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El mal necesario por Are

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Notas del fanfic:

Bueno, aquí un pequeño One-shot que comencé a escribir para el 14 de Febrero, sé que ya pasó muchísimo tiempo, pero apenas tengo tiempo para escribir; además, más vale tarde que nunca.

Bueno, como ya todos saben los personajes no son míos, la historia sí. Naruto y todos sus personajes perteneces a Masashi Kishimoto.

El mal necesario.

 

–¡Uchiha!– Gritó el profesor mientras hacía sonar su grueso libro de Bioquímica contra el pequeño escritorio, logrando que el mencionado diera un respingo en su lugar y volteara su rostro, solo para encontrar los furibundos ojos de su maestro mirándolo directamente. –Parece que lo que sea que ve afuera es más importante que mi clase, ¿Verdad?– Sasuke no respondió, no sabía si sería prudente hacerlo, pues era notorio el sarcasmo presente en aquella pregunta.

 

–Lo siento, sensei– Fue todo lo que pudo responder a la imponente figura de Ibiki.

 

–Que sea la última vez, Uchiha– dijo finalmente para voltearse y seguir explicando el ciclo de Krebs a sus estudiantes.

 

Un murmullo generalizado se escuchó en el salón, chicos y chicas sorprendidos porque el gran Uchiha Sasuke hubiese sido reprendido dos veces en menos de una hora. La clase apenas comenzaba y Sasuke estaba a punto de ser sacado del salón. Y es que solo a él se le ocurría distraerse precisamente en la clase de Morino Ibiki, uno de los profesores más estrictos que tendría ese semestre, ¿Acaso el Uchiha había perdido la razón? Tal vez. Al ver la mirada fiera de Sasuke tratando de matarlos a todos volvieron su vista al frente.

 

Sasuke suspiró quedamente. Era la segunda vez, tan solo en esa hora, que le llamaban la atención por estar distraído. Pero no era su culpa, o al menos eso era lo que él quería creer. Y es que él no podía controlar el clima, no era su responsabilidad que ese día precisamente el cielo estuviera tan despejado mostrando un espléndido azul que irremediablemente le recordaba a ciertos ojitos traviesos que no podía alejar de su mente. Era por eso que le era imposible apartar sus negros ojos de la ventana para observar  la pulcritud del manto. Simplemente era imposible.

 

Fijó su vista al frente para poner a tención a lo que fuese que el sensei decía, anotó lo que consideró importante en su libreta y trato de olvidarse de todo a su alrededor, solo se concentraría en su clase, o eso quería.

 

Un sonido preveniente del patio llamó su atención. De mala gana volteó su vista fijándola en la cancha que se encontraba justamente debajo de la ventana de su salón. Un balonazo había dado justamente en el muro haciendo que el golpe retumbara en todo el edificio. Pudo ver a un grupo menor al suyo en clase de educación física, estaban jugando soccer y un disparo había sido dado con más fuerza de la normal haciendo que saliera descontrolado. Ibiki se asomó por la ventana y recibió una disculpa de parte Gai- sensei, que era el profesor de Educación Física. Sasuke seguía mirando inexpresivamente hacía afuera, sin ver nada en realidad. De pronto reconoció una cabellera dorada que resplandecía más aún con los intensos rayos del sol. El cielo más hermoso que podría ver en su vida se encontraba en aquellos ojos que lo miraban intensamente, mostrando un brillo único. Sasuke pensó que no podría haber nada mejor que ver aquellos zafiros brillar así para él.

 

Naruto sonrió radiantemente para Sasuke. Agitó su mano en forma de saludo y movió sus labios para decir algo que Sasuke no pudo entender totalmente. Naruto vio la expresión de Sasuke y entendió que el moreno no tenía ni una idea de qué había dicho y se disponía a repetirlo cuando su amigo Kiba impactó contra él en un intento por bajar una pelota que Gaara había mandado desde el otro extremo de la cancha, lo que provocó que ambos cayeran sobre el césped, Kiba sobre Naruto. Sasuke sonrió tenuemente al ver al rubio pelear con su compañero por haberlo estampado sobre el campo mientras se sobaba la parte dañada. Ese rubio era tan sorprendente, tan infantil, tan idiota, tan ingenuo, tan inocente; todo lo contrario a él. Era perfecto.

 

–¡Ejem!– Escuchó el pelinegro casi junto a su oreja. Un escalofrío recorrió su espalda al tiempo que todo su cuerpo se ponía rígido y pegaba un pequeño respingo, nuevamente. –Señor Uchiha– Comenzó el profesor –Creí haberle dicho que debía poner atención a la clase. Tal parece que la Educación física es más interesante que la Bioquímica. Por favor, salga a tomar la clase.– Sasuke no se movió, no sabía si aquello de verdad era una orden o simplemente le estaba hablando con sarcasmo, más si era posible. – ¿Acaso no escuchó? Fuera de mi clase– Sasuke frunció el ceño y apretó los puños.

 

Lentamente el pelinegro se levantó de su silla, recogió sus cosas y salió con todas las miradas nuevamente sobre él, unas preocupadas, otras con burla, pero todas atentas a cada uno de sus movimientos. Al estar fuera del salón no sabía si irse o quedarse, faltaba poco para que esa clase terminara y no le vendría mal hablar con Ibiki para aclarar las cosas. Aunque en realidad no había nada que aclarar, simplemente estaba distraído por razones que no podía decirle a su sensei.

 

 ...

 

El sudor resbalaba desde su frente y otras partes de su cuerpo, su playera se encontraba empapada y además manchada con tierra y pasto, cosa que le atribuía a Kiba por tratar de alcanzar un pase que, obviamente, no alcanzaría.

 

Se dio una ducha rápida, pues por alguna razón se había quedado rezagado y ahora, si no se daba prisa, llegaría tarde a clase, y hacer eso en clase de Anko-sensei era la peor decisión de su vida. Salió casi corriendo atropellando a cuanta persona se le atravesaba en el camino esquivando todos los obstáculos posibles.

 

–¡Fíjate por dónde vas!– Gritaban algunos de sus compañeros y senpais.

 

–¡Lo siento!– Alcanzaba a decir sin detener su paso.

 

Un estruendo se escuchó y el ruido de papeles cayendo al suelo le siguió. Al doblar en la esquina fue inevitable la colisión. Todo quedó esparcido, incluidos ellos. El rubio rápidamente se levantó y comenzó a recoger los papeles como el caballero que era.

 

–Lo siento, de verdad lo siento mucho. Iba demasiado rápido no te vi.– Se excusaba.

 

–Tsk. Nunca dejarás de ser un dobe.

 

–¡No me digas dobe, teme!– Respondió en un grito. –Además, ¿Qué haces aquí? Deberías estar en clase– Dijo reparando en que, habitualmente, el Uchiha nunca se encuentra fuera de su salón en horas de clase.

 

–Ibiki-Sensei me mando por algo– Mintió. –Tú ¿Por qué corrías?

 

Un grito se escuchó por todo el pasillo. –¡Tengo clase con Anko-sensei!

 

Sasuke lo agarró por el cuello de la camisa evitando que corriera. –Acaba de entrar al salón– Naruto puso cara de decepción, había corrido tanto para nada. –Vamos– Ordenó al rubio comenzando a caminar.

 

–¿A dónde vamos?

 

–Lo sabrás cuando lleguemos.

 

–Nos van a suspender, Sasuke. Deberíamos estar en clase, y ¿Si nos encuentran?

 

–Deja de ser ruidoso, dobe– Naruto hizo un puchero. Podría darse media vuelta y dirigirse a su salón desafiando a la, seguramente, furibunda maestra para entrar a la clase; pero no lo hizo. Como un niño obediente siguió al Uchiha a dónde fuere que lo llevaba.

 

Maldecía al moreno en su mente, no entendía cómo era que él le obedecía tan fácilmente aun cuando su madre siempre decía que era un desobediente.

 

Chocó con la espalda del Uchiha por ir perdido en sus pensamientos. –¡Oye! ¿Por qué te detienes de repente?– Reclamó.

 

–Cállate, dobe. Tienes miedo de que nos descubran y todavía te pones a gritar– Dijo con burla. Naruto solo hizo un puchero desviando la mirada de la sonrisa del Uchiha. ¡Maldito! Cómo podía avergonzarlo con solo una sonrisa.

 

El moreno sacó unas llaves de su pantalón y abrió la puerta. Naruto había olvidado que él era el presidente de la sociedad de alumnos y tenía la llave de la sala de juntas. Entró dejando la puerta abierta para que Naruto también lo hiciera. –Cierra con seguro– Le ordenó. Naruto puso el seguro después de cerrar sin hacer ruido.

 

Cuando volteó tenía a Sasuke acorralándolo contra la puerta, apoyado con un brazo en esta. No pudo evitar el sonrojo que cubrió sus mejillas al notarlo tan cerca, y se acrecentó cuando lo vio acercarse lentamente.

 

–¿Qué te pasa, teme? ¡Estamos en la escuela!– Gritó mientras lo empujaba.

 

–Nadie está viendo– Naruto se sorprendió por lo cínico que podía llegar a ser. Cualquier maestro podría entrar al salón en cualquier momento.

 

–No seas idiota. Eso no tiene nada que ver, tú mismo dijiste que en la escuela teníamos que ser discretos.

 

–Estamos siendo discreto, pusiste seguro ¿no?– El rubio asintió. –Entonces no hay problema– Sin dar tiempo a más negativas lo apresó en sus brazos y lo besó.

 

Poco a poco Naruto fue correspondiendo el beso. Sasuke aprovechó esto y lentamente lo condujo a la gran mesa en el centro del recinto y con calma lo inclinó hasta que prácticamente estaba acostado sobre ella mientras él se posaba sobre el menor. Sus manos comenzaron a viajar por el cuerpo de Naruto acariciando sobre la ropa lentamente todo lo que tenía a su alcance, sus hábiles dedos llegaron a la camisa debajo del saco y comenzó a abrirlos lentamente. Al notarlo, Naruto quiso quitarlo de encima de él, pero Sasuke lo detuvo con una mano.

 

–Tranquilo, kitsune, todo está bien– Comenzó nuevamente a besarlo, pero ahora concentrándose en su cuello. Naruto estaba más que excitado con las atenciones del Uchiha, que sorprendentemente había logrado despojarlo de su camisa y ahora jugaba con sus pezones.

 

–Se… senpai– Gimió el rubio echando el cuello hacia atrás.

 

–Tenía mucho que no me llamabas de esa forma– Susurró el moreno roncamente en su oído.

 

El rubio solo le había dicho de esa manera un par de veces cuando se habían conocido, pero el respeto duró muy poco. Un simple gestó despectivo del moreno fue suficiente para enfurecer al demonio interno de Naruto y olvidar formalidades, desde ese momento los insultos y la peleas eran su pan de cada día. No conocían otra forma de interacción hasta que un día lo inevitable pasó. Ninguno sabía cómo había ocurrido, fue en un abrir y cerrar de ojos que algo dentro de ambos se desbordó y comenzaron aquella danza de lenguas un inesperado día. Nada pasa por casualidad, la vida tiene un plan tramado, aunque nosotros no lo entendamos. Nadie tuvo la culpa, fue algo natural; el destino de ambos estaba enlazado y lo supieron en aquel instante, no necesitaron palabras para darse cuenta que lo que sentían era recíproco, los ojos del contrario lo delataban. Por eso ahora estaban ahí, escondidos de todos y de todo, mostrándose nuevamente cuánto se necesitaban, cuánto se amaban.

 

El rubio no notó cuando fue que Sasuke abrió sus pantalones y comenzó a masajear tortuosamente su miembro, pero ahora no podía detenerlo, aunque lo cierto es que no quería hacerlo.

 

Los gemidos escapaban sin piedad de su boca mientras él hacía todo lo posible por detenerlos con su mano, cosa que estaba resultando imposible. El moreno se deleitaba con los sonidos que salían de la boca del menor, era música para sus oídos; eso le indicaba que estaba logrando su objetivo.

 

–Máh… Más– Gimió el rubio inconscientemente. Sasuke sonrió de lado acelerando la velocidad de la felación. Naruto acarició la negra cabellera enredando sus dedos en ella jalándola un poco por la desesperación que empezaba a embriagarle. Sentía como el moreno succionaba su miembro y lamia de vez en cuando, su boca era tan cálida, tan húmeda. ¡Aquello se sentía jodidamente bien!

 

–Sa… Sasuke, para… me…– no pudo terminar la frase pues los labios del moreno le hicieron callarse, al mismo tiempo que frustraban la culminación de su placer.

 

–Shhh– Susurró mientras ponía su índice sobre sus labios. –Todavía no– Sensualmente llevó tres dedos a su boca y los lamió el mismo haciendo que el sonrojo del blondo aumentara. Sonrió cuando notó que Naruto estaba apenado y excitado al mismo tiempo por su acción.

 

 Llevó un dedo a su entrada, que acarició logrando un jadeo por parte del menor. Introdujo su dedo húmedo embistiendo lentamente, y al poco tiempo introdujo el segundo que fue seguido por el tercero. Naruto estaba encerrando en su mundo de placer personal, Sasuke era un experto en hacer delirar de placer.

 

El rubio escuchó el sonido del cierre del pantalón abriéndose y supo lo que el Uchiha estaba haciendo, sintió la humedad de la punta del pene y cómo poco a poco irrumpía en su interior. Los jadeos no se hicieron esperar después de la primera embestida. Naruto abrazaba con fuerza el moreno por la espalda, mientras este arremetía fuertemente contra él soltando esporádicos jadeos.

 

El acto se repetía constantemente aumentando de intensidad conforme el tiempo pasaba. Naruto ya no trataba de callar sus gemidos. ¡Al demonio si alguien los descubría! Los momentos que pasaba junto a Sasuke eran los mejores de su corta vida e iba a disfrutarlos mientras duraran. Poco tiempo después los dos culminaron gimiendo el nombre del contrario para después quedar solamente mirando el brillo de los ojos ajenos. Azul contra negro, día y noche, luz y oscuridad, el complemento perfecto.

 

–Te amo– Dijo el rubio con una sonrisa de satisfacción en el rostro.

 

–Y yo a ti– Susurró el moreno desviando la mirada para que el rubio no notara el sonrojo que le causaba el confesar sus sentimientos hacia él. Naruto solo sonrió con más fuerza, amaba aquella parte del Uchiha.

 

... 

 

Se asomó lentamente por la puerta mirando hacia los costados para asegurarse que no había nadie que pudiera velo salir. –Nos vemos, Sasuke– Dijo mirando hacia atrás antes de salir corriendo. La hora ya había terminado y tenían que regresar a la clase.

 

El moreno no respondió, solo se quedó mirando, esperando que pasara el tiempo necesario para él también volver a su salón sin levantar ninguna sospecha.

 

Una vez que pasó el tiempo que él creía conveniente, salió como si hace un momento no acabara de hacer el amor con su novio en la sala de juntas de la escuela. Caminó lentamente hacia su salón, sabía que la hora siguiente Hatake Kakashi era el encargado de dar la cátedra, y conociéndolo, seguramente seguiría perdido en los caminos de la vida. Y tuvo razón. Llegó hasta su aula y solo estaban sus compañeros, quienes se sorprendieron al verlo entrar.

 

Sabía perfectamente qué era lo que pensaban. Sabía que les asombraba que el gran Uchiha Sasuke haya sido sacado de la clase y que además de eso, se hubiera saltado la siguiente, cuando anteriormente, era el más cumplido de toda la generación; y aunque sus calificaciones siguieran siendo las mejores, su actitud y comportamiento habían dado un giro. Las personas más cercanas a él, porque no podía considerarlas amigos aún, le dijeron que algo en su vida había causado eso y se desvivieron preguntando qué había de nuevo en la vida del Uchiha, a lo que él había contestado que nada.

 

Mentira.

 

Sabía perfectamente que desde que cierto torbellino rubio se había cruzado en su camino todos sus días eran mejores. Además, no estaba descuidando nada, él jamás se permitiría caer tan bajo, simplemente se estaba dando un respiro de toda aquella pomposidad con la que anteriormente había vivido sus escasos 18 años.

 

Malas influencias las llamaba su madre. Muchas veces le dijo que personas que le apartan del camino era mejor evitarlas, que solo le harían mal; pero él no encontraba ningún mal en aquello que estaba haciendo, no le hacía daño a nadie, ni a él ni a Naruto, quienes eran los dos involucrados.

 

Tal vez alteraba su comportamiento, tal vez interfería un poco en su concentración, tal vez nublaba su razón y sus sentidos, tal vez le hacía mal, pero para él, el rubio era un mal necesario.

Notas finales:

Espero que el fic haya sido de su agrado, lo hice solo para entretener aunque sea un momento a la gente que se anime a leerlo, por alguna razón me gusta complacer a las demás personas y espero que la historia les pareciera interesante. Personalmente disfruté escribiendola.

 

Espero leernos pronto.

 

Adiosín


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