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Marioneta De Cristal por Satan666

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Notas del capitulo:

Espero que les agrade esta historia, es completamente original. Fue editada, por lo que si la seguías hace unos años, te recomiendo que las vuelvas a leer.   

Si me quieren apoyar en wattpad también subo mis historias en la plataforma.    https://www.wattpad.com/user/karenvruz  

También hice un trailer para esta historia en la plataforma de tiktok, espero les guste.   

https://vm.tiktok.com/ZMeykhEHp/  

Mis otras historias están en proceso de edición. 

Capítulo XXXVIII. (Adrenalina)

POV Adrián

La tarde transcurrió de la mejor forma posible, llevaba varias cervezas y la música y ambiente del lugar era agradable para nosotros. Incluso me levante para bailar una canción con Max, porque él me llevo consigo y no había quién le pudiera decir que no. Nunca había conocido a nadie que de verdad bailara tan bien como él y hasta el momento era con el que mejor me estaba llevando, porque siempre estaba sonriendo y hablando de lo que sea y con todos. Me gusto bastante su personalidad explosiva, directa y agresiva.

— Estoy muerto, alguien por favor tome mi lugar. – Les dije a los demás, sentándome.

— Es difícil seguirle el paso a Max. – Dijo Joshua.

— ¡Vamos! No sé que ocurre con ustedes, parecen unos ancianos. – Dijo Max.

— Tú eres como un torbellino andante. – Le dijo M.

— A ustedes les falta energía, eso es todo. – Se sentó y le dio un gran trago a su cerveza.

— Por cierto M, algunos informantes me dijeron que vieron a los Red K fuera del estado. – Dijo Joshua, lo mire de reojo.

— ¿Ah, si? ¿Qué estarán buscando? –M sonrió levemente y me pregunte que se le estaría pasando por la cabeza.

— A unos traficantes que van a la zona roja por negocios y para cerrar tratos ¿Creesque eso tenga algún propósito? Cuando los Red K se mueven, todo el mundo se siente ansioso, ya lo sabes. – Yo también me siento ansioso y no les tengo miedo.

— Probablemente no sea importante, Bruno no me ha comentado nada y se que probablemente los estén buscando solo porque les pagaron para hacerlo. – M dibujo una línea sobre su cuello con el dedo, dando a entender que querían matarlos, solo por deber y trabajo, apreté la botella de cerveza.

— De todos modos llevan unas semanas en eso, es interesante. – Dijo Gray.

— Tienes razón. – Dijo Joshua.

— Voy al baño. – Me levante sin mirarlos y camine al otro lado del local.

Apoye las manos en el lavabo y observe mi rostro en el espejo, ahora era como ver a un extraño muy conocido, a un asesino que siente culpa por lo que hace y por lo que otros hacen por su culpa. Me dieron nauseas al pensar que mi novio no estaba durmiendo y comiendo solo porque le pedí que me ayudara con ese problema. No pude evitar sentirme como la peor persona del mundo. Deje correr el agua para tomarla con mis manos y la presione contra mi rostro para refrescar las ideas que ahora me estaban torturando.

— ¿Por qué tienes esa expresión? Asustaras a los demás. – Dijo M, no pude darme cuenta de en que momento entro al baño.

— Lo lamento, ya salgo.

— ¿Te sentiste mal por lo que dijimos de los Red K? Todos en la zona roja hablan sobre ellos, es lógico si eres el grupo más relevante.

— No me molesta que hablen de ellos, pero si se siente un poco extraño, yo conozco a esas personas y se como son, pero todos dicen lo que quieren con tanta facilidad. – Suspire y él se acercó para abrazarme.

— ¿Qué puedo hacer para contenerte?

— No lo sé... Pero esto es agradable, creo que estoy borracho. – Dije por lo bajo y me aferre a su camisa con los dedos.

— También me gustaría que esto que me pasa contigo se terminara, pero es tan difícil, nunca cambia y solo se hace más grande, las cosas no salen siempre como lo esperamos. – No estaba del todo seguro por estar fuera de mis cinco sentidos, pero me pareció sentir dolor en su voz.

— Soy egoísta con él y contigo, soy de lo peor, deberías alejarte de mí.

— No me molesta que seas egoísta.

— Esto es vergonzoso, ojala no pudiera recordar nada mañana, odio esto.

— Adrián deja de torturarte, no tienes la culpa de nada, yo me acerque a ti primero y soy el que persiste en tenerte cerca, no sé como lo conociste o todo lo que han pasado, pero creo tener una idea porque te quiere, no es difícil ver todo lo que eres, si pudiera decirlo de alguna manera única... ¿El mejor cigarro dentro de la caja? – Me miro.

— Todavía me siento como una persona normal, y no creo tener nada que se destaque de verdad, es difícil para mí entender porque sigues aquí, pero admito que no quiero que te vayas, por eso es que me siento egoísta, ya no quiero pretender que no me afectas cada día, porque lo haces, mucho más de lo que me gustaría. – Sonrío y puso una mano sobre mi cabeza.

— No voy a ir para ningún lado, estaré contigo.

— ¿Aunque no pueda darte todo?

— Si, aunque no puedas darme todo. – Se acercó y presiono suavemente sus labios contra los míos, mi cuerpo se tenso.

— M...

— Vamos.

Me arrastro fuera del baño y volvimos a la mesa, el resto de la noche paso amenamente y por suerte no volvieron a hablar de los Red K, aunque si hablaron de la zona roja y de trabajo. A pesar de trabajar por su cuenta, todos estaban bastante ocupados, incluso Joshua y Gray habían trabajado como guardaespaldas de políticos y corruptos. No deje de preguntarme si en el futuro tendría que hacer lo mismo, si las cosas se salían de control para mí en la zona roja. Pero con S hicimos un plan de emergencia para prevenir una situación como esa, solo esperaba no tener que recurrir a eso pronto, porque no quería dejar de ver a M.

Cuando salimos del local en la madrugada estábamos tan borrachos que difícilmente nos podíamos mantener en pie, unos se sujetaban de otros y Max estaba cantando tan fuerte las personas que seguían en la calle y por los alrededores nos estaban mirando.

— ¡Ya cállate Max!

— ¡PERO LA NOCHE ES JOVEN!

— No tiene sentido, yo lo llevo a su casa y me aseguro de que se duerma. – Dijo JJ y cuando estuvo a punto de sostener la mano de Max, sentí como M me levantaba para apartarme del camino.

Los demás también se movieron de tal forma que no parecía que tuvieran todas esas cervezas encima, incluso me pareció ver que alguien saltaba hacía atrás. No me percate de la situación en la que estábamos hasta que escuche el sonido de los disparos. Saque la pistola de forma torpe, pero la levante con firmeza y dispare, así como los otros, me escondí tras un poste telefónico en el que también estaba Max, disparando y tambaleándose de un lado al otro. El auto desde el que nos estaban disparando arranco y derrapo por la calle hasta que desapareció de nuestra vista.

Suspire aliviado y intente regular mi respiración nuevamente, mire a Max que se dejo caer en el piso y me agache preocupado de que lo hubieran herido, pero solo comenzó a vomitar. Le di palmadas en la espalda y me quede a su lado hasta que termino. Entonces lo ayude a ponerse de pie.

— Diablos, debo renunciar a la cerveza. – Se quejo.

— Solo debes beber menos y no ser tan idiota. – Le dijo JJ, imagine que la situación era algo recurrente y por eso no estaban muy preocupados por él.

— ¿Quiénes eran, los viste? – Le pregunto Joshua a M.

— No, tenían los vidrios temblados y él que nos disparaba tenía una máscara.

— ¿Los Red K? – Pregunto Max, aun apoyándose en mí.

— No, ellos no disparan así, mejor regresemos. – Les dijo M y me miro, yo asentí.

— ¿No se va a caer de la moto? – Le pregunte a JJ cuando tomo a Max.

— No, no te preocupes... Es probable que me caiga yo antes que él.

No entendí sus palabras hasta que todos subimos a las motos y tomamos la carretera, Max estaba extendiendo sus brazos casi de pie sobre la moto, hizo que se me bajara la tensión cada vez que tocaba girar en una curva, pero nunca se cayó. Estábamos en la autopista cuando me fije en un auto extraño no muy lejos de nosotros, las luces de otros autos me estaban cegando, pero estaba seguro de que era el mismo de antes. Me levante para girar sobre el asiento y deje mi espalda contra la de M antes de tomar la pistola.

— Nos están siguiendo. – Le dije y sentí como aceleró al instante.

— Dispérsense y escríbanme cuando lleguen. – Le dijo a Joshua cuando nuestra moto estuvo a la altura de la suya.

— Lleguen vivos. – Nos dijo y se perdieron por el camino.

Todos tomaron rutas distintas, pero el auto nos siguió a nosotros, fue en ese momento que confirme cuáles eran sus objetivos, uno de nosotros. Dispare antes que ellos y revente el vidrio de un auto, porque la velocidad de la moto hizo que se desviara la bala, el conductor freno tan bruscamente que su auto salió volando y giro varías veces antes de detenerse, y esas personas quedaron de cabeza. Se creo un efecto domino tras ese auto y perdí la cuenta de cuantos chocaron entre sí hasta cerrarle el camino a los que nos estaban siguiendo. Tape la placa de la moto con la mano hasta que salimos de la carretera.

Me quede de esa forma hasta que llegamos a la zona roja y M estaciono frente al lugar de los Halcones.

— ¿Estás bien? ¿Te hirieron? – Me pregunto preocupado.

— Sentí que estaba dentro de una maldita película. – Le dije y comencé a reírme, se bajo y luego me ayudo a mí, entonces me di cuenta de que todo mi cuerpo estaba tenso, si él no me hubiera estado sosteniendo, lo más probable es que estuviera en el piso.

— Nos salvaste la vida. – Me dijo.

— Aunque fue un accidente y mate a otras personas. – Me deje caer en el sofá y puso su mano sobre mi cabeza.

— Fuiste valiente.

— Por favor deja de hablarme como si fuera un niño, me da vergüenza.

— Parece que no hay nadie despierto. – Se quito la chaqueta.

— Se que acabo de decir que no me trates como un niño, pero no creo que me pueda levantar, M.

— De acuerdo, yo te cargo.

Y así lo hizo, me llevo hasta mi habitación y se recostó conmigo hasta que me quede dormido. Soñé con el auto dando vueltas por la autopista y los gritos de las personas que estaban dentro. Los vidrios del parabrisas que revente volaban en cámara lenta por todas las direcciones y uno bastante grande se dirigió a mí, escuche un sonido, pero no pude ver nada, todo se volvía oscuro y me di cuenta de la razón cuando levante la mano hasta uno de mis ojos y sentí el pedazo de vidrio dentro.

Me desperté sudando y puse las manos sobre mi cabeza para contener los latidos que no dejaban de torturarme, toque mis ojos con mucho cuidado y después de verificar que todo estaba en orden mire a mi lado y encontré la cama vacía.

— Adrián ¿Te encuentras bien? ¿Qué ocurre? –Levante la mirada hasta la cama de Darío, me estaba mirando muy preocupado.

— Sí, estoy bien...

— Pero gritaste, realmente me asustaste. – Entonces me percate de que estaba sosteniendo una metralleta, duerme con eso a un lado de su cama.

— ¿Yo grite? Lo siento mucho, Darío.

— No importa, solo quiero saber si estás bien.

— Tuve una pesadilla, era un poco... fuerte.

— ¿Quieres que lo llame? – Supuse que se estaba refiriendo a M.

— ¿Sabes dónde está? – Asintió.

— Se fue como hace una hora, yo ya estaba despierto así que me saludo y me dijo que volvería como al mediodía, porque tenía que ver algunos asuntos.

— No lo llames, gracias Darío.

— ¿Seguro?

— Completamente. – Bajo la metralleta.

— ¿Y qué soñaste?

— Que era víctima de mis propios pecados.

...

Me quede todo el día recostado en el sofá de la sala, solo mirando a los demás pasar de un lado al otro, incluso cuando llego M no me dispuse a cambiar de posición, él se sentó a mi lado en silencio, mientras yo me sumía en mis horribles pensamientos.

— Los chicos llegaron a salvo. – Susurro.

— Eso es bueno... Estaba preocupado.

— Están bien preparados, no morirán tan fácil.

— ¿Quiénes serían los que nos atacaron?

— Eso estaba intentado averiguar, pero de momento no tengo nada, no te preocupes, lo voy a descubrir pronto.

— Se que sabes cuidarte, pero por favor no mueras. – Puse una almohada sobre mi cabeza.

— Dime que sucede, entenderé. – Dejo escapar el humo del cigarro que se estaba fumando.

— Solo estoy deprimido.

— ¿Y la razón?

— En realidad no sé.

— Mm.

— Me preocupa el hecho de que me estén siguiendo unos dementes, pero también estoy preocupado por... olvídalo, no importa.

— ¿S?

— Ah.

— No voy a molestarme por el hecho de que lo menciones.

— Lo lamento, estoy preocupado y quiero buscar una forma de no dormir por la noche.

— Necesitas dormir para poder trabajar, Bruno te puso trabajo con los demás ¿No es cierto?

— Es verdad, lo había olvidado. – Me despeine desesperado y me senté de golpe.

— Lamento haberte dejado solo, supongo que ocurrió algo. – Negué y lo mire.

— Tuve una pesadilla, no es más grave que eso, la razón por la que estoy enloqueciendo, es que siento que va a pasar algo malo, en mi sueño me quedaba ciego, me asuste tanto que cuando desperté tenía el maldito corazón latiendo en mi garganta, supongo que fue por lo que paso en la madrugada, siento culpa y ansiedad.

— Es normal.

— Soy inútil de esta forma ¿Qué haré si ahora mismo entran a matarnos?

— Yo cuidare de ti. – Tan pronto dijo eso, alguien entro pateando la puerta y mi sorpresa fue tan grande que enterré las uñas en el sofá.

— Mierda, esto si pesa. – Se quejo Bruno, entrando con unas cajas con otros de los chicos que trabajaban siempre cerca de él.

— La próxima vez que entres así te daré un tiro en la maldita cabeza. – Le dijo M y Bruno lo fulmino con la mirada.

— No tenía opción, además deberías ser capaz de reconocer mis pasos.

— Claro que puedo reconocerlos, es evidente que el problema no soy yo. – Supe que era yo, por supuesto, y no fui capaz de sentir que mi cuerpo estaba temblando hasta que M me hizo apoyar la cabeza contra su pecho.

— ¿Pasa algo? – Preguntó Bruno con cuidado, no fui capaz de percibir con qué intención estaba preguntando por mi bien estar.

— Nada, jefe.

— Espero que realmente no me estén escondiendo nada, este no es lugar para traidores, aunque seamos amigos te pateare el culo. – Volvió a tomar la caja y hizo que los demás lo siguieran con las propias a su oficina.

— ¿Desde cuándo son amigos? – Pregunte.

— Un tiempo, no te preocupes por eso, estoy de tu lado. – Lo mire de forma sospechosa y sonrío.

— Creo que lo mejor es quedarme por aquí hoy, estoy demasiado inquieto para salir. –Susurre.

Nos quedamos en silencio durante un instante y acomode la cabeza sobre sus piernas, no me dijo nada, así que supuse no lo estaba molestando. Darío bajo las escaleras y me miro como si quisiera decirme algo con urgencia, luego llevo la mirada hacía atrás y supe que era lo que sucedía. George y Jacobo aparecieron por las escaleras y también me miraron, el primero como si estuviera dispuesto a matar y el segundo con un poco de pena, una que no pude entender en ese momento.

M por querer fastidiar a George puso una mano sobre mi cabello, yo la tome para sostenerla con las propias en mi pecho, la intención no era la misma, porque no quería hacer molestar a nadie, pero necesitaba tenerlo así de cerca.

— Dejen de pelear. – Me queje y golpee el pecho de M.

— No estoy haciendo nada. – Dijo, pero no dejo de sonreír satisfecho.

— Adrián ¿Qué sucede? – Pregunto Darío preocupado.

— Me siento mal, pero no es nada grave, ya pasará.

— Nosotros vamos a trabajar ¿Vas a estar bien? – Pregunto Darío con algo de recelo.

— Perfectamente, de verdad lo prometo. – Intente sonreírles y se miraron con desconfianza antes de salir.

— Eres muy malo mintiendo. – Lo mire mal.

— ¿Puedes dejar esa guerra infantil con George?

— Si puedo, pero no quiero. –Deslizo el dedo por mi rostro con cuidado.

— No puedo ponerme del lado de ninguno, el único que la pasa mal soy yo.

— Es divertido ver como se pone celoso.

— ¿Celoso?

— ¿No te has dado cuenta? – Me senté para mirarlo.

— ¿De...?

— Adrián, eres un caso perdido.

— Basta, dime que pasa, no entiendo nada.

— Te lo voy a decir porque dudo mucho que te des cuenta, ese chico está muy enamorado de ti.

— ¿Qué? –Apreté los labios y luego sonreír para negar.

— ¿No me crees?

— Es ridículo, nos conocemos desde niños, ellos saben que para mí son como mis hermanos.

— Ellos lo son para ti, pero no significa que seas lo mismo para ellos, la mente de los seres humanos cambia mientras se crece y madura. – Puso un cigarro en sus labios, sin dejar de mirarme, y lo encendió mientras yo me quedaba congelado por lo que me estaba diciendo.

Recordé la última pelea que tuvieron George y Jacobo y como el primero me había confesado que estaba enamorado de alguien, y también llegaron muchos recuerdos de las atenciones que me daba George ¿Me trataba de forma distinta a cómo trataba a Jacobo? Probablemente me cuido siempre un poco más, pero lo asocie con mi inocencia y falta del mundo exterior. Pero pensando un poco más aparecieron los cumplidos, las miradas y si, los celos por mis pocos noviazgos que nunca duraban lo suficiente, por mi propia culpa. Mire a M sin poder creer que no me hubiera dado cuenta de algo tan obvio, tan importante y grave durante todo este tiempo.

— No quería consternarte, pensé que era bastante obvio y que lo ignorabas a propósito, sus sentimientos y el hecho de cómo te trata.

— Creo que me voy a volver loco. – Me despeine con tanta fuerza que me quedo doliendo la cabeza.

— Basta, te vas a hacer daño. – Me empujo contra el sofá y apoyo su cuerpo sobre mío para mirarme fijamente.

— ¿Qué haces?

— Es una prisión temporal. – Apoyo sus brazos con firmeza a cada lado de mi cabeza y pude ver perfectamente sus ojos negros, las perforaciones en su rostro, y como sostenía el cigarro con firmeza entre los labios para no dejarlo caer sobre mí.

— ¿Qué debería hacer? – Susurre.

— La respuesta a eso solo la tienes tú mismo, yo pienso que el hecho de que te gusten dos personas es más que suficiente. – Sonrío.

— Idiota. – Dije entre dientes y dejo salir todo el humo del cigarro sobre mí.

— Síguelo ignorando, no creo que se atreva a decírtelo, a él le gustas tú, pero al otro le gusta él y lo sabe, pero para no herirlo no dice nada... parece una novela bastante común y aburrida.

— Ya tengo suficiente drama en mi vida, y por cierto, que perceptivo eres.

— Puedo leer el lenguaje corporal de las personas, eso es todo.

— M...

— Dime.

— No sé como rechazar a una persona, supongo que debo ignorar que lo sé, pero me voy a sentir tan incómodo, no tengo idea de como voy a verlos a la cara, ahora todo tiene sentido, la hostilidad de Jacobo conmigo no era algo que imaginaba, supongo que en esos momentos tuvo razones para odiarme, porque estaba celoso, yo no pude ayudarlo, porque no lo entendía, no me había dado cuenta, soy muy estúpido.—

— No es tu culpa, tienes la cabeza llena de muchas cosas, me parece lógico que no le tomaras importancia a algo así, pero eres mucho más distraído de lo que imagine.

— Ahora me siento más deprimido.

— No puedes estar así, si te vuelves vulnerable eres un blanco fácil y aunque yo te cuidare, necesito que estés alerta.

— Tienes razón, vamos por un trago. – Me incorpore y mis labios quedaron a la altura de los suyos, tome el cigarro para apartarlo y él presiono sus labios contra los míos.

— Yo también debo vivir con lo que siento, supongo que por eso me siento en guerra con ese chico. – Susurro.

Tomamos la decisión de ordenar comida y cerveza, en lugar de salir para pelear otro rato con los enemigos, cuando los chicos llegaron el cielo ya se había oscurecido, no pude mirar a ninguno a la cara por lo que solo acabé hablando con Darío. Imagine que el hecho de ignorarlos era infantil y no solucionaría nada, pensé en hablar con ellos como siempre lo hicimos desde niños, de forma bastante sincera. Y luego tomaría la decisión de decirles o no que me había dado cuenta de los sentimientos de George. Pasada la media noche subimos a la cama y nos tumbamos en ella para dormir, yo me desmayé de inmediato.

Lo único que espere de esa noche fue no tener pesadillas de nuevo. 


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