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Rather Be por Sharpei Yamil

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Notas del fanfic:

Disclaimer: Hagane No Renkinjutsushi, Fullmetal Alchemist o El Alquimista de Acero, le pertenece a Hiromu Arakawa, Square Enix y BONES. 

Aclaro que este es un AU (Universo alternativo) y que aparecerán personajes originales o OC.

Notas del capitulo:

Hola. Este es el primer fanfic que subo a esta página y a esta categoría. Encontré esta historia archivada en mi lap XD y espero que no se traumen mucho ya que disfruté un montón al escribirlo, jajaja.

El título no tiene mucho que ver con el fanfic, es de una canción cuyo video me inspiró a escribir esta historia. Aclaro que habrá una cuota de horror en el fic, pero será soportable :) Casi todo el fic está desde el punto de vista de Ed, por lo que avisaré cuando se trate de otro personaje :3

Vamos al fic.

Estoy caminando por un pasillo. Es húmedo, oscuro y angosto y en cada hueco anidan insectos repugnantes, en el techo envejecido y resquebrajado, solo hay telarañas y por más que me esfuerzo en buscar indicios de vida-gritando, haciendo ruido, pateando cosas- todo resulta infructuoso.  Me desespero y comienzo a llamar con gritos más fuertes, a eso me está orillando la soledad.

-¡Al! ¡Winly! ¡Mustang!

No hubo respuesta. No la hubo, me tiro de los cabellos intentando recordar como llegué aquí pero al hacerlo me duele la cabeza y al pasar la mano por el punto que me duele-la sien izquierda-noto que se moja mi mano, al mirarla no me sorprende que sea sangre. El golpe que me di al caer en este lugar tenebroso me ha afectado bastante porque apenas puedo ver…. Y recordar ni se diga, además de saber que otros cayeron conmigo y de que estaba haciendo una misión importante, a la que mi hermano menor y mi amiga de infancia se colaron, no recuerdo otra cosa. Escucho un ruido que, aunque pequeño es claro: pequeños pasitos atrás de mí en una oscuridad que no quiero mirar y los pelos de mi nuca se erizan, no es normal este miedo que estoy sintiendo y con seguridad la cosa que está atrás de mí tampoco lo es, aun así estoy volviendo la cabeza hacia atrás y cuando lo veo, ahogo un grito fuerte en la garganta, las pupilas de mis ojos se dilatan del terror y mi cabeza comienza a temblar, es una niña quien está ahora frente a mí, su cabeza ha sido cortada en diagonal y le falta el ojo derecho, los gusanos y la sangre coagulada salen de a montones del sitio donde debía estar su cerebro. Tiene una palidez fantasmal y aún así hay una niebla verde de aspecto tóxico rodeándola, su boca sin dientes se deforma en una sonrisa sangrienta y me apunta con un dedo sin uña.

“Prometiste que estaríamos juntos siempre, Hermano mayor”

No es una niña cualquiera. Es Nina. Algo dentro de mí se rompe y sin pensarlo, las lágrimas comienzan a bajar por mi rostro. Es ella, la pequeña que quise y a la que no pude salvar. ¿Qué voy a hacer? ¿Por qué me está pasando esto? De cualquier forma, esta no puede ser Nina aunque la ropa y los rasgos del rostro digan lo contrario. ‘Nina fue convertida en una quimera’ me obligo a recordar. Ella se acerca a mí y también llora, de su ojo bueno sale un fino manantial de lágrimas y su voz quebrada, infantil me estremece y paraliza, quedando yo incapaz de moverme.

“¿Por qué? ¿Porqué lastimaste a papi, Hermano mayor? ¿Por qué me abandonaste? ¿Acaso ya… no me quieres?”

-Nina, no es eso.Bajo la cabeza, cada palabra que dice está teñida con un dolor afilado que se clava en mi pecho y me postro ante ella, el dolor me obliga a arrodillarme y mi voz no es más que un murmullo cuando exhalo disculpas.

-Yo no quise… Lo siento, Nina.

Es horrible sentir que el miedo y la desesperación se mezclen en mí de esta forma, que me obliga a tocar la cabeza con el piso roto y desigual, cual si estuviera adorando a un rey. Veo dolor por todas partes y en este punto al que he llegado cualquier persona, cualquier cosa sería bien recibida. Nina se arrodilla al igual que yo y susurra una canción, llevando su mano hasta mi cabeza. Rehúyo el contacto, me causa terror que intente acariciarme.

“Descansa, Hermano mayor. Tu misión está cumplida y ahora estarás conmigo para siempre.”

No, no está terminada. ¡No lo está! Yo lo sé, entonces ¿Por qué mi voz está rota? ¿Por qué el dolor que siento en el pecho justo ahora, es tan pesado y abrumador? Algo, necesito algo que me traiga a la realidad, que me haga pisar la tierra de nuevo y en este momento, veo la imagen de mi hermano en mi mente, me sonríe y apunta a una cafetería, este recuerdo es de hace tres meses en Central, cuando Al ya había regresado a su cuerpo. La nitidez y el calor de este recuerdo me dan una razón por la cual luchar.

-¡Al no va a quedarse solo! El grito me desgarra la garganta y rápidamente junto mis manos en un aplauso, aunque no pasa nada. ‘¿Porqué no puedo usar la alquimia?’ me pregunto y me doy cuenta de que el gesto aterrorizó al espíritu, pues Nina tiembla y no parece ser consciente de esto.

“Al… quimia.”

Tartamudeó la palabra en un susurro y retrocedió, gritó y despareció ante mis ojos incrédulos. Durante unos minutos solo hubo silencio, pero luego oí a mis pies arrastrarse, sentí  mi espalda tocando la pared y vi mi cara contra las rodillas, estoy hecho un ovillo y un lamento casi musical sale de mi boca.

-Nina… Nina… Nina.

 Pero no era ella –aunque se le pareciera- lo que me había sumido en estado catatónico, fue ese último grito, ese grito de alma torturada lo que me heló la sangre y poco a poco me obligó a huir, mis extremidades acartonadas moviéndose con lentitud hacia ningún lado. Luego de unos minutos intentando avanzar escuché algo, un silbido extraño atrás de mí y un susurro creciente que veía de la misma dirección, como el de una serpiente que se arrastra por el suelo y eso me hizo reaccionar, corriendo a medida que el instinto primario de supervivencia se ponía en la parte central de mis pensamientos. Salvar mi vida… ahora solo eso importa. Corría e intentaba encontrar un refugio entre la oscuridad y el piso mojado –mis botas están llenas de agua, pero tengo mi abrigo rojo, lo que me debe proporcionar calor, porque siento mucho frío en la cara- a veces chocándome con las paredes y con muebles viejos, culpa de la oscuridad. Como estos últimos están aumentando, supongo que estoy llegando a algún lado y luego de tirar accidentalmente una caja que estaba llena de frasquitos de vidrio, que se rompieron en el piso, tengo una idea aproximada del lugar en el que estoy, también noto que he dejado lejos al silbido, que ya casi no se escucha y al torcer en el final de un pasillo largo, quedo cegado por un brillo repentino. Me llevo la mano a los ojos heridos y cuando me acostumbro a la luz, el resplandor se convierte en una escalera vieja y mal colocada que lleva a una zona iluminada. Sonrío abiertamente y subo por ella con rapidez, seguro de que allá abajo, en esa oscuridad fría quedan todos los temores y las sombras. Ya arriba, cierro la puerta –que tiene un pequeño letrero que dice sótano- y la atranco con una vieja cerradura. ‘Aquí todo es viejo’  pienso con cuidado y encaro al resto de edificio que tengo delante, que si bien no es tan tétrico como el sótano, da algo de repelús con sus paredes blanco-amarillentas, agrietadas y corroídas por el tiempo y bañadas por pintura café, verde y negra hasta la mitad y por todo el piso. Tres bombillas eléctricas a lo largo del pasillo –que exhalan una débil luz amarillenta- me valen para moverme por este lugar. No debería acercarme a las paredes para cerciorarme de la “pintura”, pero lo hago y tengo que entornar los ojos hacia el techo para no vomitar. Ante la idea de que los terrores quedaban atrás… no podía estar más equivocado, porque no es pintura lo que baña estas paredes y el suelo de este larguísimo pasillo, que a veces deja asomar huellas de manos, pies en las paredes y líneas de arrastre* en el piso, que convierte este lugar en un cuadro grotesco y aterrador, sino sangre seca, coagulada en el piso, bilis y heces fecales.

Por unos momentos me quedo parado donde estoy, como un idiota que intenta asimilar el horror de la atrocidad que está viendo y no me es posible describir con exactitud lo que sentí en ese momento  de shock, el escalofrío corriendo filoso por la espalda, el asco y las arcadas amenazando con salir afuera y por encima de todo eso una espantosa incredulidad. Cuántos cuerpos, cuanta gente inocente ha sido muerta en este horrible lugar.

Es precisamente, ese pensamiento el que me hace moverme.

 Atravieso el pasillo corriendo entre la inmundicia y no parece terminar, ya que no voy ni a la mitad de él. En mi mente uno las pistas (Los frascos y su olor al romperse, el letrero estándar del sótano, los muebles…)  y así hago una teoría acerca del lugar en el que estoy, en el que están mis amigos y familia… Paro en seco, ahogando con mi mano un sonido de animal herido ante esos pensamientos. Alphonse también está aquí y probablemente esté solo como yo, mirando las mismas cosas, enfrentándose a los peligros desconocidos y sin poder usar la alquimia como defensa. ¡No! Eso no lo permitiré, no ahora que él está conmigo en carne y hueso. Y vuelvo a correr, ahora imprimiendo más fuerza en mis pasos e ignorando las paredes, ignorando incluso mis propios temores y esta vez no lo hago para salvar la vida, ni para huir de algo a lo que no puedo escapar. Lo que me mueve es algo por lo que no me importaría pagar un precio altísimo, por lo que atravesaría cien puertas de la Verdad de ser necesario, algo más precioso que la vida misma. Ahora solo tengo en mente una cosa y ni esta puerta, al final del pasillo me va a detener en la búsqueda que ahora estoy emprendiendo. Nada me va a parar hasta que tenga a Alphonse entre mis brazos.

Cruzo la puerta y la cierro, ahora no hay miedo ni temor. Me llama la atención el letrero pegado en la puerta que acabo de cerrar y lo leo en silencio, confirmando mi teoría. Los frascos en el sótano, los rastros de bestialidad en el pasillo carnicero y aquí mismo, en esta sala se huele a antiséptico y desinfectante.

-Hospital de Aokigahara. Lo leo en voz alta, intentando recordar lo que he oído antes acerca de este lugar, casualmente antes de comenzar esta misión. ¿No se había sorprendido Riza al escuchar el nombre? Estábamos todos. Ella, Al, Winly y el pelotón de Mustang al completo, él incluido. ¿No había sido Mustang el que propuso rechazar la misión, aún cuando era la orden directa del Führer? La teniente se asombró de que el nombre del coronel saliera en el papel, bajo la excusa de que Roy conocía bien las instalaciones. ‘Idiota, no debes llamarlo por su nombre’cuestiona mi cabeza, mi subconsciente lo manda a callar y yo lo apoyo; no tengo ánimo de sacar ese tema personal al aire, aunque esas tres letras me hagan palpitar el pecho con fuerza. No, no es el momento. Ahora hay que recordar lo más que se pueda sobre esa misión, porque es mucha coincidencia que la misma fuera ir a las ruinas de este hospital y caer en el mismo luego de pisar un círculo de transmutación rarísimo, que creo servía como portal a diferentes lugares, una leyenda de la alquimia ya que ese círculo nunca funcionó –y mira cuanto hice en el pasado para que sirviera como forma de llegar al colegio sin tener que caminar tanto- y yo no creo en las coincidencias. En la misión nos ponía encontrar y arrestar a una banda de narcotraficantes que estaban usando las enormes ruinas para fabricar droga, se decía que eran peligrosos, pero cuando llegamos –Winly insistió en venir y nadie me dijo que Al venía con ella, todos estábamos en autos diferentes- sólo estaban sus rastros y equipos, habían huido. Las ruinas eran verdaderamente eso, ruinas y cuesta arriba, se veía el bosque de Aokigahara en plena primavera, nosotros pensamos que se habían escondido en el bosque -sus rastros eran recientes- pero al atravesar un claro encontramos una plataforma con marcas de rasguños, cuando estábamos por cruzarla, Al y Winly llegaron corriendo hacia nosotros y entonces entendí el patrón de los arañazos en el concreto, era un círculo de transmutación complicadísimo tallado en el piso y sus tres círculos centrales significaban tres fuentes de poder. Comprendí que el círculo se activaría por sí solo, si Al ingresaba –Roy, yo mismo, ya éramos dos fuentes de poder- pero sólo pude gritar una advertencia a medias cuando el círculo comenzó a echar luz. La sangre se desliza por mi sien izquierda: me he vuelto a abrir la herida de la cabeza. ¿Lo dejo aquí? El instinto me dice que descansar es buena idea, así que le hago caso y cierro los ojos, dejándome caer en el suelo de este pasillo– que al menos no tiene sangre ni nada extraño- y apoyándome en la puerta del horrendo pasillo, permitiéndome unos minutos de descanso e intentando tranquilizarme y regular el ritmo de mi respiración, no sé bien por qué, pero mi subconsciente parece entenderme y me regala una imagen que me calma por completo, incluso me hace sonreír: Recuerdo a Al, Roy y yo mismo, todos en un bar familiar celebrando la recuperación de Alphonse luego de varias semanas con terapia en casa y aún con Winly, Riza y el pelotón de Mustang, nos divertíamos como niños. Al final de la noche, Roy terminó emborrachando a Winly y a Al, sin importarle lo mucho que yo le gritaba -¡Son menores de edad! ¡Si Al vomita, te mato! ¡Jo, no me ganarías a beber aunque se te fuera el tiempo en ello! Bueno, a mí también me emborrachó, para mi desgracia y la de su traje caro, que vomité a la salida del bar –no es que no haya podido contenerme, pero la idea de mancillar un conjunto de diseñador que el muy puto lucía con arrogancia era demasiado tentadora- Y cuando cada quien se fue para su casa, Al me pidió – de hecho me suplicó- que me fuera a dormir a otro sitio, porque quería terminar la noche con Winly –lo que me faltaba- y cuando yo estaba a punto de mandarlos a los dos a buena parte, el coronel idiota me tapa la boca con la mano y les dice que sí, que se vayan y gocen y se saca un cuadradito de plástico del bolsillo, yo no les estaba prestando atención, aún estaba procesando el hecho de que la mano enguantada de Roy estaba… bueno, estaba en mi boca y cuando le escucho decir –Usen protección, con una sonrisa esquinada y veo las caras de ese par, todas rojas como chile, casi mato, sí, casi mato a Mustang, por alentar el sexo libre y darle un condón a mi inocente hermano. No sé cómo es que Roy sigue vivo, porqué no lo he matado aún. Ah sí… porqué lo a… lo am… Ni siquiera puedo procesar la palabra completa, así que vuelvo al recuerdo, a ver a Win y Al irse descaradamente felices y a insultar a Roy con todo el abecedario, hasta que me canso y le muerdo el dedo – que fue una mala idea. Justoen ese momento, él me mira con algo en los ojos que aún hoy me es difícil definir. Acaricia mi mejilla–que arde- con su mano enguantada. Acerca su cara a la mía y toca mi frente –que arde- con la suya, en sus ojos está esa mirada de conflicto que a pesar de ser compleja, me es familiar –es la misma que pongo yo cuando no sé en qué creer, cuando me veo obligado a tomar una decisión y dos fuerzas contradictorias pelean por el liderazgo- y roza sus labios con los míos, indeciso. Sé lo indeseablemente expresivo que puede llegar a ser mi cuerpo y también tengo MUY claro lo que siento por este sujeto, aunque ni yo lo acepte a las puras. Sé que, si en verdad este hombre me deseara la tercera parte de lo que yo lo hago, eso me bastaría para morir tranquilo y que si mis únicas opciones fueran respirar o un toque de Roy, elegiría morir sofocado.

Entonces pasa: Mi cuerpo reacciona por sí solo y no lo pienso mucho cuando Roy intenta separarse arrepentido y mi brazo lo detiene. Apuesto todo mi dinero a una cebolla podrida, a que en este momento debo tener una cara de “Bésame ya, oh sensual imbécil” pero Roy Mustang no es famoso por captar indirectas de ese tipo -¿O tal vez sí?- y no lo hace. Un casto beso en la frente y se suelta de mi agarre flojo. Se va, dejándome confundido, rojo y rabioso… y temblando.

Notas finales:

Para los que quieran escuchar la canción está aquí:

http://www.youtube(Aquí va el .com)/watch?v=m-M1AtrxztU

Gracias por pasearte por aquí y recuerda que todo comentario, crítica o pastelito de fresa será mas que bien recibido (y ayuda a actualizar :3 )

Ciao~


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