RECORD #1
--¿Está grabando?—pregunto la curiosa voz del muchacho mientras el lente de la cámara de video se enfocaba, desde el interior del auto, en el parabrisas.
La imagen se movió varias veces mientras el chico que la sostenía encontraba una prueba fehaciente de que estaba registrando todo.
--Eres un maldito hacker de ordenadores ¿y no sabes usar una puta cámara de video?—la varonil voz de otro muchacho fue hosca.
--No es eso—replico el primero, aun agitando el aparato--¡Está grabando!—dijo triunfante en cuanto tuvo certeza.
La imagen cambió cuando el lente fue invertido para mostrar en la grabación el rostro amigable del chico de veinte años, sus grandes ojos verdes eran vivaces debajo de las extravagantes gafas con apariencia de googles.
--Esta es la primera grabación de nuestro viaje—anuncio a la cámara.
--Si en la primer toma sale tu cara tan cerca, te juro que hago que te la comas—replicó la misma voz irritada de hace un momento, mientras comía algo.
--Mello ¿quieres hablar tú?—el lente se enfocó en el asiento copiloto, ocupado por el chico rubio de mirada de un azul fastidiado. Se sentaba con evidente molestia al subir la suela de uno de sus zapatos en el tablero del vehículo.
--No jodas, Matt—dijo mordiendo una barra de chocolate.
--Qué carácter—mascullo el aludido, regresando la cámara a la posición inicial—Tenemos pensado ir de aquí—se peleó con un mapa para extenderlo sobre su rostro frente a la cámara y señalar algún punto—hasta aquí—señaló otro.
--Sería más sencillo si solo dices el lugar—hizo ver el rubio.
--Este es “mi” inicio de grabación—replico Matt.
--Deberías decir por qué demonios estamos aquí—aportó la voz aburrida de alguien más. La imagen del mapa desapareció en medio de un crujido de papel, la cámara enfocó de paso al rubio rápidamente al ser dirigida directo al asiento trasero del automóvil. Mostrando a un aburrido y pálido chico de oscuros cabellos desarreglados, leía algo que tenía entre las manos. El zoom del aparato proyectó el título de la obra: Akatzukin Chacha, un manga japonés.
La toma volvió a la normalidad.
--¿Leyendo pornografía?—se rió con ganas.
--Incluso así sería mucho más interesante—replicó con indiferencia.
--Se supone que sería divertido—se quejó Matt
--Yo ni siquiera quería hacer esto—replicó el muchacho sin alzar los ojos.
--¡Pero ya estás aquí!—insistió.
El moreno cambio la página sin interés.
--Beyond…
Por fin alzo la rojiza mirada, vacía por completo.
--Mejor sigue en lo que estabas…--se oyó el sonido de Matt al acomodarse de nuevo sobre el asiento del conductor—Parvada de aburridos—musito entre dientes.
--Idiota animoso—replico Mello
--También querías venir, rubio—se defendió.
--Antes de enterarme que tenías pensado cargar con una jodida cámara.
--Nadie más vera el video.
--¿Cuál es entonces el motivo de registrarlo? Nosotros somos los participantes, lo recordaremos—habló Beyond.
Tenía un punto. La grabación quedo en total silencio.
--¡Matt! Si no vas a seguir con esto, apaga esa cosa y maneja—ordeno el irritado rubio.
--Estaba pensando un argumento para B—explicó derrotado—De acuerdo: tú ganas. B, estamos aquí para celebrar.
--Recuérdame que mierda estamos celebrando—exclamo de mala gana—que yo recuerde: ¡nada!—dio otra mordida a su dulce.
--Considéralo un viaje de vacaciones—Matt se encogió de hombros—Nos lo merecemos luego de todos esos exámenes—dejo traspasar una sonrisa.
--No quiero estar aquí—reitero Beyond.
--¡Bien!—soltó Matt, con evidente fastidio—Bájate y vete—dijo enfurruñado.
--No lo considero sensato—respondió con calma—estamos a miles de kilómetros de algún lugar poblado—hizo notar, mirando el amplio campo seco que flanqueaba la carretera—Además preferiría que no lo tomaras personal.
--Claro que no—ironizó—aquí todos se divierten: incluso Near—movió el lente de la cámara para mostrar el delicado perfil del cuarto pasajero, sentado con una pierna al pecho, al lado de B en el asiento trasero, el interpelado se retorcía el cabello con una mano. Más joven que el resto y con la expresión terriblemente aburrida.
--¿Tenías que traerlo, Beyond?—inquirió el rubio con fastidio.
--Si no traía a su primo, no le hubiesen permitido acompañarnos—contestó Matt.
--Como si no se largara cuando quisiese—refutó Mello.
Se escuchó la acompasada risa de su amigo de ojos verdes.
--¿Te diviertes, Near?—quiso saber Matt, acercando el aparato al muchachito.
--¿serias tan amable de alejar la cámara?—no traspaso ni un solo ápice de algo.
--¡Joder!—se oyó la voz de Mello. El lente de inmediato lo enfocó. El muchacho sostenía una lata de refresco mientras sacudía el chaleco con una mano tratando de quitarse de encima la pegajosa poción.
--¡MIHAEL!—se quejó Matt al instante—Lavé mi auto para este viaje—gruñó
--¡No es mi culpa si la lata estaba agitada!—se defendió, alzando los furtivos ojos azules.
La cámara viajó por el cuerpo del rubio hacia el respaldo y al piso. Perdió enfoque unos segundos y luego simplemente la lente estaba afuera del auto. Matt avanzó hasta el cofre para depositarla allí, donde la imagen reflejaba al rubio rabiando mientras seguía limpiándose. El parabrisas ahogaba sus imprecaciones.
En la escena apareció el chico pelirrojo, abrió la portezuela y le indicó a Mello que saliera.
--¡Tengo que limpiarlo, rubio!—le dijo una vez que el otro estuvo afuera. Matt se inclinó al frente para limpiar el asiento, mientras Beyond, desde atrás sonreía y se asomaba por en medio de los sitios delanteros. Solo se veían sus labios al moverse.
--¡Mierda!—gruñía Mello desde algún sitio. Se oyeron sus pasos al alejarse sobre un camino de grava.
--¡Podrías ayudar!—reclamó Matt al incorporarse. Beyond respondió algo pero no se movió.
--¡Perro!—se oyó el rubio a lo lejos.
--¡¿QUÉ?!—miró hacia el lado contrario al lente de la cámara.
--¡NECESITO HIGIENICO!—ordenó de mala manera.
Matt se inclinó hacia la guantera, sacó algo blanco y lo arrojó hacia la parte de atrás. Casi al minuto Near salió del automóvil, retorciéndose un mechón de cabello. Higiénico en manos y obligado por su primo, se echó a andar hacia donde se oyó la voz de Mello.
Matt dejó un momento su trabajo y se acercó a la cámara.
Todo se volvió oscuro.
RECORD #2
La escena mostró un pequeño supermercado de autoservicio en medio de un montón de grava y nada al horizonte. La luz naranja del atardecer reflejaba sobre el techo rojo del establecimiento de paso.
La pintura estaba desvaída y las mesillas para almorzar daban un aspecto de nunca haber sido limpiadas. Las puertas de cristal se abrieron a unos cuentos metros del automóvil, Beyond se acercó con su cargamento en manos.
-¿Nachos?—preguntó la voz de Matt a medias, pues algo se interponía en sus labios. Acto seguido una capa fina de humo pasó por el frente del lente.
--Solo porque no había suficiente mermelada allí dentro—respondió el otro muchacho, dejando botado las bolsas dentro del auto y repantigándose al lado del pelirrojo. Junto a la cámara de video.
--¿Está limpio?—quiso saber.
--¿Trajiste suficiente comida?—dijo a su vez.
Un sonido metálico inundó el momento, seguido de un masticar crujiente.
--¿Siquiera te lavaste las manos?
--Mello sigue adentro de los servicios, la princesa debe haber obligado a tu primo a lavar su ropa.
--Mail…
--¿eh?—al parecer estaba distraído.
--¿Te gusta Mello?
--¿Qué?—la bolsa de frituras fue a dar al suelo.
--Era solo una pregunta—se encogió de hombros
--No me gusta. Es mi mejor amigo—se rió levemente, alzando su comida.
--Es un alivio.
--¿Porqué?—al incorporarse su rostro se grabó en el lente, las pupilas verdes estaban atentas pero curiosas.
--Porque de otro modo sería un problema para mí—el tono fue impersonal.
Matt parpadeó dos veces.
--¿Beyond…a que te…
--Ya vienen—su nívea mano señaló en dirección al local.
Matt salió de la escena y sujetó la cámara para hacer zoom al rubio, que se acercaba, sin camisa, desde los servicios ubicados al costado del establecimiento. Traía en una mano su chaleco y en la otra, un trapo blanco.
--¿Qué traes, Mello?—preguntó Matt, acercando a todo lo que daba hasta la mano de su amigo.
Éste no contestó, simplemente sonrió socarrón.
Y lo siguiente que grabó fue a Near saliendo con la cabeza gacha, retorciéndose en cabello…solo metido en sus pantalones claros.
--La camisa de mi primo.
Matt rompió a reír.
--¡ASALTACUNAS!—gritó al rubio.
--¿Usaste condón?—preguntó B, con la mayor de las calmas.
--No se de que hablan—Mello pasó de largo, la cámara lo siguió.