Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un paso hacia el destino por J M Alvar

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Buenos días, tardes y espero no noches xD Ésta es mi segunda historia, acerca de mi videojuego favorito: Pokémon *v*!!! No sólo habrá RedxGreen, igual meteré a los demás entrenadores y si os gusta de verdad pueden decirme su pareja preferida y con gusto la agregaré a la historia :v.

Pd: no sé si os gustará algo como un cap entero de batalla xD si os gustaría ver un poco de acción a lo pokemon pues haganmelo saber :DD

Notas del capitulo:

En sí, este cap es sólo la introducción :P Espero les guste

 

    Es difícil de encontrar cuando es algo verdadero. Para algunos es semejante al amor, pues es puro querer lo que en él se encuentra. Puede que lo busquen, o que éste vena a ustedes.

           ...lo que llaman “Amigo”

           ¿Algún día lo han encontrado?

Es aquello que ríe cuando hay luz en nuestro interior. Aquello que nos alienta a seguir cuando nubes negras se acumulan en nuestro corazón; disipándolas con su voz cálida, siempre con una mano en nuestro hombro. Es Aquel que nos hace sentir vivos, y lo que mueve el mundo. Es lo único en nuestro universo que no acaba, que es infinito y que no se puede cambiar, que entre golpes y riñas solamente logra fortalecerse. Algunos no logran encontrarlo, otros prefieren no hacerlo y así evitar el dolor que provoca un impostor. Pero ellos no crean dolor, ellos lo alejan y lo sabrás cuando te animes.

Basta algo que es un llamado para ellos. Como una señal que los hace venir. Tiene muchos nombres, algunos pueden verlo como algo malo, pero no tiene un gramo de esto en sí. Ustedes deben conocerlo como…. Sonrisa.

Pronto se vio caminando con prisa por entre las calles de ciudad Azulona, con varias bolsas de cartón en manos, las cuales cubrían su rostro; repletas con varias frutas, panes y cereales que humeaban y dejaban un rastro de su deliciosa fragancia por todo el nevado camino. Recorría centenares de edificios y de un momento a otro comenzó a correr apresuradamente marcando sus huellas en el camino tan rápidamente que la gente que caminaba en las calles lo miraban sorprendidos por su actitud tan “salvaje y apresurada mientras paseaban como de costumbre sus Eevees que andaban felices jalando a sus amos los cuales corrían tras de ellos sosteniendo sus Pokeballs con las manos y apretando estremecidos sus correas entre los dientes.

La silueta de un hombre corría desenfrenada por las congeladas aceras cubiertas por la aparentemente incesable plaga que bombardeaba el asfalto. Sostenía un puerro entre sus labios –obviamente el puerro era para él… Pues su adorablemente caprichoso “amigo” nunca comería algo que estuvo antes en los dientes de alguien más. –

Comenzó a dar cada vez pasos más rápidos y grandes, haciendo que sus zapatillas rojas con negro para deportes pronto se vieran llenas de nieve y con las suelas ciertamente mucho más gastadas y calientes que cuando las compró, no más de 3 días antes. En pocas palabras, a los ojos de los demás y gradualmente a los suyos también; se convirtió en un lunático que corría envuelto en bolsas de comida que se apilaban una sobre otra y al estar abiertas permitían que alguna que otra, véase manzana o tomate quisieran salir disparados en un vuelo placentero por debajo de la nieve, estrellándose en el suelo y enrojeciendo la blanca lluvia. Sus largas calcetas blancas de invierno se hallaban nadando dentro de sus zapatillas llenándolos con mugre que recogía a cada paso del suelo.

La nieve continuó cayendo durante algún rato. Los ojos del chico pronto ya se habían posado por sobre la cerradura y el frío de las calles fue dejado atrás por sus pasos. El insípido olor de la recepción olvidada con paredes grisáceas cuyo color real nunca se supo y la sensación nostálgica del elevador hecho de fierros entrelazados y con una puerta de reja que se abría con un rechinido se fueron, y el tibio perfume de una bebida deliciosa y humeante inundó la completa mente del chico.

Minutos después de que la gigantesca puerta de hierro del lobby se cerrara la tormenta acabó y el sol dejó que la luminosa capa se derritiera poco a poco y la ventana que daba al comedor del departamento se empañara hasta convertir lo que encerraba en una ilusión. Dos tazas de café, acompañadas por finos platos de porcelana cubiertos por rebanadas de coloridos tonos de un apetitoso pastel recién preparado.

La puerta del departamento se cerró lentamente, y tras ella el chico se dejó ver nuevamente dentro de su hogar. Caminó lentamente hacia la mesa para dos situada en la cocina y dejó caer lentamente 3 bolsas repletas en comida sobre ella. Suspiró aliviado y dejó caer sus manos, como si éstas pesaran demasiado.

Estiró su brazo hasta su cuello y arrancó de él una bufanda de un tono púrpura, inclinándose hasta la puerta que se encontraba a su lado, mirando hacia la sala de estar y arrojándola sobre el sillón de dos asientos; de un tono verde pino y con una cubierta suave y esponjosa. Su piel era blanca, su cuello era terso y sus ojos se llenaban de un tono rojizo al igual que sus labios inexpresivos. Tomó su gorra favorita y solo consiguió dejarla caer al suelo descubriendo su corto cabello, de un negro profundo que cubría su frente y parte de sus tibios ojos. Sus mejillas enrojecidas por el frío pronto retornaron a su incoloro tono.

Nuevamente dejó escapar un suspiro y dirigió su mirada hacia donde –de no ser por el grueso muro pintado de azul– el cielo se encontraba nublado y gris apenas despejándose y por entre los cúmulos blancos apenas comenzaba a escapar rápidamente un destello: La luz comenzaba a volver y dejaba hundir sus rayos directamente en la ventana frente al hombre por fin así iluminando todo el cuarto.

La mueca inexpresiva del pelinegro no cambió cuando por dentro de su pequeño mochilón con tonos brillantes algo comenzó a moverse y dejó salir un ruido “¡juuum!”  Un cuerpo comenzó a marcarse dentro de la mochila y por fin el hombre la abrió de un tirón, dejando salir a un pequeño zorro. Su pelaje era de tono café y en su pecho, patas y cola crecía éste ligeramente más que en cualquier otra parte con un cálido tono crema. Sacudió la cabeza y pronto abrió sus ojos extrañamente azules mirando por encima del hombro del chico.

—Red —exclamó con voz dulce alguien al otro lado del cuarto mientras lo miraba con una feliz y agradable sonrisa. El Eevee saltó dejando atrás al pelinegro y corriendo hasta poder descansar en los brazos de su entrenador.

Red lo miró. Y pronto, después de que su mente logró reconocer su rostro, sus hermosos ojos de un tono esmeralda profundo, sus delgados labios rosados, su piel bronceada y su corto y alborotado cabello, no pudo evitar: Sonreír.

Notas finales:

Vale eso fue todo, espero y les guste >w<!! Pronto subiré la segunda parte y si querén pueden decirme que otra pareja de pokémon agregar :DD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).