Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Anemia de Fanconi por Anime97

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

El titulo del fanfic es una enfermedad que yo misma porto, no es contagiosa, es hereditaria, y si no me huviesen transplantado la medula de mi hermana huviese muerto, por eso les pido porfavor que si alguien puede hacerse donante de medula lo hiciese, ya que no cuesta nada, solo un pinchacito y ya esta, con esto pueden salvar una vida como mi hermana salvó la mía. Gracias.

Notas del capitulo:

Espero que les guste el comienzo, no se cada cuanto lo subiré, ya que es un fanfic un poco dificil por los motivos que llevaron a escribirlo, pero espero que les agrade.

Quisiera poder olvidarte, aunque sea por un día, o que al menos me dijeses que me odias, aunque solo fuera una palabra para poder sobrellevar esto yo solo, una palabra que me dé la valentía para seguir adelante, para encontrar felicidad de una vez por todas. Mi corazón siempre va a pertenecerte a ti, siempre será tuyo, al igual que mi vida siempre girará en torno a ti.

Todo lo ocurrido hasta ahora es lo que marca mis pasos, sueño contigo, muchas veces, odio que me molesten cuando duermo, pero aún más odio que me despierten cuando estoy soñando contigo, soñando que hablamos, que tienes algo importante que decirme, que me dices algo, me hablas, solo una palabra, es todo lo que quiero, un simple hola me da un vuelco al corazón, más tú me ignoras… Cada vez se hace más duro, recuerdo cuando nos conocimos:

-          Hola.

-          Hola.

-          ¿Quién eres? Siento la pregunta pero es que te he visto entre mis amistades y no me acuerdo de ti.

-          Esto, soy Light.

-          ¿Light?

-          Si, aunque yo tampoco se quién eres. ¿De qué me conoces?

-          Elle, pero todos me dicen Ryuzaki. La verdad no sé de qué te conozco. Solo te vi entre mis amigos y te pregunté porque no me sonabas.

-          Eh vaalep ­ — Había mirado el perfil de aquel chico, y me pareció un poco extraño, aunque por algún motivo me sonaba de algo.

-          Siento no acordarme de ti, de verdad, me da rabia.

-          Tranquilo, yo creo que tampoco te conozco, aunque me suenas de algo y no sé por qué.

-          ¿Enserio? Pero si me mandaste tú la invitación para que te agregara, y no suelo agregar a chicos la verdad, supongo que habrás tenido suerte.

-           Bueno, que se le va a hacer jajaja.

-          Algún día me acordaré de que nos conocemos.

Después de aquello comenzamos a hablar a diario, siempre, hasta que al final acordamos vernos.

-          La verdad es que no suelo caerle muy bien a los chicos, y a veces ni a las chicas.

-          ¿Qué? ¿Por qué?

-          Eso quisiera saber yo…

-          Pero si eres muy majo.

-          Díselo a ellos…

-          Seguro que solo son idiotas, de verdad eres muy agradable.

-          Gracias, eres la primera persona que me lo dice.

-          Pues deberían decírtelo más, en verdad me agradas. — Aquello me dejó K.O.

-          Oye, ¿Dónde vives?

-          En kanto (Japón).

-          ¿Enserio? Igual yo.

-          Vaya, que coincidencia.

-          ¿Te gustaría quedar? No sé, si no es mucha molestia que te lo pida.

-          En absoluto. — Tras acordar el día y la hora del encuentro nos despedimos cariñosamente.

 Cuando llegó el día del encuentro esperé en el banco en el parque, y por fin llegaste tú, un chico alto, delgado, pelo azabache y largo, con pulseras de cuero por todas partes y una cadena colgando de sus vaqueros azul oscuro, me quedé sorprendido de tu altura, y eso que ibas un poco encorvado. 

-          Hola.

-          Hola. — Me puse un pelín nervioso, aunque no entendí el porqué.

-          Vamos a tomar algo, ¿Te apetece?

-          Si, vamos. — Caminamos uno al lado del otro, con un ritmo constante, yo a tu izquierda, ya que llevabas una funda de cámara en el lado derecho. Legamos al sitio y nos sentamos en unas mesas en la calle, parecían ser las mesas de un bar. — ¿Te gusta sacar fotos?

-          Sí, me gusta mucho la fotografía, voy a una academia de fotografía, y también toco la guitarra.

-          Wau, ¿Te podré escuchar algún día?

-          Claro, ¿por qué no? —Pedimos las bebidas y fuiste a buscarlas por mí, siendo todo un caballero. En ese momento vi que una panda de chicas se te acercaba.

-          Hola Ryuzaki, ¿cómo tú por aquí?

-          Con un amigo. — Rápidamente me tapé la cara con el menú que yacía en la mesa para que no me viesen.

-          Bueno, entonces te dejamos, que tenemos que ir a comprar unas cosas, nos vemos.

-          Adiós. — Se sentó a mi lado y me tendió el vaso.

-          Gracias. — Agaché un poco la cabeza y fijé mi mirada en el suelo.

-          ¿Estás bien? — Levanté de nuevo la vista hacia ti.

-          ¿Las conoces? — Mi mirada se tornó melancólica.

-          Si, son unas chicas de mi colegio, de un curso menor que yo. ¿Por?

-          Eran mis excompañeras de clase.

-          ¿Las que te trataban mal?

-          Si…

-          A mí me caen bien, son majas, incluso me protegieron cuando tuve una novia, que estaba loca. — Se rio ante su propio comentario.

-          Veo que te agradan mucho…

-          La gente puede cambiar, me dijiste que hacía mucho que no las veías ¿no es así?

-          … — Agaché de nuevo la cabeza sintiéndome un poco mal por lo recién ocurrido.

-          Bueno, tengo que irme ya, tengo clase de guitarra y si no llegaré tarde.

-          Vaya, me hubiera agradado que te quedaras un poco más.

-          Lo siento, no puedo, debo irme, pero hablaremos por la Web esta noche ¿vale? — Eso me bastó para sentirme bien de nuevo.

-          Vale, nos… —Me quedé petrificado, al irse me besó la mejilla.

-          ¡Adiós! — Se marchó corriendo sin volver la vista atrás.

-          …vemos. —Me acaricié la mejilla donde había depositado ese beso, quedándome helado y completamente sonrojado.

Tras aquello, caí completamente rendido ante ti. Y no tienes ni idea de cuánto…

Llegué de nuevo a casa, le había dicho a mi madre que tenía que ir a hacer un trabajo a casa de un compañero para poder escaquearme y ver a aquel azabache.

-          Hola, ya estoy en casa. —Mi hermana me recibió.

-          Hola Light, te has tardado.

-          Lo siento… — Sin mediar ninguna palabra más subí hasta mi recamara y me conecté al Chat a esperar a que el moreno se conectase.

-          Hola Light.

-          Hola Elle.

-          ¿Qué tal, que te cuentas?

-          Pues he llegado a casa y solo estaba mi hermanita Sayu, a saber dónde se han metido mis padres.

-          A lo mejor han salido.

-          Seguramente sí. ¿Qué tal tu clase?

-          Bien, espero poder llegar a ser un buen guitarrista.

-          Seguro que lo consigues.

-          Ahora tendré que ir a estudiar, siento no poder quedarme mucho tiempo.

-          Vaya, bueno, te esperaré aburrido como una ostra entonces.

-          Gracias jaja, nos vemos. — Se desconectó totalmente y volví a la soledad del cuarto. Seguimos hablándonos así durante muchos días, a veces hasta las tres de la madrugada. Y eso me hacía feliz, por fin en todo este tiempo de soledad, por fin alguien con quien hablar. Por fin, mi… primer amigo de verdad en toda mi vida. Ese eres tú.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, es algo que e escrito por motivos personales, y me gustaría que le gustase a la gente.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).