Suelto un gruñido cuando el Sol me golpea en los ojos, clavándose en mis párpados como puñales ardiendo al rojo vivo. Sin embargo, mi leve enfado se disipa cuando oigo una risa suave y cantarina, tintineando en mis oídos.
-Wookie…
-¿Mhm?
-Cierra las… cortinas… - mi voz suena más grave de lo habitual, señalando así que he dormido pocas horas.
Me meto debajo de las mantas rápidamente. No quiero levantarme, enfrentar la realidad, y darme cuenta de que es la misma de todos los días. Quién me iba a decir a mí que ser una estrella del Kpop resultaba a veces algo… tedioso.
Pero de repente siento un golpe en mi costado, y un peso extra sobre mí.
-¡Auch!
Ryeowook se estira todo lo largo que es y mueve sus extremidades como pulpo, moviéndome a mí con él.
-Arriba~.
Debajo de las mantas y, sin que él me vea, esbozo una sonrisa ladeada. Amo que me despierte así. Pero yo soy YeSung, ese chico raro y medio huraño, por lo que no me puedo permitir mostrarle mi dicha al mundo.
Murmuro algo que ni yo mismo entiendo y doy media vuelta, haciendo que Wooki se caiga de la cama. Protesta y grita, pero yo no le hago caso.
Tonto… ¿Cómo pretende dejar de ser el eterno maknae si sigue comportándose así?
-¡TE MATARÉ!
Y eso es lo último que oigo antes de meterme en el baño.
***
La ropa resbala por mi cuerpo, ayudada por mis manos. Cierro los ojos, recreándome en el tacto suave de la tela del pijama deslizándose por mi piel.
Quiero pensar que es Ryeo el que me desviste, agitado, con un gran sonrojo en las mejillas. Luego yo le levanto la cara cogiendo su barbilla entre mis dedos, acerco sus labios a los suyos y…
-¡YESUNG!- la voz de HeeChul resuena en mi cabeza, sacándome fortuitamente de mi sueño.
-¡Argggg! ¡Ya voy, hyung!
¡¿ES QUE EN ESTA CASA NO SE PUEDE TENER INTIMIDAD?! No, claro que no, YeSung. No hace falta formular la pregunta en voz alta. Once chicos viviendo en un departamento. Grande, eso sí. Y gracias al Dios de Siwon, porque si no… Yo ya estaría muerto.
Me meto en la ducha rápidamente. Pongo el agua bien fría para relajarme, ya que mi cuerpo ha reaccionado de una forma… Extraña. Estoy algo sudado y tengo calor en mi cara, que supongo que estará levemente roja.
Desde hace un tiempo, cada vez que pienso en Wookie mi mente me transporta a escenas subidas de tono: sus labios, sus gemidos, su cuerpo, su todo.
Sé que es raro, pero hace meses que no me acuesto con nadie, y como Ryeo es el que más cerca tengo, pues lo pago con él. Sólo es deseo carnal.
Como si me fuera a gustar mi amigo de siempre.
-Bah, tonterías.- me digo mientras salgo de la ducha. Ya estoy más fresco, y añadiéndole una taza de café pronto seré persona.
Suspiro mientras me pongo la ropa ajustada pero elástica: hoy tenemos práctica de baile por la mañana y por la tarde.
Va a ser un día agotador.