Los rayos de sol comenzaron a invadir mis pupilas de manera que me impidieron continuar con mi hermoso sueño, bueno… no era hermoso, pero al menos era tranquilo y me permitía descansar.
Me incorpore en mi cama y mire por la ventana, suspire, hoy era un día hermoso, el sol estaba tan radiante y el cielo tan azul, si, con uno de estos días cualquiera se levantaría de buen humor, sonreí, pero mi sonrisa despareció al recordar lo que pasaría hoy… la entrega de calificaciones.
Con pesadez me levante de mi cama y me dirigí al baño, me mire en el espejo, esos ojos verdes me regresaban la mirada, y ese cabellos castaño en estos momentos era un desastre. Cepille mis dientes e hice un intento para arreglar mi cabello, intento que resulto fallido. Regrese a mi habitación y me quite mi pijama y puse mi ropa que llevaría ese día a la preparatoria.
Dios… estoy tan seguro de que reprobé… pero… no puedo hacerlo, ¡si repruebo tendré que repetir el año!, pero esto me pasa por no estudiar, por no hacer mis tareas y dedicarme… ¡odio esa parte de mi!, ¡no era necesario haberme largado con Sumi a los videojuegos en los días de clase!
Si, este soy yo, Misaki Takahashi, 16 años, 2do semestre de preparatoria, pésimo estudiante.
¡Mi hermano me matara!, el es el que paga mi escuela, desde que mis papas murieron hace 10 años el es el que cuida y se encarga de mi, y también económicamente, mi hermano tiene un trabajo y no nos falta de comer, pero tampoco nos sobra, para nada nos sobra, ¡mi hermano no tiene dinero como para pagar extraordinarios y mucho menos un año mas de colegiaturas!, dios… Matemáticas estoy casi seguro de que si la paso, pero… literatura no.
Resignado a mi horrible futuro baje las escaleras y me dirigí a la mesa donde Nii-chan ya tenia servido el desayuno, tome asiento justo frente a mi hermano.
-Buenos días Nii-chan- a pesar de que no tienen nada de bueno
-Buenos días Misaki, ¿Cómo amaneciste?-
-bien… supongo- susurre
-oye, ¿hoy es la entrega de calificaciones no?, ¿Cómo te fue?-
-ammm yo… bien, si, bien- me rasque la cabeza nervioso
-¡genial!, ¡ese es mi hermanito!, ¡el mejor de su clase!- me dijo con una gran sonrisa, completamente orgulloso, yo solamente sentí una gran puñalada de culpa.
-Ammmm bueno, yo, ya me tengo que ir a la escuela- dije levantándome de mi asiento
-¡Oh!, si, ¡ve con cuidado!-
-Claro, nos vemos Nii-chan- dije tomando mi mochila y saliendo de mí casa
Camine tranquilamente hacia la escuela, al menos hoy no se me haría tarde, ahhh rayos… ¿Qué voy a hacer? Ya lo puedo ver, cuando mi hermano se entere de que reprobé el semestre me odiara, me mostrara esa mirada furibunda, el brillo de sus ojos desaparecerá y solo me vera con completa decepción, de sus labios saldrán palabras que me dolerán mas que un puñal, “creí que eras mejor”, “pensé que al menos te importaba”, “¿no te das cuentas de nuestra situación?” cosas así me diría, y yo no podre defenderme… cielos.
Llegue a la escuela más o menos después de 15 minutos de caminar, llegue y rápidamente me encamine a mi primera clase: Etimologías grecolatinas. Fui hasta mi asiento, mi amigo Ritsu ya estaba sentado en su lugar, justo al lado del mío.
-Buenos días- dije con la voz apagada
-Buenos días- me dijo sonriente- ¿Por qué esa cara?
-Reprobare el semestre- le dije sin mas sentándome en mi lugar
-¿Qué?, vamos, no creo que sea tan malo-
-lo dices por que tú si tienes buenas notas, yo no-
-jajá no son tan buenas, aun así no llego para nada a lo que desean mis padres- dijo con una triste sonrisa
-pues perdóname por esto pero, tus padres son unos idiotas, tienes las mejores notas del salón-
-jajá pues gracias pero… saque 9 en calculo, eso no es suficiente- en ese momento Shinobu, otro de mis amigos venia entrando
-Buenos días chicos- dijo con la misma cara con la que yo entre
-buenos días- dijimos Ritsu y yo al unisonó
-¿Qué sucede?- dijo Ritsu- ¿también reprobaras el semestre?
-Si, ¿Cómo lo sabes?- dijo sorprendido
-entraste con la misma cara que Misaki, y Misaki dice que es porque reprobara-
-oh pues…- dijo Shinobu- te veré en los extraordinarios- me dijo con una sonrisa
-¡No!- grite- mi hermano no tiene dinero para pagar extraordinarios, ¡no puedo reprobar!
-pues… ¿que materia necesitas salvar?- dijo Shinobu
-Literatura- dije resignado
-Rayos… va a ser difícil… ¿haz pensado en sobornar al profesor?-
-si lo pensé, pero si no tenemos dinero para pagar extraordinarios mucho menos para sobornar al maestro- dije con la cabeza gacha
-pues…-dijo Ritsu- deberías intentar hablar con el profesor, tal vez puedas convencerlo de que te pase o al menos de que te deje un trabajo para créditos extra-
-ammm si, creo que eso hare- dije desanimado
-¡o podrías acostarte con el!- dijo Shinobu a manera de broma
-¡Shinobu no digas idioteces!- le dije
-¡jajá vamos no te esponjes!, tienes que admitir que ese profesor esta para comérselo-
-Shinobu ya cállate- le dije, en ese momento entro nuestro profesor de Historia, el señor Cole, un hombre no muy alto ni bajo, sin embargo era calvo, pero con barba de candado y regordete.
-¡Buenos días alumnos!, espero que se hayan preparado psicológicamente para esto por que las calificaciones son horrorosas, mas de la mitad del salón reprobó- mi corazón comenzó z latir desenfrenadamente, no tenia planeado reprobar historia, después de tono no me había ido tan mal en el examen.
- bien, Ichinose Erika- grito el maestro, después de el se escucho un “aquí” en el fondo del aula, a lo que el profesor dijo- ¡5!, Sakurai Matsumoto- se volvió a escuchar un tímido “aquí”- ¡6!- así fue nombrando a los 30 alumnos del aula- Takatsuki Shinobu- “aquí” respondió Shinobu- ¡5!-
-¡Mierda!- grito Shinobu enojado
-Onodera Ritsu- continúo el profesor-
-¡aquí!- contesto Ritsu
-9.7, felicidades- como siempre mi amigo tenia muy buenas notas, aunque estoy seguro de que ahora esta agobiado por que no alcanzo el 10, ahora… sigo yo- Takahashi Misaki-
-A aquí…-susurre
-¡6!- oh dios… jajá ¡pase!, bien… una materia menos
Después de que se terminaran de repartir calificaciones y se terminara la clase fuimos a las demás, lastimeramente literatura era la última, en las demás clases reprobé 3 de ellas, mierda… si reprobaba 4 tendré que repetir el semestre, aunque bueno… estoy seguro de que reprobé literatura, si, definitivamente tendré que repetir el semestre, ¡mierda no!, ¡tengo que convencer al maestro!, ¡esa es mi ultima alternativa!
Al final del día mis amigos y yo llegamos a literatura, el maestro ya nos estaba esperando con su lista de calificaciones. Al entrar al aula y sentarme en mi lugar note que los ojos lilas del profesor Akihiko me veían de forma muy extraña y con una sonrisa algo… ¿perversa?, que extraño.
-bien alumnos- dijo el profesor- lamento decirles que solo 2 de este salón aprobaron, así que… en vez decirles a todos su calificación, me limitare solo a decir los que aprobaron para ahorrarme tiempo a mi y a ustedes, entonces los que aprobaron son, Onodera Ritsu con 10 de calificación y Tachibana Mei con 7, todos los demás están reprobados, felices vacaciones chicos, los veré en los extraordinarios- dicho esto el profesor tomo sus cosas y salió del aula
¡Rayos!, ¡tengo que seguirlo!, me levante de mi lugar rápidamente con mi mochila y me apresure a encontrar al profesor, seguramente se haya ido a su oficina, corrí desesperado hasta ella, cuando por fin llegue un chico salía de la habitación, este chico tenia la mirada caída y se notaba profundamente deprimido, al ver a donde me dirigía este chico dijo:
-ni lo intentes, no te pasara por nada del mundo- dijo y después se fue, la sangre se me helo con ese comentario, vamos, al menos tenia que intentarlo.
Toque cuidadosamente la puerta con mis nudillos, dando 3 tímidos golpecitos para después escuchar un “pase”. Abrí la puerta con cuidado adentrándome en la pequeña habitación en la que no había más que un librero, un sofá de cuero y un escritorio al fondo donde se encontraba sentado el profesor.
-Hola Takahashi-kun- dijo con una sonrisa y reiterándose los lentes que estaba usando para leer- cierra la puerta por favor- obedecí- ahora, ¿Qué se te ofrece?
-ammm pues… yo… vera- tartamudee, estaba tan nervioso que no podía articular ni una palabra
-¿si?, ¿Qué sucede?- dijo con una sensual voz, si, debía admitirlo, ese profesor era verdaderamente atractivo, tenia un hermoso cabello plateado, además de grandes y brillantes ojos amatistas, se podía notar por encima de la ropa que tenia un pecho bien formado, me pregunto si tendrá marcado el abdomen… un momento, ¿Qué estoy pensando?, ¡concéntrate Misaki!
-Ammm yo, me preguntaba si… no habría un forma de… subir mi nota…- susurre
-Mmm lo siento Misaki, pero yo no otorgo ese privilegio a los alumnos, deberías pensar en todos los proyectos que no entregaste y en las clases que faltaste-
-¡por favor profesor!, ¡hare lo que sea!, un ensayo, un reporte de lectura, puedo trabajar para usted, así que… ¡por favor!, ¡hare lo que sea!- dije ya desesperado
-¿lo que sea?- dijo el profesor observándome fijamente con una mirada que no supe descifrar
-¡lo que sea!- insistí
-bien…- dijo el profesor levantándose de su silla y empezando a caminar hacia la puerta, creí que la abriría pero… no, fue todo lo contrario, le puso seguro a la puerta, después se dirigió a paso lento hacia donde yo me encontraba, acercándose a mi, demasiado, se puso tan cerca que pude sentir su respiración y estoy seguro de que el la mía, acerco sus labios a mi oreja y susurro contra ella.
-Siempre me has gustado Misaki…- dijo con una voz ronca, ante lo cual sentí como todo el bello de mi cuerpo se estremecía y erizaba. Se alejo rápidamente de mí y tomo asiento en el gran sofá de cuero a la vez que se aflojaba su corbata- bien, desnúdate- dijo sin más.
-¿Qué?- me quede estático al oír lo que dijo
-ya me oíste, desnúdate, ¿quieres pasar la materia no es así?, pues si quieres hacerlo desnúdate- dijo con una arrogante sonrisa
¿Qué es lo que este profesor me estaba pidiendo que hiciera?, quería que me desnudara… ¿estaría bien hacerlo?, ¡claro que no!, pero… de verdad necesitaba pasar, supongo… que este es el castigo por mi mala actitud irresponsable.
Mis manos temblorosas se dirigieron hasta el primer botón de mi camisa, tratando torpemente de desabrocharlo, mis dedos, manos y cuerpo entero estaban temblando, me sentía muy nervioso, nadie además de mi hermano, el doctor y yo había visto mi cuerpo desnudo y ahora… me encontraba desnudándome por una nota en la oficina de mi profesor de literatura.
Mis manos desabrocharon todos los botones de mi camisa dejándola entreabierta, yo solo sentía la mirada fija de mi profesor sobre mi, lo mire de reojo y pude observar que sus ojos se habían oscurecido completamente, además de que ya podía notar el enorme bulto de sus pantalones, sentí mis mejillas arder al mirarlo, si lograba causar un bulto de esa magnitud ¿de que tamaño seria esa cosa?
Me quite la camisa completamente, dejando mi pequeño y plano pecho a la vista de mi profesor, pude notar como se relamía los labios al verme.
-continua- susurro con esa sensual y ronca voz que me invadía los tímpanos
Me quite los converse que llevaba junto con mis calcetines y ahora dirigía mis manos hacia el botón de mis jeans, logre desabrocharlo con un poco de esfuerzo, a estas alturas estaba comenzando a creer que tenia Parkinson, además que esa mirada sobre mi piel desnuda me ponía muy nervioso. Baje lentamente mis pantalones, quedando sola y únicamente en bóxer.
Me quede quieto, ya solamente me quedaba una prenda de ropa encima, no creía que ese hombre también quisiera que me la quitara, pero claramente me equivoque.
-Desnúdate Misaki…- repitió
-¡Y ya lo hice!- tartamudee
-completamente- dijo con esa arrogante sonrisa que estaba comenzando a odiar o algo así, por que esos gruesos labios que la formaban me estaban provocando morderla.
Mis mejillas bien pudieran haber competido con un tomate, puesto que ese hombre quería verme completamente desnudo, abrí mis ojos como platos al escuchar lo que dijo, ya que no me lo creía, pero rápidamente baje la mirada y acerque mis manos hacia el resorte de mi ropa interior, sin embargo mis manos temblaban demasiado y me era imposible poder quitármelos, lo intente un par de veces, pero simplemente no pude.
-parece que no puedes hacerlo, pero… acércate- a paso lento me dirigí hacia donde se encontraba sentado mi profesor, y para cuando estuve exactamente frente a el me dijo- híncate- dudoso hice lo que me ordeno, seguido de esto abrió sus piernas, dejándome justo en medio de ellas. Sus manos se dirigieron a su pantalón y lentamente bajaron su cremallera, una ves esta estuvo abajo recorrió su bóxer un poco, solo un poco, solo no necesario para poder liberar la bestia que se encontraba presa en esos pantalones, abrí mis ojos como platos y sentí la sangre correr a mis mejillas, esa cosa era enorme.
-bien…- dijo- ya sabes que hacer
Si, lo sabia, para una clase precisamente de literatura el profesor nos dejo leer un libro que justamente tenia una parte algo erótica, de alguna forma me alegra haber leído ese libro.
Tome ese gran miembro con mis manos lo lamí tímidamente desde la base hasta la punta, pude escuchar a Usami-sensei liberar un suspiro, repetí esta acción una vez mas, sin embargo no obtuve la misma respuesta, alce la mirada y comprobé que Usami-sensei había echado su cabeza hacia atrás y había cerrado sus ojos. Lamí ese gran miembro unas cuantas veces mas, obteniendo uno que otro suspiro.
-ahhh ya no lo soporto- tomo mi cabeza con su grandes manos e introdujo su gran falo en mi boca, era grande, duro y muy caliente, gemí al sentirlo dentro de mi boca, comencé a mover mi cabeza lentamente, arriba y abajo, con un lento compas, estaba nervioso, nunca antes había hecho algo como esto, pero debo admitir que se sentía algo… excitante, incluso estaba comenzando a sentir como mi propia hombría estaba comenzando a despertar.
Acelere poco a poco mis movimientos, metiendo y sacando esa cosa de mi boca, lo apretaba con mis labios, pues sabia que eso le causaba placer a mi maestro, pero tal parece no le basto, puesto que tomo mi cabeza con sus manos y comenzó a empujar mi cabeza hacia abajo, haciendo que su miembro tocara mi garganta, estaba comenzando a molestarme.
Yo ya estaba gimiendo, pero de molestia, estaba comenzando a ahogarme, yo trataba de alejar mi cabeza, pero el volvía a empujarla mas fuerte hacia abajo, gemía en señal de protesta pero eso solo parecía excitarlo aun mas, el ritmo que el marcaba ahora era desenfrenado, los suspiros que soltaba se habían convertido en jadeos.
-usa mas tu lengua- me dijo entre jadeos
Mis ojos ya habían comenzado a lagrimear, si mi hermano supiera lo que estaba haciendo en este preciso momento su decepción seria aun mayor que si tuviera que repetir el semestre.
Las estocadas que daba a mi boca comenzaron a ser mas fuertes y desesperadas, de un momento para otro soltó un fuerte suspiro y se corrió, yo intente apartar mi cabeza, sin embargo el la empujo haciendo imposible que me alejara, sentí como ese espeso liquido invadía mi cavidad bucal, tenia un extraño sabor, salado.
-trágalo todo- me ordeno y yo sin ninguna otra opción lo trague, y al fin cuando lo hice soltó mi cabeza y me aleje jadeante, tosí un poco, ya que me faltaba un poco de aire, me levante dispuesto a ponerme mi ropa e irme ya.
-hey hey hey… ¿A dónde vas Misaki?, aun no hemos terminado- me dijo al momento en que tomaba mi pantalón, yo solo lo voltee a ver sorprendido
-¿Qué?- susurre
-que aun no terminamos, si quieres tu nota te quedaras, sino, ya eres libre de irte- resignado y sin ninguna otra opción solté mi pantalón y lo encare- perfecto, ahora acércate y siéntate en mis piernas –
Me acerque y me senté sobre el a horcajadas en el sofá de cuero, coloque mis manos sobre sus hombros y escondí mi cabeza en el hueco de su cuello, me alejo un poco con sus manos y se quito la corbata junto con su camisa, dejando a la vista ese pecho de mármol. Si, si tenía el abdomen marcado, su piel era blanca y tenía unos pectorales que me causaban querer pasar mis manos y sentirlos una y otra vez.
Poso sus manos en mi cadera y comenzó a besar mi cuello, dejando un camino de besos húmedos por toda las piel desnuda que encontraba, subió una de sus manos hasta uno de mis pezones, comenzando a retorcerlo y acariciarlo con un poco de rudeza, haciendo que este se levantara y mis bellos se erizara; pero no dejaba la acción en mi cuello por segundo lugar, sus besos se estaban convirtiendo en mordidas, y cuando besaba hacia una leve succión que estaba empezando a sacarme suspiros.
Bajo sus dos manos hasta mi caderas y dirigió su boca hasta mis tetillas, comenzando a lamerlas en círculos, de repente no la lamio, dio un pequeño mordisco, logrando que a mi me sacara el primer gemido de la noche; sentí como esto lo encendió, ya que debajo de mi sentí como su miembro despertó ante el sonido de mi ya excitada voz.
Subió nuevamente hasta mi cabeza y mordió el lóbulo de mi oreja para después lamerlo y susurrar “dulce”, bajo hasta mi cuello y nuevamente lo lamio volviendo a susurrar contra el “tan dulce…”
-Quiero mas…- dijo y ataco mis labios directamente, yo gemía contra su boca al sentir el ardiente y pasional beso que me otorgaba, movía sus labios sobre los míos con maestría, abrí mis labios permitiendo a su lengua entrar y siendo bien recibida por la mía, nuestras lenguas libraban una guerra que ninguna podría ganar, y si bien yo no era un buen besador, el era un muy buen guía y maestro en este arte.
Separo sus labios de los míos y alzo mis caderas a la vez que comenzaba a bajar mi ropa interior, dejándome completamente desnudo.
Tomo su miembro y lo posiciono justo en mi entrada, el miedo me invadió, yo nunca había hecho esto, no estaba listo para tener esa cosa dentro de mi, ni siquiera creía que esa cosa de verdad cupiera, es decir ¡era enorme!, pero tal parece mi opinión no importo, ya que el dijo
-lo siento, no puedo soportarlo mas- y me penetro.
Yo arquee mi espalda por el dolor a la vez que lanzaba un grito desesperado, literalmente sentí como mis entrañas se desgarraban y luego apresaban el miembro que ahora se encontraba dentro de mí.
Me sujete fuertemente a sus hombros a la vez que trataba de acostumbrarme a la intromisión y al dolor. El comenzó a jadear y a sudar, seguramente la presión también era demasiada para el, y me lo confirmo cuando dijo:
-tan… estrecho, ¿Por qué no me dijiste que eras virgen?-
-no me diste oportunidad- susurre
Sentí como me tomaba nuevamente de las caderas y comenzaba a empujar a mi interior
-ahhh- gemí al sentir como el dolor regresaba
-tranquilo, relájate y el dolor se ira…- me abrace a su espalda confiando en sus palabras, después de todo… siempre me habían dicho que hacer esto era lo mas placentero del mundo
Continúo empujando lentamente, sacándome unos cuantos suspiros.
A los pocos minutos deje de sentir dolor y empecé a gemir un poco alto, lo que a el le dio la libertad de hacer las embestidas mas rápidas y fuertes, la corrientes eléctricas estaban empezando a recorrer mi cuerpo, sentía un fuerte cosquilleo en mi parte baja, mis ojos lagrimeaban y los gemidos salían de mi boca.
Inconscientemente con mis paredes apresaba cada vez más fuerte el miembro en mi interior, lo que le causaba mas placer a mi profesor, que se notaba a leguas también estaba disfrutando esto.
De repente salió de mi interior, la duda despertó en mi, ¿eso era todo?, pero me posiciono en cuatro en el sofá, bajando mi cabeza y pecho, de manera que solo mi trasero quedaba arriba, el tomo su miembro y nuevamente me penetro, pero ahora sentía las embestidas mas fuertes, rápidas y profundas, esta posición me permitía sentirlo mejor.
Pero en una de esas embestidas sentí como mi mundo se volteaba y el universo explotaba, no, más bien, el que explotaba era yo, ese punto me había llevado al cielo.
-¡Ahh!- gemí al sentirlo
-¿lo encontré cierto?- dijo y continuo envistiéndome cada vez mas fuete, dándome nuevamente en ese punto
-¡ah, si!, ¡si, ahí!- gemí
Cada vez estábamos mas perdidos en nosotros mismos, estábamos sudorosos y jadeantes, el placer que experimentábamos era demasiado.
-ahh… ya… ¡ya no puedo!, ¡me voy a correr!- grite
-ahhh… aguanta- me dijo a la vez que me volteaba para quedar frente al, tomo mis piernas y las puso sobre sus hombros, envistiendo más y más fuerte.
Llegamos a un punto en el que ya no podía parar de gemir, no hasta que lo sentí tocar ese punto nuevamente y me lance al abismo, corriéndome entre nuestros vientres y sintiendo como el llenaba mi interior con su esencia.
Cansado se dejo caer sobre mi, beso mis labios una vez mas y me dijo con una sonrisa.
-asegúrate un 10- dijo volviéndome a besar, al menos ya no tendría que preocuparme, ya había salvado el semestre…