En medio de la penumbra.
Jamás pensé que mi vida daría un giro tan inesperado, que mis metas cambiaran tan de repente, que mi pensar egoísta cambiara tanto como para poner la vida de otros antes que la mía. Cuando me uní a la milicia lo hice con la intención de enlistarme en la policía militar para tener una vida feliz dentro de los muros, posiblemente hubiese podido tener una linda esposa y ¿Por qué no? también un hijo. Aguanté arduos entrenamientos con eso en mente, aprendí a combatir titanes con la intención de alejarme lo más posible de ellos y poder vivir una vida ‘normal’.
Jamás creí que en medio de todo este caos podría descubrir cosas nuevas de mí, en mis planes no estaba el enamorarme y mucho menos que el objeto de mi afecto fuese un hombre, pero así fue, incluso a mí me sorprendió descubrir mi orientación sexual. Marco se convertiría entonces en mi primer amor, la persona que me ayudaba a mantener mi meta en mente, quería entrar a la Policía Militar con él para poder estar seguros los dos dentro de los muros, olvidándome así de la idea de conseguir esposa; él era todo lo que yo necesitaba. Sin embargo, al destino no le importaron mis planes de vivir felizmente con Marco, ya que el día antes de cumplir mi meta, el titán colosal rompió de nuevo el muro creando un nuevo caos, una gran batalla en la que vería a muchos de mis compañeros de entrenamiento perecer. Aun así tuve que ser fuerte y tomar el liderazgo de los compañeros que quedaban a mi lado para poder salvarnos todos.
Cuando todo termino y comenzó el reconocimiento de los caídos, fue un gran shock para mi encontrar el cadáver de Marco, mis planes, todo por lo que había luchado, todo lo que anhelaba quedó destruido en un segundo… tenía que vengarlo, tenía que matar a los titanes que habían hecho que lo perdiera, era culpa de ellos mi infelicidad y la de todos dentro de estos malditos muros. Sin él, mi meta de entrar a la gendarmería no era nada, solo sinónimo de mi cobardía… incluso Armin se uniría a la Legión de Reconocimiento, a pesar de ser tan débil tenía la voluntad de pelear hasta la muerte si era necesario.
Fue así que decidí unirme a la Legión de Reconocimiento yo también, si moría, lo haría con honor, matando titanes hasta el último segundo con tal de saciar mi sed de venganza por la muerte del hombre que amaba... o con la idea suicida de reunirme con él.
Debo admitirlo, durante la primera expedición fuera de los muros me arrepentí de mi decisión, me di cuenta de que no duraría mucho, es más, creí que moriría ese mismo día… yo iba a morir ese día si no hubiese sido salvado por Armin, ¿Qué ironía no? Me salvo alguien a quien yo consideraba débil, alguien que yo creí sería uno de los primeros en caer a manos de los titanes. Desde ese día él se ganó mi respeto, le debía mi vida después de todo. Poco a poco ese respeto se tornó en admiración, más cuando me salvo por segunda vez… y si eso no hubiese sido suficiente, fue capaz de salvarme una tercera vez.
Armin siempre mostro ser una persona íntegra, de buen corazón, inteligente, pero sobre todo, valiente, mucho más valiente que yo. Su fuerza de voluntad siempre fue extraordinaria. Después de ser salvado por las tantas veces me di cuenta de algo importante: yo comenzaba a sentir algo por el rubio. Jamás creí que encontraría el amor por segunda vez en medio de tanto caos y confusión. No podía quedarme callado, tenía que hacérselo saber, no sabía cuánto tiempo de vida podríamos tener.
Unos días después de que me salvara por tercera vez hable con él, le dije lo que sentía… me sorprendió el ser capaz de ser tan honesto. Él se sonrojo por completo, escondió su rojizo y brillante rostro con sus manos, a pesar de tanto cansancio se las arreglaba para así de adorable. Después de que se le pasara la vergüenza me miro con determinación y me dijo que el también me quería, que si hizo lo que hizo para salvarme, ensuciarse las manos, era porque no podía soportar la idea de verme morir frente a sus ojos, sentía la necesidad de protegerme, de ser egoísta y poner mi vida antes que la de otros.
Así fue como nos dimos la oportunidad de hacer más llevadera la situación. Pese a lo serio que es el asunto, él y yo nos dábamos nuestro tiempo para bromear, para besarnos, pasa pasar tiempo juntos y hacer más entrañable el secreto que ocultábamos de los demás. Jamás olvidaré la sensación de tocar sus labios con los míos, sentir sus brazos alrededor de mi cuello, sentirlo tocarme y yo tocarlo a él. Aquellas escapadas que me permitían hacerlo mío, el poder revolver su cabello del color del sol y ver sus ojos del color del cielo todos los días, era lo que me hacía querer seguir con vida, cuando todo esto terminase podríamos ser felices juntos.
Prometimos siempre velar el uno por el otro, protegernos aunque fuéramos egoístas con los demás… pero de nuevo el destino no quería que yo fuese feliz. Él fue tan valiente para salvarme tantas veces… y yo no pude salvarlo ni una vez, no pude… jamás me lo perdonare.
Aun puedo sentir su tibio cuerpo entre mis brazos, tengo una mano acariciando su cabello, sus ojos están cerrados como si estuviese durmiendo… mis extremidades se están entumeciendo. Oigo gritos, objetos rompiéndose, gente llorando por todas partes… “¡Jean!” Alguien grita mi nombre… abro los ojos casi no puedo moverme, de nuevo lo escucho “¡¡JEAN!!” Esa voz… es Mikasa. No puedo verla, aún tengo a Armin entre mis brazos… siento el poco calor que queda en él y veo su rostro pálido, su cabello manchado de carmesí… no me puedo mover así que solo muevo un poco la cabeza, no puedo ver a Mikasa… sólo el cielo diurno del mismo color de sus ojos… lentamente todo se oscurece. Siento que alguien mueve mis hombros, pero toda sensación se pierde segundos después… Sé que ha llegado el momento de reunirme con Marco… y con Armin.