John había estado enfadado toda la mañana, no podía creer que Sherlock hubiera traicionado su confianza de esa manera, después de todo no había pasado más de un mes desde su boda y había encontrado al detective en aquel lugar de mala muerte totalmente drogado…
Pensó en reprender a su amigo, pelear incluso a golpes de ser necesario, lo que nunca espero fue aquella escena…
Janine sentada en piernas de Sherlock sonriendo ampliamente y su mirada reflejando un brillo tan hermoso que no dejaba en duda su amor por el detective. John Watson sintió un malestar en él creciendo, pues nunca antes había visto a su mejor amigo así pero la incomodidad no hacía más que crecer, sobre todo después de aquel suave beso de despedida, aquellas dulces palabras y Sherlock prometiendo llamarla después, esa fue la chispa que desataría aquel mar de emociones
-Yo… yo solo…- pensaba John sin entender lo que estaba sintiendo, una vez que tomaron asiento su amigo comenzó a hablar, sin embargo él no lograba captar una sola palabra
-John?- Sherlock chasqueo los dedos frente a su rostro llamando su atención- Acaso has escuchado algo de lo que dije?
-Tienes novia?- pregunto de nuevo sin poderlo creer y aquello hizo doler su pecho como nunca antes
-Que? Creí que eso ya estaba claro!- contesto molesto- Acabo de hablarte de una de las mayores mentes criminales actualmente en Inglaterra y tú solo piensas en mi novia?
-MI novia….- pensó John mientras su corazón se rompía- Yo… lo siento Sherlock…. Yo solo quiero…
-Estas bien? Que es lo que quieres?
-Darte un beso….- susurro soltando una risita nerviosa
-Que?
-Yo no soy gay, pero…. Mierda!- exclamo y de repente se lanzó sobre el detective quien se quedó estático de la impresión
El rubio devoro los labios del otro con desesperación y necesidad, como si deseara fundirse en ellos, no podía entender como había sucedido, y tampoco como había sido tan ciego, lo único que entendía era que verle de aquella manera con la amiga de su mujer le sirvió de iluminación, había estado celoso… John Watson estaba perdidamente enamorado de Sherlock Holmes
Las manos del soldado cobraron vida acariciando aquellos rizos perfectos y la piel blanca y sedosa mientras se sentaba a horcajadas sobre el detective quien reacciono acariciando su espalda lentamente hasta llegar a sus glúteos haciéndole ronronear y restregarse contra su cuerpo
-Sherlock… nh… Sherlock- gimió separándose de aquellos labios- Esto… está mal…
-Que? Tú fuiste quien me beso…
-Ya lo sé… y aun así está mal…- murmuro acariciando sus cabellos y sin moverse de su lugar
-Por qué? Porque soy hombre? – susurro el menor con un atisbo de dolor en la mirada
-No….- contesto el mayor acariciando su rostro- Esta mal porque soy casado- terminó dándole un casto beso mientras el otro lo abrazaba contra su pecho
-Dijiste…- murmuro entre besos mientras recorría con sus labios su rostro por completo- que solo… querías…. Un beso….
-Lo quiero todo- susurro restregándose de nuevo contra el sintiendo la creciente erección contra sus glúteos- Te quiero a ti… quiero que seas mío… quiero ser tuyo… Necesito que me ames- confeso besándole de nuevo con desesperación
Sherlock gruño ante aquellas palabras y se levantó soportando todo el peso del rubio quien se abrazó a su cuerpo con piernas y brazos mientras lo llevaban hasta la habitación del detective consultor
-Ah…. Sherl….- gimió cuando fue arrojado a la cama
-No… no me llames así- susurro colocándose sobre él mientras le arrancaba la camisa de un solo movimiento
-Por qué?- susurro con decepción- Ella puede… por qué yo no?
-Porque tú no eres ella- dijo besándole el pecho y subiendo hasta su rostro
-Dime que no has sido de ella- susurro sabiendo que su pedido era egoísta, él ya tenía bastante experiencia en lo sexual, pero de verdad deseaba que Sherlock no, le dolía imaginárselo con Janine… y no pudo evitar pensar en Irene- Dime que no has sido de nadie- casi suplico
-De nadie- susurro contra su oído con esa voz que puede mover montañas y someter cualquier voluntad- Yo solo deseo ser tuyo John….
Sin necesidad de más palabras ambos hombres se besaron con intensidad mientras se desnudaban con prisa, los suspiros y gemidos de placer no se hicieron esperar, el aroma a sexo impregno la habitación por completo y el lascivo sonido de sus cuerpos chocando lleno el ambiente cuando John decidió entregarle a su amante la única experiencia que jamás había tenido…
-Ahhh… si… más Sherlock- gemía el rubio mientras era penetrado rápida y profundamente, y sus manos se aferraban a la espalda del moreno quien se dedicaba a morder su cuello con suavidad y recorrer cada palmo de piel a su disposición
-John… ya no…. puedo más Ohhh divino- exclamo al sentir el orgasmo llegar violentamente mientras el otro se corría al mismo tiempo presionándole en su interior
Ambos cuerpos cayeron sin fuerza en la cama donde se quedaron abrazados por un tiempo sin decir nada
-Una vez dije que los sentimientos son defectos químicos que se encuentran en el lado de los perdedores- susurro el detective mientras abrazaba al ex militar contra su pecho aspirando su aroma- me temo querido John que he perdido ante ti…
-Eso que significa?
-Es acaso no es obvio? Te amo… y ya te lo he dicho antes sin embargo como siempre solo vez, pero no observas- termino dejándole pensar…
-Dijiste no preocuparte por nadie, fingiste no estar interesado en mí o la Sra. Hudson…
-Y salte de un edificio fingiendo mi muerte para salvarlos…
-Dijiste que el fuego exponía nuestras prioridades…
-Y salte sin dudar un segundo para sacarte del fuego…
-En el discurso… dijiste “Los dos seres que más te aman en este mundo”…
-Te confesé mi amor durante tu banquete de bodas y no lo notaste… incluso en la despedida te lleve a un bar gay- soltó una suave risa
-He sido un completo idiota- suspiro
-Si lo eres…
-Gracias! Increíble! Como fue que me enamore de ti?- dijo con sarcasmo
-Dilo de nuevo- dijo Sherlock con una sonrisa acorralando al más bajo entre la cama y su cuerpo mientras sujetaba sus manos sobre su cabeza
-Me enamore de ti- dijo con una sonrisa
-De nuevo- murmuro Sherlock contra sus labios
-Te amo- dijo en un suave suspiro para después besarle tranquila y pausadamente, el moreno giro sobre su espalda colocando a su pareja sobre el tomándolo de la cadera con suavidad
-Aún tenemos tiempo antes de que llegue Magnussen- susurro besándole de nuevo y listo para disfrutar con su pareja una vez más de las maravillas del sexo, pues acababa de desarrollar una nueva adicción… Un perfecto sustituto de la nicotina y heroína, llamado John Watson.