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Volverte a ver. por itzie

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Notas del fanfic:

Es mi primer fanfic, espero les guste ^u^

Notas del capitulo:

Primer y único capitulo.

Los personajes no son míos, son propiedad de MK,sólo los tomé prestados.

Aún no lo podía creer, después de el tiempo pasado juntos y ahora sin más habia decidido partir, habían pasado hermosos momentos en aquellos dos años y de repente cuando las cosas tomaban un rol más serio se marchaba, sin dejar ni siquiera claros los motivos de su partida, más que el hecho de necesitar tiempo, aquello era el fin, lo sabia el joven de verdes cabellos, después de ello sabía que a Hyoga jamás volvería a el. Su dolor era inimaginable por saber que jamás volvería a besar aquellos labios carnosos, jamás volvería a peinar con sus dedos aquellos rubios cabellos y sobre todo saber que jamás volvería a ver aquellos hermosos ojos azules lo destrozaba, pero no había nada que pudiera hacer, ninguno de los caballeros sabía de lo suyo, nadie, despues de 2 años de intensa relación había sido sorprendente como lo habían logrado disimular, principalmente por el hermano de Shun, por quien siempre temieron, pero ahora era el mismo Shun quien se arrepentía inmensamente por haberlo decidido así tal vez ese siempre hecho lo había llevado a ello.

El día llego, Shun no tuvo valor suficiente para ir hasta el aeropuerto a despedir a quien había sido más que su compañero, su pareja; los demás extrañados, solo acertaron a desearle buena fortuna en Siberia. Aquel dia Shun fingió enfermedad, para quedarse sólo en su cuarto, llorando sin descanso.

Aquella misma noche, su hermano Ikki, alarmado por su negativa a salir, decidió visitarlo en su habitacion.

Al tocar a la puerta sabía que no le abriría,así que la forzó un poco y entro.

se sentó al lado de el en su cama, donde el chico estaba hecho ovillo y acaricio con dulzura su cabello.

-Shun, yo se lo que te pasa?.- comenzó.

-De que hablas?.- pregunto a la defensiva.

- No me puedes ocultar nada, soy tu hermano, y se que lo amabas, lo se todo.-

-Pero como?.- pregunto asustado.

-Era más que obvió, se que había algo entre los dos y no querían que lo supiera,por mi reacción, admito que al principio habria querido golpearlo, pero con el tiempo me di cuenta que era normal. Ahora sólo me resta confesarte algo que el no tuvo el valor de confesarte.-

-Que es?.-

-El se fue por tu bien, no queria llegar a ser una carga para ti, ni quería que estuvieras a su lado por lástima.-

-A que te refieres?.-

-Toma esto.- dijo extendiéndole unos análisis, a nombre de Hyoga Kido, en su mayoría eran parámetros, sólo al final la interpretación "Ceguera inevitable".- Si me preguntas, lo Encontre hoy que decidí hablar con el en su habitación, ya sabes por dejarte así, ėl sólo  me dijo que era lo más sano para ambos.-

Shun lloro aún más, triste por la situación de su amado, por no estar con èl para ayudarlo y por su desicion.

-Que debo hacer?.- pregunto destrozado.

-Ir por èl, hablar  con èl.- Shun miro a su hermano asustado.

-Pero ni siquiera se donde estara, Siberia no es un lugar pequeño.-

-Tal vez debas recurrir a Saori.- El joven decidido así lo hizo, desesperado llamo a Saori, quien en esos momentos se encontraba en Grecia, ella sólo pudo facilitarle los datos del hospital que ella había conseguido para que Hyoga atendiera su caso, le explicó el padecimiento del joven, el cual era congénito,comentándole que la solución definitiva era un transplante de corneas, diciendole que la dificultad de conseguir corneas iba a ser la detonante de su inminente ceguera. El joven sólo atinaba a llorar, pero sabía que si iba donde el hospital podría encontrar a Hyoga, sin pensarlo así lo hizo.

Aquella era una mañana fría, como de costumbre, era Siberia después de todo.

Tropezandose con varias cosas en aquel pequeño departamento el Rubio joven se disponía a tomar un baño, trataba de acostumbrarse a lo que sería su nueva condición despues de unos meses,ahora sólo conseguía ver siluetas y algunas formas, no se sentía triste, si no más bien resignado a ello, al menos sabía que cuando aquella obscuridad fuera inminente recordaría a su hermoso ángel de verdes cabellos y esmeraldas por ojos, con eso le bastaba.

Al salir de la ducha sonó el teléfono, torpemente logro contestarlo.

-Señor Kido?.-

-Si?.-

-Tenemos sus corneas.- aquella noticia lo lleno de felicidad, ahora volvería donde su amado.

La operación no duró mucho, llego completamente sólo al hospital, dejo de lado los nervios y se entregó por completo a su médico.

Al despertar la cabeza le dolía como si se hubiera golpeado salvajemente , tenía los ojos vendados, las vendas se hirian en 3 días,ahora sólo quedaba descansar, trato de dormir pero no lo logro, una mano tomo la suya, de repente, ambas manos hicieron contacto.

-Shun?.-

-Así es amor, aquí estoy, no podía dejarte así, Ikki y Saori me explicaron todo, ahora sólo no te preocupes, que yo estare a tu lado hasta que te recuperes.-

-Shun, por favor perdóname.-

-No digas nada, sólo descansa.- le dijo besando su frente, el joven así lo hizo.

Pronto el día de quitarse las vendas llego, Shun estaría con el y se volverían a ver, volveria a ver y a estar junto al amor de su vida

El médico fue cuidadoso, le advirtió que al principio todo sería borroso hasta tomar forma.

Tenia razón, primero borroso pero alcanzaba a distinguir colores, vio algo verdoso, era el, su amor, ya queria verlo, pronto todo tomo forma, pudo ver a su médico, a la enfermera y a...

-Shun?.- el joven era el paciente de la cama continúa, tenía vendas en los ojos, pero .....-Shun, mi amor, pero tu,tu eras el donante?.- el sólo asíntio con la cabeza.- Pero no mi amor, porque, ahora tus hermosos ojos no podrán...-

-Lo sé, lo sé, pero si no podía estar junto a ti, para que querría ver, prefiero poder tocarte, ahora así no podrás decir que serás una carga para mi.- el rubio joven lo abrazo fuertemente llorando.

-Mi amor, desde este día yo seré tu vista jamás me apartaré de ti, te amaré con todas mis fuerzas y haré lo posible por tu felicidad.- Shun sonrió, abrazándolo igual de fuerte.

Ahora jamás a podría volver a ver aquellos ojos azules, pero lejos de entristecerse por ello, se llenaba de regocijo.


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