¿No crees que Adrián puede estar haciendo algo extraño?

— ¿En qué sentido?

— No lo sé, es con respeto a los Red K y los Halcones, porque desde que vino a este lugar tuvo un cambio bastante fuerte en su carácter y sé que es normal porque la zona roja te obliga a eso, pero no es lo que yo siento, lo encontramos en una cantidad de situaciones diferentes en las que solo pudimos creer lo que nos dijo, pero no me termina de cerrar.

— Déjame ver si entiendo lo que intentas decir George ¿Tú piensas que es posible que Adrián este trabajando con el enemigo?

— Exactamente.

— Es ridículo.

— No tengo Jacobo, solo piensa en dónde y con quién lo hemos encontrado tantas veces, pienso que nosotros o más bien yo mismo puse una venda en mis ojos para no ver la realidad, pero en el fondo lo sabía, que estaba pasando algo extraño.

— George, George... Todo lo que estás diciendo es demasiado grave, estás acusando a nuestro amigo de traicionarnos, cuando lo encontramos en el páramo fue porque lo secuestraron, no estuvo cerca cuando acabaron con tres de los nuestros y estaba con nosotros cuando ocurrió el atentado de la bomba.

— Jacobo, yo me estoy volviendo loco y es que se que todo lo que te digo es completamente absurdo, pero no me lo puedo sacar de la cabeza.

— Solo estás cansado, pasaron muchas cosas. – Acaricio mi cabello.

— Adrián es un chico bueno y sé que sería incapaz de hacer todo eso.

— No tendría razones para hacerlo, a menos de que tal vez lo esté haciendo por alguien, pero es una suposición vana en las circunstancias que tienes en la cabeza.

— ¿Y si alguien lo está amenazando?

— ¿Pero quién y por qué?

— Para saber todo sobre nosotros ¿No? Tiene bastante sentido.

— Tiene sentido, supongo que si saben que es cercano a nosotros...

— Es un punto a favor de nuestros enemigos. – Un escalofrió recorrió todo mi cuerpo y comencé a morderme las uñas.

— Pero es que si estuviera pasando así, alguno de nosotros se habría dado cuenta de algo, nunca lo vi con actitudes extrañas, siempre esta relajado cuando está aquí o trabajando.

— Yo lo vi nervioso un par de veces, cuando nombramos a los Red K y en la cueva, o también cuando nos saco a todos de la cárcel, también a ellos y eso siempre me pareció muy extraño.

— ¿Estás completamente seguro George? Si comenzamos a averiguar que hace y dónde esta no hay vuelta atrás, si se da cuenta vamos a perder su confianza ¿Estás preparado para eso?

— No lo estoy Jacobo, pero quiero saber que pasa y lo primero es saber si está vivo. – Entrelace los dedos de mis manos, nervioso.

— Entonces investiguemos, lo primero es saber dónde está.

— De acuerdo.

POV Darío

No tengo ninguna razón para guardarme todo lo que estoy sintiendo con respecto a lo que está pasando, pero una parte de mí, tal vez el instinto, me insiste en mantener la boca cerrada. Busque convencerme de que mi mente me estaba haciendo pasar malas jugadas, pero al mismo tiempo sé que soy una persona bastante perceptiva, y algo no está del todo bien. La idea en un primer momento fue hablar con Bruno, pero decline para que ninguno de los dos tuviera un disgusto por la mención de Adrián ahora.

Mis ideas me desquician y es difícil concentrarse en el trabajo cuando te comes la cabeza con ideas que bien solo podrían ser producto de mi irracionalidad. No es como si estuviera realmente seguro de algo, solo me pareció verlo en el lugar incorrecto, con las personas incorrectas, en el momento menos indicado. Pero eso no es suficiente para sentenciar a una persona. Y mucho menos a una persona que de alguna forma logro hacer que me interese por su bien estar.

No puedo decir nada, porque no estoy seguro de lo que vi, pero sé que necesito hablar con alguien y decir todo esto en voz alta, siento que las palabras se me acumulan en la garganta y arden como si tuviera un hierro caliente castigándome por los pecados de la vida que elegí tener en este lugar. Pasaron años desde que me vi tan afectado por todas estas emociones y las odio, porque sentir es perder.

— Me estoy volviendo loco. – Despeine mi cabello desesperado.

— ¿Estás bien? – La voz de Bruno me sorprendió al punto de que todo mi cuerpo tembló.

— Si, estaba hablando solo.

— Pensé que estabas hablando con alguien o que ese había regresado. – Se sentó a mi lado con un montón de carpetas, abrace mis piernas, juntando las rodillas contra mi pecho.

— No, aunque sigo esperando que lo haga.

— Debe estar vivo, tal vez se fue a la zona azul.

— También pensé en esa posibilidad, pero ya pasaron varios días...

— No debes preocuparte demasiado, no es que me emocione la idea de que regrese, pero no creo que este muerto, los demás también van a regresar pronto y podremos comenzar un nuevo plan de trabajo.

— No dejo de repetirme lo mismo una y otra vez. – Me miro preocupado.

— Dime que sucede, se que pasa algo más ¿Es por tu hermano?

— No, solo me siento agotado mentalmente, ya sabes estuve preocupado por los chicos y sigo preocupado por Adrián, tampoco he podido dormir bien, me despierto a media noche y solo quiero que todo esto termine. – Apreté los labios y desvié la mirada.

— ¿Estás seguro de que es solo eso?

— Tal vez lo de Santiago si me afecto un poco, es verdad que nunca me preocupe por él y lo vi como una carga hasta el último momento, pero no quería que le pasara algo malo, tampoco me siento mal de que le haya pasado algo malo, creo que me siento culpable por no sentirme tan mal como se supone que debería hacerlo. – Suspire.

— Siempre lo viste como una responsabilidad innecesaria, fue producto de una mujer irresponsable que nunca te trato como un hijo, es normal que nunca lo vieras como un hermano de verdad, no tenías una familia para comenzar.

— Tienes razón. – Intente sonreír.

— No te fuerces a sentir cosas que no puedes, solo hay que seguir viviendo.

— El mundo es un poco cruel. – Susurre.

— Si el mundo no fuera cruel no podríamos valorar las cosas buenas, y sin momentos tristes, la felicidad no tendría ningún significado.

— Ah, me dieron escalofríos. – Lo mire complacido, solo Bruno sabe cómo mover mis emociones.

— En nuestro caso solo tenemos una vida un poco más difícil que la de los demás, nosotros nunca hemos aspirado algo más grande que esto, vamos a estar atrapados hasta que seamos incapaces de hacer nuestro trabajo.

— Aunque me gustaría aspirar algo más, cuando no podamos hacer nada en este lugar, tener una vida común y normal, eso no suena mal.

— Tal vez algún día podamos tener algo así, te prometo que haré lo posible para dártela, pero por el momento tenemos que trabajar. – Me puso una carpeta sobre la pierna.

— Al menos voy a mantenerme distraído. – Me levante del sofá, estos días paso mucho más tiempo en la sala que en mi habitación.

— ¿Quieres hacer un recorrido por la parte de arriba? Tal vez alguien haya visto a Adrián.

— ¿No te molesta tener que buscarlo?

— Lo haré por ti, vamos antes de que me arrepienta.

POV Adrián

Llego la noche y nosotros estábamos más que listos para entrar en acción en cualquier momento, tomamos el segundo piso de la cueva para nosotros, los chicos se tomaron varios tragos, pero yo me quede vigilando la entrada para ver el momento exacto en el que ese hombre hiciera acto de presencia. Puse todas mis energías en no perder el buen juicio por los pensamientos que no dejaban de darme vueltas en la cabeza. Desde que supe que era policía algo dejo de tener sentido y comencé a cuestionarme la realidad de mi vida y mis padres durante unos instantes ¿Por qué un policía me estaba dando clases? No importa como lo pensara, era absurdo creer que personas tan poderosas y sobre protectoras dejaran a su hijo en manos de una persona con una vida así.

Al principio los chicos sugirieron que me quedara en la zona roja, para no exponerme, pero yo sabía que solo estaban tratando de contenerme, porque era evidente que algo me estaba preocupando. Mire de reojo a mi novio que estaba jugando cartas con los demás, no me pregunto nada sobre el hecho de haber desaparecido sin decirle nada, pero yo le explique, que estaba con M. De hecho le dije que estaba con un Halcón que hasta el momento es muy digno de confianza, y censure los detalles poco agradables de escuchar para él.

Tuve cuidado en mi apariencia, me puse ropa negra, de pies a cabeza y unos lentes gruesos con cristales sin formula, me mire al espejo y no parecía ser yo mismo. También me quite la perforación de los halcones, para que nadie pudiera notar ese detalle, a la hora de moverme por la zona roja con los Red K. Apreté el barandal con las manos lleno de ansiedad, los chicos después de descubrir que era el siguiente objetivo lo investigaron y se supone que se apareciera en la cueva poco después de la media noche.

Mis ojos perforaron la puerta hasta que por fin lo vi entrar, junto a un grupo de hombres bastante corpulentos y altos, parecían ser guardas de seguridad, o bomberos. Me gire para caminar hasta la mesa, justo en el momento que Ronald bajaba sus cartas ganando la partida, todos se quejaron, porque era un juego amistoso por dinero.

— Ya llego el objetivo. – Les dije, llamando la atención de todos.

— Bueno, es hora de trabajar. – Dijo Ronald, poniéndose de pie.

— Pero no está solo, hay unas montañas a su alrededor. – Le señale el piso de abajo con la cabeza, él se asomo.

— Parece que tendremos que tener cuidado, puede que se nos salga de las manos. – Dijo mirando a S, que estaba prendiendo un cigarro.

— Amor, no fumes. – Le dije.

— Solo este, lo necesito. – Susurro, suspire.

— Entonces ¿Vamos a trabajar? – Pregunto Daniel.

— Si, por ahora solo vamos a ubicarlos en los puntos planeados, lo primero es deshacernos de esos hombres que tiene alrededor, al mismo tiempo.

— De acuerdo.

Todos nos ubicamos en los lugares que ya habíamos asignado para cada uno en la tarde, normalmente no me involucro en trabajos que traten de asesinatos, pero esta vez tengo un gran interés personal en la victima y por alguna razón pienso que es mucho mejor que ese hombre muera hoy. Me acomode a un lado del bar detrás de un muro cerca del baño, levante la pistola y apunte hacía el pecho de uno de los hombres que estaba con Axel. Suspire para contener la ansiedad y apreté los labios cuando recibí la señal de Oliver, entonces dispare.

Los gritos no se hicieron esperar, y todas las personas a mí alrededor se tiraron al piso para protegerse, los hombres rompieron la formación que tenían, pero no todos murieron y su fuerza de voluntad por vivir en ese momento me pareció admirable. Estaba completamente seguro de que la bala le atravesó el pecho al que era mi trabajo eliminar, porque aunque de verdad odio las pistolas, soy bastante bueno con mi puntería.

Su mirada busco al culpable del daño hasta que me vio y supe que se nos estaba por complicar un poco el trabajo, tuve que retroceder unos pasos antes de disparar de nuevo, porque él se estaba acercando. Pude darle en el hombro porque él hizo lo posible por evitar otra bala en su pecho. En cuestión de pocos segundos estaba tan cerca de mí que pude sentir bien el olor de la sangre, intento golpearme, pero logre agacharme justo a tiempo, rodé por el piso, golpeando y aplastando a todo el que estuviera en mi camino. Metí la mano en mi cintura y tome el cuchillo tan pronto como me levanto, no lo pensé dos veces y enterré el filo en su garganta con tanta fuerza como pude.

Me dejo caer al piso y sin mirarlo a los ojos puse la pistola en su boca y dispare dos veces, para asegurarme esta vez de haber acabado con su vida. Limpie el cuchillo con la ropa de alguien que estaba temblando en el piso y me acerque a los chicos para ayudarlos, estaban en una clase de confrontación con Axel, alrededor del primer piso. El hombre se movía ágilmente por el lugar, como si fuera alguna clase de agente especial, los disparos no se detenían, pero no estaba seguro de si eran de nosotros o de ellos., tampoco pude fijarme si había alguien herido.

Alguien me puso la mano en el hombro y estuve a punto de enterrarle el cuchillo cuando me di cuenta de que era Ronald.

— ¡Soy yo!

— Lo siento mucho Ronald.

— No te preocupes. – Me di cuenta de que estaba sosteniendo su brazo y lo mire preocupado.

— ¿Estás bien?

— No te preocupes, solo fue una bala superficial.

— ¿Por qué los primeros disparos no les hicieron nada?

— Creo que tienen chalecos antibalas, así que intenta apuntarle en la cabeza o el cuello.

— Mierda. – Levante la pistola y me di cuenta de que estaba temblando, me tuve que pellizcar la mano para obligarme a tranquilizarme.

— Escúchame Adrián, quédate de este lado, voy a intentar dar la vuelta.

— Ten cuidado.

Tan pronto como Ronald se alejo pude sentir un disparo cerca del brazo, levante la mirada y encontré a Axel mirándome fijamente, era como si él pretendiera matarme con los ojos. Me pregunte si me había reconocido, pero la idea me pareció ridícula, ya que no solo estaba completamente diferente a la última vez que él me había visto, yo tenía prácticamente la cara cubierta a excepción de mis ojos, que apenas podían verse por los lentes.

Sin embargo tuve un presentimiento, algo me dijo que él sabía quién era yo, ese pensamiento solo hizo que la adrenalina que estaba conteniendo explotara, levante la pistola y dispare una, dos o tres veces. Evito todos mis disparos, pero como estaba distraído conmigo, no se percato del que le dio S en el brazo, se le cayó la pistola al piso y como si fuera capaz de hacer cualquier cosa en el mundo, me deslice por el piso cuando intento tomarla y le metí una patada lo suficientemente lejos como para dejarlo perplejo durante un instante. Me sonrió, entonces supe que lo sabía.

En mi mente todo pasaba con lentitud como si pudiera planear cada uno de mis movimientos de ante mano, pero la realidad era que todo ocurría tan rápido que tuve que dejar de ser racional para defenderme. Como yo seguía en el piso, intento patearme, pero uno de los chicos le disparo en la pierna, entonces levante mi pistola y sin pensarlo dos veces dispare con la intención de darle entre sus cejas, pero uno de los hombres que lo acompañaba y que seguía vivo se le tiro encima, evitando la bala.

Apreté los dientes y hice el ademan de levantarme, pero uno de ellos me sostuvo la pierna y el otro me golpeo el estómago con tanta fuerza que me saco el aire, me desubique durante un instante y todo a mi alrededor se volvió borroso. Sostuve el cuchillo y cuando uno de ellos se acerco lo enterré en su pierna, grito y maldijo, con toda la intención de cobrarse el dolor conmigo, pero el peso de su cuerpo retumbo en el piso cuando uno de los chicos le disparo en la cabeza.

Mire a Axel y él se preparo para atacarme, me levante tan rápido como pude y levante la pistola para dispararle, pero antes de poder hacerlo, me volvieron a tumbar en el piso, al principio no me di cuenta de quién era, pero el olor me hizo saber de inmediato que era S y que había evitado que una bala me diera de parte de alguien más. Nos miramos a los ojos y eso basto para saber que el otro estaba bien.

Axel se fue corriendo y los chicos lo persiguieron fuera de la cueva, me levante del piso cuando S lo hizo y escupí la saliva que había contenido por el golpe en el estómago que aun sentía caliente sobre mi piel. Tome la pistola con firmeza y salí corriendo para la calle sin ninguna intención de dejar las cosas así. Pude ver a los chicos a lo lejos y con un esfuerzo que me costaría un severo dolor de cuerpo mañana logre alcanzarlos. Sin embargo Axel corría tan rápido como nosotros y después de tres cuadras desapareció de nuestra vista por completo.

— Mierda. – Dije antes de meterle una patada al piso.

— No va a escapar por siempre. – Me dijo Ronald.

— ¿Te duele mucho?

— No te preocupes, me han dado peores ¿Tú cómo estás?

— Estoy bien, solo necesito un minuto.

— ¿Por qué de repente comenzó a pelear solo contigo? – Me pregunto Oliver.

— Creo que me reconoció, aunque no estoy seguro.

Cuando regresamos a la cueva todo ya estaba volviendo a la normalidad, así es la vida en la zona roja, y salvo unas pocas personas, nadie parece sorprendido de que estás cosas pasen. Pusieron la música de nuevo y nos reunimos cerca del bar para revisar los daños, solo estaba herido Ronald. Los chicos pidieron tragos y yo me recosté en el sofá más próximo para recuperarme del momento de adrenalina.

— ¿Estás bien? – Me pregunto S.

— Creo que me rompieron los brackets, no es un buen momento para ir al odontólogo. – Susurre.

— Solo ve mañana, no te preocupes, lo vamos a agarrar.

— Creo que me reconoció, sonrió de forma extraña y algo no me termina de cerrar ¿Por qué una persona así entraba a mi casa? ¿Y si mis padres lo saben? ¿Significa que saben los movimientos en la zona roja? Todo eso se me ha pasado por la cabeza desde temprano.

— Lo averiguaremos.

— Creo que hay algo más en todo esto, creo que es buena idea que regrese con los Halcones. – Lo mire.

— Si piensas que es lo mejor, yo te apoyo, si las cosas se salen de control haremos lo que planeamos, ya inicie con los movimientos.

— De acuerdo, solo creo que en ese lugar soy menos detectable que cuando estoy con ustedes y si de verdad hay algo grande en todo esto con ese hombre, entonces quiero el tiempo de poder descubrirlo.

— Bien, pensemos que les dirás a los Halcones.

— Tengo una idea de que decirles y por el momento para ellos tengo que ser completamente inocente.

— Hasta que se pruebe lo contrario.

— Hasta que se nos complique la vida. 


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