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Marioneta De Cristal por Satan666

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Capítulo LVIII. (Charla)

POV Adrián

 

Regresar a la casa con James fue lo más extraño del mundo. Una parte de mí quería saber que diablos estaba haciendo en la zona roja, y la otra quería marcar una distancia inmediata con la misma persona que fue razón de que terminará en este lugar. Por supuesto que ya no me siento mal por lo que paso, y hasta el momento pensé que sería parte de mis pocos recuerdos, junto con las experiencias que tuve en la zona azul de forma limitada.

No le saque conversación, aunque el silencio fue bastante incómodo. Me estacione y esperé que me siguiera hasta la casa, lo deje entrar y señale la oficina de Bruno.

—Esa es la oficina del jefe. Tienes que reportarte con él y supongo que te dará todas las instrucciones que necesites saber.

Antes de que pudiera decir algo, subí las escaleras corriendo y me encerré en la habitación. Darío estaba durmiendo en su cama y M estaba durmiendo en la mía. Me saque los zapatos y las cosas que me estorbaban antes de recostarme junto a él. Acomode la nariz contra su pecho y trate de sumirme en ese aroma que tanto me gustaba y conseguía relajarme.

No quería pensar en más nadie y por suerte, mi mente se nublo y me quede completamente dormido.

—Adrián, despierta. Tienes que atender el entrenamiento.

—Cinco minutos más. — Murmure.

—No puedes, son las cuatro de la tarde, tienes que levantarte. — Me senté de golpe sobre la cama.

— ¿Dormí tanto?

—No quise despertarte antes, estabas muy cansado. Voy a prepararte café y cuando termines allá abajo te conseguiré algo de comer.

—De acuerdo, voy a cambiarme y te alcanzo abajo. —Él asintió y se levanto para salir de la habitación.

—No te quedes dormido de nuevo. — Dijo con una nota de burla en la voz.

— ¡No lo haré! Y por cierto M ¿Qué sucedió con el número de teléfono?

—Ya me estoy ocupando de ello, hablaremos más tarde.

—Está bien.

Aunque no dijo nada malo, sus palabras me revolvieron el estómago. Me levante con lentitud y mucho más dormido que despierto, me cambie la ropa. Tome las armas y me sujete el cabello con firmeza antes de bajar y salir al campo de entrenamiento. Todos los chicos nuevos estaban calentando, y mis amigos se estaban preparando.

— ¿Te sientes bien? —Me preguntó Darío.

—Sí, pude dormir mucho más de lo que pensaba hacerlo. Pero esta mañana…

— ¡Adrián! — Dijo Denis, como siempre de muy buen ánimo. Pero dudo en acercarse a nosotros.

—Cuéntame todo más tarde. Vamos a terminar con esto primero.

—De acuerdo. —Darío se fue y Denis se terminó de acercar.

— ¿Cómo estás hoy? —Me preguntó con una sonrisa.

—Estoy bastante bien ¿Y tú? ¿Preparado para lo que haremos hoy?

—Completamente. —Sonrío.

—Qué bueno que te sientas preparado, porque el entrenamiento de hoy, lo harás conmigo. —Dijo M, asustándonos porque ninguno se dio cuenta de su presencia. Me paso un vaso de café bastante grande.

— ¿Qué estás diciendo M? — Lo mire sin entender sus intenciones.

—Adrián sigues muy cansado, lo sé con solo mirarte. No puedes hacer esto hoy, lo puedes lastimar en un descuido. Yo me haré cargo.

— ¿Estás seguro? —Le pregunté.

—Muy seguro.

— ¿Denis estás de acuerdo? Es el mejor de aquí. —Le pregunté también.

—No tengo ningún problema. —Y aunque parecía ser cierto, su sonrisa y buen ánimo desaparecieron por completo.

Me aparte y comencé a beberme el café a pequeños sorbos mientras observaba desde lejos como se preparaban. Me puse nervioso porque no sabía que tan fuerte iba a ser M durante el entrenamiento, pero esperaba que Denis pudiera soportarlo.

—Quédate cerca y observa todo de forma evaluativa, tanto a él como a mí. —Me dijo M.

—De acuerdo, estaré atento. —Me toco la barbilla y se apartó para buscar los chalecos. Le tendió uno a Denis y se puso uno él mismo.

Le seguí dando pequeños sorbos al vaso de café, hasta que mis ojos divisaron a James, que estaba entrando en el campo junto con Bruno. No solo me ahogue, sino que en mi mente se presentaron un sinfín de ideas que terminaban mal. Suplique que no me fuera asignado a mí, pero al mismo tiempo me daba miedo que los chicos lo reconocieran y entonces se presentara un enorme problema.

Por suerte, fue Darío quien se terminaría encargando de él, lo que de cierta forma me hizo sentir mejor, porque sabía que no sería nada blando con él. Me concentre de nuevo en el entrenamiento y ambos ya estaban listo para comenzar. M le estaba dando instrucciones, que no pude escuchar, pero si pude entender lo que decía por su lenguaje corporal, y no paso mucho tiempo cuando se pusieron en práctica.

La idea era simular una lucha uno a uno en la que salía victorioso el primero en dispararle al enemigo, pero no en cualquier punto, solo en los establecidos antes de iniciar. Así que ambos comenzaron a correr alrededor del perímetro, escondiéndose detrás de los muros y objetos de práctica que estaban en el campo. Pude notar que Denis estaba ansioso, porque sus manos estaban temblando, pero M estaba imperturbable.

Por la parte de atrás del campo había un pequeño bosque oscuro al que nadie se acercaba más que para acceder al estacionamiento, y terminaron entrando a esa zona provocándose el uno a otro. Terminé de beberme el café de golpe y salí corriendo para entrar en ese terreno también. La idea era no perderlos de vista, porque los estaba evaluando y porque me preocupaba que uno le sacara un ojo al otro cuando yo no pudiera verlos. Me deje guiar por mis sentidos y escuché sus pisadas no muy lejos de dónde estaba. Los alcance y me quede en un punto en el que era capaz de verlos a ambos.

Denis se quedó detrás de un árbol, pude notar que después de analizar el terreno y la situación fue que se atrevió a hacer el primer ataque, apunto y disparo cuando M se puso a la vista, pero no logro darle, porque la bala se desvió hacia un árbol.

No dude en ningún momento que M solo estuviera jugando con él para cansarlo y hacerlo perder la paciencia, pero no me pareció algo malo que lo hiciera, porque finalmente si estaba obligando a Denis a trabajar en una situación bajo presión, como las que todos estábamos acostumbrados a enfrentar diariamente fuera de la zona roja.

Cada uno tomo posición detrás de un árbol y cuando encontraban el momento oportuno salían para intentar un ataque. La verdad es que Denis no lo estaba haciendo tal mal, y soporto poco más de una hora la tensión a la que lo estaba sometiendo M, pero finalmente le dio fin a la práctica dándole un disparo a Denis a la altura del abdomen. Yo sabía que no le había hecho daño, pero de todos modos me acerque para verificarlo.

— ¿Cómo te sientes? —Le pregunté.

—Estoy bien, no me duele. Solo sentí la presión de la bala muy superficialmente. —Me sonrió.

—Son buenas noticias ¿No? —Le preguntó M y asintió lentamente.

—Sí, me siento más tranquilo por eso. La próxima vez entrenaras conmigo, prometo que seré más cuidadoso para poder recibirte en buenas condiciones. —Le dije.

—No te preocupes Adrián, gracias por ayudarme estos días.

—No hay problema, estamos en el mismo equipo. 

—Vamos, necesitas comer algo. Y tenemos que hablar de algunas cosas. —Dijo M.

—De acuerdo.

Los tres salimos hasta el campo de entrenamiento y en cuanto alcanzamos la entrada Bruno llego a nuestro lado.

—Tengo que hablar contigo un momento. —Me dijo.

—Te espero arriba, y después salimos a comer. —Me dijo M.

—De acuerdo. Denis puedes acercarte a tus amigos y unirte a tu práctica. —El chico asintió y en cuanto se alejó de nosotros mire a Bruno.

—Tengo un trabajo para ti. Me parece que no lo puede hacer nadie más que tú, es adecuado.

— ¿Qué tipo de trabajo? —Le pregunté preocupado.

—Es en la zona azul, necesito que asistas a una reunión social que dará lugar en la parte alta, para que investigues unas cuantas cosas que necesitamos saber. No te voy a mandar solo por cuestión de seguridad, vas a ir con Belmont. —Tome aire y suspiré. Ya sabía que me estaba hablando de su hermano.

—De acuerdo ¿Cuándo tengo que ir?

—Mañana en la noche. Necesito que te vistas para la ocasión, imaginó que puedes hacerlo, tú conoce mucho mejor ese mundo que nadie aquí.

—Sí, buscaré algo adecuado.

—Y antes de irse, se presentan conmigo para darles algunas instrucciones.

—Entendido.

—Bien, puedes irte.

Lo vi adentrarse al campo y cuando llego junto a su hermano, supuse que le estaba diciendo lo mismo, y me preocupaba de qué forma tomaría un trabajo como este, una persona que había vomitado después de ver un cadáver. Ambos me miraron por un instante y salude a Belmont con la mano para darle un poco de tranquilidad, después de que correspondió el gesto me gire para salir.

Subí a la habitación y encontré a M recostado sobre la cama, se incorporó cuando me vio y me senté a su lado con la mirada perdida.

— ¿Qué pasa contigo? ¿Te asigno algo  bastante malo?

—No realmente, de hecho me parece un trabajo fácil, pero es en la zona azul y tengo que ir con su hermano.

—Eso es un problema.

—Supongo que quiere que vaya porque conozco las reglas de la alta sociedad de ese territorio, pero me siento inseguro de caminar por ese lugar, siendo el mismo dónde viven mis padres y muchos conocidos, que probablemente me reconozcan poniendo suficiente atención en mí.

—Con suerte ese no será el caso, realmente te ves distinto de cuando llegaste aquí. No es un cambio extremadamente radical, pero es un cambio.

—De acuerdo, seré optimista con la situación.

—Yo tengo que trabajar después de comer contigo ¿Estarás bien si te dejo solo?

—Estaré bien, solo ve a trabajar sin preocuparte demasiado por mí.

—No me pidas imposibles. Anda a bañarte para que salgamos a comer.

—No me tardaré mucho.

Me levante y camine hasta el baño para encerrarme. Realmente no me tarde mucho, después de abrir la ducha me lave de pies a cabeza con jabón y evite pensar mucho, para no sumirme en todas las cosas que constantemente me dan vueltas cuando me siento estresado. Terminé y me regrese a la habitación para vestirme, sujetarme el cabello y tomar todas mis cosas.

—Estoy listo. —Le dije.

— ¿Quieres ir en la moto o en la camioneta?

—Es mejor que me vaya en la camioneta, si me traes de regreso aquí vas a perder tiempo.

—De acuerdo, entonces vamos por separado. —Asentí y tome las llaves de la camioneta antes de bajar.

Me subí en la camioneta y después de encenderla puse el aire acondicionado y la radio. Esperé que saliera M y lo seguí hasta que salimos de la zona roja. No sabía a dónde nos estábamos dirigiendo, por lo que intente no perderlo de vista, pero llegamos al centro, cerca de las zonas comerciales y estacionamos en un restaurante costoso que no había visto antes.

Me estacione y baje al mismo tiempo que M, para poder alcanzarlo en la entrada y hablo con el recepcionista poco antes de que nos dirigieran en a una mesa hasta el fondo, en una zona que parecía funcionar solo con reservaciones bastante previas. Y aunque todo me resulto extraño, no dije absolutamente nada hasta que ambos estuvimos sentados y completamente solos.

— ¿Reservaste esto hace mucho tiempo?

—Hace algunos días, incluso antes de saber lo de la llamada. Necesitaba hablar contigo sobre muchos asuntos privados que debemos cuidar de la lengua de otras personas. Este lugar es muy tranquilo, y pensé que era buena idea tomarnos un tiempo para hablar.

—Ahora me estás preocupando. — Le dije y guardamos silencio mientras uno de los camareros nos servía un vaso con agua templada a cada uno y la carta sobre la mesa.

—No hay nada de qué preocuparse, al menos no por el momento. —Tomo una hoja blanca y la puso sobre la mesa. Supuse que comenzaría con las explicaciones.

—Te escuchó. —Le dije antes de darle un sorbo al vaso de agua para humedecerme los labios.

—No sé si recuerdas que todo este problema comenzó cuando aparecieron los hombres de Alex, los cuales siguen libres en algún lado, porque no los pudimos atrapar a todos. Desde ese momento comenzaron seguirte, apareció el cadáver, y también nos atacaron cuando fuimos a recoger la mercancía al siguiente estado. Estoy seguro de que cuando has estado con ellos también se han presentado experiencias poco agradables, como ataques físicos o situaciones que presentan muchas más preguntas que respuestas. —Asentí ante todo lo que me dijo, recordando cada uno de esos eventos, y siguiendo las representaciones que estaba dibujando en la hoja blanca, para que no perdiera la idea.

—Sí, recuerdo el orden de cada uno de esos eventos. Tienes razón, a partir de ese momento fue que comenzaron todos nuestros problemas. —Asintió.

—Tengo bastante tiempo uniendo una circunstancia con otra y buscando respuestas sobre cada una de estas situaciones ¿Quién? ¿Cómo? ¿Y por qué? Necesitamos saberlo. Un socio me está ayudando con esta investigación bajo un contrato de discreción o muerte. Esa es una de las razones por las que no te dije nada cuando comencé con esto. Pero la verdad es que no quería llenarte de preocupaciones y ansiedad por algo que para ese momento todavía no tenía ninguna respuesta. Pero ya tengo algunas respuestas. —Apreté los labios y asentí.

—Si puedes decírmelo, estoy listo para saberlo.

—Muy bien, préstame atención. Tenemos al rey, que es la cabeza detrás de todo lo que está pasando aquí, básicamente es la persona que mueve los hilos a conveniencia para cometer todos los actos que venimos presenciando hace meses. Todavía no tenemos la identidad de esta o estas personas, y sin embargo; sabemos que es muy poderosa, tanto como para poder mover sus influencias dentro de la zona roja, llevo meses investigando y sé que tu profesor es una de esas personas que están actuando bajo el control del rey, eso puedo decírtelo con toda la seguridad del mundo. —Todo lo que me estaba explicando seguía planteándolo en la hoja que hora tenía varios indicativos de distintos colores.

— ¿Entonces Alex vino a la zona roja con un propósito especifico, cierto? —Le pregunté.

—Sí, entró aquí a buscarte a ti.

— ¿Disculpa? ¿A mí? —Mi expresión debió reflejar todas mis dudas, porque estiro la mano sobre la mesa y la puso sobre la mía.

—Bueno, investigamos sus antecedentes, el sujeto sirvió en la milicia, le dieron de baja después de que se metió en una pelea a muerte con otro soldado, y después fue que recurrió a un segundo plan para poder subsistir, ser profesor. Sé que esta trastornado y tiene delirios,  así que es una persona manipulable y peligrosa. No tengo la menor idea de cómo logro integrarse en la sociedad y pasar desapercibido, imaginó que esta persona lo ayudo. —Hizo un círculo alrededor del rey.

— ¿Mis padres sabían todo esto?

—No tengo la menor idea, es por eso que estuve desapareciendo varias noches, para poder encontrar la respuesta de esa pregunta que me acabas de hacer. Sin embargo, no tengo una respuesta para darte, no una que este sustentada con pruebas. Así que voy a decirte eso a base de puro instinto como testigo de lo que sé. Si tus padres sabían de su condición, lo más probable es que de alguna forma estén involucrados en el proceso de su adaptación al mundo después de haber sido despedido. Si ellos no sabían absolutamente nada, son víctimas del asunto.

— ¿Y cómo procede lo siguiente? En el orden de las circunstancias. —Susurré.

—Lo siguiente es el asunto de Simón, con mi socio seguimos pensando que los triángulos están involucrados en lo que le paso, si bien ellos no lo hicieron, no estaban desatendidos de la situación del chico. Mi trabajo es hacer lo que otras personas consideran una atrocidad, y aun así pienso que lo que le hicieron fue demasiado para procesar. No creo que nadie haya tenido un problema personal con ese chico, lo hicieron como una advertencia para demostrarnos que tienen el poder suficiente para desaparecernos si eso es lo que quieren. Tienen una mafia o un negocio en la zona roja, que por el momento no tiene motivos para nosotros, pero los vamos a ir descubriendo tarde o temprano ¿A quién me refiero con ellos? Al rey, por supuesto. —Volvió a encerrar en un círculo al rey. 

— ¿Y todo lo que sucede con Axel está conectado con lo que le paso a Simón?—Le pregunté.

—Aquí es cuando las cosas se ponen turbias. Estuvo corriendo de boca en boca que unos hombres que no pertenecen a la zona roja, vienen cada cierto tiempo para hacer negocios con grupos específicos del territorio. Varios testigos me confirmaron que era Alex y los hombres que siempre tiene consigo, por lo que comencé a investigar fechas y horas. Estaba por aquí en ese momento, no es extraño pensar que de alguna forma estén involucrados en el asunto del primer y segundo cadáver. Después nos atacaron cuando buscamos la mercancía, y caímos en un sector en el que era fácil confundirnos para acabar con nosotros, o darnos una advertencia. No sé si estas personas que nos atacaron esta vinculadas al mismo grupo o asunto, pero estoy en proceso de descubrirlo, así como también lo de la llamada que te hicieron.

—Básicamente tenemos un gran avance, pero no hay respuestas con veracidad a las que podamos aferrarnos para tomar acción con el asunto.

—Estamos cerca de una respuesta, necesito tiempo y paciencia. Pero sé que te has estado sintiendo confundido por todo lo que ha estado pasando, así que quería ponerte al tanto de todo esto. No les cuentes nada a tus amigos, al menos no mientras sigamos en este proceso de investigación.

—Ya lo había imaginado, no les contaré nada por el momento.

— ¿Te sientes más aliviado o mucho peor?

—No estoy seguro, es una mezcla de ambos sentimientos, y me duele el estómago.

—Seguro tienes hambre, vamos a ordenar. —Lo mire fastidiado.

—M, no es por hambre. Estoy realmente preocupado por todo lo que está pasando. —Le dije.

—Lo sé, por eso no quería decirte nada. No quiero que te vuelvas loco con asuntos que por el momento no tienen respuesta. —Tomo el menú y comenzó a mirarlo.

—Es imposible no preocuparse por este tipo de situaciones, cuando forman parte de una rutina constante en mi vida todos los días. Siento que estoy atrapado en una novela con mucho drama, pero cuando pienso en eso también tomo en cuenta mis vivencias. El mundo es así de horrible realmente. Pero antes no era mi realidad, vivía en una burbuja del todo ausente a esto.

— ¿Te arrepientes de haber llegado a zona roja? —Preguntó sin levantar la mirada.

—No, porque siento que el hecho de arrepentirme de lo que hice en ese momento no cambiara nada. Si cometí un error al haberme quedado en la zona roja, ahora debo vivir con ello. No me siento una persona invencible, sigo teniendo miedo, inseguridades; y dudo cada vez que tengo que quitarle la vida a alguien, me falta mucha fuerza para mejorar el nivel que tengo ahora, pero no creo que lo esté haciendo tan mal, sigo vivo. —Sonrió y bajo el menú para mirarme a los ojos.

—Buena respuesta, esposo mío. —Apreté los labios al escucharlo llamarme de esa forma de nuevo. Se me revolvió mucho más el estómago.

— ¿Crees que lo estoy haciendo bien? —Le pregunté.

—Lo estás haciendo muy bien, mucho mejor de lo que imaginas, cuando menos lo esperes, vas a ser una persona respetada dentro de la zona roja, y realmente comenzaran los problemas. Aunque puede que eso ya este comenzando a suceder. —Sonrió de nuevo, y como no pude entender lo que quiso decir, tenía intenciones de preguntarle, pero llamo al mesero para pedir la comida.

Me desperté mucho más temprano de lo que me habría gustado, pero estuve pensando en tantas tonterías durante la noche, que mi sueño fue completamente irregular. Baje a la cocina para tomarme un vaso de café, y después de reventarme la cabeza con la idea de tener que hablar con Bruno de nuevo, camine hasta su oficina.

Me pare enfrente de su puerta y cerré los ojos durante un instante para relajarme antes de tener que verlo, suspiré y levante la mano para tocar con mi nudillo unas dos veces. Paso un momento antes de que escuchara su voz del otro lado.

 

—Adelante.

—Soy yo, ayer me pediste que me reportara contigo con motivo del trabajo de esta noche. —Le dije y asintió antes de indicarme que me sentara, eso hice y soporte su mirada en todo momento.

La oficina era mediana, oscura y estaba llena de carpetas repletas de papeles por todos lados, en las mesas y en el piso, un escritorio de madera justo en el medio entre nosotros, también una pequeña lámpara, un aire acondicionado y una computadora. Me pareció notar que el escritorio estaba una cadena de Darío, pero no quise confirmarlo para no darle ningún motivo que le hiciera pensar que estaba intimidado por tener que hablar con él.

 

—Ya te familiarizas con la zona azul, conoces el protocolo y las calles, por eso eres el indicado para este trabajo. Es una reunión social de etiqueta, supongo que en algún momento tuviste que ser parte de esto, tu familia tiene una posición bastante alta en la alta sociedad. —Asentí.

— ¿Con quién tengo que hablar exactamente?

—Vas a hablar con una persona que como tú forma parte de ese circo, aunque esta aliado con la zona roja y trabaja dándonos todo tipo de información referente a las personas que tienen la dicha de pertenecer a esas posiciones. Seguimos investigando y hace poco me dijo que había descubierto algo interesante, averígualo.

—De acuerdo, hablaré con esa persona para saber que tiene para decir ¿Y todavía quieres que vaya con Belmont a hacer este trabajo? El chico no parece preparado.

—Solo está aprendiendo a vivir aquí, llévalo contigo y enséñale todo lo que consideres necesario. Te odio, pero eres bueno en lo que haces, pienso que le hará bien pasar tiempo contigo.

¿Para qué pueda vigilar mis movimientos?

—Claro, llevaré al chico conmigo ¿Tiene ropa para la ocasión?

—Sí, ya me encargue de ello. Aquí tienes la carpeta con los datos de la persona que buscaras hoy. —Tome la carpeta y le eché una ojeada antes de cerrarla.

—Entonces, con tu permiso.

Salí de la oficina en el preciso momento que Darío estaba tocando la puerta, se me quedo mirando bastante sorprendido, con la boca ligeramente abierta. Se la cerré con la mano.

—Te va a entrar un insecto en la boca.

— ¿Qué estabas haciendo? —Me preguntó.

—Tu amigo me dio trabajo, estaré ocupado en la noche. —Le mostré la carpeta y asintió.

—También vengo para recibir instrucciones de un trabajo. Bruno quiere que trabaje con Denis, así que vine a insultarlo. —Apreté los labios para contener una sonrisa.

— ¿Por qué quiere que trabajes con tu ex?

— ¡No tengo idea! ¡Porque debe estar loco!

—Darío te va a escuchar. —Puse una mano sobre su boca.

—Esa es precisamente la idea, Adrián. —Lamio mi mano y la quite rápidamente.

— ¡Darío!

—No me molesta trabajar con Denis, soy adulto, y sé cómo debo lidiar con esta situación. Pero Denis me evita y no me habla. Ese es el problema de trabajar juntos, si me ignora mientras estamos en una situación en la que necesite su cooperación, entonces lo voy a asesinar.

—Darío, no puedes ir simplemente asesinando a todo con el que tengas un problema.

— ¿Quieres ver? Ahora mismo voy a comenzar por ese que está adentro. —Señalo la oficina, abrió la puerta para entrar y cerrarla de golpe.

No me quede a escuchar los gritos, por mucho que me emocione la idea de que Darío le vuelva a ganar una batalla a Bruno, solo quería subir a recostarme porque estaba demasiado ansioso como para poder entrometerme en los asuntos de otros.

Me arroje sobre la cama y cerré los ojos para embriagarme con el aroma del ya muy conocido cigarro, la menta y el perfume que invaden mis sábanas desde hace un tiempo. Estaba quedándome dormido cuando escuché mi celular y lo tome de mi bolsillo para revisarlo y leer el mensaje.

Soy Oliver, necesito hablar contigo lo más pronto posible.

Me senté de golpe y comencé a morder mis labios buscando una respuesta adecuada para la situación. Mire la hora y note que aun tenía tiempo hasta la hora del evento en la zona azul. Entonces le contesté.

Vamos a encontrarnos para hablar, te mandaré la dirección de un restaurante.

Se lo mande y me levante para cambiarme la ropa. Me puse un suéter negro holgado y un pantalón deportivo blanco con unos zapatos blancos que no suelo usar mucho. Tome todas las armas y las llaves de la camioneta para bajar.

—Adrián ¿Para dónde vas?  —Escuché justo antes de salir de la casa.

—George. Solo me voy a encontrar con mi amigo.

— ¿Amigo? —Me miro extrañado.

—Sí, es alguien de la zona azul, no lo conoces.

—No regreses muy tarde.

—No lo haré, tengo trabajo más tarde. Solo me tomaré un café. —Le dije.

—De acuerdo, yo saldré con Darío, también tenemos trabajo.

— ¿Qué tipo de trabajo? —Le pregunté.

—Bruno quiere que busquemos a algunas personas en varios locales del centro, creo que tienen información que nos puede ser útil. —Asentí despacio.

—Tengan cuidado, nos vemos más tarde. —Levante la mano para despedirme y cuando abrí la puerta me encontré con James.

Maldije por dentro con todo mi ser.

—Adrián. — Me sonrió.

—Hola. —Dije secamente.

— ¿Vas a salir? —Preguntó observando las llaves en mi mano.

—Sí, voy a reunirme con alguien, y la verdad es que voy bastante tarde, con permiso. —Le pase por un lado y salí para caminar hasta la camioneta.

—Adrián, cuando te desocupes, me gustaría hablar un momento contigo. —Me gire para verlo.

— ¿Qué?

—Hablemos cuando regreses. —Entró en la casa y yo me quede ausente durante varios minutos.

— ¿Es que hoy es el día indicado para que todos quieran hablar conmigo o qué? —Susurré.


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