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Todo empieza en el Bar. por E-S-E

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Notas del capitulo:

¡Hola! Gracias por entrar a leer <3. 

 

 

Lean~

Y ahí se encontraba nuevamente, caminando hacia el bar que frecuentaba cada tarde hacía una semana. ¿Quién iba a imaginarlo? Oh Sehun, un chico de apenas 19 años, ya se encontraba pasando por su primera gran pérdida sentimental.

 

 

«Vaya zorra con la que me fui a meter.»

 

 

Pensaba para sus adentros, mientras descargaba todo su dolor en el gigante vaso de cerveza que el barman le había servido. Aún le faltaba emborracharse un poco para que comenzase el verdadero show.

 

 

— ¡Dame otra! —exigió cuando su tercera ronda de cerveza se acabó. El barman se la dio, preparándose para lo que se venía.

 

 

Sehun se la llevó toda al estómago de un solo sorbo. Y ahí todo comenzó.

 

 

— ¡¿Cómo pudo hacerme esto a mí la muy perra?! —gritó golpeando fuertemente el vaso en la barra, todos los clientes dirigieron su vista a él, acostumbrados al griterío que venían escuchando hace ya dos semanas. Algunos reían, otros lo grababan. — ¡¡SÍ, llevábamos un mes de relación, ¿y qué?!! —gritó girándose sobre su asiento, para encarar a todos los clientes, quiénes lo veían divertidos. — ¡¡SÍ, no quise tener sexo con ella, ¿y qué?!! —gritó nuevamente, todos en el local rieron, todos menos un chico que lo veía interesado.

 

 

Un cliente se le acercó y comenzó a hacerle preguntas, con la única intención de reírse un poco más.

 

 

— ¿Y por qué no quisiste llevarla a la cama? —le preguntó el hombre, indicándole con la mano al barman, que le sirviera una ronda.

 

— Porque con lo zorra que era… de seguro me agarraba algo. —dijo mirando al hombre, para luego arrebatarle su copa de la mano y bebérsela él. El hombre solo rió.

 

— ¿Y si sabías que era zorra, por qué te metiste con ella? —preguntó nuevamente.

 

— Porque… pensé que la amaba… ¡Hasta que la vi en MÍ cama teniendo sexo con mi “MEJOR AMIGO”! —gritó, parándose de su asiento y casi cayendo al piso, si no fuese porque sus ahora, amigos, del bar, lo afirmaron a tiempo.

 

— Golpe duro chico. —dijo uno de los clientes mientras lo sentaba alrededor sobre una mesa.

 

— Yo sabía que Krystal era una puta, ¿pero Jongin? —susurró abatido, y de seguro hubiese comenzado a llorar en ese mismo instante si no fuera porque sintió como uno de sus “amigos” del bar, comenzaba a tocarle el muslo de una forma muy íntima para su gusto.

 

 

Sí, quizás estaba borracho, y sí, quizás quería tener algo con alguien luego de lo que le habían hecho. Pero, muy distinto es querer que te violen.

 

 

— Hey, hey, hey. —interrumpió un chico de repente, apartando las manos del cliente de las piernas de Sehun. — No se pasen solo porque está pasado de copas. —dijo el chico, bajando a Sehun de la mesa, quien tuvo que engancharse a su espalda para no caer al piso.

 

 

El chico olía muy bien, desde esa posición Sehun notaba que era más alto que aquel desconocido, por lo que tenía que hacer un esfuerzo para no caer de todas formas. Podía ver su cabello, el cual era rubio acaramelado con unos pequeños risos. No podía ver su rostro, pero podía escuchar esa voz angelical que hacía presencia para defenderlo y también podía sentir esas manos intentando ayudarlo para que no cayera.

 

El chico terminó por subir a cuestas a Sehun a su espalda, haciendo un esfuerzo enorme por poder cargarlo sin ser él quien cayese al piso.

 

 

— Mejor te saco de aquí, antes de que estos pervertidos te hagan algo. —habló nuevamente el chico rubio con voz autoritaria, mientras se giraba y caminaba junto a Sehun, quien sintió cómo alguien golpeaba su trasero y luego muchas carcajadas se oyeron.

 

 

Sehun no supo nada más, se quedó profundamente dormido.

 

 

 

Había segundos en los que sus ojos se abrían y podía notar que era de noche, no sentía sus pies tocar el piso, pero de todas formas sentía cómo avanzaba sin hacer esfuerzo alguno. Luego, sus ojos se cerraban. A los minutos, quizás, se volvían a abrir y podía notar cómo es que ya no avanzaba, pero sentía a alguien quejándose. Parecía estar cansado, y luego, volvía a moverse sin hacer esfuerzo alguno, aunque ahora sentía como alguien lo afirmaba fuertemente de los muslos. Segundos después sus ojos se cerraron nuevamente.

 

 

Minutos después, volvió a despertar. Esta vez, definitivamente, se encontró a sí mismo acostado en una cama, para su suerte, vestía su polera y sus bóxers.

 

 

 

«Gracias a Dios.»

 

 

 

Se dijo a sí mismo al recordar al tipo en el bar tocar sus muslos. Inspeccionó la habitación, no era la suya, ni la conocía. Vio por una ventana hacia afuera, ésta tenía cortinas, pero aún así se podía notar que seguía siendo de noche. No le dio importancia a eso cuando vio la puerta abrirse, enseguida miró en esa dirección, un chico… ¿o una chica? No importaba, era hermoso… o hermosa. Traía puesto un pijama, un short negro con una polera un poco grande color café, con un pequeño oso al medio. Se veía adorable.

 

 

— Oh, despertaste. —escuchó al chico hablar, entonces lo recordó. Era el chico que lo salvó en el bar, al parecer, la habitación era suya.

 

— ¿Dónde… estoy? —fue lo único que logró preguntar al ver al chico acercarse y sentarse a los pies de la cama.

 

— En mi casa, intenté preguntar tu dirección, pero bueno, te dormiste en mi espalda. —dijo con una sonrisa, Sehun se acomodó en la cama, sentándose, sintiendo su cabeza doler a horrores, ¿acaso la borrachera ya se había pasado? ¿Por qué duró tan poco? — Ten. —dijo el rubio ofreciéndole una pastilla y un vaso de agua. Y Sehun pudo notar que ni siquiera se había dado cuenta de que el chico traía esas cosas con él, lo único que veía era su rostro, su cuerpo, y su rostro nuevamente. — Es para el dolor de cabeza.

 

— Oh, gracias. —susurró Sehun antes de llevarse la pastilla a la boca y tragarla con un poco de agua.

 

— ¿Cómo te llamas? —preguntó de repente el rubio, Sehun dejó el vaso a un lado, en una mesita de noche y respondió.

 

— Oh Sehun.

 

— ¿Oh Sehun? —repitió el chico pensativo. — Me suena conocido, pero no recuerdo haberte visto en ningún otro lugar. —dijo confundido. — Mi nombre es Xi Luhan, un gusto. —dijo el chico con una sonrisa.

 

— También me suenas conocido… —murmuró Sehun. — Pero tampoco te he visto antes, de seguro te recordaría.

 

— Qué raro. —Luhan suspiró. — En fin, ¿me contarías por qué te emborrachabas como loco? —preguntó animado, mientras se arrodillaba sobre el colchón de su cama, mientras que Sehun se sentaba en ésta.

 

— Oh bueno… —susurró antes de comenzar a hablar. — La cosa es que, comencé a salir con una chica hace poco más de un mes, su nombre era Krystal, bueno… la cosa es que me gustaba y yo a ella también, pero verás, ella era un poco… “atrevida” por así decirlo. —confesó avergonzado. — Y siempre se me insinuaba más de la cuenta, ella me gustaba, pero no al punto de, bueno, tener sexo con ella, por lo que me negué. La cosa es que la encontré a los días después teniendo sexo en mí cama con mi mejor amigo. —finalizó la historia rápidamente.

 

— Vaya… pero si dices que sólo te gustaba, ¿entonces por qué sufres tanto? —preguntó el rubio confundido.

 

— Ah, bueno, es porque me duele la traición de mi amigo, no la ruptura con ella. —aclaró. Luhan rió en voz alta. — Ya… ¿por qué ríes? No estoy contándote un chiste. —dijo un ofendido Sehun.

 

— Es que parecía que sufrías por amor, qué bueno que no era así. —le dijo con una sonrisa, Sehun también rió.

 

— Quizás fui un poco dramático… —susurró el castaño Sehun.

 

— Sí, lo fuiste. Ahora, Sehun… —habló el rubio. — Dime, ¿te molestaría dormir conmigo, o prefieres hacerme dormir en el piso? —preguntó Luhan, Sehun lo miró enseguida.

 

— ¿Cómo? ¿Dormiré aquí? Puedo irme a casa ahora que estoy consciente… —dijo el castaño avergonzado.

 

— Claro, si quieres caminar por ahí a las 3 de la mañana mientras que aún estás algo “indefenso” y cualquier persona puede hacerte algo, hazlo. —contestó Luhan con un tono protector, y a la vez queriendo que ese hermoso chico castaño se quedase con él.

 

— ¿Tan tarde es? —preguntó sorprendido. El rubio asintió. — Oh… supongo que entonces dormiré aquí. —susurró.

 

— Vale, entonces dormimos en la misma cama. —dijo Luhan mientras gateaba sobre el colchón hasta situarse al lado disponible y meterse bajo las sábanas. Sehun se sintió avergonzado. Y se avergonzó de sí mismo cuando sintió una descarga eléctrica recorrer su cuerpo al sentir las piernas de Luhan rozando con las suyas cuando éste se metió en la cama.

 

— D-de acuerdo… —tartamudeó Sehun mientras se acostaba en la cama, quedando a la misma altura que el rubio. Ahí recordó que cuando Luhan lo cargó en el bar, era Sehun el más alto.

 

— ¿Qué edad tienes? —preguntó Luhan, ambos estaban frente a frente, pero a una distancia considerable, o lo que aquella cama les permitía alejarse.

 

— Diecinueve. —respondió el castaño, Luhan sonrió.

 

— Eres pequeño. —susurró, alargando, sin temor, su mano hasta encontrar el cabello de Sehun y acariciarlo. — Yo tengo veintitrés. —y lo siguiente, fue la cara de sorpresa del, ahora, menor.

 

— No puedo creerlo, ¿eres un hyung? —preguntó sorprendido, Luhan simplemente asintió.

 

— O un gege, como se dice en mi país natal. —añadió, acariciando ahora la mejilla del castaño, quien se sonrojó, pero no hizo nada al respecto. Después de todo se trataba de un hyung, uno que era lindo, adorable, y se veía, de confianza.

 

— ¿Eres de China? —preguntó el menor al reconocer la palabra “Gege”.

 

— Sí. —susurró. Sehun, de repente sonrió.

 

— Tengo un amigo chino, es muy tierno, como tú. —dijo Sehun. Ahora el sonrojado era Luhan, quien quitó su mano de la mejilla del menor, avergonzado por el comentario.

 

— O-oh… —tartamudeó tragando saliva. — ¿Cómo se llama? —preguntó una vez calmado.

 

— Zhang Yixing. —dijo el menor. Los ojos de Luhan se abrieron de la sorpresa.

 

— ¿Zhang Yixing? ¿Lay? —preguntó sorprendido, pero sin moverse de su lugar.

 

— Huh… ¿lo conoces? —Luhan asintió. — Quizás por eso recuerdo tu nombre… alguna vez debió hablarme de ti. —dijo el menor pensativo, intentando recordar alguna conversación, pero era poco lo que entendía de su amigo, quien aún no perfeccionaba muy bien su coreano.

 

— Espera… ¿te dice Hunnie, verdad? —preguntó Luhan, al recordar varias conversaciones por teléfono con su mejor amigo; Lay.

 

— Sí. —respondió el menor. Ambos se sentaron en la cama, casi a una perfecta sincronización. Luhan comenzó a reír levemente, al recordad lo que más le repetía su dongsaeng. — ¿Qué pasa? ¿Por qué ríes? —preguntó el menor confundido.

 

— Verás, Lay siempre me llamaba para pedirme que saliera con uno de sus amigos, “Hunnie” recuerdo que me decía que se llamaba, supongo que eras tú. —dijo un poco sonrojado al recordar dichas conversaciones.

 

— ¿Salir? ¿A una cita? —preguntó Sehun, Luhan asintió. — Pero yo no…

 

— Lo sé, lo sé. Te gustan las chicas, Lay me lo dijo. —aclaró enseguida el rubio. — Pero él estaba seguro de que apenas me vieras cambiarías de opinión. —dijo Luhan, Sehun se sonrojó, aquello tenía algo de cierto.

 

— Bueno, aunque… —susurró nervioso. Pero antes de finalizar la oración, Luhan comprendió la situación y lo interrumpió.

 

— ¿No se equivocó, verdad? —preguntó entretenido, con una sonrisa en sus labios. Sehun lo miró alarmado, notando como Luhan cambiaba su posición, pasando de estar sentado a su lado, a arrodillarse frente a él.

 

— N-no… no lo hizo… —dijo aún más nervioso al notar al mayor gatear hacia él, se veía encantadoramente sexy.

 

— ¿Entonces si te gusto, Hunnie? —preguntó con voz coqueta, subiéndose sobre el regazo del castaño, terminando por sentarse sobre él, éste tragó saliva y dijo.

 

— La verdad es que… sí.

 

 

El rubio no esperó ni medio segundo para besar a Sehun luego de su respuesta positiva. Luhan podría jurar que aquel niño se veía particularmente inocente, pero todos esos pensamientos se fueron a la mismísima mierda cuando Sehun lo agarró del trasero y sin vacilaciones lo empujó hacia atrás, dejándolo acostado de golpe. Luhan sonrió con lujuria. Con qué así estaban los papeles.

 

Sehun rápidamente se quitó su camiseta y volvió a juntarse con Luhan. Besándolo desesperadamente. Él solo había ido a ese bar como acostumbraba a hacer últimamente, solo había ido a beber y pasar las penas. Pero si de la nada aparecía un chico guapo, que además le ofrecía una buena noche de sexo, no pensaba negarse de ninguna forma.

 

— A-ah, mierda… —gimió el rubio cuando el menor le alzó la camisa y comenzó a succionar uno de sus pezones. — Más… oh, sí… —Luhan atrapó con una de sus manos el cabello de Sehun y comenzó a tirarlo debido al placer. Le encantaba la ágil lengua del menor.

 

Luhan no paraba de gemir con las simples caricias en el sector de su pecho, pero todo se calmó cuando Sehun se separó de él. El rubio lo miró confundido, ¿no pensaba echarse para atrás, verdad? Claro que no, y eso Luhan lo comprobó al notar cómo era despojado de su propia camiseta, el rubio sonrió mientras que Sehun se levantaba de la cama para quitarse los pantalones y los bóxers al mismo tiempo. Luhan sonrió del absoluto placer que le causó ver la erección de Sehun liberada. El menor lo miró expectante, y Luhan entendió que él también debía desvestirse.

 

Sehun lo miraba ardiendo en lujuria, y la mirada de Luhan no era muy distinta cuando se puso de pie frente al mismo Sehun y lentamente comenzó a bajarse el pantalón y los bóxers, bajando él junto con éstos. Terminando arrodillado frente a Sehun.

 

El menor sonrió al notar la acción de Luhan y lo agarró del cabello. El rubio lo miró con una gran sonrisa de satisfacción y tomó el miembro de Sehun en sus manos, comenzando a acariciarlo, sin despegar la vista del castaño. Quien lo miraba extasiado.

 

— Métetelo. —dijo Sehun en un tono de voz grave, al sentirse desesperado de ver a Luhan tocándolo. El rubio simplemente le besó la punta y lo miró con una sonrisa. Sehun le sonrió con malicia y le jaló el cabello hacia atrás, Luhan hizo una mueca debido al dolor y sin darle tiempo para pensar, Sehun le embistió la boca.

 

— Mhmg… —algo parecido a una queja resonó en la garganta del rubio, mientras le dedicaba a Sehun una mirada de molestia. Pero eso no se vio reflejado en sus actos cuando empezó a masturbar al menor con su boca.

 

Sehun gruñía mientras que Luhan estaba cien por ciento concentrado en su trabajo, sosteniendo con una mano la extensión de Sehun mientras chupaba desde la punta hasta donde su boca le permitiera. Con su otra mano acariciaba los testículos del menor, provocándole un mayor placer aún.

 

Luhan se sacaba y se volvía a meter el pene de Sehun en la boca con una habilidad casi indescriptible. Y parecía disfrutar mucho del sexo oral, pero no más que Sehun, quien gruñía debido a lo que la boca del mayor le estaba provocando. El rubio comenzó a aumentar el ritmo de la succión en el miembro del menor, quien tiraba fuertemente de su cabello. Pero antes de que Sehun se pudiese correr en la boca de Luhan, él mismo lo apartó, tomándolo del brazo para levantarlo y tirarlo a la cama. El mayor cayó de boca, dejándole en una muy buena posición su trasero a Sehun.

 

— ¿Quieres que te folle, Luhan? —habló Sehun, su voz sonando mucho más grave que minutos antes.

 

— Oh, sí. Fóllame Sehun. —el menor sonrió complacido, tomó la cintura del mayor y lo posicionó en cuatro frente a él. Luhan apoyó su cabeza en el colchón e intentó girarse para mirar bien al menor al momento en que lo penetrara.

 

— Tienes que contarle a Lay de esto. —Luhan sonrió con malicia, y sin preparación o algún tipo de lubricación; Sehun lo penetró, con tanta fuerza y tan profundo que Luhan quedó casi acostado en la cama, de no ser porque el menor lo tenía agarrado de la cintura.

 

— ¡Aaa-ah…! —gritó, casi desgarrándose la garganta debido a la fuerte embestida que Sehun le había dado tras entrar de esa forma tan ruda en él.

 

— Pensé que te gustaba así… —dijo Sehun, sonando casi angelical. Sí, quizás se estaba descargando en el hermoso chico rubio por la traición de su mejor amigo. ¿Y qué? Luhan se le había ofrecido en bandeja como un juguete para consolarlo.

 

Nuevamente se movió de esa forma bruta en su interior, casi rompiendo a Luhan.

 

— C-claro que sí, ah… solo sigue. —Luhan estaba mínimamente sonrojado, mientras que un pequeño rastro de saliva se escurría por su boca hacia el colchón de la cama.

 

— Bien. —Sehun volvió a sonreír de esa forma descarada y penetró salvajemente a Luhan. El dolor ya pasaba a placer, y es que con un masoquista como de seguro lo era Luhan, el dolor era placer.

 

— M-más fuerte… —Sehun se confundió por un segundo con esa petición y rápidamente reaccionó. Dándole a Luhan lo que pedía, penetrándolo más fuerte, más rápido, más profundo. Más y más.

 

Luhan llevó su propia mano hacia su miembro y comenzó a masturbarse, mientras que Sehun seguía embistiéndolo de esa forma bestial. Le gustaba, le encantaba, amaba el sexo así. A Luhan le gustaría retener a Sehun para siempre solo para que lo poseyera así cada vez que quisiera. Que lo rompiera por dentro, que lo reventara. Que lo llenara. Que le diera lo que él necesitaba.

 

 

— ¡Aah, m-mierda! —Luhan lo sentía, sentía esa puta sensación en su estómago que le indicaba que ya se venía. Que ya todo acababa. Y él no quería que terminase. No por ahora.

 

— V-vamos Luhan, un poco más. —pedía Sehun, casi como un gruñido. Él aún no sentía ese revoltijo en su interior. Y quería que durara más, quería tener a Luhan un poco más, para poder olvidarse de todo.

 

— No… p-puedo… —gimió el rubio hundiendo su cabeza en el colchón. Mordiendo las sábanas y estrujándolas entre sus manos. — Mghm… —Sehun seguía embistiéndolo de esa forma tan malditamente erótica y sin poderlo aguantar más. Se corrió.

 

De una forma bestial, manchándose incluso el rostro. De seguro se veía como una puta de barrio en esos momentos, pero eso solo lograba excitarlo más, sintiendo aún más fuertes las estocadas de Sehun en su interior, oh mierda, ahora que su entrada se estaba contrayendo se sentía delicioso, malditamente placentero.

 

— S-sehun… ah… —Luhan quería levantarse, levantarse y besar al castaño, pero sus brazos no se lo permitían. Su fuerza se había acabado. Y es que con el orgasmo que acababa de tener no podía pedir mucho más. — A-ah… v-ven… —logró susurrarle, hundiendo su rostro en el colchón. Sintiendo como su cuerpo era impulsado hacia adelante y luego hacia atrás, una y otra vez con una enorme rapidez y fuerza.

 

No tuvo que esperar mucho cuando sintió el pecho de Sehun juntarse con su espalda, oh Dios, ahora el movimiento se sentía mucho más erótico tras él, más placentero. Luhan estaba duro de nuevo. Y Sehun ni siquiera se había corrido aún.

 

 

— No sabes… cómo te ves en estos m-momentos. —Luhan sentía el sudor de Sehun caer en sus hombros y también pudo sentir la mano del menor abriéndose camino hasta llegar a su miembro nuevamente erecto y comenzaba a masturbarlo. Con fuerza y ejerciendo presión, tocando la punta y luego no.

 

— ¡Aah, jodeeer! —Luhan no podía creerlo. Nunca en su puta vida había estado duro dos veces en la misma sesión de sexo. Y ya sentía que se venía de nuevo. — M-más… Sehun… Aah…

 

— Mierda, ya no aguanto. Cada vez te contraes… más… —Sehun le mordió el hombro y Luhan soltó un gritito de dolor y placer a la vez. Y no pudo. No logró aguantar más. Por segunda vez, se corrió.

 

 

Pero esta vez no se corrió solo. Sehun se corrió con él. Cayendo rendido sobre el cuerpo agotado de Luhan.

 

 

— E-ese… fue un gran p-polvo… —susurró Luhan, intentando regular su respiración, Sehun seguía sobre él.

 

— Lo fue.

 

 

 

Fin.-

Notas finales:

Bueno, gracias por leer. Este fue un regalo para todas las lectoras de ¿Who Is My Prince? Ya que por primera vez en mi vida, no actualicé cuando debía. 

 

Las quelo <3

 

 

-HSM


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