El eco de una bofetada en las cuatro paredes que eran testigos de muchas discusiones empleadas entre una pareja dispareja. Con el rostro bañado en lágrimas y su mano extendida hacia adelante mostrando todo el dolor que sentía.
-se acabó-dijo en un susurro que casi fue imperceptible, se sentía demasiado arrepentido de haber hablado lo que había hablado, no sabía porque había dicho eso, era realmente algo que no sentía, algo que en verdad nunca existió.
-perdón-también lo susurro y la persona que estaba junto a él lo miro con odio
-¿perdón? Que ridículo-dijo con mofa, se volteó y emprendió su largo camino a la puerta, una mano detuvo su caminar, no quería que fuera un adiós, la amaba, la adoraba pero ella había terminado todo, mejor dicho él le dio el inicio de la herida para que ella pueda terminarla.
-no te vayas-agacho su cabeza, sujeto más fuerte la muñeca de su acompañante e intento acercarla a su cuerpo
-demasiado tarde, lo siento-se soltó bruscamente dejándolo de pie y con su mano extendida hacia el vacío, no veía nada más, sus lágrimas inundaban sus ojos, escucho el sonido de la puerta al cerrarse y se dejó caer en el suelo todo lastimado, no físicamente, si no sentimentalmente.
Su amor fue como un vaso que se calló de sus manos, por más que pidió perdón al dueño nunca se pudo arreglar peormente solucionarse. Escucho el timbre de la puerta, mas no presto atención. Se mantuvo arrodillado en el suelo, no quería saber nada, nada de nada.
-Hikari-lloro
El timbre intensamente sonoro lo molestaba, ese bendito timbre sonaba todos los días a todas las horas, no quería que vuelva a sonar pero así lo hacía. Tres semanas, eran ya tres semanas que llevaba encerrado en su departamento, no había salido para nada, solo se alimentaba de sus frutas ya escasas, sus amigos todos los días iban a visitarlo pero no era lo mismo, no quería vivir una vida si no es como la vivía antes.
Escucho el sonido de la puerta abrirse, maldita sea, habían llamado a un cerrajero. Entraron tres personas a su habitación y lo intentaron levantar, mas sus intenciones fueron nulas, su cuerpo parecía no tener vida
-anda, no seas así, no eres mi amigo, ya ni te reconozco-dijo un chico de cabellos negros intentando animarlo
-déjame en paz
-¿Cómo quieres que nos llamemos tus amigos si te dejamos aquí? Anda, arréglate que vamos a salir
-no quiero-volvió a decir
Uno de los chicos se encolerizo y tiro al suelo una almohada que había estado en el filo de un mueble ofuscado.
-MALDITA SEA HOMBRE, ES SOLO UNA MUJER, HAY MILES EN EL MUNDO ¿POR QUE PONERSE ASÍ POR UNA ESTUPIDA MUJER?-grito furioso
-NO ES UNA ESTUPIDA MUJER-chillo el chico molesto-era mi futura esposa, íbamos a casarnos en esa misma semana pero un día antes se fue
-discúlpame Yuuri pero el que tuvo la complejidad aquí fuiste tu
-¿Qué yo fui el del problema?
-así es-dijo uno de lentes-tú fuiste el que te pasaste con tus palabras, nadie te obligo a decirle lo que sucedió la noche anterior
-se suponía que íbamos a contarnos todo, además no pasó nada, ella simplemente escucho lo de la despedida de solteros y se encolerizo, estábamos bien, ella me contó que había tomado la noche anterior con sus amigas, maldita sea llevábamos nueve años de novios y ahora, faltando un día para nuestra boda, la cancela porque en su cabeza pasaron cosas que ni siquiera fueron verdaderas.
-Yuuri, sabes que tú deberías de morir con el secreto de la despedida de soltero
-pero maldita sea no hice nada, solo me pase de copas, no tuve sexo con las bailarinas ni nada parecido, no entiendo porque demonios se puso así de histérica
-¿y lo que le dijiste?
-s-solo
-Yuuri, la ofendiste, dijiste cosas que no se les debe de sacar en cara a una mujer
-¿ahora estas a favor de ella?
-no quiero decir eso
-¿entonces qué?
-solo digo que se te paso la mano y esa fue la gota que derramo el vaso
-¿entonces estas afirmando que fue mi culpa?
-yo solo….-fue interrumpido por uno de los dos chicos que escuchaban atentos
-bueno bueno-repuso un amigo suyo-dejemos esto para después, mejor vayamos a tomar algo y olvidarnos de todo esto
-estoy de acuerdo-dijo un amigo suyo que se había mantenido expectante de todo el royo.
La puerta fue tumbada bruscamente dejando entrar a alguien que para los cuatro chicos ahí presentes era un total desconocido.
-¿QUIEN DE AQUÍ ES YUURI SHIBUYA?-su euforia hizo temblar a todos y señalar al chico moreno que se encontraba sentado en el filo de la cama
-¿q-quien eres tú?
-¿TU ERES EL MALDITO QUE LE FUE INFIEL A MI HERMANA?
Todos quedaron con sus ojos bien abiertos al escuchar tremenda declaración por aquel muchacho de unos dieciocho años que los miraba con una furia indiscutible
-¿t-tu hermana? ¿h-hablas de Hikari? ¿Eres el hermano de Hikari?-su nerviosismo estaba a flor de piel, no podía negar que el aspecto que tenía ese muchacho lo hacía temblar y también la sorpresa de enterarse que Hikari, su ex prometida tuviera un hermano totalmente desconocido para él.