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Marioneta De Cristal por Satan666

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Notas del capitulo:

Espero que les agrade esta historia, es completamente original. Fue editada, por lo que si la seguías hace unos años, te recomiendo que las vuelvas a leer. 

  Si me quieren apoyar en wattpad también subo mis historias en la plataforma.    https://www.wattpad.com/user/karenvruz  

También hice un trailer para esta historia en la plataforma de tiktok, espero les guste.   

https://vm.tiktok.com/ZMeykhEHp/  

Mis otras historias están en proceso de edición. 

Capítulo VI. (Sospecha)

POV Adrián

— ¿Qué es lo que estás haciendo aquí? – Él también parece horrorizado de verme, pero sé que las impresiones de ambos son por razones diferentes.

— Yo... — No pude comenzar a excusarme, porque otra voz me dio un susto de muerte, una que se dejó escuchar justo a mi lado.

— ¿Tú que estás haciendo aquí? Este es territorio de los Red K, imagino que lo sabes, esta zona está completamente prohibida para tu gente, si no te vas ahora, te voy a volar la cabeza. – Fue entonces que me percate que el dueño de esa voz es Ronald y que tiene una pistola en la mano, comencé a sudar por los nervios.

— Mierda. – Maldijo George.

— Vete ahora. – Volvió a decir Ronald, y pude darme cuenta de que estaba hablando en serio, iba a dispararle a George.

— Vente Adrián.

— Yo... — Negué torpemente, George comenzó a desesperarse.

— ¿Te volviste loco? Este territorio es peligroso, vente. – Apretó los dientes.

— Vete George, vete ahora. – Intente suplicarle, pero Ronald dejo escuchar el primer disparo, mi cuerpo se congelo por algunos segundos.

— Vamos Adrián, debes venir conmigo.

— Vete, te lo suplico. – Susurre, poco antes de escuchar otro disparo, este si paso lo suficientemente cerca de su cuerpo como para hacerle posiblemente algún tipo de daño superficial, no como el primero que solo termino en la pared.

— Debes irte y no te preocupes por mí. – Le dije antes de correr hacia dónde estaba Oliver, pude escuchar la moto y un par de disparos más, antes de verlo desaparecer.

— ¿Qué sucedió? – Me pregunto Oliver al verme alterado.

— ¿Es que no escuchaste los disparos?

— Ah, eso. – Puse los ojos en blanco, evidentemente esta tan acostumbrado que no le produce ninguna clase de efecto.

— Había un intruso y Ronald comenzó a dispararle. – Es extraño llamar intruso a uno de mis mejores amigos.

— Sucede algunas veces, aunque no arriesgando en venir aquí, son estúpidos.

— Supongo que sí. – Me preocupa George ¿Alguna bala le pudo hacer daño?

— Adrián ¿Te encuentras bien?

— Si ¿Por qué?

— Estas temblando mucho.

— Ah, es el sonido de los disparos, me ponen nervioso.

— Vamos a tener que trabajar en eso. – Dijo por lo bajo, entonces me fije en la enorme caja en sus brazos.

— ¿Necesitas ayuda con eso?

— Un poco, vamos.

Lo ayude a sostener la caja, la verdad si pesa lo suficiente como para tener que cargarla entre dos personas, la pusimos sobre la primera mesa que encontramos y deje escapar un suspiro. Sentí muchas emociones en poco tiempo y estoy seguro de que mi cuerpo no las va a dejar pasar por alto.

— ¿Ambos están bien? – Pregunto Ronald, quién está regresando de la calle, se me atravesó el pensamiento de que pudo haber estado persiguiendo a George ¿Y si lo lastimó?

— Ambos estamos perfectos. – Le dijo Oliver.

— Esa basura escapo, es bastante rápido, tiene buenos reflejos. – Suspire aliviado.

— ¿De qué bando era? – Le pregunto Oliver.

— No estoy seguro, pero, Adrián ¿Por qué estabas hablando con él? ¿Qué te dijo?

— Nada realmente, creo que solo tenía curiosidad de saber quién soy.

— Están intentando averiguar algo, seguro tienen un plan, creo que debemos hacer una reunión.

— Sí, creo que es lo mejor, todos tomaremos precauciones.

— Oliver, ve a buscar a los demás, nos reuniremos en el salón principal.

— Si, jefe. – Oliver se fue por el pasillo con la puerta justo al final.

— Te estaba llamando por tu nombre. – Me dijo Ronald, trague saliva lentamente.

— No estoy seguro de que lo conozca, no tengo muchos amigos, tal vez en la cueva.

— Puede ser posible, por ahora ven, debes participar en una reunión. – Lo seguí.

Entramos a una enorme salón lleno de sillas y cajas, parece un buen lugar para entrenar, e imaginó que como hoy, es el lugar dónde suelen hacer sus reuniones. Los chicos comenzaron a llegar, se sentaron en cualquier lugar, como una mesa, o un sillón cercano, pude sentir mi teléfono en mi bolsillo, lo saque para echarle un vistazo, no me sorprendió ver el nombre en la pantalla, pero no le puedo contestar, no sé qué debo decirle, como explicarle lo que estoy haciendo aquí o porque no me fui con él, esto es un enorme problema. Apague mi teléfono luego de sentirlo un par de veces más, lo que menos me gustaría es atraer la atención del resto, para que vuelvan a mirarme como si fuera un bicho raro. El último en entrar a la habitación fue S, me busco con la mirada y se acercó para quedarse justo a mi lado.

— ¿Qué sucede? Estaba cerrando negocios y esa cosa me dijo que tenemos una reunión. – S señalo a Oliver, quién estaba a punto de replicar ofendido, pero Ronald no lo dejo.

— Se metió alguien, no estoy seguro de que bando, pero estaban tratando de averiguar información, están planeando algo, debemos tomar cartas en el asunto.

— Estoy de acuerdo, pero si vino una sola persona, evidentemente tienen algún problema en la cabeza. – Susurro mi novio antes de mirarme y sonreír de forma algo imperceptible, para que solo yo me diera cuenta.

— ¿Estaba armado? – Pregunto Daniel.

— En ningún momento saco un arma, a pesar de que yo si le estaba disparando, no quiso arriesgarse por estar en territorio enemigo o no estaba armado.

— Tal vez solo recolectaba información. – Dijo Oliver.

— Puede ser el caso, pero es peligroso, hoy no pasó nada, pero estaba hablando con Adrián, le pudo haber hecho algo. – Todos clavaron sus miradas en mí, me puse nervioso.

— No dijo nada sospechoso, simplemente me pregunto algo, pero parecía estar un poco confundido. – Mentí, en realidad no sé qué les puedo decir a ellos o a George cuando lo tenga en frente.

— ¿Armamos un plan entonces? – Pregunto Ronald, todos asintieron y se acercaron para decidir qué hacer.

— ¿Podemos hablar un momento por allá? – Le pedí a S.

— Claro que sí.

Nos apartamos lo suficiente como para que no nos escuchen, lleve la mirada por todos los rincones nervioso, sin saber cómo comenzar, pero S tomo mi cabeza de manera que no pude moverla, así que resignado lo mire a los ojos fijamente, esos helados ojos grises que me hacen confirmar que tome la decisión correcta al venir con él, y aceptar su propuesta hecha unas horas antes, este hombre puede conseguir de mí todo lo que quiera.

— La persona que estaba afuera es uno de mis amigos, ya sabes, uno de los que estaba conmigo el día que te conocí en la cueva, no sé cómo supo que estoy aquí o que quería, simplemente me vio y se asustó, supongo que no estaba esperando en lo absoluto verme en este lugar.

— ¿Realmente no menciono nada de lo que quería?

— Lo que quería es que me fuera con él, no pudo decirme nada, tampoco pude preguntarle nada, porque en ese momento apareció Ronald y comenzó a dispararle, él se veía un poco desesperado, siempre me han cuidado demasiado, ahora mismo debe estar vuelto loco. – Susurre, sin poder evitar sentirme mal por George.

— ¿Qué tanto quieres a tu amigo?

— Siempre tuve a dos personas, ahora tres, indispensables en mi mundo y ese chico es una de las personas más importantes para mí, es uno de mis mejores amigos y no quiero que le pase nada malo. – S suspiro y asintió despacio.

— Muy bien, veré que no le pase nada malo a tu amigo.

— Muchas gracias. – Le dije mucho más aliviado, tomo mi mano y nos acercamos nuevamente a los demás.

— Mañana podemos ir a la cueva y amenazarlos un poco, creo que eso por ahora va a ser suficiente, si las cosas se salen de control, entonces tomaremos cartas en el asunto ¿Están de acuerdo?

— A mí me gusta la idea, de todos modos si se quieren pasar de listos con nosotros, nos podemos encargar de ellos fácilmente. – Oliver imito el tener un arma en su mano y dispararla, pase saliva despacio.

— Deberías dejar la emoción un poco de lado Oliver, y en cuanto a lo que acabo de sugerir ¿Estás de acuerdo Ronald? — Todos miraron a Ronald, entonces fue cuando me di cuenta de que él es alguna clase de líder para todos.

— Sí, me parece buena idea ya que no fue nada tan grave.

— Por cierto ¿Le disparaste a ese chico? – S intenta parecer desinteresado, pero sé que solo está preguntando por mi propia tranquilidad mental.

— Estoy casi seguro de que una bala logro herirlo, pero no de gravedad, de todos modos es una advertencia para todos ellos ¿No? No creo que se vuelvan a acerca por aquí.

— Si, tienes razón.

— Por cierto, deberías enseñarle a tu chico a defenderse un poco, ya sabes no parece del tipo que sepan cómo sostener un arma. – Dijo Sergio, no sé si de forma despectiva o no, pero no se mostró ningún tipo de burla.

— Ya hablamos de eso, yo le voy a enseñar. – Dijo Oliver, dedicándome una enorme sonrisa que correspondí levemente.

— No creo que sea buena idea, pobre chico. – Se burló Emilio, y me di cuenta de que es la primera vez que le escuchó la voz, una bastante agradable, y me fije que tiene audífonos en las orejas.

— ¿Adrián vienes mañana con nosotros a la cueva? – Me pregunto Oliver, sin reparar en el comentario anterior, al parecer se meten mucho con él.

— Supongo que sí. – Mire a S.

—  Yo te paso buscando mañana. – Susurró.

...

El resto del día solo estuve conociendo a los chicos que estaban en ese momento en el lugar de los Red K, después llegaron algunos más y todos decidieron tratarme con respecto, aunque claro, algunos era mucho más amables que otros. Y yo saque la conclusión de que nadie en ese lugar iba a ser realmente grosero conmigo, porque al parecer le guardaban cierto respeto silencioso a mi novio, que por supuesto me hizo mucho más fácil desenvolverme dentro de ese lugar lleno de lobos.

En la noche S me dejo en el patio trasero de mi casa, me baje con suma lentitud de la moto, lo mire durante todo el proceso y luego sentí como me invadía ese sentimiento de desesperación, de alguna forma alejarme de él me produce un daño físico que no puedo explicarme, ya que es la primera vez en mi vida que me pasa algo así. Pude sentir ese punto molesto que comenzaba a crecer en mi pecho, pero me resigne a sentirlo por lo menos hasta la siguiente noche, como pudiera verlo de nuevo.

— Toma príncipe. – Me arrojo mi teléfono, lo atrape con ambas manos sorprendido.

— ¿Pero de dónde...? – Revise mis bolsillos.

— Tiene mi número guardado.

— Tienes manos de delincuente, no pude sentir cuando lo sacaste.

— Si te pasa algo llámame sin dudarlo.

— No va a pasarme nada. – Le dije, muy seguro.

— Está bien, de todos modos. – Parece un poco incómodo de dejarme, me acerque y coloque una de mis manos sobre la suya.

— Mañana nos vamos a volver a ver, si fuera por mí no regresaría a este lugar, siempre me siento solo y es aburrido.

— Pronto voy a llevarte conmigo, para ver si soportas realmente mi mundo. – Tomo mi mano entre las suyas y se la llevo a los labios.

— No importa lo que pase, voy a ir contigo.

— De acuerdo, ya veremos, por ahora tenemos que despedirnos.

— Nos vemos mañana.

— Sin falta, chico que no me tiene miedo. – Me soltó la mano y sonrío de forma imperceptible, arranco la moto y se fue.

Me quede observando la calle hasta que desapareció la moto, luego incomodo me dirigí a la entrada de mi casa, recordando que mis padres no están, y no debo entrar por la ventana. Tan pronto entre a la enorme sala fue que recordé que ellos probablemente vuelvan a hacer acto de presencia hoy, aunque no hay gran diferencia, siempre me siento solo y aburrido en este lugar, como si fuera un fantasma en esta mansión, un intruso.

— Ya regreso señorito, es un alivio.

— Buenas noches Arcadio ¿No me estabas esperando cierto?

— Bueno, solo me estaba ocupando de la limpieza, pero claro que esperaba verlo llegar, es probable que sus padres crucen las puertas en cualquier momento.

— Es un alivio que yo llegara antes que ellos, voy a estar en mi habitación.

— ¿No va a cenar?

— No, pude comer algo antes de venir. – Mentí, la realidad es que no tengo nada de hambre.

Subí despacio por las enormes escaleras hasta el segundo piso, y entre a mi habitación tan pronto como pude, cerré la puerta y me deje caer en la cama, con la intención de percibir ese aroma que me estuvo volviendo loco estos días, y que ahora casi desapareció por completo, me maldije por dejar la ventana abierta. Tuve la intención de cerrar los ojos tan pronto mi rostro toco la almohada, para quedarme dormido, pero una voz ajena me hizo asustar a tan punto que casi me caigo de la cama cuando me levante sobresaltado, fue entonces que repare en George, que estaba saliendo del armario, con una expresión bastante molesta, me prepare mentalmente para esperar una explosión, pero no pude lograr imaginar una posible excusa o respuesta coherente a toda la situación.

— ¿Estás cansado? – Pregunto apretando los dientes.

— ¿Por qué todo el mundo entra a mi habitación así?

— ¿Entonces alguien más entra a tu habitación así?

— No, nadie. – Desvié la mirada de la suya, para no caer en culpas o remordimientos de conciencia por mentir.

— Me debes algunas explicaciones.

— ¿Sobre qué?

— Tú sabes muy bien sobre qué.

— Bueno, sucede que tengo una nueva amiga, es una chica que conocí en la cueva, ella vive en la zona roja, le daba un poco de vergüenza decirme eso, pero me lo dijo y quiso ir a visitar a su novio, yo no sabía que era un Red K, al parecer era su primera vez acercándose a ese lugar, por eso estaba asusta y nerviosa, me pidió que la acompañara, no pude negarme, imagine que no me harían nada si estaba con una persona de la zona, ya sabes. – Dije todo tan rápido que yo mismo comencé a creerme la historia, como si hubiera formado parte de mi día.

— ¿Y cómo se llama esa nueva amiga? – Puedo ver que George se debate en creer o no creer lo que le digo.

— Alice. – Dije sin pensarlo demasiado, ella existe y en parte es verdad que parece pasar mucho tiempo en la zona roja, solo que no vive en ese lugar y desconozco si tiene o no novio.

— ¿Por qué no me dijiste todo esto en ese momento? – Él comenzó a caminar por la habitación.

— ¿Cómo se supone que te explicara algo en ese momento? ¡Te estaban apuntando con un arma! A mí no me parece el mejor escenario para ponerse a conversar de la vida.

— Bueno, tienes razón. – Susurro.

— Bueno. – No puedo creer que de verdad creyera toda esa historia.

— ¿Estás bien? – Se sentó a un lado de la cama.

— Estoy perfecto ¿Y tú? ¿Te hicieron daño?

— Solo un poco, no es nada grave. – Me mostro su brazo vendado, me mordí el labio inferior.

— Me siento mejor, mucho más aliviado.

— De todos modos Adrián, no me gusta que estés en la zona roja y mucho menos en el territorio de los Red K, no puedes confiar en que no te van a hacer daño, son mentirosos y traicioneros, yo te dije que no volvería a llevarte para que no corrieras peligro, pero tú vas de todos modos, solo para llevarme la contraria. – Lo fulmine con la mirada.

— Eso no es verdad. – Me levante y comencé a sacarme la ropa, me volví a acostar y cerré los ojos, no quiero mirarlo.

— Adrián, no debes ir para ese lugar, es peligroso ¿De acuerdo? – Susurro con un ligero temblor en la voz.

— No puedes prohibirme nada George, pero no voy a estar haciendo nada imprudente. – Es mi segunda mentira.

— Solo me preocupo por ti.

— Eso ya lo sé, de todos modos ¿Qué estabas haciendo en ese lugar? Tengo entendido que es territorio de los Red K.

— ¿Tengo que explicar que es lo que hago en mi zona?

— Claro que no, lo que quiero decir es que es peligroso, no sé en qué estés trabajando, pero casi te matan hoy, eres un imprudente.

— ¡Mira quién habla!

— De todos modos, yo no me la paso rodeado de personas peligrosas, ten cuidado.

— ¿Esos dijeron algo? ¿Escuchaste algo?

— No realmente, solo comentaron algo de tomar acción respecto a los intrusos en su territorio. – Por mucho pesar que sienta, no puedo decirle nada de lo que se a George, porque es demasiado y bastante sospechoso.

— Está bien, no te preocupes por nada de eso.

— George, no sé en que estas trabajando o lo que estés planeando, pero me preocupo por ti, y necesito que tengas cuidado.

— Estoy trabajando con personas que saben lo que hacen, no debes preocuparte demasiado.

— ¿Y eso que significa? – Apreté las sábanas entre mis dedos.

— Vamos a encargarnos de los Red K. – Me senté de inmediato sobre la cama.

— ¿Cómo? ¿Por qué?

— ¿Por qué? Adrián, son unos desgraciados y nuestros enemigos.

— Me dijiste que son peligrosos, pero de todas formas vas a ir en contra de ellos, haces todo de forma imprudente y molesta. – Dije entre dientes, más para mí mismo que para él.

— Tengo mis razones ¿Y qué te preocupa tanto?

— Tu seguridad y la de Jacobo. – También la de mi novio, claro.

— Es mi territorio, se defenderme.

— Estuvieron a punto de matarte hoy. – Le recordé.

— Fue un descuido por tu causa, eso no va a volver a ocurrir.

— Si tú lo dices.

— ¿No vas a volver a ir cierto? – Me pregunto.

— No prometo nada.

— Esa respuesta no me gusta.

— Ya que no debo preocuparme por ti, tampoco te preocupes por mí, se cuidarme, solo debes pasar de mí.

— No creo que sepas como cuídate, y estas actuando realmente extraño, es como si estuvieras ocultando algo.

— No tienes por qué sospechar de mí, soy un libro abierto para ti.

— Te conozco más que nadie.

— Eso ya lo sé, solo estoy cansado y molesto, también estaba preocupado.

— Aunque ¿Sucede algo más cierto? Necesito saber de qué se trata.

— No lo necesitas, pero si insistes tanto, supongo que voy a contártelo ahora, estoy saliendo con alguien.

— ¿Qué? – Pregunto y lo mire, sus ojos se volvieron ligeramente fríos.

— No lo conoces y no quiero que lo hagas, al menos por ahora.

— ¿Por qué?

— Porque tú amenazas de muerte a todos los chicos que se me acercan.

— Eso no es verdad.

— Lo es, recuerda lo que paso con Aarón, después con Lucas y finalmente con James.

— ¿Y qué si es así? Solo me preocupo por ti.

— Lo sé, pero no quiero que conozcas a este, puede que en otro momento. – La verdad es que nunca, nunca podrá conocerlo.

— Adrián, no estarás saliendo con alguien de la zona roja ¿Cierto?

— ¿Pero qué estás diciendo?

— La cadena que tienes puesta ¿No es como la que usan los Red K? – Mi corazón detuvo.

¿Y ahora qué hago? 

Notas finales:

Les agradezco por leer, espero que disfruten esta historia. Preguntas, dudas y sugerencias en los comentarios.


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